Una madre y su hijo en un hospital de Mogadiscio, Somalia
Cada día del año 2010 fallecieron 12.000 niños menos que hace una década, hasta lograr reducir el número de muertes anuales de niños a 7,6 millones, en comparación con los más de 12 millones en 1990, según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Estas estimaciones aparecen en el informe 'Niveles y tendencias de la mortalidad infantil 2011' publicado por el Grupo Interagencial de Naciones Unidas para la Estimación de la Mortalidad Infantil (IGME, en sus siglas en inglés), dirigido por UNICEF y la OMS, y que incluye al Banco Mundial y la División de Población de las Naciones Unidas.
Entre 1990 y 2010, la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años disminuyó en más de un tercio (36%), de 88 muertes por cada 1.000 nacidos vivos a 57. No obstante, este progreso es "todavía insuficiente" para alcanzar el Objetivo de Desarrollo del Milenio 4, que aboga por una reducción de dos tercios de la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años para el año 2015.
Según el informe, algunas de las mejoras se han producido en países donde los niños son "más vulnerables", como en Níger, donde en 1990 la tasa de mortalidad de niños menores de cinco años era de 311 por cada 1.000 nacidos vivos.
En este país africano, para hacer frente a las grandes distancias entre donde vive la población y los centros de salud, se desplegaron por todo el país trabajadores sanitarios en miles de nuevos puestos de salud. Así, en 2010, Níger fue uno de los cinco países donde más bajaron las tasas de mortalidad infantil, junto con Malawi, Liberia, Timor-Leste y Sierra Leona.
El informe muestra que los recién nacidos y los bebés son los que tienen mayor riesgo de morir. Más del 40% de las muertes de niños menores de cinco años ocurren durante el primer mes de vida y más del 70% durante el primer año.
África y Asia concentran el 69% de las muertes
Unicef asegura que las mejoras y los avances son "alentadores", pero continúan produciéndose "importantes disparidades". Por ejemplo, el África Subsahariana sigue registrando las mayores tasas de mortalidad infantil, ya que uno de cada ocho niños muere antes de cumplir los cinco años, lo que implica más de 17 veces la media de las regiones desarrolladas (uno de cada 143). El sur de Asia es la segunda región con las tasas más altas, ya que fallece uno de cada 15 niños antes de los cinco años.
Las muertes de niños menores de cinco años se concentran cada vez más en el África Subsahariana y el sur de Asia. En 1990, el 69% de las muertes de niños de menos de cinco años ocurrió en estas dos regiones. En 2010, casi la mitad de todas las muertes de niños menores de cinco años se produjo en India, Nigeria, República Democrática del Congo, Pakistán y China.
Sin embargo, el informe también pone de relieve que en el África Subsahariana la tasa de mortalidad infantil de niños menores de cinco años ha duplicado su ritmo de descenso, pasando de una bajada del 1,2% anual en la década 1990-2000 al 2,4% en la década 2000-2010.
"La noticia de que la tasa de mortalidad infantil en África subsahariana está disminuyendo el doble de rápido que hace una década, demuestra que podemos avanzar incluso en los lugares más pobres, pero no podemos olvidar ni por un momento el escalofriante dato de que unos 21.000 niños mueren cada día por causas evitables", ha dicho Anthony Lake, Director Ejecutivo de Unicef.
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