Un paciente de tuberculosis es tratado en un hospital. Los tratamientos para curar esta enfermedad duran un año y son costosos para el sistema de salud. |
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jueves, 29 de octubre de 2015
La tuberculosis supera al SIDA en número de muertes
La tuberculosis es ya la enfermedad infecciosa más letal del planeta. El último Informe global sobre Tuberculosis,
publicado este miércoles por la Organización Mundial de la Salud,
confirma que ha superado al sida. Mycobacterium tuberculosis fue la cause, en 2014, de
1,5 millones de muertes, mientras que el virus del VIH se cobró 1,2
millones de vidas.
martes, 27 de octubre de 2015
Trasplantes de heces por la nariz: ¡Mejor que los antibióticos!
Peor todavía que el aceite de ricino. ¿Por qué hemos permitido que apareciesen resistencias a los antibióticos?. Se espera que en 2050 se mueran al año 10 millones de personas de enfermedades que hoy en día podemos tratar con antibióticos. Está bien ser imaginativos y buscar una alternativa a los antibióticos pero... ¿Tanto?
http://www.businessinsider.com.au/science-says-a-poo-transplant-taken-through-the-nose-works-better-than-antibiotics-2015-10
http://www.businessinsider.com.au/science-says-a-poo-transplant-taken-through-the-nose-works-better-than-antibiotics-2015-10
El número de postdocs empieza a disminuir en los EEUU
Después de muchos años de burbuja académica, ésta empieza a desinflarse en los EEUU. Para que luego animen a los niños a los niños a dedicarse a la ciencia.
En este trabajo se ven los efectos de crecer postdocs en un medio de cultivo pobre: no se adaptan y renuncian a la carrera científica. ¿Quién les alentó? ¿Inversiones desorbitadas con el único fin de conseguir patentes y supremacía industrial?
Referencia:
http://www.nature.com/news/massive-pool-of-us-biomedical-postdocs-starts-to-shrink-1.18632?WT.mc_id=FBK_NA_1510_NEWSUSPOSTDOCSHRINKAGE_PORTFOLIO
En este trabajo se ven los efectos de crecer postdocs en un medio de cultivo pobre: no se adaptan y renuncian a la carrera científica. ¿Quién les alentó? ¿Inversiones desorbitadas con el único fin de conseguir patentes y supremacía industrial?
La tasa de aumento de postdocs en ciencia a partir de 2007 no era normal. Había muchas esperanzas de que la biomedicina se convirtiese en una nueva industria tan prometedora como la computación pero las expectativas no se cumplieron y se recortaron fondos. Con ellos se fueron muchos científicos. Fuente Nature |
¡Corred por vuestras vidas! |
http://www.nature.com/news/massive-pool-of-us-biomedical-postdocs-starts-to-shrink-1.18632?WT.mc_id=FBK_NA_1510_NEWSUSPOSTDOCSHRINKAGE_PORTFOLIO
jueves, 22 de octubre de 2015
Comunicación entre bacterias a través de impulsos eléctricos
Noticia reproducida de la Agencia Sinc.
La investigación de Garcia Ojalvo y Suel, publicada hoy en la revista Nature, ha revelado que las bacterias usan los canales iónicos para comunicarse entre sí cuando se encuentran en dificultades debido, por ejemplo, a la falta de nutrientes. Esto pasa frecuentemente en biofilms bacterianos, colonias celulares en las que conviven millones de bacterias cuando estas se ven en condiciones adversas. Estas comunidades ayudan a las bacterias a sobrevivir mejor, y pueden llegar a constituir un problema clínico y medioambiental para los seres humanos, debido a su extrema resistencia a antibióticos y otros agentes desinfectantes.
Aplicación en epilepsia y migrañas
En los biofilms bacterianos, las bacterias del interior se encuentran en una situación de gran estrés debido a la falta de nutrientes. Este estudio pone de manifiesto que estas bacterias envían señales eléctricas a las bacterias de la periferia del biofilm, menos estresadas, para que las ayuden a sobrevivir dejando pasar más nutrientes.
La principal moneda de cambio de esta interacción entre las células es el glutamato, y el ión asociado es el potasio. Curiosamente, el glutamato y el potasio desempeñan también un papel muy importante en trastornos neuronales como las auras, ondas de actividad eléctrica anormal que se producen en el cerebro de personas con epilepsia y migrañas. Los autores esperan que el fenómeno descubierto ahora en bacterias pueda ser el precursor de dichos comportamientos patológicos en el cerebro humano.
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Biofilm bacteriano teñido con marcador de potencial de acción azul. / UPF
Uno de los principales activos de nuestro cuerpo es el sistema nervioso. Nuestros pensamientos, nuestra inteligencia, la manera en la que percibimos el mundo a través de nuestros sentidos y cómo actuamos sobre él a través de nuestros músculos, dependen de la comunicación eléctrica entre células especializadas, las neuronas. Cada milésima de segundo, grandes cantidades de átomos cargados (iones) entran y salen de nuestras neuronas dando lugar a pequeñas corrientes eléctricas cuya propagación permite que distintas partes de nuestro cuerpo (en particular en nuestro cerebro) se comuniquen de forma muy eficiente.
Hasta el momento solo se había observado comunicación eléctrica en células relativamente complejas, empezando por los paramecios. Pero una investigación liderada por Jordi García Ojalvo, director del laboratorio de Dinámica de Sistemas Biológicos del departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (DCEXS) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), en estrecha colaboración con Gürol Süel, profesor asociado en el departamento de Biología Molecular de la Universidad de California San Diego (UCSD), demuestra que células tan simples como las bacterias usan señales eléctricas para comunicarse entre sí.
Las bacterias usan los canales iónicos para comunicarse entre sí cuando se encuentran en dificultades debido, por ejemplo, a la falta de nutrientes. Desde hace años se conoce que las bacterias tienen canales iónicos, estructuras que permiten a los iones entrar y salir de las células. De hecho, estas estructuras han sido cruciales para ayudar a los científicos a entender cómo son los canales iónicos de las neuronas de nuestro cerebro. Pero, hasta el momento, el uso que dichos canales tenían en bacterias era un auténtico misterio.
Uno de los principales activos de nuestro cuerpo es el sistema nervioso. Nuestros pensamientos, nuestra inteligencia, la manera en la que percibimos el mundo a través de nuestros sentidos y cómo actuamos sobre él a través de nuestros músculos, dependen de la comunicación eléctrica entre células especializadas, las neuronas. Cada milésima de segundo, grandes cantidades de átomos cargados (iones) entran y salen de nuestras neuronas dando lugar a pequeñas corrientes eléctricas cuya propagación permite que distintas partes de nuestro cuerpo (en particular en nuestro cerebro) se comuniquen de forma muy eficiente.
Hasta el momento solo se había observado comunicación eléctrica en células relativamente complejas, empezando por los paramecios. Pero una investigación liderada por Jordi García Ojalvo, director del laboratorio de Dinámica de Sistemas Biológicos del departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud (DCEXS) de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), en estrecha colaboración con Gürol Süel, profesor asociado en el departamento de Biología Molecular de la Universidad de California San Diego (UCSD), demuestra que células tan simples como las bacterias usan señales eléctricas para comunicarse entre sí.
Las bacterias usan los canales iónicos para comunicarse entre sí cuando se encuentran en dificultades debido, por ejemplo, a la falta de nutrientes. Desde hace años se conoce que las bacterias tienen canales iónicos, estructuras que permiten a los iones entrar y salir de las células. De hecho, estas estructuras han sido cruciales para ayudar a los científicos a entender cómo son los canales iónicos de las neuronas de nuestro cerebro. Pero, hasta el momento, el uso que dichos canales tenían en bacterias era un auténtico misterio.
Los autores lograron medir las oscilaciones del potencial de membrana entre las células de un biofilm. Esto indica que utilizan las descargas eléctricas para comunicarse entre ellas. |
La investigación de Garcia Ojalvo y Suel, publicada hoy en la revista Nature, ha revelado que las bacterias usan los canales iónicos para comunicarse entre sí cuando se encuentran en dificultades debido, por ejemplo, a la falta de nutrientes. Esto pasa frecuentemente en biofilms bacterianos, colonias celulares en las que conviven millones de bacterias cuando estas se ven en condiciones adversas. Estas comunidades ayudan a las bacterias a sobrevivir mejor, y pueden llegar a constituir un problema clínico y medioambiental para los seres humanos, debido a su extrema resistencia a antibióticos y otros agentes desinfectantes.
Aplicación en epilepsia y migrañas
En los biofilms bacterianos, las bacterias del interior se encuentran en una situación de gran estrés debido a la falta de nutrientes. Este estudio pone de manifiesto que estas bacterias envían señales eléctricas a las bacterias de la periferia del biofilm, menos estresadas, para que las ayuden a sobrevivir dejando pasar más nutrientes.
La principal moneda de cambio de esta interacción entre las células es el glutamato, y el ión asociado es el potasio. Curiosamente, el glutamato y el potasio desempeñan también un papel muy importante en trastornos neuronales como las auras, ondas de actividad eléctrica anormal que se producen en el cerebro de personas con epilepsia y migrañas. Los autores esperan que el fenómeno descubierto ahora en bacterias pueda ser el precursor de dichos comportamientos patológicos en el cerebro humano.
lunes, 19 de octubre de 2015
La cosmética es más importante que los medicamentos
La eflornitina es un fármaco muy útil para combatir la enfermedad del sueño, una enfermedad producida por un parásito que se transmite con la picadura de la mosca Tse tse. Es un fármaco caro y cuya administración es complicada. Demasiados problema para la sanidad de países africanos, como Uganda, sumidos en la pobreza y conflictos internos. Este fármaco se comercializa en los países ricos para evitar la pelusa del bigote de las mujeres.
Este documental "El sueño de Bianca" incluido en la serie "Invisibles" narra el drama de que exista cura pero no se comercialice donde se necesita a nivel médico porque no hay con que pagarlo y si esté disponible en las estanterías de las tiendas de cosmética. Manuel Ansede escribió en Materia un interesante artículo sobre las enfermedades olvidadas por falta de mercado.
Este documental "El sueño de Bianca" incluido en la serie "Invisibles" narra el drama de que exista cura pero no se comercialice donde se necesita a nivel médico porque no hay con que pagarlo y si esté disponible en las estanterías de las tiendas de cosmética. Manuel Ansede escribió en Materia un interesante artículo sobre las enfermedades olvidadas por falta de mercado.
domingo, 18 de octubre de 2015
Premio Nobel de Medicina 2015 y el Ecuador
De lo mejor que he leído sobre este premio es la entrada del blog Cerca del Leteo de Javier Peteiro. Es muy interesante la historia de una de las ganadoras del premio Nobel de Medicina de este año, Youyou Tu, descubridora de un nuevo medicamento contra la malaria, la dihidroartemisina, que es más eficaz que la cloroquina que se utilizaba anteriormente. En ambos descubrimientos, la artemisina y la quina, hubo un rastreo previo de conocimientos ancestrales.
En el caso de la quina hay que señalar que se descubrió en el Ecuador. Un Jesuita, Juan
López, le recomienda a la condesa de Chinchón, esposa del Virrey de Perú, allá por 1638, que había enfermado de "fiebres malignas" que tomara la corteza de un árbol nativo de Loja,
el “yuragchuchu”. Dice él mismo que se había curado por consejo del
indio malacato Pedro Leyva, cacique de Rumishitama, cerca de Malacatos,
hoy provincia de Loja, Ecuador, quien tenía conocimiento de las virtudes medicinales de esta planta que crecía en la selva lojana.
Este cacique a su vez cuenta que estando muy enfermo por fiebres bebió
de las aguas de un río donde había un bosque de la planta, habiéndose
curado. El medicamento, con no poca resistencia, es administrado a la
condesa, quien se cura.
Por algún tiempo la planta de la quina permanece relegada y sobre todo sin un conocimiento científico de su especie y sus virtudes, hasta que en 1739 con la llegada de la Misión Geodésica Francesa a Ecuador, liderada por Charles Marie de La Condamine, y el médico y botánico, Joseph Jossieu. La Condamine estudia los bosques de Cajanuma (10 Km. al Sur de Loja), enviando una muestra botánica a Carlos Lineo, quien la clasifica científicamente y bautiza a la planta como Cinchona officinalis en honor de la Condesa Ana de Chinchón, a quien se atribuye como la primera mujer curada por la planta.
Posteriormente vienen a la Real Audiencia de Quito los sabios Humboldt,
(en 1802), alemán (foto); y Mutis, (en 1808), español. Los dos
científicos estuvieron en Cuenca y Loja, describen a la planta y otras
variedades de la misma, pero la mejor dicen que es la quina roja de
Loja, y la clasifican como Cinchona Succirubra (Humboldt). José
Celestino Mutis envía plantas a Linneo hijo, quien clasifica siete
variedades.
En el caso de Youyou Tu, el descubrimiento del remedio de la malaria basada en la planta Artemisa annua L. se debe a los escritos de un sabio chino del S IX dc. Pero para eso mejor leer la entrada de Cerca del Leteo. Hoy en día muchos laboratorios buscan en el conocimiento ancestral plantas y sustancias que puedan ser aprovechadas para su explotación comercial. El problema es que muchas de estas sustancias se patentan fuera del país que las ha descubierto, sin que haya ningún retorno económico para aquellas comunidades poseedoras del conocimiento de sus propiedades terapéuticas. Por ejemplo, en 1970, se colectaron en el Ecuador ranas Epipedobates tricolor para extraerle una sustancia más potente que la morfina. Esta sustancia fue patentada en los EEUU. En 1986, la Ayahuasca, utilizada por chamanes indígenas, fue patentada por la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU aunque en 1999 esta patente fuera revocada (Fuente Propiedad Intelectual Ecuador)
Quina Roja, se trata de la corteza de árboles de Cinchona succirubra. Se distingue de las otras Quinas por su color rojo al interior de la corteza y por el sabor menos aromático y más astringente. |
Por algún tiempo la planta de la quina permanece relegada y sobre todo sin un conocimiento científico de su especie y sus virtudes, hasta que en 1739 con la llegada de la Misión Geodésica Francesa a Ecuador, liderada por Charles Marie de La Condamine, y el médico y botánico, Joseph Jossieu. La Condamine estudia los bosques de Cajanuma (10 Km. al Sur de Loja), enviando una muestra botánica a Carlos Lineo, quien la clasifica científicamente y bautiza a la planta como Cinchona officinalis en honor de la Condesa Ana de Chinchón, a quien se atribuye como la primera mujer curada por la planta.
José Celestino Mutis, botánico y matemático. Fuente Wikipedia |
En el caso de Youyou Tu, el descubrimiento del remedio de la malaria basada en la planta Artemisa annua L. se debe a los escritos de un sabio chino del S IX dc. Pero para eso mejor leer la entrada de Cerca del Leteo. Hoy en día muchos laboratorios buscan en el conocimiento ancestral plantas y sustancias que puedan ser aprovechadas para su explotación comercial. El problema es que muchas de estas sustancias se patentan fuera del país que las ha descubierto, sin que haya ningún retorno económico para aquellas comunidades poseedoras del conocimiento de sus propiedades terapéuticas. Por ejemplo, en 1970, se colectaron en el Ecuador ranas Epipedobates tricolor para extraerle una sustancia más potente que la morfina. Esta sustancia fue patentada en los EEUU. En 1986, la Ayahuasca, utilizada por chamanes indígenas, fue patentada por la Oficina de Patentes y Marcas de EE.UU aunque en 1999 esta patente fuera revocada (Fuente Propiedad Intelectual Ecuador)
viernes, 16 de octubre de 2015
Por qué hay personas que nunca tienen caries
Por su interés reproduzco este artículo de El País.
Nuestro cuerpo es mucho más que genes. Somos también los
miles de bacterias que habitan en nuestro organismo y su genoma
multiplica por cien el material genético de nuestras células. A estos
huéspedes o microbios pegados en nuestra piel y mucosas no les sale
gratis el alojamiento, sino que trabajan todos los alimentos que
digerimos asimilándolos en forma de moléculas para ayudar al metabolismo
de las vitaminas, azúcares, colesterol o ácidos biliares. Gracias a las técnicas de la genómica,
el estudio de la microbiota podría ser un nuevo paso hacia la medicina
personalizada, de forma que si se logra descifrar su funcionamiento
podrían prevenirse futuras enfermedades asociadas a las alteraciones de
nuestras bacterias.
Para entender la microbiota, primero hay que despojarse de viejos prejuicios. Su imagen se asocia a los patógenos o gérmenes desde que investigadores del siglo XIX identificaran algunos microorganismos como vehículos de enfermedades infecciosas. Décadas después, el concepto pasó a considerarse como una carga innecesaria de bichos en nuestro interior. “En las facultades de Medicina de los años setenta, las bacterias se entendían como unos comensales que se aprovechaban de nosotros o que ensuciaban, pero no molestaban”, recuerda Francisco Guarner, jefe de sección de servicio de aparato digestivo del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
¿Mejor cuanto más sucios?
Los experimentos con animales completamente libres de bacterias, o germ-free, significaron un punto de inflexión a finales del siglo XX al comprobarse que la ausencia de microbiota se traducía en problemas en el crecimiento, en los sistemas inmune y endocrino y en el funcionamiento del cerebro y tubo digestivo. “Entendimos que estar libre de bacterias es peor, porque con los alimentos que comemos elaboran sustancias que nos sirven como nutrientes que no habíamos ingerido”, explica Guarner.
“Con las nuevas técnicas hemos descubierto de repente una variedad de microorganismos que desconocíamos, por eso debemos reconsiderar todos los axiomas establecidos hasta ahora. Por ejemplo, no podíamos sospechar que la dermis tuviera tanta variedad bacteriana, de forma que hay más diferencias entre la piel de detrás de la oreja y de la ingle que entre los microbiomas del desierto del Sáhara y del Polo Norte”, apunta Daniel Ramón, director científico de la compañía biotecnológica Biopolis, de Valencia.
Pero las funciones que mayor interés despiertan tienen que ver con la obesidad o la conducta. En 2013 un grupo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington demostró que las bacterias transmiten el fenotipo (rasgos particulares heredados). Se escogieron a gemelos humanos de los que uno era delgado y otro obeso, y se transplantaron sus excreciones a ratones libres de bacterias. Los investigadores observaron que los roedores que engordaban eran los receptores de la microbiota del gemelo de mayor peso, mostrando que la flora intestinal puede ser clave entre la delgadez y la obesidad.
Cuando las preocupaciones y el estrés atacan a nuestros nervios, la
digestión se resiente. La explicación reside en el eje que conecta el
sistema nervioso con el aparato gastrointestinal, gut-brain axis,
que actúa como un segundo cerebro, de forma que los cambios de la
microbiota intestinal pueden influir en los circuitos neuronales, en la
percepción del dolor o la ansiedad.
Como ese eje actúa bidireccionalmente, el estrés psicológico puede alterar funciones y percepciones gastrointestinales (retortijones) mientras que las sensaciones del aparato digestivo pueden afectar a las emociones y la conducta (una comida que pone de buen humor). Aunque se pensaba que la conducta estaba ligada a la especie, una investigación de la Universidad McMaster de Hamilton, en Canadá, ha demostrado que el comportamiento depende también de las bacterias de cada especie. El estudio, de 2013, midió con dos razas distintas de ratones el tiempo que les costaba decidirse a saltar desde una plataforma: la raza rápida tardaba 20 segundos y la lenta varios minutos. A esta última, se le injertó microbiota intestinal de la raza rápida y los ratones lentos empezaron a acelerar su ritmo.
Además del consumo de antibióticos, la pérdida de diversidad
bacteriana se vincula a la aparición cada vez más frecuente de alergias
como resultado del exceso de higiene. En Suecia, un estudio ha analizado
los factores ambientales que influyen en las alergias infantiles al
polen de abedul. Investigadores de la unidad de Neumología Pediátrica
del Queen Silvia Children’s Hospital de Gotemburgo han observado que en
las casas donde hay lavaplatos el riesgo de que los niños sufran
alergias es mayor. La clave reside en la temperatura del agua, de 65ºen
el lavavajillas frente a 30º en el fregadero, eliminando bacterias
buenas para la diversidad microbiana.
“También han demostrado que los niños que consumen bacterias vivas gracias al yogur, chucrut o pepino fermentados ayudan a instruir mejor a su sistema inmune para evitar el error de identificar al polen como enemigo, el mecanismo por el que se produce la alergia”, explica Guarner, coordinador español del Proyecto Internacional del Microbioma Humano, un consorcio internacional que tiene el reto de analizar el catálogo de más de 10 millones genes que hay en el intestino humano, tras analizar a individuos de América, China y Europa.
Uno de los ecosistemas donde mejor puede observarse la estrecha relación entre factores ambientales y el equilibrio de la microbiota es el órgano genital femenino. La acidez de la vagina, similar a la del yogur, la convierte en un territorio inhóspito para los patógenos. Pero factores como la elevada frecuencia de las relaciones sexuales o las duchas vaginales de agua caliente y jabones íntimos neutralizan su pH eliminando las colonias de lactobacilos, el escudo bacteriano contra la invasión de microorganismos indeseables. “Los lactobacilos son muy sensibles también al tabaco, las penicilinas o los antitumorales. Pero, dada la proximidad de orificios, los patógenos más importantes causantes de infecciones se refieren a bacterias que en el intestino son buenas pero cuando pasan a la vagina resultan patógenas”, señala Evaristo Suárez, catedrático de Microbiología de la Universidad de Oviedo.
Al igual que el ADN, cada persona tiene una composición bacteriana personal. Un reciente estudio de la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science, indica que las comunidades microbianas podrían identificarnos al igual que lo hace la huella digital, demostrando que es posible usar secuencias de ADN de los microbios residentes en nuestro cuerpo sin requerir ADN humano.“Si nuestro modo de vida no cambia con el tiempo esto podría funcionar, de lo contrario algunas de esas huellas desaparecerían. Nuestra microbiota cambia día a día, por lo que se necesitará tiempo para identificar qué bacterias son exclusivas de cada persona”, apunta el bioinformático Francisco Codoñer, director de Lifesequencing, la primera empresa española en secuenciación genómica que, desde 2012, lleva analizadas más de 8.000 secuencias de microbioma.
Lo más fascinante son las posibles asociaciones entre muchas patologías y los cambios en nuestros microorganismos. Pero la incógnita está en descifrar si son la causa o la consecuencia de una enfermedad. “Si se lograse entender llegaríamos a la medicina personalizada, porque la misma composición bacteriana tiene efectos totalmente distintos en cada persona. Dentro de 20 años se podrá seguir a partir de los perfiles individuales de microbiota para prevenir patologías”, vaticina Codoñer.
Tras experimentar el Proceliac en cultivos celulares y en animales, secuenciar su genoma y garantizar su seguridad alimentaria en colaboración con la empresa Biopolis y Lifesequencing, se realizó un ensayo clínico en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y en el Sant Joan de Reus con niños recién diagnosticados como celíacos. “Se vio la misma respuesta antiinflamatoria, pero también se comprobó que su microbiota, como la de otras personas con inflamación intestinal, sufría un desequilibrio, y con el probiótico podían reequilibrarla”, explica Daniel Ramón, director científico de Biopolis. “Recomendamos su uso siempre en una dieta libre de gluten, porque el celiaco se expone a un montón de trasgresiones involuntarias”.
Otro probiótico pionero estudiado en España está relacionado con los patógenos que habitan en la boca. Las caries, que afectan a más del 80% de la población mundial, parecían no tener remedio hasta que el equipo liderado por Álex Mira, director del laboratorio de Microbioma Humano en FISABIO, dio con la clave de por qué en unas personas aparecen y en otras no sin depender del grado de higiene bucal. “Nuestra paciente cero fue una compañera que nunca había tenido caries, pero su novio las había padecido antes de conocerla y ya no las tenía tras estar juntos. Pensamos que podía pasarle bacterias con efecto protector a través de la saliva en los besos”, recuerda Mira.
Y así fue. Su equipo encontró en las personas libres de caries mayor presencia de una nueva especie de bacteria a la que llamaron ‘Streptococcus dentisani’, que mata a los causantes de esa enfermedad bucal a través de las bacteriocinas, antibióticos que de forma natural luchan contra otros microorganismos formando un escudo. Con función antibacteriana y antiácida para regular el pH de la boca, el producto Dentisani se encuentra en la fase clínica con humanos a la espera de llegar al mercado en forma de barniz para su uso profesional y en forma de pasta de dientes, comprimidos masticables o yogur para su consumo general.
¿Sirven para todo?
Con el punto de mira en nuestra piel y en las mucosas de los aparatos digestivo, respiratorio y de los órganos genitales, el término ‘probiótico’ acompaña a innumerables productos que prometen promover nuestra salud aumentando la microbiota en forma de lácteos, zumos, infusiones, grageas, cremas, champús, tampones o desodorantes.
“Los probióticos crean fans absolutos y detractores irreductibles. Los probióticos no valen para todo, solo cumplen una función determinada. Hay quien dice que los probióticos curarán el autismo. Puede ser, pero dentro de mucho tiempo. Hay que tener cuidado con los entusiastas”, señala el catedrático Evaristo Suárez.
Para Daniel Ramón, investigador en biotecnología de los alimentos, se deben distinguir los productos que contienen microorganismos vivos que cumplen la definición de la FAO como “suplementos nutricionales para el bienestar general”, y los probióticos para hacer frente a la diabetes tipo 2 o a la celiaquía, porque en estos se necesita invertir mucho dinero y tiempo para elaborar el informe científico que demuestre su evidencia clínica: “No hay duda de que dentro de 10 o 15 años saldrá al mercado un fármaco que será un probiótico. Las grandes corporaciones farmacéuticas están comprando empresas especializadas en microbioma o especializadas en probióticos porque se han dado cuenta de que eso tendrá salida. Pero ese futuro pasará por el rigor científico. Los probióticos que no cuenten con un informe científico se caerán”, advierte.
¿Qué hay de los prebióticos?
No hay que confundirlos: los probióticos, presentes en varios productos fermentados como la leche, el yogur o el kéfir, favorecen el crecimiento de la población microbiana. Los prebióticos, en cambio, alimentan a nuestros microorganismos a partir de una dieta rica en fibra y verduras impulsando las bifidobacterias
Para entender la microbiota, primero hay que despojarse de viejos prejuicios. Su imagen se asocia a los patógenos o gérmenes desde que investigadores del siglo XIX identificaran algunos microorganismos como vehículos de enfermedades infecciosas. Décadas después, el concepto pasó a considerarse como una carga innecesaria de bichos en nuestro interior. “En las facultades de Medicina de los años setenta, las bacterias se entendían como unos comensales que se aprovechaban de nosotros o que ensuciaban, pero no molestaban”, recuerda Francisco Guarner, jefe de sección de servicio de aparato digestivo del Hospital Vall d’Hebron de Barcelona.
¿Mejor cuanto más sucios?
Los experimentos con animales completamente libres de bacterias, o germ-free, significaron un punto de inflexión a finales del siglo XX al comprobarse que la ausencia de microbiota se traducía en problemas en el crecimiento, en los sistemas inmune y endocrino y en el funcionamiento del cerebro y tubo digestivo. “Entendimos que estar libre de bacterias es peor, porque con los alimentos que comemos elaboran sustancias que nos sirven como nutrientes que no habíamos ingerido”, explica Guarner.
“Con las nuevas técnicas hemos descubierto de repente una variedad de microorganismos que desconocíamos, por eso debemos reconsiderar todos los axiomas establecidos hasta ahora. Por ejemplo, no podíamos sospechar que la dermis tuviera tanta variedad bacteriana, de forma que hay más diferencias entre la piel de detrás de la oreja y de la ingle que entre los microbiomas del desierto del Sáhara y del Polo Norte”, apunta Daniel Ramón, director científico de la compañía biotecnológica Biopolis, de Valencia.
El intestino como segundo cerebro
En el ecosistema del intestino grueso habitan entre 500 y 1000 especies de bacterias. En el colon, una de las residencias preferidas por estos huéspedes que actúa como una cámara a 37º con movimientos lentos, todo lo que hemos digerido se mantiene entre uno y dos días, no solo para que los microorganismos se pongan las botas, sino para que se active nuestro sistema inmune modulando la tolerancia o defensa frente a los agentes externos.Pero las funciones que mayor interés despiertan tienen que ver con la obesidad o la conducta. En 2013 un grupo de la Escuela de Medicina de la Universidad de Washington demostró que las bacterias transmiten el fenotipo (rasgos particulares heredados). Se escogieron a gemelos humanos de los que uno era delgado y otro obeso, y se transplantaron sus excreciones a ratones libres de bacterias. Los investigadores observaron que los roedores que engordaban eran los receptores de la microbiota del gemelo de mayor peso, mostrando que la flora intestinal puede ser clave entre la delgadez y la obesidad.
Los miles de microorganismos que viven en
nosotros podrían tener la llave de la medicina personalizada si se logra
descifrar la asociación entre enfermedad y los cambios de nuestras
bacterias
Como ese eje actúa bidireccionalmente, el estrés psicológico puede alterar funciones y percepciones gastrointestinales (retortijones) mientras que las sensaciones del aparato digestivo pueden afectar a las emociones y la conducta (una comida que pone de buen humor). Aunque se pensaba que la conducta estaba ligada a la especie, una investigación de la Universidad McMaster de Hamilton, en Canadá, ha demostrado que el comportamiento depende también de las bacterias de cada especie. El estudio, de 2013, midió con dos razas distintas de ratones el tiempo que les costaba decidirse a saltar desde una plataforma: la raza rápida tardaba 20 segundos y la lenta varios minutos. A esta última, se le injertó microbiota intestinal de la raza rápida y los ratones lentos empezaron a acelerar su ritmo.
La limpieza, enemiga de nuestra microbiota
¿Quién no ha sentido que su energía baja al tomar un antibiótico? Esa falta de fuerza se debe a la acción antibacteriana del medicamento, que elimina patógenos y a la vez un buen número de bacterias amigas para nuestro organismo. Pero, tras ese síndrome de depresión metabólica, la microbiota puede llegar a recuperarse por sí misma. “Pensamos que existen reservorios (conjunto de organismos vivos) en zonas como el íleon, próximo al apéndice, que restauran la microbiota. Pero todavía no sabemos a qué nivel intervienen la microbiota interna y la externa que recibimos en la dieta”, explica Andrés Moya, catedrático de Genética de la Universidad de Valencia e investigador de la Unidad Mixta de Investigación en Genómica y Salud de la Fundación para el Fomento de la Investigación Sanitaria y Biomédica de la Comunidad Valenciana (FISABIO).
Cada persona tiene una composición bacteriana personal y podría identificarnos al igual que lo hace la huella digital
“También han demostrado que los niños que consumen bacterias vivas gracias al yogur, chucrut o pepino fermentados ayudan a instruir mejor a su sistema inmune para evitar el error de identificar al polen como enemigo, el mecanismo por el que se produce la alergia”, explica Guarner, coordinador español del Proyecto Internacional del Microbioma Humano, un consorcio internacional que tiene el reto de analizar el catálogo de más de 10 millones genes que hay en el intestino humano, tras analizar a individuos de América, China y Europa.
Uno de los ecosistemas donde mejor puede observarse la estrecha relación entre factores ambientales y el equilibrio de la microbiota es el órgano genital femenino. La acidez de la vagina, similar a la del yogur, la convierte en un territorio inhóspito para los patógenos. Pero factores como la elevada frecuencia de las relaciones sexuales o las duchas vaginales de agua caliente y jabones íntimos neutralizan su pH eliminando las colonias de lactobacilos, el escudo bacteriano contra la invasión de microorganismos indeseables. “Los lactobacilos son muy sensibles también al tabaco, las penicilinas o los antitumorales. Pero, dada la proximidad de orificios, los patógenos más importantes causantes de infecciones se refieren a bacterias que en el intestino son buenas pero cuando pasan a la vagina resultan patógenas”, señala Evaristo Suárez, catedrático de Microbiología de la Universidad de Oviedo.
Una vía hacia la medicina personalizada
La microbiota no solo cambia por la alimentación o los hábitos. Debido a su plasticidad y dependencia del hábitat, las bacterias también evolucionan con la edad. “Los niños todavía no tienen establecida su microbiota. La del bebé es muy distinta de la del adulto, pero no sabemos por qué cambia. Tampoco podemos definir qué es una microbiota normal o sana, porque es muy heterogénea según cada persona. Por eso, el concepto de salud podría estar ahora en cuestionamiento”, indica Moya, cuyo equipo espera trabajar en cooperación con otros grupos de investigación para hallar alteraciones de la microbiota asociadas a patologías como la artritis reumatoide, la colitis por la bacteria clostridium, la obesidad, diabetes tipo 2, insuficiencia cardíaca, bronquitis crónica, fibrosis quística, sida, lupus o epilepsia.Al igual que el ADN, cada persona tiene una composición bacteriana personal. Un reciente estudio de la Escuela T.H. Chan de Salud Pública de la Universidad de Harvard, publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Science, indica que las comunidades microbianas podrían identificarnos al igual que lo hace la huella digital, demostrando que es posible usar secuencias de ADN de los microbios residentes en nuestro cuerpo sin requerir ADN humano.“Si nuestro modo de vida no cambia con el tiempo esto podría funcionar, de lo contrario algunas de esas huellas desaparecerían. Nuestra microbiota cambia día a día, por lo que se necesitará tiempo para identificar qué bacterias son exclusivas de cada persona”, apunta el bioinformático Francisco Codoñer, director de Lifesequencing, la primera empresa española en secuenciación genómica que, desde 2012, lleva analizadas más de 8.000 secuencias de microbioma.
Lo más fascinante son las posibles asociaciones entre muchas patologías y los cambios en nuestros microorganismos. Pero la incógnita está en descifrar si son la causa o la consecuencia de una enfermedad. “Si se lograse entender llegaríamos a la medicina personalizada, porque la misma composición bacteriana tiene efectos totalmente distintos en cada persona. Dentro de 20 años se podrá seguir a partir de los perfiles individuales de microbiota para prevenir patologías”, vaticina Codoñer.
Probióticos ‘made in Spain’
Con patentes transferidas a más de 30 países, Proceliac supuso cuatro años de desarrollo para salir al mercado como probiótico en forma de leche en polvo para prevenir el efecto inflamatorio asociado a la ingesta accidental de gluten en las personas celíacas. En 2007, el grupo de la investigadora Yolanda Sanz, del Instituto de Agroquímica y Tecnología de los Alimentos del CSIC, aisló la bacteria Bifidobacterium longum ES1, que combate la gliadina (una proteína), presente en la formación del gluten de varios cereales, capaz de dar una respuesta antiinflamatoria en el intestino.Tras experimentar el Proceliac en cultivos celulares y en animales, secuenciar su genoma y garantizar su seguridad alimentaria en colaboración con la empresa Biopolis y Lifesequencing, se realizó un ensayo clínico en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona y en el Sant Joan de Reus con niños recién diagnosticados como celíacos. “Se vio la misma respuesta antiinflamatoria, pero también se comprobó que su microbiota, como la de otras personas con inflamación intestinal, sufría un desequilibrio, y con el probiótico podían reequilibrarla”, explica Daniel Ramón, director científico de Biopolis. “Recomendamos su uso siempre en una dieta libre de gluten, porque el celiaco se expone a un montón de trasgresiones involuntarias”.
Otro probiótico pionero estudiado en España está relacionado con los patógenos que habitan en la boca. Las caries, que afectan a más del 80% de la población mundial, parecían no tener remedio hasta que el equipo liderado por Álex Mira, director del laboratorio de Microbioma Humano en FISABIO, dio con la clave de por qué en unas personas aparecen y en otras no sin depender del grado de higiene bucal. “Nuestra paciente cero fue una compañera que nunca había tenido caries, pero su novio las había padecido antes de conocerla y ya no las tenía tras estar juntos. Pensamos que podía pasarle bacterias con efecto protector a través de la saliva en los besos”, recuerda Mira.
Y así fue. Su equipo encontró en las personas libres de caries mayor presencia de una nueva especie de bacteria a la que llamaron ‘Streptococcus dentisani’, que mata a los causantes de esa enfermedad bucal a través de las bacteriocinas, antibióticos que de forma natural luchan contra otros microorganismos formando un escudo. Con función antibacteriana y antiácida para regular el pH de la boca, el producto Dentisani se encuentra en la fase clínica con humanos a la espera de llegar al mercado en forma de barniz para su uso profesional y en forma de pasta de dientes, comprimidos masticables o yogur para su consumo general.
¿Sirven para todo?
Con el punto de mira en nuestra piel y en las mucosas de los aparatos digestivo, respiratorio y de los órganos genitales, el término ‘probiótico’ acompaña a innumerables productos que prometen promover nuestra salud aumentando la microbiota en forma de lácteos, zumos, infusiones, grageas, cremas, champús, tampones o desodorantes.
“Los probióticos crean fans absolutos y detractores irreductibles. Los probióticos no valen para todo, solo cumplen una función determinada. Hay quien dice que los probióticos curarán el autismo. Puede ser, pero dentro de mucho tiempo. Hay que tener cuidado con los entusiastas”, señala el catedrático Evaristo Suárez.
Para Daniel Ramón, investigador en biotecnología de los alimentos, se deben distinguir los productos que contienen microorganismos vivos que cumplen la definición de la FAO como “suplementos nutricionales para el bienestar general”, y los probióticos para hacer frente a la diabetes tipo 2 o a la celiaquía, porque en estos se necesita invertir mucho dinero y tiempo para elaborar el informe científico que demuestre su evidencia clínica: “No hay duda de que dentro de 10 o 15 años saldrá al mercado un fármaco que será un probiótico. Las grandes corporaciones farmacéuticas están comprando empresas especializadas en microbioma o especializadas en probióticos porque se han dado cuenta de que eso tendrá salida. Pero ese futuro pasará por el rigor científico. Los probióticos que no cuenten con un informe científico se caerán”, advierte.
¿Qué hay de los prebióticos?
No hay que confundirlos: los probióticos, presentes en varios productos fermentados como la leche, el yogur o el kéfir, favorecen el crecimiento de la población microbiana. Los prebióticos, en cambio, alimentan a nuestros microorganismos a partir de una dieta rica en fibra y verduras impulsando las bifidobacterias
Ejército inspirado en los cascos azules para luchar en la “guerra contra los patógenos”
Muy inspiradora esta entrevista de El País a Margaret Chan, directora general de la Organización Mundial de la Salud, en la que propone la creación de un ejército para combatir las enfermedades infecciosas emergentes. Si crean ese ejército que cuenten conmigo :)
jueves, 15 de octubre de 2015
Reparación de ADN premio Nobel de química 2015
http://www.ivoox.com/cafe-desqbre-15-10-2015-audios-mp3_rf_9004281_1.html
El premio Nobel de química de 2015 se ha concedido a tres investigadores que han descifrado los mecanismos de reparación del ADN. ¿El ADN se repara? si. El ADN cuando se copia a veces comete errores. Lo que no se sabía en 1970, cuando estos investigadores estaban trabajando en sus laboratorios, era que las bacterias (y luego se vio que también en animales superiores) eran capaces de corregir esos errores con una serie de enzimas (proteínas) que funcionan igual que los correctores de los editores de texto. Como las proteínas son moléculas basadas en el ADN, los estudios de estos investigadores explicaron el porqué hay personas que con 40 años se mueren de cancer de pulmón y otras personas llegan a los 100 años fumando dos cajetillas diarias de tabaco. Las personas que no tienen esa maquinaria de reparación de ADN funcionando al 100% van a acumular más mutaciones a lo largo de su vida y por ello van a morir de cáncer mucho más jóvenes.
El ADN a diario sufre mutaciones por ejemplo cuando una célula se divide en dos células hijas. Al copiar el ADN se puede cometer errores, lo que puede originar una mutación perjudicial. También la exposición al humo de tabaco, la radiación ultravioleta, agentes químicos puede originar que la información del ADN se dañe. Hasta ahí era lo que se sabía en 1970. Cuando Sancar, Modrich y Lindahl descubrieron la maquinaria enzimática de reparación del ADN pudieron explicar que las tasas de mutación del ADN no ocurren por igual en todos los individuos. Aquellos que tienen a su vez mutaciones perjudiciales en los genes que codifican para las enzimas (proteínas) de la maquinaria de reparación no van a poder eliminar los errores de su ADN eficazmente, por tanto, están más expuestos a contraer un cáncer.
Veamos ahora cuales fueron sus contribuciones:
Tomas Lindahl (Estocolmo, 1938), trabaja en el Instituto Francis Crick del Reino Unido. Ha demostrado que la molécula de ADN se desintegra, descubriendo la maquinaria molecular, la reparación por escisión de bases, que evita el colapso del ADN:
En este caso la base alterada es retirada del ADN por un tipo de enzimas denominados glicosidasas. Hay varias y cada una se ocupa de un tipo de modificación (Hipoxantina-ADN glicosidasa, uracil-ADN -glicosidasa, etc.). Cuando estas retiran la base dañada se genera un sitio AP (también se pueden generar sitios AP por otras causas), que resultaría muy mutagénico si se dejase sin reparar, ya que bloquearía la replicación o transcripción del ADN en ese punto, por lo que seguidamente interviene una endonucleasa que retira el resto de ribosa fosfato del sitio AP, dejando un hueco de un nucleótido que es rellenado inmediatamente por la acción de una polimerasa del ADN, por último la hebra es sellada por la ligasa.
Paul Modrich (1946), investigador de la Universidad de Duke (EE.UU). Ha demostrado como la célula corrige los errores que sufre el ADN cuando se divide la célula, reparación de apareamientos erróneos, reduce mil veces la frecuencia de errores:
Santiago Carrillo, fumador de dos cajetillas diarias de tabaco murió con 98 años. La razón está en que hay personas que tienen la maquinaria de reparación de ADN en buen estado y Don Santiago debía de ser una de ellas. |
Veamos ahora cuales fueron sus contribuciones:
Aziz Sancar investigador en la Universidad de Carolina del Norte. Ha descrito la reparación por escisión de nucleótidos, mecanismo que usan las células para reparar el daño del ADN por rayos UV:
Reparación de ADN por escisión de nucleótidos
Reparación de daños provocados por la radiación ultravioleta
Tomas Lindahl (Estocolmo, 1938), trabaja en el Instituto Francis Crick del Reino Unido. Ha demostrado que la molécula de ADN se desintegra, descubriendo la maquinaria molecular, la reparación por escisión de bases, que evita el colapso del ADN:
En este caso la base alterada es retirada del ADN por un tipo de enzimas denominados glicosidasas. Hay varias y cada una se ocupa de un tipo de modificación (Hipoxantina-ADN glicosidasa, uracil-ADN -glicosidasa, etc.). Cuando estas retiran la base dañada se genera un sitio AP (también se pueden generar sitios AP por otras causas), que resultaría muy mutagénico si se dejase sin reparar, ya que bloquearía la replicación o transcripción del ADN en ese punto, por lo que seguidamente interviene una endonucleasa que retira el resto de ribosa fosfato del sitio AP, dejando un hueco de un nucleótido que es rellenado inmediatamente por la acción de una polimerasa del ADN, por último la hebra es sellada por la ligasa.
Paul Modrich (1946), investigador de la Universidad de Duke (EE.UU). Ha demostrado como la célula corrige los errores que sufre el ADN cuando se divide la célula, reparación de apareamientos erróneos, reduce mil veces la frecuencia de errores:
Reparación mismatch
Los descubrimientos de los mecanismos de reparación de ADN ponen de manifiesto dos tendencias contrapuestas en la evolución de los organismos: la necesidad de mantener la integridad de la información genética y la necesidad de que exista variabilidad en las poblaciones, variabilidad necesaria para que la evolución exista a partir de la selección de aquellos individuos más adaptados al entorno. En procariotas (bacterias) existen mecanismos de reparación de ADN y también mecanismos para compartir ADN de manera horizontal, es decir, entre ellas. Además cuando las poblaciones están en estrés las bacterias bloquean los mecanismos de reparación de ADN para permitir que las poblaciones sean diversas.
En condiciones normales, de no estrés, las bacterias tienen los mecanismos de reparación de ADN funcionando, evitando en lo posible que sus genomas acumulen mutaciones. Esto es así porque una vez que una bacteria está perfectamente adaptada a un ambiente lo más rentable, en términos de adaptación (fitness reproductiva) es mantenerse en ese estado.
En humanos ocurre lo mismo solo que no podemos intercambiar ADN de manera horizontal. Podemos, eso si, permitir que nuestros hijos no sean una copia nuestra mezclando nuestro genoma con el de nuestra pareja sexual. De esa manera tenemos dos copias de cada gen, uno del padre y otro de la madre. Esto proporciona beneficios evidentes. Por ejemplo, en el caso de la hemofilia, que está originada por un gen dañado, en las mujeres casi no tiene incidencia porque tienen dos copias del gen. El gen de la hemofilia está localizado en el cromosoma X, los hombres sólo tenemos un cromosoma X porque el par cromosómico está formado por XY.
Árbol genealógico familia real de la reina Victoria de Inglaterra. Las mujeres representadas por círculos y los hombres por cuadrados. Los cuadrados negros representan a hombres hemofílicos. Los círculos con un punto en el centro representan a mujeres portadoras del gen defectuoso pero que no sufren hemofilia al tener el otro gen en perfecto estado. En la figura se observa los estragos que supone para los haploides (una sola copia) tener un gen defectuoso frente a los diploides (dos copias). Fuente |
Alfred Nobel y la tierra de diatomeas
Alfred Nobel, el padre de los famosos premios, fue un inventor sueco cuyo descubrimiento más famoso, y el que lo hizo rico, fue la dinamita. Su padre fue ingeniero e inventor y ya experimentaba con explosivos. De carácter emprendedor, su padre quebró económicamente justo cuando nació Alfred. Por este motivo la familia se mudó a Rusia donde el padre trabajó fabricando explosivos para el ejercito del Zar. En esta aventura le fue bien y gracias a ello Alfred recibió una educación esmerada llegando a hablar sueco, francés, ruso, inglés y alemán.
La mirada del padre de Alfred Nobel es enérgica y penetrante. Un ingeniero al que le gustaba experimentar con explosivos y que no quería que su hijo se dedicase a la poesía y la literatura. |
La nitroglicerina es una mezcla de glicerina con ácido sulfúrico y ácido nítrico. Esta mezcla es como juntar el hambre y las ganas de comer, es decir, químicamente es poner una sustancia oxidante y otra reductiva. Los explosivos liberan su energía en fracciones de segundo. Es como la gasolina, que si se deja al aire se oxida y libera calor, pero muy lentamente. Una vela también se oxida, pero su oxidación se acelera cuando le aplicamos una llama. La llama acelera su oxidación, y esta reacción libera calor, que es la llama de la vela, o en el caso de la gasolina, una oxidación más exotérmica, la llama y la velocidad de reacción es más rápida, por lo que arde con más “alegría”. La nitroglicerina también se oxida rápidamente provocando una explosión si se le aplica calor (por ejemplo una chispa eléctrica, o la presión ejercida por un detonador
Diatomeas aumentadas a X400 |
Nobel
comprobó que la pasta formada por la nitroglicerina y la tierra de
diatomeas conservaba las propiedades explosivas, pero era menos sensible
al impacto y se podía transportar y manejar con mayor seguridad. Las diatomeas son unos protozoos
que tienen un caparazón de sílice. La tierra de diatomeas es muy
muy absorbente. Alfred Nobel empapó la tierra de diatomeas y así, al
estar estabilizada, se podía manejar en cartuchos de papel, los
famosos cartuchos de dinamita. Dicho así parece fácil pero durante
los experimentos realizados para estabilizar la dinamita hubo muchas
explosiones. En una de estas se murió su hermano Emil y otros
ayudantes.
En 1888 un diario francés recibió la noticia del fallecimiento del hermano mayor de Alfred, Ludvig Nobel, ingeniero y acaudalado petrolero. Los responsables del periódico confundieron al personaje con su hermano Alfred, también poseedor de una gran fortuna gracias sobre todo a su invento más popular, la dinamita. Así, el diario abrió la noticia con el titular El mercader de la muerte ha muerto, pasando a describir a Alfred Nobel como el hombre “que hizo su fortuna encontrando maneras de matar a más gente que nunca en el menor tiempo posible”. Aquella descripción conmocionó profundamente a Nobel, y que influyó en su decisión de legar su fortuna “a aquellos que, durante el año precedente, hayan conferido los mayores beneficios a la humanidad”. Nobel murió en 1996 sin hijos y en 1900 se constituyó la Fundación Nobel con los 31 millones de coronas suecas de su herencia (actualizado a hoy, unos 235 millones de euros) para crear los cinco premios anuales que él había especificado en su testamento: economía, química, medicina, literatura y de la paz.
lunes, 12 de octubre de 2015
Las bacterias también engordan
El cuerpo humano tiene dos reservas de energía: el glucógeno y la grasa. El glucógeno es una reserva de energía de corta duración, está compuesto de polímeros de glucosa que cuando se necesitan se liberan y la glucosa entra en el ciclo de Krebs donde se “quema” (oxida) liberando energía. Las grasas es una reserva de energía de larga duración. Podemos vivir de las reservas de nuestras grasas durante mucho tiempo sin necesidad de recurrir a otro alimento
Un dromedario puede durar hasta semanas sin digerir comida alguna, ya que se "alimentan" de la grasa acumulada en su joraba. En la fotografía se observa un dromedario que ha consumido sus reservas de grasa acumuladas en la joroba. Fuente: National Geographic y Wikifaunia. |
Muchos microorganismos en determinadas circunstancias almacenan tambien materiales de reserva. Es decir, la energía sobrante la acumulan como hacemos los humanos con las grasas. En el caso de las bacterias se trata de sustancias tales como: polisacáridos, lípidos, polifosfatos y azufre. Esto sucede cuando las sustancias de partida se encuentran en el medio, pero el crecimiento está limitado por la falta de nutrientes determinados o por la presencia de inhibidores.
Los materiales de reserva se encuentran en la célula en forma osmóticamente inerte. Cuando es necesario, vuelven a ser metabólicamente activos y sirven como fuente de carbono y energía, prolongando la vida bacteriana en ausencia de aportes externos o bien permitiendo la formación de esporas.
Polisacáridos
Entre los polisacáridos de reserva se han identificado (por su reacción con la solución de Lugol) moléculas de almidón (color azul) y glucógeno (color pardo), recuerde que a diferencia de los polisacáridos de la pared celular el monómero en este caso es alfa-D-glucosa y los enlaces en el polímero son alfa 1-4 glicosídicos. Una molécula similar al almidón distribuida en forma de pequeños gránulos se ha encontrado en Clostridium y se la denomino "granulosa". La presencia de glucógeno se ha demostrado en hongos, (entre ellos en levaduras), y enterobacterias (Salmonella, Escherichia etc.).
Se presentan como gotitas o gránulos teñibles con el colorante Sudan Black B (y toman por ello el nombre de "sudanófilos"). En muestras sin teñir, observando con el microscopio óptico, se reconocen por su gran refringencia.
En muchas bacterias están compuestos por un poliéster: el ácido poli-beta-hidroxibutírico (PHB),entre ellas las aeróbicas, las cianobacterias y en las fotótrofas anaeróbicas.
Célula con PHB como ( Glóbulos grandes dentro de la célula) |
Se han encontrado, además, polímeros semejantes en los cuales intervienen también el ácido propiónico o el beta hidroxivaleriano, estos materiales obtenidos de cultivos de microorganismos están siendo utilizados como materia prima en fabricación de envases por la característica (a diferencia del polietileno) de ser biodegradables.
Las levaduras y otros hongos almacenan lípidos en forma de grasas neutras, que en algunos casos (Candida, Rhodoturola) pueden constituir hasta un 80% del peso seco.
Las micobacterias pueden contener hasta un 40% de ceras (las ceras se componen de cadenas largas de ácidos grasos unidas a un polialcohol)
Polifosfatos
Se encuentran en forma de "gránulos" constituidos en su mayor parte por polifosfatos lineales tipo sal de Graham, las primeras observaciones se realizaron en Spirillum volutans, de allí el nombre de gránulos de volutina, que también se conocen como gránulos metacromáticos por el cambio de color en la tinción con colorantes como el azul de metileno. Estos polifosfatos permiten a la célula dividirse en ausencia de fosfato en el medio.
Azufre
Muchas bacterias, que viven en manantiales sulfurosos, oxidan sulfuro a sulfato almacenan azufre liquido en forma de esferas refringentes. El azufre pasa lentamente a la forma ortorrómbica.
Algunas bacterias (Thiobacillus) utilizan como fuente energética los compuestos reducidos del azufre llevándolos a sulfatos.
Algunas bacterias que como el Sulfolobus acidocaldarius, crecen en ambientes extremos como las fuentes termales ácidas ( crece a pH entre 2-3 y a temperaturas de 70 a 75 C), son capaces de oxidar el azufre elemental a ácido sulfúrico.
S-- + 2 O2-----> SO4 --
S + H2O + 1 1/2 O2------ > SO4 -- + 2 H+
S2O3-- + H2O + 2O2 --------> 2 SO4-- + 2 H+
Las bacteria rojas, fotosintéticas y anaeróbicas (Chromatium) utilizan SH2 como dador de hidrogeno.
Bacterias acidófilas de la mina de Touro (Coruña) |
También se deposita azufre como producto de desintoxicación del SH2 del medio en las cianobacterias.
En las profundidades marinas, en los limites entre las placas tectónicas donde aflora agua a 350 ºC, minerales y abundante SH2; en los lugares donde el afloramiento entra en contacto con el agua fría del mar pueden crecer bacterias oxidadoras de S o SH2 que sirven de base alimentaria a moluscos, helmintos y cangrejos. Un tubícola Riftia pachyptila tiene un órgano adaptado para que vivan en forma simbiótica las bacterias oxidados del SH2. La sangre suministra SH2 y oxigeno al órgano y las bacterias los productos de síntesis necesarios para el tubícola.
sábado, 10 de octubre de 2015
"Tienes que hacer un montón de castings y te dicen que ya no vales"
He leído la entrevista que le hace La Voz de Galicia al actor Carmelo Gómez. Un extracto de esta entrevista:
"-¿Qué ves en las generaciones nuevas?
-No veo mucho, la verdad. La tele la tengo rota y al
cine voy a ver cosas muy concretas. Sé que ahora se lleva mucho lo de
los castings, todo es muy estándar, se ha convertido en un circo donde
se coge a gente sin preparación solo porque da delante de la cámara...
Yo he hecho muchas pruebas y no las he pasado. No son tiempos para
actores que se han formado, son tiempos para gente más fresca que tienen
otra contextura de la que tenemos nosotros.
-Tu hija se dedica a la interpretación, ¿qué lección le puedes dar?
-Que lo deje lo antes posible. Pero ya sabes que los
hijos siempre hacen lo que quieren y hará al contrario de lo que le diga
yo. No me hace mucho caso, ella está metida en danza, teatro, canto... A
mí me da mucha pena que se dedique a esto porque he visto a mucha gente
hacer fracasar por la ilusión con la que defienden algo que les gusta. Y
bueno, tiene mi caso concreto: hace diez años me comía el mundo y ahora
no hago nada, tienes que hacer un montón de castings y te dicen que ya
no vales. Y eso no le pasa eso a un fontanero ni a un banquero. Es
contradictorio pero muy real".
Estas declaraciones podrían ser las de muchas personas que han trabajado en ciencia y que ahora encuentran que lo que saben no vale absolutamente nada. Aprovecho para dejaros el enlace de la entrevista a Pablo Castillejos que nos hablaba de ese desencanto de la ciencia, desencanto que es similar al de Carmelo Gómez por el cine.
lunes, 5 de octubre de 2015
Mestizaje, memoria y selección de grupo
La teoría neodarwiniana nos dice que la selección natural opera exclusivamente sobre individuos. El individuo es la unidad de selección. Hay controversias, por supuesto. Muchos investigadores sospechan que existe la selección de grupo aunque nadie es capaz de afirmarlo con rotundidad. A veces se escucha en las charlas sobre evolución frases como "esto sería selección de grupo sino fuese porque la selección de grupo realmente no existe". Nos enfrentamos al hecho de que en ciencia las afirmaciones hay que demostrarlas y la selección de grupo no ha sido totalmente demostrada (excepto cuando las cuentas de la selección de grupo coinciden con las de selección individual) porque siempre se puede dar una explicación del mismo fenómeno desde un mecanismo de selección individual.
Sin embargo, muchos creemos que la selección de grupo es una unidad de selección en el ámbito de los organismos complejos. Preferimos dar oportunidades a aquellos individuos que exhiban características que asumimos como nuestras.
En América Latina se ha dado un proceso de mestizaje, de europeos e indígenas. Este proceso no ha sido una suma de las partes porque los europeos han negado la memoria indígena obligando a la sociedad a un discurso único, un discurso que ha negado la identidad indígena condenándola a ser una identidad fallida, algo que les apartaba de la única identidad verdadera, la de los conquistadores.
Cualquiera que haya vivido en Latinoamérica habrá podido constatar lo profunda que es la herida causada por el mestizaje: la memoria del violador y la víctima viviendo en la misma persona. El proceso de conquista conllevó una anulación de todo el pasado indígena. Anular el pasado es anular la voz, el discurso. Un discurso que se mantuvo oculto y que creo sus estrategias de resistencia, como dice James S. Scott en su libro "Los dominados y el arte de la resistencia".
En Quito, Ecuador, existen muchos ejemplos de esa resistencia indígena en las iglesias: en la fachada de la Iglesia de San Agustín los símbolos de los evangelistas están sustituídos por un colibrí, un mono; en los frescos de la Catedral Metropolitana en la Última Cena los apóstoles comen cuy y beben chicha; en todas las iglesias del S. XVI quiteñas está representado el diablo; en el cielo de la iglesia de San Francisco hay dibujados soles incas...
La negación de la memoria indígena por parte de los españoles se manifiesta en que se han eliminado con saña todo tipo de vestigio anterior a la presencia española en la ciudad. Los muros que sostienen el monasterio de San Francisco, el de la Merced o el Palacio de Carondelet son muros de cantería Inca Imperial, sin mortero entre las piedras.
¿Se podría modelizar este tipo de conflicto en laboratorio? ¿En un ordenador?. El experimento podría ser ver como se desarrolla una estrategia altruísta en dos tipos de comunidades: una comunidad con una identidad de grupo definida y otra comunidad en la que dos identidades coexisten. Seguro que podríamos aprender mucho de modelos con estas características. ¿Deberíamos mantener las dos identidades? ¿Es una estrategia evolutivamente eficaz eliminar una de las dos identidades para jugar al juego con más posibilidades habiendo una sola identidad fuerte?. Seguramente la ciencia nos ofrecerá las respuestas a éstos interrogantes en el futuro. Eso si, habrá que tomar estas respuestas con mucho cuidado. No es lo mismo un experimento que un problema social que implica variables que no se pueden testar en las condiciones controladas de un frasco de laboratorio.
Sin embargo, muchos creemos que la selección de grupo es una unidad de selección en el ámbito de los organismos complejos. Preferimos dar oportunidades a aquellos individuos que exhiban características que asumimos como nuestras.
En América Latina se ha dado un proceso de mestizaje, de europeos e indígenas. Este proceso no ha sido una suma de las partes porque los europeos han negado la memoria indígena obligando a la sociedad a un discurso único, un discurso que ha negado la identidad indígena condenándola a ser una identidad fallida, algo que les apartaba de la única identidad verdadera, la de los conquistadores.
Cualquiera que haya vivido en Latinoamérica habrá podido constatar lo profunda que es la herida causada por el mestizaje: la memoria del violador y la víctima viviendo en la misma persona. El proceso de conquista conllevó una anulación de todo el pasado indígena. Anular el pasado es anular la voz, el discurso. Un discurso que se mantuvo oculto y que creo sus estrategias de resistencia, como dice James S. Scott en su libro "Los dominados y el arte de la resistencia".
En Quito, Ecuador, existen muchos ejemplos de esa resistencia indígena en las iglesias: en la fachada de la Iglesia de San Agustín los símbolos de los evangelistas están sustituídos por un colibrí, un mono; en los frescos de la Catedral Metropolitana en la Última Cena los apóstoles comen cuy y beben chicha; en todas las iglesias del S. XVI quiteñas está representado el diablo; en el cielo de la iglesia de San Francisco hay dibujados soles incas...
La negación de la memoria indígena por parte de los españoles se manifiesta en que se han eliminado con saña todo tipo de vestigio anterior a la presencia española en la ciudad. Los muros que sostienen el monasterio de San Francisco, el de la Merced o el Palacio de Carondelet son muros de cantería Inca Imperial, sin mortero entre las piedras.
¿Se podría modelizar este tipo de conflicto en laboratorio? ¿En un ordenador?. El experimento podría ser ver como se desarrolla una estrategia altruísta en dos tipos de comunidades: una comunidad con una identidad de grupo definida y otra comunidad en la que dos identidades coexisten. Seguro que podríamos aprender mucho de modelos con estas características. ¿Deberíamos mantener las dos identidades? ¿Es una estrategia evolutivamente eficaz eliminar una de las dos identidades para jugar al juego con más posibilidades habiendo una sola identidad fuerte?. Seguramente la ciencia nos ofrecerá las respuestas a éstos interrogantes en el futuro. Eso si, habrá que tomar estas respuestas con mucho cuidado. No es lo mismo un experimento que un problema social que implica variables que no se pueden testar en las condiciones controladas de un frasco de laboratorio.
domingo, 4 de octubre de 2015
sábado, 3 de octubre de 2015
Desfachatez de los periodistas
El de los periodista es un gremio cerrado que no permite el intrusismo en su campo. Si lo hiciesen bien no habría ningún problema pero en el campo de la cobertura de las noticias de ciencia en general no lo están haciendo bien. Un ejemplo es esta noticia en la que se me cita como si me hubiesen preguntado a mi directamente. En realidad lo que hicieron fue leer este blog, y en vez de citar la fuente, interpretaron lo que en su día escribí y lo pusieron de manera que parecían mis declaraciones: "La combinación de los dos genomas da una bacteria con más virulencia", afirma el microbiólogo Esteban Fernández Moreira. ". Esto no se puede hacer. Hoy he estado leyendo este mismo periódico online que manipuló mis palabras y me encuentro con este titular: "Científicos predicen la llegada de un mega-tsunami el doble de alto que el Big Ben". Leo la noticia y no encuentro, en la información que ofrecen, algo que justifique semejante titular alarmista. Los periodistas son muy celosos del intrusismo en su profesión pero tienen que reconocer que algunos temas se les escapan y no tienen criterio para poder dar una información coherente y veraz.
Se inyecta una bacteria y dice que se encuentra más fuerte :)
Es increíble como algunas noticias extravagantes del mundo de la microbiología llegan a tener repercusión en los medios de comunicación. Esto se debe a que muchos de los periodistas encargados de la sección de ciencias no tienen criterio para saber qué es relevante y lo que no. Hoy nos llega la noticia de un investigador ruso que se inyecta una bacteria y "dice" que se siente más fuerte y que no ha contraído enfermedades en los dos años siguientes a su "experimento". Aquí os dejo la noticia:
En 2009, durante una excavación en la montaña Mammoth de la República de Sajá, científicos descubrieron el hogar de los Yakutos, un pueblo turco que de forma involuntaria había estado consumiento por generaciones una bacteria llamada Bacillus cerus cepa F., conocida como "de la vida eterna".
Los investigadores habían descubierto que por años la bacteria, que se ha mantenido viva por 3,5 millones de años en el permafrost (o los hielos eternos), ha convivido con los habitantes de la región, quienes la han consumido a través del agua y por alguna razón, parecen vivir más tiempo.
Es por ello que el científico ruso Anatoli Brushkov, jefe del Departamento de Geocriología de la Universidad Estatal de Moscú, decidió convertirse en un conejillo de indias e inyectarse la bacteria, buscando probar sus efectos.
Según Brushkov, desde que se inyectó el microorganismo se siente "más fuerte y sano", y hace dos años que no contrae ninguna enfermedad. El nivel de estupidez de este "científico" es bastante elevada. El "amimefuncionismo" elevado a noticia en los medios de comunicación. Anatoli declara que: "Aunque no se trata de un experimento científico, no podría describir profesionalmente los efectos de la bacteria. Tal vez he tenido algún efecto secundario, pero son necesarios exámenes médicos especiales para detectarlos". Al menos ha tenido la honradez de explicar que no se trata de ciencia lo que ha hecho.
Según declaraciones de Anatoli a la prensa, decidió probar los efectos en su cuerpo después de exitosas experiencias en moscas de la fruta y ratones, quienes viven más tiempo de lo normal e incluso al envejecer, continúan reproduciéndose. ¿Ha publicado estos resultados en algún sitio? La única publicación de este autor con esta bacteria es un estudio genómico de 2013 en una revista que carece de índice de impacto.
Por ahora se desconoce cómo exactamente trabaja el microorganismo en el cuerpo, pero el científico asegura que su impacto en el sistema inmunológico es innegable. El siguiente paso es realizar el experimento con instrumental médico y en un lugar en condiciones controladas, buscando probar sus efectos.
"Tenemos que averiguar cómo esta bacteria previene el envejecimiento, averiguar cómo mantener ese mecanismo vivo y cómo poder utilizarlo para nuestro beneficio", indicó.
Fuente: Medical Daily
En 2009, durante una excavación en la montaña Mammoth de la República de Sajá, científicos descubrieron el hogar de los Yakutos, un pueblo turco que de forma involuntaria había estado consumiento por generaciones una bacteria llamada Bacillus cerus cepa F., conocida como "de la vida eterna".
Los investigadores habían descubierto que por años la bacteria, que se ha mantenido viva por 3,5 millones de años en el permafrost (o los hielos eternos), ha convivido con los habitantes de la región, quienes la han consumido a través del agua y por alguna razón, parecen vivir más tiempo.
Es por ello que el científico ruso Anatoli Brushkov, jefe del Departamento de Geocriología de la Universidad Estatal de Moscú, decidió convertirse en un conejillo de indias e inyectarse la bacteria, buscando probar sus efectos.
Según Brushkov, desde que se inyectó el microorganismo se siente "más fuerte y sano", y hace dos años que no contrae ninguna enfermedad. El nivel de estupidez de este "científico" es bastante elevada. El "amimefuncionismo" elevado a noticia en los medios de comunicación. Anatoli declara que: "Aunque no se trata de un experimento científico, no podría describir profesionalmente los efectos de la bacteria. Tal vez he tenido algún efecto secundario, pero son necesarios exámenes médicos especiales para detectarlos". Al menos ha tenido la honradez de explicar que no se trata de ciencia lo que ha hecho.
Según declaraciones de Anatoli a la prensa, decidió probar los efectos en su cuerpo después de exitosas experiencias en moscas de la fruta y ratones, quienes viven más tiempo de lo normal e incluso al envejecer, continúan reproduciéndose. ¿Ha publicado estos resultados en algún sitio? La única publicación de este autor con esta bacteria es un estudio genómico de 2013 en una revista que carece de índice de impacto.
Anatoli Brouchkov director del departamento de Geocriología de la Universidad Estatal de Moscú visitando el permafrost de donde ha aislado la bacteria. Fotografía: Anatoli Brouchkov |
Por ahora se desconoce cómo exactamente trabaja el microorganismo en el cuerpo, pero el científico asegura que su impacto en el sistema inmunológico es innegable. El siguiente paso es realizar el experimento con instrumental médico y en un lugar en condiciones controladas, buscando probar sus efectos.
"Tenemos que averiguar cómo esta bacteria previene el envejecimiento, averiguar cómo mantener ese mecanismo vivo y cómo poder utilizarlo para nuestro beneficio", indicó.
Fuente: Medical Daily
viernes, 2 de octubre de 2015
El lápiz y el papel como aprendizaje activo
Una de las mejores conferencias sobre microbiología la dio Stanley Maloy utilizando, no el archiconocido Powerpoint, sino un simple proyector de transparencias. En esa conferencia me di cuenta de la tiranía de las presentaciones de Powerpoint y cuanto se perdía por culpa de la tiranía de ese formato. Hoy en las aulas estamos utilizando mucha tecnología y hay competencias como el uso del lápiz y el papel que estamos perdiendo.
En Francia acaban de reconocer que los alumnos no saben gramática y que hay que volver al tradicional dictado. Hay en las nuevas tecnologías muchas herramientas que si ayudan en la tarea docente. Poder proyectar las moléculas ahorra mucho tiempo que antes el profesor "gastaba" dibujando la molécula en la pizarra. Durante mi carrera de biología había algún profesor que se pasaba la mitad de la clase haciendo dibujitos. Sin embargo, creo que hay un exceso de herramientas multimedia y que estas herramientas convierten al alumno en un receptor pasivo de la información. Cuando el alumno utiliza el lápiz y el papel él mismo reconstruye la molécula, la ruta metabólica, es parte activa del proceso.
Me ha hecho gracia el dibujo del artista francés Jean-March Cote en 1899 sobre como serían las clases en el año 2000:
En Francia acaban de reconocer que los alumnos no saben gramática y que hay que volver al tradicional dictado. Hay en las nuevas tecnologías muchas herramientas que si ayudan en la tarea docente. Poder proyectar las moléculas ahorra mucho tiempo que antes el profesor "gastaba" dibujando la molécula en la pizarra. Durante mi carrera de biología había algún profesor que se pasaba la mitad de la clase haciendo dibujitos. Sin embargo, creo que hay un exceso de herramientas multimedia y que estas herramientas convierten al alumno en un receptor pasivo de la información. Cuando el alumno utiliza el lápiz y el papel él mismo reconstruye la molécula, la ruta metabólica, es parte activa del proceso.
Me ha hecho gracia el dibujo del artista francés Jean-March Cote en 1899 sobre como serían las clases en el año 2000:
En este dibujo el autor de 1899 supone que lo eléctrico estará presente en las aulas (no se equivocó) y que habría una máquina para pasar contenidos educativos directamente al cerebro de los alumnos, lo más curioso de este dibujo es la PASIVIDAD de los alumnos, en eso tampoco se equivocó el dibujante Jean March Cote |
Charla hoy en el Campus Party de Quito
Hoy estaré en el Campus Party de Quito para hablar de los "Bacteriófagos como alternativa Open Source a los antibióticos".
Al empezar mi charla, enfrente de mi, sólo había dos personas. Una de ellas era mi acompañante. Tuve que empezar con un juego y buscar entre las personas que deambulaban por el Campus Party voluntarios para jugar. ¡Ánimo, solo son dos minutos!. Al final acabé llenando, pero eso si, tuve que echar mano de los recursos oratorios de los predicadores evangelistas.
Al acabar la charla me fui a tomar un café fuera del recinto de la Campus Party que está muy cerca de la línea ecuatorial. Eran las 12 del mediodía. Fijaos en la sombra que proyecto en la foto ¡Cómo se nota que el Sol estaba justo encima de mi cabeza!
¡Repartiendo ciencia! |
Al acabar la charla me fui a tomar un café fuera del recinto de la Campus Party que está muy cerca de la línea ecuatorial. Eran las 12 del mediodía. Fijaos en la sombra que proyecto en la foto ¡Cómo se nota que el Sol estaba justo encima de mi cabeza!
jueves, 1 de octubre de 2015
Meter una llave falsa en la cerradura: nueva estrategia antimicrobiana
Se ha publicado en Nature un nuevo compuesto que promete convertirse en una nueva clase de antibióticos. Sintetizado por la compañía Merck, el "Ribocil", una molécula sintética de ARN que mimetiza un ligando natural, la flavina mononucleotídica. Este ARN sintético al no ser la molécula original funcionaría como la típica llave que entra en la cerradura pero no es la llave de esa cerradura y cuando vamos a girar la llave se queda enganchada en la cerradura y no la podemos sacar ni tampoco abrir la puerta. Así es como funciona este nuevo tipo de compuesto. Este tipo estrategias como la tecnología basada en aptámeros también ha cautivado al padre de la PCR, Kary Mullis, que ha fundado la empresa Altermune.
Javier Sampedro, uno de los mejores periodistas de ciencia de España, se ha hecho eco de esta noticia, sin embargo, en el artículo de hoy comete algunas imprecisiones. Sugiere que "Los antibióticos actuales, como la penicilina de Fleming y la estreptomicina de Waksman, interfieren con ese sistema de traducción" y esto no es correcto. La estreptomicina si interfiere con el sistema de traducción, pero la penicilina lo que hace es debilitar la pared bacteriana cuando la bacteria se está dividiendo. Como la bacteria tiene presión interna, lo mismo que las ruedas de los coches, cuando se afloja la pared bacteriana y no se vuelve a tupir por la acción de la penicilina la bacteria literalmente explota.
A la izquierda podemos ver bacterias creciendo en presencia de penicilina. A la derecha podemos ver como se dividen y crecen las bacterias sino hay antibiótico en el medio de cultivo
Javier Sampedro, uno de los mejores periodistas de ciencia de España, se ha hecho eco de esta noticia, sin embargo, en el artículo de hoy comete algunas imprecisiones. Sugiere que "Los antibióticos actuales, como la penicilina de Fleming y la estreptomicina de Waksman, interfieren con ese sistema de traducción" y esto no es correcto. La estreptomicina si interfiere con el sistema de traducción, pero la penicilina lo que hace es debilitar la pared bacteriana cuando la bacteria se está dividiendo. Como la bacteria tiene presión interna, lo mismo que las ruedas de los coches, cuando se afloja la pared bacteriana y no se vuelve a tupir por la acción de la penicilina la bacteria literalmente explota.
La respuesta de los fagos a una bacteria al borde de un ataque de nervios
Los bacteriófagos (fagos, virus de bacterias) se comportan distinto dependiendo de si la bacteria está o no bajo estrés. Nos lo cuenta Merry Youle en el blog de la "American Society of Microbiology" Small Things Considered. Este post habla de como se induce al profago (un virus dormido en el ADN de la célula) durante la respuesta SOS (la respuesta de la bacteria a una situación de estrés). Este trabajo nos recuerda que la competición de los fagos por sus bacterias hospedadoras es muy fuerte y que esto tiene sentido porque fuera del laboratorio muchas veces las bacterias son infectadas por fagos distintos y que el fago de casa tiene, de alguna manera, tener estrategias para evitar a los polizones.
Referencia artículo original
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