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miércoles, 26 de diciembre de 2012

Lo que apetece es la verdad


Prometo seguir defendiendo la belleza, que estoy convencido  es  el único modo de  mejorar  este mundo. La alegría será mi argumento , porque no concibo otra forma de estar en esta vida.

Escribiré sobre la libertad, en contra de cualquier tipo de servilismos, de vasallajes, de mentiras. Escribiré para los pobres, para los que se sienten solos, para los que creen que nadie les entiende, para los que necesitan sacar la cabeza  de las aguas de la tristeza y  aspirar una bocanada de aire fresco.


Ayer escribía "Lo que apetece es la verdad". Con ello quería decir que las pulsiones y apetencias humanas son muy importantes. Unas veces dictadas por la biología, otras por la lógica de grupo y muchas por el inconsciente de cada uno. Esas pulsiones llevaron a los romanos a decir que al pueblo se le gobierna con pan y circo. Es decir, cubrir sus necesidades y mantenerlos ocupados pensando en algo. 

La ciencia en este comienzo de siglo XXI está desarrollando su faceta de entretenimiento. No es posible educar a todo el mundo, porque como decía Josep Pla "lo peor de ser pobre es que te pasas la vida escuchando" y la gente no está para que les largen rollos y prolongar esa horrible sensación de estar en un pupitre.

En un principio la divulgación científica surge como propósito de educar al pueblo, un ideal de la ilustración. Posteriormente David Sánchez Usanos (Universidad Autónoma de Madrid), en su conferencia "El discurso científico en la sociedad del espectáculo" dictada en las IV Jornadas de Teatro Científico-Divulgativo llega a la conclusión de que en una sociedad del espectáculo la única actividad divulgativa con interés y relevancia es aquella por la que la gente está dispuesta a pagar dinero. Esto implica conocer que "Lo que apetece es la verdad". ¿Qué le apetece a la gente?, esta es una pregunta que ha generado todo un sector de negocio, el de los investigadores de mercado.

En este blog las dos entradas más leídas son la de la "bacteria comecarne" y la de la infección de unas prótesis mamarias. El miedo y el morbo. Cualquier persona que se dedique a la comunicación va desarrollando un instinto para reconocer aquellos temas, aquellos enfoques, aquellas noticias que más le van a interesar al público. El impacto.



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