Yo tuve la suerte de contar con una mentora, Adela G. de la Campa, que además de ser buena científica es una persona responsable y se preocupó de mantener los plazos y pude acabar mi tesis en tiempo y forma. Parece lo normal pero no lo es. Hay mentores que son unos irresponsables y otros llegan a ser máquinas de picar carne de becario.
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