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jueves, 6 de enero de 2011

Karin Willquist, especialista de la Universidad de Lund y responsable de la investigación. Imagen: Universidad de Lund

Un grupo de ingenieros y científicos suecos ha obtenido recientemente un gran avance en el campo de la producción de gas de hidrógeno, uno de los combustibles alternativos con más futuro. Se ha logrado desarrollar un nuevo sistema en base a bacterias que duplica la cantidad de gas de hidrógeno generado en comparación con otros sistemas, en el marco de una aplicación que podría ser de gran utilidad en el área de los productos químicos y como combustible para vehículos.

El gas de hidrógeno es una de las vías energéticas alternativas con mayor potencial, y recientemente un grupo de especialistas de la Universidad de Lund, en Suecia, ha logrado un importante avance en este punto. Se trata de la aplicación de un nuevo sistema en base a la bacteria Caldicellulosiruptor saccharolyticus, mediante el cual obtiene el doble de gas de hidrógeno con relación a otras formas de producción del mismo. La industria química y el sector automotriz podrían verse directamente beneficiados.

Algunos de los métodos actuales de generación de gas de hidrógeno en forma biológica se relacionan con bacterias, silvicultura y residuos, pero sin embargo todas estas variantes cuentan con distintas limitaciones. Estos sistemas, como sucede con el biogás, no alcanzan niveles interesantes de producción.

Los investigadores suecos estudiaron las condiciones de la bacteria mencionada y descubrieron cómo, cuándo y por qué Caldicellulosiruptor saccharolyticus puede realizar su excelente trabajo: adaptándola a un entorno de baja energía, fue capaz de hacer frente a temperaturas de crecimiento más altas. Este descubrimiento, según sus protagonistas, aumenta las posibilidades de producción competitiva de hidrógeno gaseoso.

El trabajo estuvo a cargo de Karin Willquist, especialista de la Universidad de Lund. Vale destacar que esta investigación fue difundida a través de una nota de prensa de la mencionada casa de estudios. Al mismo tiempo, la noticia mereció la publicación de artículos en los sitios especializados Science Daily y Expertsvar.

Los beneficios del nuevo sistema

Según Willquist, existen tres causas principales que explican la mayor generación de gas de hidrógeno por parte de la bacteria saccharolyticus Caldicellulosiruptor, aplicada en el marco de esta investigación de origen sueco. Estas tres condiciones son las que permiten duplicar la producción de gas de hidrógeno.

Una de ellas es que la bacteria indicada se ha adaptado a un entorno de baja energía, lo que permitió el desarrollo de sistemas eficaces de transporte de hidratos de carbono y optimizó la actividad de las enzimas. Estas características desembocan en una mayor producción de gas de hidrógeno.

La segunda explicación para este aumento en la producción se relaciona con que la bacteria empleada es capaz de hacer frente a temperaturas de crecimiento más altas que muchas otras bacterias. Cuanto mayor sea la temperatura obtenida, el volumen de gas de hidrógeno también se incrementará.

Por último, la tercera condición que explica la duplicación en la generación de gas de hidrógeno es que la bacteria saccharolyticus Caldicellulosiruptor es capaz de producir este gas aún en condiciones extremas, como por ejemplo en situaciones de alta presión, algo que resulta imprescindible para que la producción biológica de hidrógeno gaseoso sea viable a nivel financiero.

Generación sostenible de hidrógeno gaseoso


Asimismo, el nuevo sistema ideado alrededor de esta bacteria permite dirigir el proceso para que la sal en exceso y las concentraciones elevadas de gas de hidrógeno, que desembocan en la disminución de la producción, sean controladas de acuerdo a las necesidades de generación.

Un avance de gran importancia que podría concretar esta nueva metodología es la posibilidad de producir cantidades significativas de gas de hidrógeno en forma completamente sostenible. Hasta el momento, aunque el hidrógeno es en sí mismo una fuente energética limpia, los procesos empleados para su producción son contaminantes.

La producción de gas de hidrógeno que se lleva a cabo por los métodos convencionales consume grandes cantidades de energía, por lo tanto no se trata de una fuente energética demasiado respetuosa con el medio ambiente. La modificación del metano o la electrólisis del agua son actualmente las formas más comunes para producir gas de hidrógeno.

Sin embargo, el gas metano no es renovable y su uso provoca la emisión de dióxido de carbono. La electrólisis requiere energía, generalmente adquirida a partir de combustibles fósiles, pero a veces también a partir de la energía eólica o solar. En consecuencia, la producción comercial de gas de hidrógeno mediante bacterias con alto nivel de eficiencia puede llegar a ser una excelente alternativa para generar esta energía en forma completamente ecológica.

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