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jueves, 9 de octubre de 2014

Si obedeces nunca tienes la culpa. Reflexión sobre la forma de proceder en una epidemia

Contesto a la pregunta que formula la periodista de Publico: no tienen la culpa porque el que obedece no se equivoca. Ellos obedecieron, salió mal, entonces hay que buscar a alguien que no esté en la cadena de mando. Es así de fácil. El problema es cuando este proceder no es exclusivo del gobierno sino que gran parte del país se rige por este algoritmo.

Por qué el PP nunca tiene la culpa

Los hechos demuestran a lo largo de los años que los gobiernos del Partido Popular nunca han asumido responsabilidad alguna en las peores crisis del país y han optado siempre por estrategias que acaben culpando a las opciones con menos recursos o posibilidades de defenderse

ANA PARDO DE VERA Madrid 09/10/2014 14:08 
La ministra de Sanidad, Ana Mato, en el punto de mira por la crisis del ébola. EFE

La ministra de Sanidad, Ana Mato, en el punto de mira por la crisis del ébola. EFE

La estrategia del PP, tanto en el Gobierno central como en el madrileño, de culpar de forma virulenta a la auxiliar de enfermería Teresa Romero de su propio contagio de ébola -la han acusado de "mentir" y "ocultar" sus síntomas-, ha encendido a la opinión pública, cuyo malestar se lleva haciendo patente en las redes sociales desde el lunes.​
Sin embargo, tal y como puede comprobarse a lo largo de los años y de la gestión del Partido Popular en varios gobiernos, este hecho no es nuevo y, dando respuesta al dicho "en política no existen las casualidades", la actuación de los conservadores respondería siempre a una calculada estrategia de volcar su propia responsabilidad en varias de las peores crisis de este país sobre los elementos con menos opciones de defensa, sea un perro o sea un juez.
- Crisis del ébola (2014). El perro Excálibur de Teresa Romero fue el primero en 'asumir' su responsabilidad en el contagio de su dueña y fue sacrificado ayer por el Gobierno madrileño. Ni estaba contagiado ni se demostró en ningún momento que la mejor decisión fuera matarlo; al revés, y más allá del componente afectivo de la mascota de Romero, los científicos pidieron que siguiera vivo para estudiarlo. La siguiente en ser señalada como culpable por el PP ha sido la propia contagiada, que se tocó la cara con el traje de protección tras atender al misionero García Viejo, infectado en África. Que el protocolo del Ministerio de Ana Mato esté incompleto e ignore parte de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud sobre la retirada de los equipos de protección es lo de menos.
- Tragedia en Ceuta (2014). La conclusión de Interior es que los 15 inmigrantes que intentaron llegar a España a nado en la frontera de Marruecos con Ceuta son culpables de su propia muerte por ahogamiento. Que el material antidisturbios de la Guardia Civil (bolas de goma, botes de humo y cartuchos de fogueo) impactara contra los débiles nadadores es lo de menos. Que otros 23 inmigrantes fueran devueltos a Marruecos de forma ilegal, también. Que el director de la Guardia Civil y amigo del presidente del Gobierno, Arsenio Fernández de Mesa, mintiera, no cuenta. La culpa es de los inmigrantes por estar desesperados.
- Accidente ferroviario en Santiago de Compostela (2013). Según el Gobierno, sólo el maquinista que conducía el tren, Francisco José Garzón, fue el responsable de hacer colisionar el Alvia en la curva 'A Granderia' de Angrois, a 3 km. de Santiago de Compostela (A Coruña) y que muriesen 80 personas y hubiese decenas de heridos y traumatizados. La insuficiente señalización de la vía, el precario sistema de seguridad para los cambios bruscos en la alta velocidad (220 a 80 km/h), las recomendaciones continuas de los maquinistas para que se resolviesen éstas y otras deficiencias, la distracción de Garzón por la llamada de trabajo recibida en el tramo de frenado o la señal avanzada de 4 km en vía libre son lo de menos. No ha habido una sola responsabilidad de la Administración y el responsable segundo del Ministerio de Fomento, Rafael Catalá, fue ascendido a ministro de Justicia hace unas semanas.
- Caso Bankia (2012-sin cerrar). Que Miguel Blesa, compañero del colegio de Aznar, utilizara Caja Madrid como su propio cortijo para comprar a políticos de PP, PSOE e IU y sindicalistas, haciéndolos ricos y haciéndose él más rico aún a costa de estafas (preferentes) a sus clientes es lo de menos. Que la caja madrileña pasase a ser un banco presidido por Rodrigo Rato, exvicepresidente de Aznar y presidente del FMI, en una operación que ha esquilmado las arcas públicas no cuenta. El único condenado por ahora a 17 años de inhabilitación es el juez que se atrevió a hacer pisar la cárcel a Blesa, Elpidio Silva.
- Caso Gürtel (2009-sin cerrar). El primero en caer fue el juez que comenzó la investigación de la trama de corrupción incrustada en el Partido Popular, Baltasar Garzón. El Tribunal Supremo condenó a once años de inhabilitación al magistrado que también trató de abrir un proceso sobre el régimen franquista. Que buena parte de los encarcelados por la Gürtel, incluido el cabecilla Francisco Correa, estuvieran en la boda de la hija de Aznar o en las administraciones y puestos orgánicos del PP es lo de menos.
- Crisis económica (2007-sin concluir, aunque Rajoy dice que está acabando). La conclusión del Gobierno es que los ciudadanos, que han vivido por encima de sus posibilidades pidiendo créditos hasta para respirar, son los responsables de la crisis, por eso son ellos quienes tienen que soportar los recortes y las bajadas de sueldos. La irresponsabilidad (e ilegalidad en muchos casos) de las entidades financieras, las leyes alentando la especulación inmobiliaria redactadas por el Gobierno Aznar, la falta de control de los mercados y la corrupción para enriquecerse desde las instituciones son lo de menos. O son culpa de los ciudadanos que eligen a quienes gobiernan su vida.
- Accidente del Metro de Valencia (2006). 43 muertos y 47 heridos. La culpa según la Generalitat Valenciana encabezada por Francisco Camps (PP) fue del conductor, Joaquín Pardo, uno de los fallecidos. La insuficiencia de los sistemas de seguridad por ser hasta 40 veces más baratos que los del resto de los metros de España, una curva en donde ya había habido un descarrilamiento en 2003 sin que se tomaran medidas posteriores y las ventanillas de plástico sin sujeción de los vagones fueron lo de menos. No se asumieron responsabilidades políticas.
- Atentado del 11-M (2004). 198 muertos, cerca de 2.000 heridos e incontables traumatizados. El Gobierno de José María Aznar trató en vano de culpar a la banda terrorista ETA, con llamamientos a los medios de comunicación, circulares a instancias internacionales y ruedas de prensa dirigiendo la responsabilidad a los etarras. El proceso judicial por este atentado concluyó que fueron fanáticos yihadistas quienes organizaron y cometieron el atentado, pero algunos sectores conservadores, todavía hoy, siguen insistiendo en que ETA estaba allí y es culpable.
- Yak-42 (2003). Murieron en Turquía 62 militares españoles y 13 miembros de la tripulación. Al frente del Ministerio de Defensa, Federico Trillo-Figueroa. Se demostraron manipulaciones en los cadáveres, fallos en la identificación, precipitación para celebrar los funerales de Estado, presiones desde el Ministerio a las familias de los militares muertos,... Los culpables: tres militares que recibían órdenes, pero que según el Gobierno de José María Aznar, actuaron por su cuenta, algo inédito en las Fuerzas Armadas Españolas. Desde el sector conservador, también se intentó informar sobre pilotos del Este borrachos y azafatas ucranianas dormilonas, pero los documentos oficiales echaron por tierra estas especulaciones sobre la tripulación y sí recogieron el mal estado del avión siniestrado, cuya elección se mostró como un cúmulo de subcontratas con dinero perdido por el camino. Se abrieron seis procesos judiciales y no hubo ni una dimisión en el Gobierno. Trillo es hoy el embajador de España en Reino Unido.
- Hundimiento del Prestige (2002). El único culpable fue el capitán del petrolero hundido en 2002 frente a las costas gallegas, Apostolos Mangouras. O tal vez 'alguien' más, pues según Ana Botella entonces: "En la catástrofe del Prestige sólo hubo un culpable: el barco". Que el ministro de Fomento, Francisco Álvarez-Cascos, o el presidente de la Xunta de Galicia, Manuel Fraga, estuvieran desaparecidos de cacería en las primeras y decisivas horas de la catástrofe es lo de menos.

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