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miércoles, 13 de octubre de 2010

Más tuberculosis que nunca


Pabellón de tuberculosis del hospital de Tsiombe, en Madagascar. (Foto: Rosa M. Tristán)

Temen que la bacteria multirresistente a los fármacos se convierta en la dominante
Casi dos millones de personas mueren cada año por esta enfermedad
Con nuevos medicamentos y pruebas diagnósticas se podría reducir un 71% su incidencia
ISABEL F. LANTIGUA


MADRID.- Algunos piensan que es sólo cosa de los países pobres. A otros les suena a antiguo o a recurso literario, porque han leído en alguna novela que uno de los personajes padecía este mal. Y la cruda realidad es que hoy hay en el mundo más tuberculosis que en cualquier otro momento de la historia; que la bacteria responsable mata a un individuo cada 20 segundos; que, de no tomar medidas, 1.000 millones de personas contraerán la enfermedad para 2020; y que España es el segundo país de la UE con más casos, por detrás de Rumanía. Después de décadas ignorando el problema, las autoridades sanitarias han decidido ahora que la situación es verdaderamente grave como para tomársela en serio y se ha propuesto acabar con el patógeno en 2050.

La revista médica 'The Lancet' publica, coincidiendo con la celebración de la Asamblea Mundial de la Salud, un especial sobre esta enfermedad, una de las principales causas de muerte de ciudadanos en edad productiva. Aunque entre 1995 y 2008, gracias a los programas de control, se ha curado a 36 millones de personas y se han evitado seis millones de fallecimientos, aún se registran nueve millones de infecciones al año (más del 80% se engloba en 22 países) y la incidencia desciende a un ritmo inferior al 1% anual. Un progreso del todo insuficiente para lograr la meta fijada.

Según explica el doctor Mario Raviglione, de la iniciativa 'Stop TB' de la Organización Mundial de la Salud (OMS), "uno de los principales problemas para controlar la expansión del bacilo responsable de la tuberculosis es que el 39% de las nuevas infecciones pasan desapercibidas, no se detectan con los sistemas actuales y la cifra sube al 75% cuando el paciente padece también VIH, algo muy común en África".

De los 440.000 casos estimados de tuberculosis multirresistente que se dieron en 2008, sólo se detectó el 7%
La situación se ha visto agravada, además, por la aparición, en los últimos años, de las cepas multirresistentes (MDR TB) y extremadamente resistentes (XDR TB) a los fármacos. De los 440.000 casos de tuberculosis multirresistentes que se estima que hubo en 2008, sólo el 7% se detectó y trató a tiempo. Para Neel R. Gandhi, del Colegio de Medicina Albert Einstein de la Universidad de Yeshiva (Nueva York) "si los países no invierten en el desarrollo de estrategias e instrumentos que puedan contener la MDR TB, esta cepa será la dominante en la próxima década". No sólo la enfermedad es más grave, sino que el tratamiento para curarla debe extenderse un mínimo de 24 meses, frente a los seis que dura la terapia para la tuberculosis normal.

"En Europa, los casos de tuberculosis resistente están aumentando. El 20% de las infecciones por esta cepa que se contabilizan en el mundo se dan en el continente europeo", declara a ELMUNDO.es el doctor Zhenkun Ma, director científico de TB Alliance. Y, los investigadores reconocen que la falta de datos impide conocer la verdadera extensión de esta epidemia resistente, cuya principal vía de transmisión es el aire.

Un cóctel de 13 pastillas diarias
Cuatro fármacos combinados que suman unas 13 pastillas. Es el régimen diario que deben tomar en la actualidad los pacientes con tuberculosis durante, mínimo, seis meses, aunque dependiendo de la cepa la duración del tratamiento puede extenderse hasta los 30 meses. Sobre papel, estas medicinas son eficaces en el 95% de los casos. Pero la complejidad para seguir esta terapia hace que el porcentaje sobre el terreno sea muy inferior.


Los científicos que escriben en la revista médica coinciden en la necesidad de desarrollar nuevos fármacos. En la actualidad hay 10 compuestos en fase de ensayo, pero el proceso de investigar un nuevo medicamento es largo, costoso, arriesgado y poco rentable, por lo que las farmacéuticas no han puesto mucho de su parte hasta el momento, porque no cuentan con incentivos suficientes, según recalca un informe de Médicos Sin Fronteras.

Junto a los fármacos, es imprescindible crear nuevos métodos de diagnóstico, realizar más investigación sobre los biomarcadores que pueden predecir si una persona responderá bien o mal al tratamiento y desarrollar vacunas eficaces -hay 11 candidatas que han entrado en ensayos clínicos-. "Estas tres medidas combinadas podrían reducir la incidencia de la tuberculosis un 71% e, incluso, llegar hasta un 94% si se realizan campañas de vacunación masiva", concluye Stefan Kaufmann, del Instituto Max Planck de Berlín (Alemania). Eso sí, siempre y cuando estos avances vayan acompañados de un fortalecimiento de los sistemas sanitarios en los países más desfavorecidos.

Una amenaza para las mujeres
Los niños, las mujeres y los inmigrantes sufren más que otros colectivos los efectos de la 'Mycobacterium Tuberculosis'. Cada año, 700.000 mujeres mueren por culpa de la tuberculosis, una cifra que supera los fallecimientos causados por complicaciones durante el embarazo y el parto. El acceso al tratamiento es más difícil para ellas, que cuentan con menos recursos económicos, y también sufren más estigma. Como recuerda Ben J Marais, del departamento de Pediatría de la Universidad de Sudáfrica, "padecer tuberculosis durante el embarazo se relaciona con un mayor riesgo de que el bebé tenga bajo peso, que sea prematuro o que se produzca muerte fetal".

Si la mujer tiene tuberculosis durante el embarazo, el bebé tiene más riesgo de sufrir complicaciones
La edad también es un factor importante a la hora de valorar la gravedad de la tuberculosis. Un trabajo del doctor Peter R. Donald, de la Universidad Stellenbosch (Sudáfrica), indica que "la infección por la 'Mycobacterium Tuberculosis' es más grave en los niños que aún no han cumplido los cinco años. Luego viene un periodo de menor riesgo entre los cinco y los 10 años, mientras que la situación se vuelve a complicar en la adolescencia y en la década de los 20".

En cuanto al fenómeno de la inmigración, con 130 millones de personas moviéndose de un país en vías de desarrollo a otro, "estos viajeros se ven afectados de forma desproporcionada por la bacteria", escribe un equipo de la Universidad Emory de Atlanta. "Desafortunadamente, las políticas gubernamentales hacia los inmigrantes han sido contrarias a los esfuerzos por controlar la tuberculosis y reducir el estigma y la marginación. Cada país debería asegurar que, en cualquier lugar, cualquier paciente con tuberculosis tuviera acceso al diagnóstico y el tratamietno. Pero desafortunadamente no ocurre así".

El especial de 'The Lancet' concluye con una llamada a la acción. "Todos los actores deben implicarse en la lucha contra esta enfermedad, que no puede seguir considerándose la hermana olvidada del sida o de la malaria, sino una importante amenaza para la salud".

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