Javier Sampedro, uno de los mejores periodistas de ciencia de España, se ha hecho eco de esta noticia, sin embargo, en el artículo de hoy comete algunas imprecisiones. Sugiere que "Los antibióticos actuales, como la penicilina de Fleming y la estreptomicina de Waksman, interfieren con ese sistema de traducción" y esto no es correcto. La estreptomicina si interfiere con el sistema de traducción, pero la penicilina lo que hace es debilitar la pared bacteriana cuando la bacteria se está dividiendo. Como la bacteria tiene presión interna, lo mismo que las ruedas de los coches, cuando se afloja la pared bacteriana y no se vuelve a tupir por la acción de la penicilina la bacteria literalmente explota.
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jueves, 1 de octubre de 2015
Meter una llave falsa en la cerradura: nueva estrategia antimicrobiana
Se ha publicado en Nature un nuevo compuesto que promete convertirse en una nueva clase de antibióticos. Sintetizado por la compañía Merck, el "Ribocil", una molécula sintética de ARN que mimetiza un ligando natural, la flavina mononucleotídica. Este ARN sintético al no ser la molécula original funcionaría como la típica llave que entra en la cerradura pero no es la llave de esa cerradura y cuando vamos a girar la llave se queda enganchada en la cerradura y no la podemos sacar ni tampoco abrir la puerta. Así es como funciona este nuevo tipo de compuesto. Este tipo estrategias como la tecnología basada en aptámeros también ha cautivado al padre de la PCR, Kary Mullis, que ha fundado la empresa Altermune.
Javier Sampedro, uno de los mejores periodistas de ciencia de España, se ha hecho eco de esta noticia, sin embargo, en el artículo de hoy comete algunas imprecisiones. Sugiere que "Los antibióticos actuales, como la penicilina de Fleming y la estreptomicina de Waksman, interfieren con ese sistema de traducción" y esto no es correcto. La estreptomicina si interfiere con el sistema de traducción, pero la penicilina lo que hace es debilitar la pared bacteriana cuando la bacteria se está dividiendo. Como la bacteria tiene presión interna, lo mismo que las ruedas de los coches, cuando se afloja la pared bacteriana y no se vuelve a tupir por la acción de la penicilina la bacteria literalmente explota.
A la izquierda podemos ver bacterias creciendo en presencia de penicilina. A la derecha podemos ver como se dividen y crecen las bacterias sino hay antibiótico en el medio de cultivo
Javier Sampedro, uno de los mejores periodistas de ciencia de España, se ha hecho eco de esta noticia, sin embargo, en el artículo de hoy comete algunas imprecisiones. Sugiere que "Los antibióticos actuales, como la penicilina de Fleming y la estreptomicina de Waksman, interfieren con ese sistema de traducción" y esto no es correcto. La estreptomicina si interfiere con el sistema de traducción, pero la penicilina lo que hace es debilitar la pared bacteriana cuando la bacteria se está dividiendo. Como la bacteria tiene presión interna, lo mismo que las ruedas de los coches, cuando se afloja la pared bacteriana y no se vuelve a tupir por la acción de la penicilina la bacteria literalmente explota.
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