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viernes, 17 de enero de 2014

Londres para microbiólogos: visita a el Museo Británico

Tuberías romanas. No tenían nada que envidiar a las nuestras. La única pega era que eran de plomo lo que no es muy bueno para la salud
Una exposición patrocinada por la Wellcome Trust para concienciar lo que los medicamentos y la farmacopea han hecho por la humanidad. En la foto una composición hecha a base de píldoras
Había una mención a las vacunas
El hombre de Lindow. Museo Británico
El hombre de Lindow, se encontró en un buen estado de conservación debido a un proceso de momificación natural que se produjo probablemente al quedar sumergido en un pantano en condiciones de ausencia de oxígenoacidez del agua, y gran presencia de taninos vegetales, lo cual cual impide que surjan los agentes bioactivos que intervienen en la degradación de los cadáveres
El hombre de Lindow no tenía caries a pesar de tener 25 años. Esto se debe a que no comía azúcares en la medida que hacemos hoy en día nosotros.


Aquí unas pinzas para estrangular la úvula o las hemorroides
Aquí tenemos un tapete hecho en seda por mujeres analfabetas del norte de la India para concienciar sobre la propagación del sida y cómo hacer para evitarlo. Si os fijáis el tapete está rodeado de imágenes de condones. En el tapete se habla del problema de las transfusiones de sangre, de las agujas infectadas, de cómo se transmite al hijo...
Este es una figura de un dios de una etnia malaya. Este dios vivía en los árboles y en el suelo y se mosqueaba mucho si construías tu casa o hacías una carretera sobre donde vivías entonces te castigaba mandándote una diarrea. La postura del dios es bastante explícita.
Como podéis ver la diarrea y las heces es algo que siempre estará presente en nuestras vidas (este es un libro que vi al salir del museo en la librería Blackwells)

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