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jueves, 14 de mayo de 2015

Karen Mullis desarrolla alfámeros contra bacterias resistentes

No sabía que Karen Mullis, el descubridor de la PCR estaba en activo y tenía una compañía Biotech, Altermune Tech. Pues si. Los viejos rockeros nunca mueren. Ahora acaba de publicar una técnica para combatir a las bacterias resistentes a los antibióticos.
Alphamers
El plan es el siguiente. Ellos desarrollan los alfámeros, los alfámeros son esas bolitas con una especie de doble hélice (en púrpura) se unen a moléculas que se encuentran en la superficie de una bacteria resistente (violeta). Estos alfámeros en su extremo superior están unidos a tres moléculas de azucar galactosa. La galactosa es un azucar extraño en el interior de nuestro cuerpo y va a ser reconocido por anticuerpos específicos que se encuentran en la sangre humana. De esta forma se recubre la bacteria de anticuerpos que van a ser reconocidos por las células del sistema inmune que así tendrán más fácil reconocer a las bacterias en sangre.

Hace años a las bacterias en sangre se las combatía eficazmente con antibióticos. Hoy en día bacterias como Staphylococcus aureus es prácticamente resistente a todo tipo de antibióticos. Es por esto que necesitamos alternativas terapéuticas YA. Esta tecnología es muy potente porque los alfámeros se pueden generar por millones de millones y probar en laboratorio para ver si tienen capacidad de adherir determinado tipo de bacterias resistentes. En laboratorio fácilmente se determinan que secuencias de ADN determinan la unión a la bacteria y a partir de ahí esa secuencia se manda a fábrica y comienza la producción industrial. De esta manera es muy fácil generar nuevos alfámeros según se vayan necesitando.

A bote pronto le encuentro dos problemas a esta técnica: uno, que las bacterias pueden tener distintas moléculas para realizar la misma función. Por ejemplo las porinas. Las porinas son canales, como si fueran las válvulas de la rueda de una bicicleta, que sirven para que las bacterias comuniquen su interior con el exterior. Normalmente una bacteria tiene un juego de distintas porinas. Si hay una droga que se une a una porina en concreto, la presión selectiva hará que aparezcan rápidamente bacterias hijas que repriman la expresión de esta porina y expresen porinas que tengan una actividad complementaria. Una segunda objeción es que las bacterias pueden producir cadenas largas de LPS (lipopolisacárido, cadenas largas de moléculas de azucar) que oculten prácticamente a las porinas. Si las bacterias producen cadenas largas de LPS, estas cadenas ocultaran esas moléculas de la superficie a los alfámeros.

Pero como todo en ciencia, posiblemente en el futuro haya manera de evitar este tipo de problemas. Las bacterias resistentes a los antibióticos es un problema tan acuciante que cualquier solución, cualquier alternativa es bienvenida.


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