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domingo, 31 de agosto de 2014

Antibióticos en nuestra cadena alimenticia

Desde su descubrimiento hace ya 80 años, los antibióticos han revolucionado la medicina. Sin embargo, su uso, y lo que es más dramático, su maluso, ha seleccionado algunas bacterias que son capaces de resistir a todos los antibióticos disponibles por la medicina. La mayoría de las bacterias que se encuentran en los hospitales presentan algún grado de resistencia a uno o varios antibióticos, esto lleva a que muchos tratamientos fallen, aumenta los costes para el hospital y la sociedad y fatalmente puede llevar a la muerte en casos de ancianos, inmunodeprimidos... La resistencia de las bacterias a los antibióticos ha inaugurado la nueva "Era Post-antibiótica" en donde ya no estamos 100% a salvo de las enfermedades infecciosas. En la Unión Europea mueren al año 25000 personas por esta causa.
Cuando utilizamos cualquier tipo de antibióticos en personas, animales, plantas favorecemos la selección natural de bacterias resistentes. Además, las bacterias resistentes no conocen fronteras ni límites geográficos. El mal uso de los antibióticos en un país afecta a los demás ya que las bacterias viajan con nosotros en los barcos, carros, aviones.
A muchos animales de granja se les administra, de manera rutinaria en el pienso, antibióticos. De esta manera preventiva se evita que se enfermen. Antes de que esta práctica fuese prohibida en Europa en 2006 era común utilizar los antibióticos para favorecer el crecimiento de los animales. Dado que existe una cabaña ganadera inmensa a nivel mundial, la cantidad usada de antibióticos en ganadería excede de largo la usada para uso humano.
A pesar de ello hay muchas asociaciones médicas, ambientalistas... dando fondos para prohibir este tipo de mala práctica aberrante
El mal uso de los antibióticos en ganadería tiene serias consecuencias para la salud pública. La selección de bacterias resistentes en ganadería llega a los humanos a través del consumo de alimentos, por contacto con esos mismos animales o a través de aguas contaminadas. Debido a que los productos cárnicos viajan a través de todo el mundo este tipo de bacterias resistentes se dispersan rápido.
Salmonella y Campylobacter, dos de las bacterias responsables de muchas intoxicaciones alimentarias están alcanzando cada vez mayores niveles de resistencia a antibióticos. Un buen ejemplo son las fluoroquinolonas, un grupo de antibióticos que se usan para tratar diarrea en humanos ya que son activas contra Campylobacter sp, Salmonellae, Shigellae, Vibrios, Yersinia enterocolítica. Las fluoroquinolonas son antibióticos de amplio espectro que juegan un papel importante en el tratamiento de varias infecciones bacterianas graves, especialmente infecciones adquiridas en hospital y en infecciones en las que se sospecha que las bacterias implicadas ya son resistentes a antibióticos más clásicos.  Pues bien, un estudio de 2012, demuestra que este tipo de antibióticos tan importantes se siguen utilizando de manera preventiva en ganadería en EEUU a pesar de estar prohibidos. 
Referencia:
http://www.sciencedaily.com/releases/2012/04/120405131431.htm

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