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lunes, 11 de enero de 2016

Más sobre plagio






El plagio es una práctica habitual entre los estudiantes de universidad. Los trabajos que vienen a continuación son depositados en páginas como "Buenas tareas". Para acceder a dichos trabajos hay que tener una cuenta. Por eso mismo los programas de rastreo de plagio no pueden acceder a ellos. Se acabó lo de pedir un resumen de un libro. Ya hay decenas de trabajos sobre cualquier libro subidos a este tipo de páginas. Trabajos que no se pueden rastrear. La pena es que la calidad de estos trabajos es penosa. Tienen fallos de ortografía, errores de conceptos... y los alumnos los presentan como propios.


CAZADORES DE MICROBIOS
Capítulo 7 “ Elias Metchnikoof”
Los diligentes fagocitos
Elías Metchnikoff fue un judío nacido en el sur de Rusia, en 1845. Fue a la universidad de Kharkoff.

Le interesaba el estudio del protoplasma, pero se ocupó del estudio de la evolución de los gusanos. Tenía una manía de demostrar la supervivencia de los más aptos, de cómo la Humanidad resiste a los asaltos de gérmenes dañinos, aseverando que, los supervivientes no son los mejores, sino los más hábiles.

Un día mientras observaba una estrella de mar notaba células errantes del cuerpo de estas; esas células comen alimentos, devoran las partículas del carmín, pero también deben de comerse a los microbios.

Esas células errantes son la protección de la estrella de mar contra los microbios. Nuestras células errantes, los glóbulos blancos, deben ser los que nos protegen contra los microbios invasores, son seguramente la causa de nuestra inmunidad contra las enfermedades, son las que impiden que contraigamos enfermedades.

De ser cierta mi teoría, una estrella introducida en una estrella de mar pronto se verá rodeada de células errantes, y entonces recordé que, cuando las personas se pinchan los dedos pronto quedan rodeados de pus, formando principalmente por los
glóbulos blancos, las células errantes de la sangre.

Arrancó algunas espinas de un rosal y las clavó en el cuerpo de una de aquellas larvas transparentares de estrella de mar. Al amanecer las espinas del rosal estaban rodeadas por mazas de células errantes. Necesitaba un nombre científico para aquellas células, por lo cual las denominó “fagocitos”, que en griego significa célula que come.

Metchnikoff pudo observar las células errantes de la pulga de agua, sus fagocitos, se abalanzan sobre las peligrosas agujas, rodeándolas, comiéndolas, haciéndolas desaparecer.

Cuando los fagocitos no daban batalla a las esporas, cosa que sucedió con la suficiente frecuencia para que la teoría de este fuera perfecta.

En 1891, Mechnikoff vacunó a unos cuantos conejillos de Indias con bacilos parecidos a los del cólera y una semana después inyectó el vientre de los animales vacunados una nueva dosis de los nuevos bacilos, vivos y virulentos.

En las horas que prosiguieron, cada diez minutos introducía unos finos tubos de cristal en el vientre de los animales y extraía unas cuantas gotas de líquido, que colocaba bajo la lente, para ver si los fagocitos de los animales inmunes se comían a los bacilos. Para demostrar que los microbios siguen vivos después de ser
comidos por los fagocitos.

Mato a los conejillos de Indias y con los tubos de cristal extrajo parte del sedimento gris de células errantes que se había acumulado en el vientre de los animales.Los fagocitos murieron al instante, pues son delicados y al abrirse dejaron escapar a los “bacilos vivos”.

Metchnikoff tenía miedo a la muerte, por lo cual decidió estudiar el endurecimiento de las arterias por medio de la sífilis, y junto con Roux se aventuró a estudiar esta enfermedad.

Intento inocular esta plaga a los monos con sangre de hombres infectados de sífilis, los animales contraían esta enfermedad

Inoculó a un mono sifilítico de la oreja, y 24 horas después le cercenó la oreja entera, y aquel mono no presentó ningún síntoma de la enfermedad en parte alguna de su cuerpo. Esto quiere decir que el germen permanece horas enteras en el lugar donde penetra en el cuerpo.

“Eligió dos monos, los inoculó con virus sifilítico, recién extraído de un hombre, y una hora más tarde frotó con un ungüento gris las escalificaciones echas a uno de los monos, pudiendo comprobar que en el mono no tratado aparecieron todos los horribles síntomas de la enfermedad, mientras que no llegaron a aparecer en el mono con el ungüento.”

Mechnikoff murió a los 71 años.

Otro trabajo:

ANTONIO VAN LEEUWENHOEK
EL PRIMER CAZADOR DE MICROBIOS 
Hace 250 años que un tal Leeuwenhoek fue el primero en asomarse a un mundo nuevo. Su vida fue una lucha única, tenaz contra las mayores dificultades.
Nació en 1632, en Defelt, la ciudad de los molinos de viento azules, en la Holanda de hoy. Visitó las tiendas de óptica y aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes. 
Examinó las fibras musculares de una ballena y las escamas de su propia piel, disecó cuidadosamente una mosca, examinó cortes transversales de madera. Se fabricó cientos de microscopios.
Examinó todo cuanto se le ponía enfrente, las más íntimas, hasta las cosas más desagradables. En una de estas ocasiones observó, a través de su lente, una pequeña gota límpida agua de lluvia, y lo que encontró fueron unos bichitos como los llamaba él. Aquellos animalitos eran enormemente pequeños y demasiado extraños, y por esta razón volvió a observarlos.
Estaba lloviendo. Leeuwenhoek lavó cuidadosamente un vaso y después lo uso debajo del tubo de bajada del canalón del tejado, tomó una gota en uno de esos tubitos y corrió a examinarlos al microscopio y ahí estaban los bichejos.
Después se pregunto: ¿por qué la pimienta pica?, entonces para saberlo. Empezó a manipular la pimienta seca, aisló una pizca y la introdujo con una gota de agua en uno de los tubitos capilares y vio unos animalitos que se movían fácilmente. 
Después se encontró con un viejo amigo
que tenía algo blanco en los dientes, Leeuwenhoek lo llevó a su laboratorio para examinarla y estaban ahí una especie nueva de criaturas. 
Un día él, al tomar café muy caliente, volvió a examinar la cosa blanca de su boca pero no estaba, hizo experimentos para saber porque no estaban y al final encuentra que el café los había matado.
Demostró que los animalillos microscópicos podían devorar y matar seres vivientes mucho más grandes que ellos.
Murió en 1723 a los 90 años de edad.

JUAN GUERRERO SOLIS
LAZARO SAPALLANZANI
LOS MICROBIOS NACEN DE MICROBIOS
Nació en 1729 en Italia. Era un niño extraño que recitaba versos al mismo tiempo que hacía tortas de barro.
Spallanzani fue enviado a la Universidad de Reggio para emprender la carrera de ciencias.
Spallanzani, torpemente, empezó a aprender a cultivar bichejos microscópicos. Leeuwenhoek había demostrado que el calor mata a los animalillos pero Spallanzani no le convencía. 
Así que realizó experimentos sobre redomas llenas de caldos de semillas, unas calentó y las otras sólo un poco. Dirigiéndose primero a la serie de redomas cerradas a fuego; fue rompiendo uno a uno los cuellos de las mismas y con un tubito sutilísimo sacó un poco de líquido que contenían aquellas redomas calentadas durante tanto tiempo y que había cerrado perfectamente, las puso en el microscopio y en las gotas del líquido no encontró ningún animalillo. Ávidamente se dirigió a las que había hervido
unos minutos, y al examinar su contenido, descubrió alguno que otro animalillo. Esto significa que los animalillos que hay en el aire lograron colarse después en las redomas mal tapadas y además también descubrió que los seres vivientes pueden soportar la temperatura del agua hirviendo.
Volvió a tomar las redomas y las semillas, pero en vez de hervir éstas con agua simplemente, las puso en un tostador de café y las calentó hasta reducirlas a cenizas.
Días más tarde, cuando volvió a sus redomas y a medida que iba examinando al microscopio las gotas de infusión procedentes de las distintas redomas, encontró en todas ellas animalillos en abundancia, entonces con esto demostró mejor que con el experimento pasado que el calor no mata a los animalillos.
Después demostró que la elasticidad del aire interior era mayor que la exterior, también tenía la certeza que los animales proceden de otros. En los tiempos libres se encerraba en su laboratorio y un día sometió a los microbios a la acción de la chispa eléctrica, viendo que los animalillos se mareaban y se morían.
Estiro unos tubos de vidrio, muy delgados, para estudiar a los animalillos subvisibles, y los sumergió en una infusión saturada de microbios, se puso a observar y vio como los animalillos dejaban de agitar y se morían, pero a los microbios no les pasaba nada.
Después hizo el experimento más importante de su vida: en una plaquita de cristal bien limpia puso, con todo
cuidado, una gota de infusión de semillas saturadas de animalillos, y con un tubo capilar depositó, al lado de la primera, pero sin que se tocasen otra gota de agua destilada, exenta por completo de los animalillos. Con una aguja fina y bien limpia tocó la gota de infusión de microbios y, arrastrándola por el cristal, trazo un canalillo hasta la gota de agua destilada. Rápidamente enfocó el canal gormado entre las dos gotas y al ver que los microbios, dando volteretas, empezaba a seguir la ruta trazada. Al comprobar que uno de los diminutos seres había entrado en la gota puro tomo un pincelito de pelo de caballo y, con un movimiento rápido cortó el canalillo, impidiendo así que otro animalillo penetrarse en la gota de agua para reunirse con otro. Pudo aislar a un animalillo y después presenció que el animalillo en forma de bastón, empezó a adelgazar por la mitad del cuerpo terminando por quedar unidas las dos partes por un filamento delgado como un hilo de araña, luego las dos mitades empezaron a retorcerse y, dando un brusco tirón, se separaron. Había dos animalillos perfectamente configurados.
En 1799 sufrió un ataque de apoplejía y a los 3 días murió.

LUIS PASTEUR
LOS MICROBIOS SON UN PELIGRO
Nació en 1822 en Arbois, Francia. Fue el más grande cazador de microbios.
Al estar en la Escuela Normal él quería ser un ser un gran químico. Entonces empezó a realizar investigaciones que lo llevaron a fracasos.
Después de
mucho examinar montones de diminutos cristales, descubrió que había 4 clases de ácido tartárico, y que en la naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales. 
Monsieur Bigo, destilador de alcohol, fue a visitar a Pasteur ya que las cubas no daban alcohol. Pasteur fue a la destilaría y olfateó las cubas, que no daban alcohol; tomó muestras de la substancia grisácea y viscosa y se regresó al laboratorio a examinarla. Dedicó examinar primero las substancia procedente de las cubas sanas, vio que estaba llena de glóbulos diminutos, de color amarillo, cuyo interior había enjambres de curiosos puntos. Al observar de nuevo, vio las diminutas esferas, aisladas unas, en racimos y en cadenas otras, y después, con gran asombro, miró como salían curiosas yemas de sus paredes.
Tomó el frasco que contenía la substancia procedente de una cuba enferma, la examinó con un lente de aumento, lo que vio fue de que no habían fermentos, los volvió a examinar y no encontró nada, hasta que, por último, el aspecto extraño y peculiar del líquido le llamó la atención.
Con gran dificultad logró separar una de aquellas motitas, y colocándola en una gota pura la examinó. No encontró glóbulos de fermento, sino grandes masas móviles de seres como bastoncitos. Pasteur pensó que estos bastoncitos luchan contra los fermentos y los venzan.
Después de muchos fracasos ideó un extraño medio de cultivo: tomó levadura seca, la hirvió en agua pura
y la filtró para obtener un líquido perfectamente transparente, al que añadió cierta cantidad de azúcar. Con la punta de la aguja my fina pescó después una motita gris en el líquido procedente de una fermentación defectuosa, y con todo cuidado la sembró en el nuevo caldo, colocó el frasco en una estufa de cultivo. El día siguiente transcurrió sin variación, alzó el frasco hacia la luz de gas y vio algo en vía de transformación, había muchas motitas grises como las que sembró antes. Entonces puso una gota en el microscopio y al fin en el líquido pululaban y vibraban millones de bastoncitos diminutos.
Entonces Pasteur dijo a Bigo que aquellos bastoncitos era la causa del trastorno de fermentaciones.
Una mañana, en uno de los matraces cuyo contenido se había estropeado, notó la presencia de otra especie de diminutos animalillos que nadaban alrededor de unos pocos bastoncitos. Intentó expulsarlos de 100 maneras diferentes pero en cuanto creía haber librado sus matraces de los tales animalillos, volvían a aparecer por ensalmo.
Estando un día observando los fermentos butíricos en el campo del microscopio, notó algo nuevo: vio que en el centro de la gota se movían animadamente en todas direcciones, pero que al correr suavemente la preparación sucedió lo mismo en cuantas preparaciones observó. Lo que vio fue que el aire loa mata.
Había descubierto un fomento nuevo, un diminuto animal y también había comprobado que estos animales
podían vivir, jugar y moverse.
Pasteur hizo experimentos para comprobar que el aire está lleno de gérmenes, también encontró que los gérmenes no aparecen en los caldos sino que el aire los conduce hacía el caldo, cuando estos están abiertos.
Francia central instaron a Pasteur a que fuera a salvar la industria de la fabricación del vinagre; se acercó Pasteur a las toneladas donde le vino se transformaba en vinagre y vio la espuma. Recogió grandes porciones de espuma, la ensayó, pesó y examinó al microscopio, descubrió que la espuma estaba constituida por billones de seres microscópicos que en unos cuantos días consumen y trasforman en vinagre 10, 000 veces su peso de alcohol. 

ROBERTO KOCH
LA LUCHA CONTRA LA MUERTE
¿Qué es lo que sabían los médicos de las misteriosas causas de las enfermedades?
Los experimentos de Pasteur habías sido brillantes, pero no habían privado nada acerca del cómo y del porque de los padecimientos de la humanidad.
Koch pasaba sus veladas manipulando su nuevo microscopio. En los que gustaba poner gotas de sangre procedente de vacas y ovejas muertas por carbunco.
El carbunco era en aquel entonces, una enfermedad misteriosa que traía preocupados a los campesinos en toda Europa.
Koch no disponía de tanto tiempo libre el cual emplear en sus investigaciones ya que el era medico de tiempo completo.
Un día, vio en el microscopio una especie de bastoncillos numerosos y muy pequeños la sangre de
los animales sanos no se ve ningún filamento, ni un solo bastoncillo, pero seguía sin saber si los bastoncillos estaban vivos, si cresen, si se multiplicaban.
No tenía dinero para comprar vacas u ovejas para sus experimentos. Así que pensó; si pudiera contagiar a estos ratones, quizá podría comprobar en ellos si los bastoncitos se multiplican o no.
Un día encontró un procedimiento para lograr contagiar el carbunco a los ratones. Cogió una astilla de madera, que limpio cuidadosamente y calentó en el orno, la mojo de sangre de ovejas muertas por carbunco, le hizo un corte finísimo a la cola de ratón y le unto la sangre infectada.
A la mañana siguiente encontró al ratón tieso, sin vida, le extrajo el hígado y los pulmones, en efecto, tienen el mismo aspecto que el de las ovejas infectadas.
Se dijo a si mismo, es indispensable que vea como se desarrollan estos seres diminutos para entenderlos mejor, así que tendré que cultivar algunos.
Puso un pedazo de brazo de ratón infectado en una solución acuosa de ojo de buey, coloco una gota de esta mescla en dos cristales y las puso al fuego, y después las examino por horas, le parecía en momentos verlos crecer, pero no estaba seguro.
Un día se le ocurrió aislar al microbio para ver su desarrollo real.
Y así lo hiso, realizando una maniobra muy sencilla logro separar al microbio. Fue un día importante para la microbiología y de la lucha contra la humanidad contra la muerte.
En una
gota no puede caer nada, solo hay bastoncitos, vamos a ver si se pueden multiplicar.
Durante dos horas no ocurrió nada, pero después los bastoncitos habían empezado a multiplicarse.
Ahora savia que estos bastoncillos estaban vivos.
Así que volvió a repetir el experimento. Inserto el virus en el ratón y corto y trozo de su brazo y lo analizo, ahí hay idénticos bichos que los que hay en una oveja infectada por carbunco.
Continúo las investigaciones, necesitaba aprender más, empleo ahora conejillos de indias y en todos los casos se multiplicaron los millones de microbios dañinos.
Pero había una incógnita; como era que los bacilos tan poco resistentes que mueren con tanta facilidad en el microscopio, ¿cómo pasan de los animales enfermos a los sanos?
Koch encontró la solución al enigma; durante veinticuatro horas había conservado una gota pendiente a temperatura del cuerpo de ratón.
Los contornos de los filamentos se habían vuelto borrosos y cada uno de ellos estaba tachonando en su longitud.
Pero al observar bien se dio cuenta de que esas esferas eran los bacilos, al cavo de un mes volvió a examinar la muestra y así seguían los bacilos, en su misma forma, así que se le ocurrió agregar una gota de solución acuosa de ojo de buey, con lo cual observo como los bacilos regresaban a si forma original. Gracias a esto pudo decir que esta transformación les permite soportar diferentes medios y cuando entran en contacto con en un
sistema estable, inician su multiplicación.
Había logrado demostrar que los microbios eran la causa de las enfermedades.
También aprendió a teñir a los microbios, con el objeto de poder observarlos a todos perfectamente, hasta el más pequeño.
Después, se propuso a cultivar cada microbio libre de toda contaminación por parte de los demás especies que siempre están presentes.
Un día, miro el corte de una papa cosida que había quedado abandonada. Y en ella encontró manchitas de diferentes colores.
Lo cual se dispuso a examinar, y se dio cuenta de que eran cultivos perfectos de una sola bacteria cada punto.
Cuando caen los gérmenes a la superficie plana, no se mueven de ahí y es cuando comienzan a multiplicarse.
Después de esto, Koch se entrego a la más gloriosa, y a la más peligrosa de todas las caserías de microbios; la caza del microbio de la tuberculosis.
Comparado con todo lo demás, esta bacteria era mucho más difícil que todas las que ya había encontrado, porque muchos investigadores lo habían buscado sin ningún resultado.
Todo lo que se savia de la tuberculosis era que se suponía era causada por una especie de microbio, puesto que los hombres enfermos podían transmitirla a animales enfermos.
Comenzó por extraer la bacteria de una víctima humana, la extrajo y se la inyecto a algunos conejillos, los cuales puso en jaulas, ir mientras esperaba para que los síntomas aparecieran, se puso a examinar a la bacteria.
Pero
al observar la muestra no veía nada, y al paso de los días se le ocurrió que el microbio debería de ser muy pequeño, así que decidió teñir la mescla.
Un día al enfocar la lente de su microscopio con la muestra teñida, logro observar algo pequeño, tan pequeño que no podía decir acertadamente su forma.
Y así continúo extrayendo más muestras del cuerpo de una víctima del cólera, para darse cuenta de que en todas estas existía este nuevo vicho.
Así que inserto en perros, gatos, conejillos de indias, gallinas, ratones y comadrejas este virus para ver qué efectos tenía.
Observo que cada vez estos bastoncitos se iban multiplicando en el ser afectado, mientras el animal iba muriendo.
Esto significaba que había descubierto el bacilo causante de esta enfermedad. Así que Koch se dedico a la cultivación de estas colonias de modo aislado.
Exponiéndose a peligro, sembró muestras del virus en matraces pero se le morían rápidamente.
Un día Koch se dio cuenta de su error; tenía que prepararles un medio de cultivo similar a la substancia de la que está compuesta un ser vivo.
Así que invento un medio de cultivo; la gelatina de suero sanguíneo. Vertió el suero en una docena de tubos de ensayo, y después calentó uno para que se produjera una gelatina tranparente llena de ricos nutrientes para esos microbios.
Después a estos les agrego los bacilos del cólera, luego los llevo a la estufa y los mantuvo a temperatura del cuerpo de los
conejillos de indias.
Y después de quince días, se acerco a la estufa y encontró sus cultivos llenos de pequeñas motitas grises en sus superficies.
Así que destapo uno de los culticos, extrajo una muestra de este, que seguramente serian microbios, y efectivamente, ahí había millares de bastoncillos retorcidos, estaban inmóviles, pero vivos, tal vez en trance de multiplicarse.
Así que extrajo dosis, e inyecto a gallinas, conejillos y ratones, pero pensó que debía examinar con algunos animales en los cuales de manera natural no se les encuentran tubérculos.
Hizo que le trajeran tortugas, golondrinas, sapos y anguilas para inyectarles los microbios asesinos.
Transcurrieron días, pero a estas animales no les pasaba nada por la dosis suministrada, en cambio a los otros animales, les empezaba haciendo efecto y morían.
Después dio una conferencia, para dar a conocer su descubrimiento, y así se dio a conocer a todo el mundo esa misma noche, y al día siguiente, se encontraba en las primeras plana de los periódicos.
El cólera asiático había llamado a las puertas de Europa en 1883.
Así que Koch se propuso a encontrar la bacteria causante de la enfermedad.
Encontró un bacilo de coma en cada uno de los cuarenta cadáveres que examinó.
Consiguió cultivar este microbio y comenzó a analizar su comportamiento y se dio cuenta que se podía transmitir de tan solo la ropa de alguien contagiado.
El cólera no nace espontáneamente, dijo. Ningún
hombre puede ser atacado por el cólera así nada más de la noche a la mañana.
Solo se puede presentar cuando el hombre lo absorbe de una manera u otra. Solo puede desarrollarse este microbio en el intestino del afectado o en agua muy contaminada, como las que existían en india.
Un día un científico retando a koch, le pidió que se le enviaran unas muestras de los bacilos.
Koch acepto y se los envió. Después de recibirlos, lo que hizo fue ingerirlos y dijo, veremos si me da cólera.
Misteriosamente, no presento ningún síntoma, esto es algo que hasta ahora no se ha podido resolver.
Los microbios no son los causantes del cólera. Decía el contrincante que solo era la disposición del individuo. Pero Koch insistía en que sin vacilo no existía cólera.
Y Koch estaba en la razón, no podía existir cólera sin un microbio causante.
Bueno esta fue la historia de Koch, el cual dedico su vida a la idea de que los microbios eran los causantes de las enfermedades.

PASTEUR
Y EL PERRO RABIOSO
Pasteur se lanzo a la caza de microbios, cultivo el microbio que se encontraba en un furúnculo de uno de los pacientes, y saco la conclusión de que este era el germen causante del mal.
Otro día, revisando sus cultivos, se dio cuenta de que dos de ellos, uno de orina y otro de leche, que contenían carbunco, se encontraban contaminados de otros paracitos.
Al día siguiente los volvió a analizar y se encontró con que ya no había ningún bacilo de
carbunco.
Así que dijo, si los animalillos del aire inofensivos exterminan dentro del matraz a los carbónicos, también lo hará dentro del cuerpo así que inyecto a los conejillos de indias los microbios del carbunco, y después les agrego animalillos inofensivos que se encontraban en el aire.
Pero esto es todo lo que se supo sobre este experimento, ya que Pasteur no vuelve a mencionar nada de sus investigaciones en ninguna de sus publicaciones a la sociedad.
Empezó a investigar y a idearse que los microbios deberías ser combatidos por microbios de su misma especie, con el fin de salvar a millones de personas contra muchas enfermedades.
Apareció un supuesto científico que logro curar a una vaca del carbunco, Louvre, el cual pensaba que era momento de que su descubrimiento fuera aprobado por la comunidad científica.
Al visitarlo Pasteur, observo su método, el cual consistía en darles unas tundas a las vacas para hacerlas entrar en calor, después se les hacían grandes cortes en los que se les vertía aguara y finalmente eran cubiertas a excepción de la cabeza con una capa de estiércol empapado de vinagre caliente.
Pasteur dijo hagamos un experimento. Así que se trajeron a cuatro vacas sanas, a las cuales les inyecto una dosis similar de carbunco, al día siguiente, las cuatro vacas presentaban síntomas similares a causa de la dosis suministrada.
Así que Louviere señaló a dos vacas, a las cuales aplicaría el tratamiento. Esto
fue un gran descalabro para él, ya que una de las dos vacas a las cuales se les hizo el tratamiento sano, pero la otra murió. Y otra de las que no recibieron tratamiento murió, pero otra se repuso.
Así que las dos vacas vivas se decidió que se les inyectara una dosis más fuerte que la anterior.
Las inyecto y espero, pero a esas dos vacas no les pasaba nada, las vacas siguieron gozando de una gran salud.
Así que a Pasteur se le ocurrió una teoría para este fenómeno “cuando una vaca a tenido carbunco y a salido adelante, no hay otro microbio que le causase alguna enfermadas; esta inmunizada.
Un día recordó unos microbios de cólera que había dejado en un matraz ya hace algún tiempo, así que decidió tomar este líquido e inyectárselo a algunas gallinas sanas.
Así lo hizo y vio que las gallinas comenzaron a enfermar, y a la mañana siguiente, encontró Pasteur que sus gallinas no habían muerto, se encontraban perfectamente bien.
Así que se llevo las gallinas al laboratorio y consiguió otras nuevas gallinas.
Inyecto a todas las gallinas con una dosis mortal similar a cada una. Y al día siguiente vio muertas a las gallinas que no habían sido inyectadas con la dosis de bacilos viejos anteriormente.
Así que encontró la manera de hacer inmune a una enfermedad un animal. Solo tenía que hacerlo enfermar por el virus pero levemente, con una dosis de virus que se había dejado envejecer, y al curarse, estas podrán soportar cualquier
virus.
Así que dijo que tal vez estos microbios de cólera las inmunicen contra alguna otra enfermedad. Lo intento, inyecto a gallinas el vacilo viejo de cólera, y después de un tiempo les inyecto carbunco.
Y las gallinas no murieron.
Así que anuncio su descubrimiento, pero surgieron contrarias ideas, una de ellas dadas por Rossingol, el cual lo reto a realizar un gran experimento.
Así que se compraron 48 ovejas, dos cabras, y varias vacas. Las cuales se dividirían a la mitad y se les inyectaría una dosis de cólera viejo.
Así que después de inyectada la primera vacuna, esperaron doce días para implantar la segunda vacuna, y así fue, se inyecto a la mitad de animales otra vez.
Llego el gran día, en el que serian insertadas las dosis de carbunco a todos los animales. Y los resultados fueron sorprendentes, todos los animales vacunados gozaban de perfecta salud, pero la otra mitad de ellos, comenzaba a decaer por el virus que los afectaba.
Todo el mundo supo de este gran descubrimiento. Con lo cual Pasteur cobro mucha fama y todos le pedían una dosis de este milagroso cura, para dársela a sus animales.
Y así fue comenzó a repartir dosis a todos los cuales se las dieron a sus animales. Pero al pasar un año, comenzaron a llegar quejas de campesinos, los cuales se quejaban de que la vacuna no servía, ya que un día veían a sus ovejas pastando, y al día siguiente las encontraban muertas a causa de los bacilos de carbunco que
había en los pastizales.

ROUX Y BEHRING
CONTRA LA DIFTERIA
Poco después de 1888, Emilio Roux, el ayudante de Pasteur, descubrió que el bacilo de la difteria destila un veneno extraño y que un gramo de esa sustancia bastaba para producir la muerte de 2 500 perros. 
En todas las gargantas los mismos bacilos extraños. El caldo de cultivo diftérico paralizaba a los conejos. 
“Tomo unos matraces y puso dentro de ellos caldo esterilizado y sembró cultivos puros de bacilos de difteria, colocándolos después en la estufa del cultivo, pasados cuatro días, en un aparato extraño: un filtro en forma de bujía hueca, de porcelana porosa, el cual dejará pasar el líquido y retuviera los bacilos. 
Inoculó el virus en pequeños conejos y conejillos de Indias, pero estos animales sobrevivieron al virus. Volvió a insistir con dosis mas elevadas de caldo filtrado a los mismos animales, a otros animales, y todo ello daba el mismo resultado, el líquido no contenía veneno. Pero otro bacteriólogo, Emilio Behring, trataba de observar los microbios de la difteria. El objetivo fundamental de Behring era encontrar una sustancia química que cure la difteria, inoculaba infinidad de conejillos de Indias con difteria y todos los animales enfermaron y a medida que se agravaban, les iba a inyectando diversos productos químicos. “Inyectó a varios conejillos de Indias una dosis de bacilos de la difteria capaz de matarlos con toda seguridad, y a las pocas horas
los animales estaban enfermos; después, a las seis horas de la primera inyección, les hizo otra de tricloruro de yodo.” Ese día transcurrió sin complicaciones y al día siguiente los ratones estaban llenos de vida. Con ansiedad febril se dedicó a curar con el producto yodado a más conejillos de Indias; unas veces los mataban los microbios de la difteria, otras veces el remedio. 
“Behring preparó un cultivo conteniendo un veneno, pero totalmente exento de microbios, del cual inyectó grandes dosis a los conejillos curados, pero volvieron a resistir la prueba. 
Era la sangre la clave de Behring para encontrar la cura de los animales. 
“Cogió uno de los animales muy le hizo una incisión en el cuello para extraer la sangre de alguna arteria, pero no había arteria. Registró el cuerpo del animal y obtuvo una gota de sangre donde se encontraba la pata. Pero ya tenia unas cuantas gotas de suero procedente de un conejillo durado, suero que mezcló en un tubo de vidrio con gran cantidad del caldo venenoso donde había cultivado bacilos de la difteria; inyectó la mezcla a conejillos no inmunizados y no murieron.” Behring obtuvo como conclusión que lo único que destruía el veneno de la difteria es el suero de los animales inmunizados o de los que han tenido difteria. “Inyectaba bacilos de la difteria, toxina difteria y tricloruro de yodo a conejos, ovejas y perros, con el propósito de obtener el suero antitoxina que serviría como
preventivo de la difteria.” 
Pero el efecto de la antitoxina no era duradero. 
Entonces volvió a entrar Emilio Roux, que creía firmemente que la antitoxina salvaría a los niños de las garras de la difteria.

ELIAS METCHNIKOFF
LOS DILIGENTES FAGOCITOS
Nació en el sur de Rusia en 1845; hombre misterioso y judío. Fue a la Universidad de Kharkoff, pidió permiso a sus profesores para utilizar el microscopio, hechas algunas observaciones, escribió prolijos trabajos científicos. 
Se ocupó de estudiar la evolución de los gusanos. Con grandes experimentos chapuceros, intentaba hacer tratar por fuerza sus creencias a la Naturaleza.
Fue en 1883 se transformo repentinamente de naturalista a cazador de microbios. Estudiaba las estrellas y las esponjas. Un buen día empezó a estudiar la digestión de los alimentos en las esponjas y estrellas de mar; mucho tiempo antes había descubierto en el interior de estos animales unas células errantes que formaban parte de sus cuerpos, pero que eran independientes; tales eran aquellas células vagabundas que se movían fluyendo, exactamente como los pequeños animales llamados amebas. Metchnikoff, sentado ante la mesa, consiguió introducir algunas partículas de carmín en el interior de una larva de estrella de mar, con la ayuda de una lente pudo contemplar lo que sucedía en el interior de la larva, y vio entusiasmado cómo sus células errantes empezaron a fluir hacia las partículas de carmín y a
comérselas. Por lo que Metchnikoff dedujo:
-Esas células errantes son la protección de las estrellas de mar: nuestras células errantes, los glóbulos blancos, deben ser las que nos protegen contra los microbios invasores. A las células errantes las denomino fagocitos.
Pero Metchnikoff se dio cuenta de que necesitaba una prueba evidente de su teoría. Se dedicó a pescar pulgas de agua. Observó la vida diaria de las pulgas de agua y de pronto vio, con ayuda del microscopio, cómo uno de los bichos tragaba las esporas, puntiagudas como lanzas, de un microbio peligroso, y aquéllas, atravesando las diminutas fauces del animal, terminaron por deslizarse dentro de su cuerpo.
Pero empezó a tener problemas con su teoría ya que nadie la aceptaba. 
Entonces Metchnikoff tuvo que hacer experimentos en el Congreso de Londres para demostrar su teoría. Por lo que vacunó unos cuantos conejos con bacilos, y una semana después inyectó en el vientre de los animales vacunados una nueva dosis de los mismos bacilos. En las horas que siguieron, cada 10 minutos introducía tubos finos de cristal en el vientre de los animales y extraía unas cuantas gotas de líquido, para ver si los fagocitos de los animales vacunados se comían a los bacilos; así fue; y con esto demostró los fagocitos son los defensores del cuerpo contra los microbios invasores.
Metchnikoff murió a los setenta y un años.

TEOBALDO SMITH 
LAS GARRAPATAS Y LA FIEBRE DE TEXAS 
Hacia 1890 hizo
su aparición Teobaldo Smith, que explico de por qué el ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur enferma y muere de fiebre de Texas, y de por qué el ganado vacuno, aun estando sano, acarrea al ir al norte una muerte misteriosa para sus congéneres de esta región. 
Precisamente en aquellos días una enfermedad extraña, la fiebre de Texas, traía seriamente alarmados a los ganaderos; los del sur compraban ganado del norte, que era soltado de los vagones a pastar en campos junto con las vacas del sur perfectamente sanas. Lo mismo sucedía al enviar al norte los novillos y terneras del sur. Decían que la fiebre de Texas era producida por un insecto que vivía sobre las vacas, chupándoles la sangre, insecto que denominaba garrapata. 
Kilborne le habló acerca de la teoría de los ganaderos: 
“Donde no hay garrapatas no hay fiebre de Texas”. 
El 27 de junio de 1889 llegaron para trabajar 7 vacas flacas perfectamente sanas, procedentes de los ranchos de Carolina del Norte, estaban plagadas de garrapatas de todos tamaños. 
“Metieron cuatro de esas vacas del sur plagadas de garrapatas en el cercado número 1 junto con seis vacas del norte, pensando que las garrapatas invadirán el ganado del norte, pues no han estado puestos en contacto con la fiebre de Texas, pero tienen cierta predisposición para la enfermedad.” 
En el cercado número 2, no había garrapatas, permanecían completamente sanas. 
Smith reflexionaba sobre el
notorio cambio de la sangre: el microbio desconocido de la fiebre de Texas ataca a la sangre; parece que algo se introduce en los glóbulos rojos, haciéndolas reventar. 
“Examinó el preparado la sangre de la primera vaca fallecida, examinado unos curiosos espacios piriformes, observó que los agujeros se convertían en seres vivientes piriformes que, asimismo, encontré en la sangre de todas las vacas enfermas. 
Pero se necesitaba saber de qué forma se transmitía la enfermedad de Texas. 
“Si tomaba garrapatas jóvenes y sanas, incubadas en el laboratorio, garrapatas que nunca han vivido sobre el ganado, los pongo en una vaca norteña y dejo que se atraquen hasta saciarse. Eligió una ternera gorda, la puso en un pesebre y día tras día hacia pequeñas incisiones en la piel de la novilla para extraer unas gotas de sangre. Un día notó que estaba muy caliente y la sangre no fluía y estaba oscura; examinó al microscopio y vio que los glóbulos rojos estaban picoteados y destruidos.” 
La conclusión de Smith fue que la enfermedad era transmitida por la garrapata joven. 
Exterminado este insecto, bañando el ganado en soluciones antisépticas apara matar las garrapatas y manteniéndolo en campos limpios de bichos, desaparecerá la fiebre de Texas. Descubrió hechos curiosos relacionados con la inmunidad; vieron terneras norteñas con ataques benignos de fiebre de Texas, y al siguiente año pastaban en campos que resultaban mortales para las vacas del
norte no inmunizadas. De este modo se explicaron el por que del ganso del sur no es víctima de la enfermedad de Texas. 

DAVID BRUCE 
LA PISTA DE LA MOSA TSETSÉ

David Bruce tenía interés en estudiar los virus misteriosos que estaban en África, donde además había centenares de moscas garrapatas y mosquitos. 
A partir de 1894, Bruce y su esposa se encontraban en Natal para estudiar aquellos virus, específicamente todo aquello relacionado con la nagana (que significa espíritu deprimido), esta enfermedad se caracterizaba por infiltrarse en los mejores caballos, enfermarlos, mostrando destrucción de la grasa y sustituyéndola por bolsas acuosas en el vientre y causándoles una abundante secreción nasal; los ojos se cubrían de una película lechosa y quedaban ciegos. 
Existían diversas creencias acercas de la transmisión de la nagana: Las moscas tse-tsé son la causa de la nagana. Las moscas pican a los animales domésticos y les inyectan alguna especie de veneno. A nagana procede de la caza mayor. Eligió unos cuantos caballos sanos, a los que hizo bajar al bosque, ató a la boca unos sacos de lona para impedir que comieran o bebieran, y los hizo bajar de la colina a aquellos bosques; mientras vigilaba que no se quitasen los sacos, enjambres de moscas caían sobre los caballos. Pasaron unos quince días y uno de los caballos empezó a presentar mal aspecto y a tener la cabeza colgante, en la sangre de aquel caballo apareció el
animalillo que atacaba a los caballos. .” 
Pero, aunque los caballos no hayan comido ni bebido, pueden haber aspirado aire lleno de tripanosomas. Hay una manera de comprobarlo: En lugar de hacer bajar los caballos hizo subir las moscas. Dando como resultado que todos esos caballos murieron de nagana. Pero aun quedaba una duda que resolver, cuánto tiempo puede llevar tripanosomas en la trompa de una mosca tse-tsé. 
“Pusieron jaulas con moscas sobre perros enfermos, y con intervalos de horas y de días las hicieron picar después a otros perros sanos; esterilizó hebras de seda, que empapaba de sangre plagada de tripanosomas y que cosía después, para saber cuánto tiempo conservaba aquella sangre sus mortíferas cualidades.” Pero era necesario saber donde cogen las moscas los tripanosomas. . Abrió en el canal los animales muertos, y con jeringuillas extrajo sangre de los corazones aun calientes, apresurándose al examen microscópico pero no encontró tripanosomas. Para comprobar si existían inyectó a perros sanos grandes cantidades de sangre procedente de 10 animales diferentes descubriendo de este modo que los microbios de la nagana pueden estar latentes en la caza mayor, esperando ser transmitidos por la moscas tse-tsé a animales domésticos.” Bruce llego al sitio de la enfermedad y hablo con Castellani acerca de los tripanosomas y los estreptococos; fueron al laboratorio y montaron microscopios para examinar la sangre de negros de
enfermos a los que pincharon en la medula, donde descubrieron un sinnúmero de tripanosomas. 
La teoría de Bruce acerca de esto era que las moscas tse-tsé deberían de infectarse de tripanosomas en alguna otra fuente que no era el hombre; tal vez esta fuente era la sangre de ciertas bestias; un día encontró tripanosomas en la sangre de una vaca. 

ROSS CONTRA GRASSI
EL PALUDISMO
A mediados de 1899, dos científicos habían demostrado que solamente una especie de mosquito causaba el paludismo: Ronald Ross y Battista Grassi. 
En 1888, Ross aumento su interés por el mosquito del paludismo, era un médico del servicio indio. “Los mosquitos chupan la sangre a los palúdicos; la sangre contiene los parásitos, penetran en el estómago de los mosquitos y emiten flagelos, los flagelos se desprenden y penetran en el cuerpo de los mosquitos convirtiéndolos en una forma resistente parecida a las esporas del carbunco. Los mosquitos mueren, caen al agua y los personas beben el caldo de los mosquitos muertos.” 
El 28 de mayo de 1895 se embarcó para la India con la firme idea de que los mosquitos transmitían el paludismo. “Cazó mosquitos de cualquier clase y los dejó en libertad bajo los mosquiteros que cubrían las camas donde yacían unos hindúes medio desnudos enfermos del paludismo... 
Desnudó a un palúdico y lo metió debajo de un mosquitero, porque había encontrado una nueva especie de mosquito, al que denominó mosquito pardo, los soltó
debajo del mosquitero para que chupasen la sangre del enfermo y examinó los estómagos de los insectos; abrió uno de los últimos y encontró células irregulares formando una cosa redonda. Esos círculos deberían ser el parásito del paludismo en vías de reproducción.” 
“Se dedicó a buscar mosquitos en las alcantarillas, los desagües y las cisternas de Calcuta. “Trajo tres gorriones, uno sin microbios del paludismo en la sangre, otro con unos pocos y un tercero infestado de estos, los coloco en jaula aparte y cogió una cría de mosquitos completamente libres de parásitos del paludismo: ninguno de los mosquitos soltados en la jaula del primer gorrión presento círculos moteados en la sangre del estomago, el del segundo unos pocos y los del tercero tenían el estomago infestado de estos.” Grassi comenzó sus investigaciones, no sabía a dónde iban los microbios del paludismo cuando salen de los círculos de reproducción en el estomago de los mosquitos, simplemente a las glándulas salivales. “Observando al microscopio una verruga en la pared del estomago de un mosquito hembra, 7 días después de haber chupado sangre a un pájaro palúdico, esta se abría y daba salida a un regimiento de curiosas hebras fusiformes que desparramaban por todo el cuerpo del mosquito. 
“Ensayo con los nuevos mosquitos sobre un hombre de apellido Sola durante noches seguidas, pero este era un hombre resistente y no mostró el menor síntoma, días más tarde este hombre
enfermó gravemente mostrando los síntomas de la enfermedad.” 
Ahora tenían la certeza de que los mosquitos esparcían la enfermedad del paludismo a sitios ectópicos y a personas que jamás tuvieron contacto con la enfermedad. 
“Incubó zancarrones y todas las tardes durante cuatro meses él en conjunto con 6 o 7 amigos permanecían sentados junto a los mosquitos para que los picasen; pero a pesar que esos mosquitos eran hijos de hembras de las regiones más atestadas de paludismo, ni él ni ninguno de sus acompañantes enfermaron.” 
Llegó a la conclusión que no eran los hijos de los mosquitos, sino los mosquitos que han picado a un palúdico los que transmitían la enfermedad. 

WALTER REED
EN INTERÉS DE LA CIENCIA Y POR LA HUMANIDAD.
Era un hombre cortés y sin tacha, indulgente y lógico. Tenía fuerte personalidad moral.
Se dirigió a Cuba, con órdenes de prestar la mayor atención a las cuestiones relativas a la causa y modo de prevenir la fiebre amarilla. Reed fracasaba en la primera etapa de su labor.
Reed escuchó la voz de un viejo loco teorizante que decía: 
-La causa de la fiebre amarilla es un mosquito. 
Entonces Reed se hizo cargo de unos huevecillos negros, se los entregó a Lazear uno de sus ayudantes quien los colocó en un lugar templado, que dieron origen a unos mosquitos. Todo el mundo sabía que no era posible transmitir la enfermedad a los animales, en este caso no pudieron utilizar más que seres humanos.
Entonces Carroll un ayudante de él y Lazear aceptaron que les picara el mosquito con otros 
Lazear y los siete voluntarios se dejaron picar por el mosquito, pero desgraciadamente no sucedió nada. Entonces solo quedaba Carroll. A él le picó el mosquito más peligroso que tenían y dos días después sintió cansancio y pocas ganas de pararse; pasado otros días, estaba enfermo. Se sacó sangre para examinarla en el microscopio pero no había nada que la indicase que fuera paludismo; lamentablemente él después murió.
El 13 de septiembre, a Lazear, mientras estaba dedicado a su ocupación cotidiana de dar alimento a los mosquitos, uno de ellos le picó en la mano y el 18 de septiembre se empezó a sentirse mal, tenía temperatura de 39.9° C, y murió el 25 de septiembre.
Reed consiguió más hombres; cada uno de los hombres que fueron picados debía de permanecer en el campamento.
Reed se preguntaba si se podría propagar la fiebre amarilla de otra manera, ya que todo el mundo decía que las ropas de cama, de vestir y los artículos de uso de las víctimas eran peligrosas. Por lo que Reed hizo venir carpinteros para que construyeran barracas en el campamento. La barraca 1 era la más desagradable; tenía 2 puertas ingeniosamente dispuestas, una detrás de otra, para que los mosquitos no pudieran entrar; unos soldados trajeron almohadas manchadas de vomito de hombre muertos por la fiebre amarilla, sábanas y mantas ensuciadas por los hombres moribundos
por la enfermedad. Después, los soldados hicieron sus camas con aquellas almohadas, sábanas y mantas, se desnudaron y se acostaron entre las ropas asquerosas. En espera del ataque de la fiebre amarilla, pero no paso nada. Ninguno de los hombres que durmieron en la barraca 1 ha contraído la fiebre amarilla.
Y en la barraca 2, que era muy confortable, tenía las ventanas en la fachada opuesta, para que circulase fácilmente el aire, entraron dos hombres pero 15 minutos antes habían puesto en la barraca mosquitos infectados; a los 2 minutos ya habían picado a los hombres y días después los hombres se infectaron.
Después Reed logró obtener sangre infectada de fiebre amarilla, que pasó por un filtro de porcelana muy fina para que no pudiera ser atravesado por ningún microbio visible, e inyectó el líquido filtrado a 3 personas no inmunes, y dos de ellos contrajeron la fiebre aftosa: su causa era un microbio demasiado pequeño.


PABLO EHRLICH
LA BALA MÁGICA
Nació en marzo de 1854 en Silesia, Alemania. Era un hombre jovial; se fumaba 25 cigarros al día; le agradaba beber en público. Aunque hombre moderado, tenía algo de sabiduría.
Le gustaba teñir las cosas y una vez trato de teñir a los animales vivos: tomó su colorante favorito, que era azul de metileno, e inyectó una pequeña cantidad en la vena auricular de un conejo, vio cómo el color se difundía por la sangre. Pensó con eso que tal vez y el metileno quitaba el
dolor. Pero fracasó ya que el metileno no quita el dolor.
Asesinaba 50 ratones para deducir las leyes sencillas, susceptibles, que presentía implícitas en la esencia enigmática de la inmunidad, de la vida y de la muerte.
Pablo Ehrlich encontraba que sus sencillas teorías presentaban más excepciones que concordancias; cosa que no le preocupaba en lo más mínimo, porque tal era su potencia imaginativa que inventaba nuevas leyes en qué apoyarse para poder arreglar las excepciones.
Mientras no estaba tiñendo animales, se pasaba el tiempo hojeando libros de ciencia. Y así, un día leyó los trabajos de Laveran, el que había descubierto el microbio del paludismo y los tripanosomas; así con estos últimos microbios Ehrlich empezó a trabajar para buscar una bala mágica que cure sus efectos.
Pablo Ehrlich dio comienzo a la caza; se procuró de una buena provisión de ratones, además un doctor japonés, llamado Shiga.
Ensayaron cerca de 500 colorantes, pero los malditos tripanosomas seguían pululando alegremente en las venas de los ratones y matándolos.
Pero llegó el día en que vino en su auxilio una de las explicaciones equivocadas. Estaba Ehrlich ensayando el efecto que producían en los ratones los vistosos y complicados colorantes derivados de la benzopurpurina y se le ocurrió que tal vez si los modificara e introdujera grupos sulfúricos, se disolverían mejor en la sangre de los ratones.
Entonces Shiga inyectó tripanosomas a 2 ratones;
los ratones se empezaban a ver mal, pero entonces Shiga les inyecta un poco de aquel colorante modificado y a los pocos minutos los ratones empezaron a mejorar; pero por desgracia ese colorante a veces curaba a los ratones pero otras veces no. 
Viendo su esfuerzo que hacía, Franziska Speyer, le dio a Ehrlich una crecida suma de dinero para que pudiera comprar nuevos aparatos, conseguir más ratones y traer químicos experimentados que hicieran cualquier experimento muy bien en poco tiempo.
Los colorantes fueron un gran fracaso. Pero sentado un buen día, cuando hojeaba una revista de química, tropezó su vista con una droga llamada Atoxil. Ehrlich pensó que si la pudiera modificar curaría los tripanosomas.
Ehrlich y sus químicos lograron modificar el Atoxil. Fabricarón maravillosos compuestos de arsénico, que curaban a los ratones; pero lamentablemente aquellos medicamentos.
Pero un día Ehrlich tropezó con el famoso preparado 606. El pensaba que esto podía cura los tripanosomas, e hizo experimentos para comprobarlo. Entonces Ehrlich y Shiga contemplaban un hermoso conejo encerrado en una jaula y que disfrutaba de una buena salud, pero tenía 2 úlceras terribles inyectadas pos Shiga un mes antes. Después le inyectó la medicina 606. Al día siguiente no quedaba ni uno solos de los diablos espirales en el escroto del conejo. Era una cura, además, no presentaba peligro alguno.
Murió el 20 de agosto de 1915 en Hamburgo, Alemania

Otro trabajo: 

CAPÍTULO V
PASTEUR.
Y el perro rabioso.
Hubo una época donde las maternidades de París eran unos verdaderos focos de infección
Y que a pesar de que Semmelweis, el
austriaco, había demostrado que la fiebre puerperal era contagiosa.
Pasteur afirmaba que lo que mataba a las mujeres eran las bacterias; para demostrarlo, nombró a ayudantes suyos a Jouebert y después a Roux y a Chamberland.
Su investigación inició cuando se encontró con un matraz que contenía orina hervida y bacilos del carbunco había sido invadido por huéspedes poco gratos, había contaminado por los microbios del aire.
A la mañana siguiente observo que no quedaba ni un solo bacilo; todas habían sido exterminadas por los microbios del aire.

Pasteur visitó a a Louvrier y se enteró de su procedimiento:
“Daba primero friegas vigorosas a las vacas enfermas hasta que entrasen bien en calor; hacer después a los animales largos cortes en la piel, en los que vertía aguarrás y, finalmente, con una capa de dos dedos de estiércol empapado de vinagre las cubría excepto la cabeza. Para que esta untura no se cayera, los animales eran envueltos por una tela.”
«¿Qué misterio hay ahí. análogo al de la no
recurrencia de las enfermedades infecciosas?. Tenemos que inmunizar?» «tenemos
que inmunizar contra los microbios....
Me parece importante saber y remarcar que de esas preguntas surgieron todos estos experimentos, y el pensar, que el, deniño había simplemete pensado que el tema de los famosos microbios estaba olvidado, y no iba a poder desarrollarse, porque eran muy pequeños y nunca se iba a saber a ciencia ciera lo que eran o
a que pertenecían, y en ese momento Pasteur, ya se estaba enfrentando a ellos, y al como poder combatirlos, porque no eran simplemente animalitos inofensivos, si no que causaban daño y la muerte de muchísimas personas.
Pasteur propuso un experimento a Louvrier:
“Inyectó debajo de la paletilla de los animales sendas dosis de microbios virulentos del carbunco. Al día siguiente, todas las vacas presentaban grandes hinchazones en la paletilla, tenían fiebre y respiraban fatigosamente. Dos vacas le comisionaron a Louvrier, a las que se les sometería a su tratamiento; las otras dos, serían tratados por Pasteur.”
Louvrier trato a las dos vacas: una murió y la otra siguió con vida.
Pasteur obtuvo los mismos resultados, una muerta y la otra con vida, pues entonces, las vacas con vida fueron sometidas a nuevas dosis de carbunco, capaces de matar a un rinoceronte; inyectó a las vacas, pero no les sucedía nada. Pasteur llegó a una conclusión:
Pasteur había encontrado la clave principal para inmunizar a los animales, la clave era dejar envejecer los cultivos, de tal modo que los animales se infectaran ligeramente y se repusieran de ello.
Cuando pudo notar que efectivamente podía inmunizar a las gallinas, penso que estos mismos microbios del cólera las inmunizaban contra otros microorganismos patógenos; probó con microorganismos del carbunco a gallinas inmunizadas con microbios del cólera, y estas sobrevivieron.
Koch le demostró
a Pasteur que su vacuna anticarbuncosa no tenía ningún valor practico:
“Si Pasteur dice que su vacuna numero 1 mataba ratones, pero no conejillos de Indias; el ensayo demuestra que no mata ratones siquiera, pero otras veces mata ovejas.
Si Pasteur dice que su vacuna numero 2 mataba conejillos de Indias pero no conejos; el ensayo demuestra que mata conejos rápidamente y ovejas.”
A Pasteur le obsesionaba la idea de descubrir la vacuna de la hidrofobia, pues por aquel tiempo era la enfermedad que mataba a la mayoría de los europeos.
Y desde el principio en el capítulo III mencionaban que podía estar relacionado con la rabia.
“Empezó a introducir tubitos de cristal en las fauces de perros rabiosos, absorbía un poco de la baba.”
Estaba convencido de que la única forma de descubrir la bacteria de la rabia, que provocar la rabia en toros animales en el laboratorio y cultivarla.
“Un día trajeron al laboratorio a un perro rabioso; bien atado y con gran riesgo para todos, fue introducido en una jaula con perros sanos con el fin que los mordiese. Roux y Chamberland sacaron la baba del animal y la inyectaron a conejillos de Indias.”
De cuatro perros sanos mordidos, solo dos mostraron síntomas de la enfermedad y los otros vivieron meses normalmente antes que se manifestara.
Las conclusiones que sacaron fueron que: El virus de la rabia que penetra en las personas con la mordedura se fija en el cerebro y en la medula espinal. Todos
los síntomas hacen supones que este virus ataca el sistema nervioso. Si se inyecta debajo de la piel hay la posibilidad de que se extravíe en el cuerpo antes de llegar al cerebro.
Me parece asombroso el ver como fue que Pasteur, ingeniosamente, opuso los microbios a los microbios, domesticándolos primero y utilizándolos después como maravillosas armas defensivas
contra los ataques de su misma especie, y como comenzó usándolos únicamente en las gallinas y conforme fue avanzando se dio cuenta de la importancia de administrar estos microbios para combatir otros microbios, y así salvar a muchísima gente.
La primera vacuna hecha a un humano fue el 6 de julio de 1885 al niño Meister, el cual sobrevivió .
No era a los perros a quienes se debería de inyectar la vacuna de la rabia, sino a las personas enfermas, cuando una persona ha sido mordida por un perro rabioso, el virus tiene que abrirse paso desde la mordedura hasta el cerebro y mientras eso sucede hay tiempo de inyectar la dosis de 14 vacunas.
Después de poner la primer vacuna el dinero empezó a llegarle a Pasteur, y el quisó poner dinero para la construcción de un laboratorio donde pudiera Pasteur disponer de todo el material necesario para seguir la pista a otros microbios mortíferos, para inventar armas contra ellos.
Murió en 1895, en una casa próxima a las perreras donde conservaba los perros rabiosos; en
Villenueve l'Etang, en las afueras de París.

Otro más:

C A Z A D O R E S D E M I C R O B I O S

Paul De Kruif


RAMIREZ ROSAS DANIELA GISELLE
611




CAPÍTULO III
LUIS PASTEUR.
¡Los microbios son un peligro!
Treinta y dos años después de la muerte del gran Spallanzani, en 1831, la caza de microbios se encontraba estacionada. Se habían olvidado de que los animales microscópicos se hallaban sumidos en el desprecio y el olvido, mientras que otras ciencias lograban rápidos progresos.
Se empezaron a diseñar nuevos tipos de microscopios, pero a nadie se le ocurría usarlos ni mucho menos se fijaban en los microbios, porque pues eso no les iba a servir de gran utilidad, no veían que esos simples animalitos podían ser la cura a muchas enfermedades, o que también ellos podían enfermar y matar a muchas personas.
En 1822, en Arbois, Francia nació Pasteur.
Y un día el ve que al labrador Nicole lo haía mordido un lobo rabioso que estaba escurriendo venenosa espuma , y asi cpor ese lobo murieron 8 personas, pero lo importante de esto es que desde esa edad Pateur se empezó a preguntar:
¿Qué es lo que vuelve rabiosos a los lobos y a los perros, padre? ¿Por qué mueren las personas cuando son mordidas por perros rabiosos?
Despues parecio dejar de lado esto, y empezó a pintar, y parecía que los microbios ya no le importaban a nadie, porque no le tomaban la importancia
necesaria.
Solo uno.
“Sólo Ehrenberg, el famoso alemán de cara rubicunda, defendió a los microbios; y
cuando no se encontraba en medio de una travesía o andaba ocupado recibiendo
medallas, sostenía largas y fútiles controversias sobre si tenían o no estómago; sobre
si eran o no animales completos, pero diminutos, o sólo fragmentos de otros más grandes; o si por ventura se traba de que fueran, tal vez, vegetales.”

En París fue a la Escuela Normal, y fue entonces cuando tuvo la intuición de que él lle
garía a ser un gran químico. De aquí a poco empezó a realizar investigaciones por cuenta propia con frascos conteniendo líquidos mal olientes y tubos de ensayo llenos de sustancias de vistosos colores. Cuando tenía 25 años descubrió que existían 4 tipos de ácido tartárico y no sólo 2 como se suponía.







El siguió trabajando y experimentando con los cristales y se metió tanto en ellos que ya no podía dejar de usarlos,pero así con estos empezó a hacer experimentos que la mayoría vería un poco locos y disparatados pero que a su vez eran increíbles y decían que ese tipo de experimentos sólo se le ocurren a un “chiflado”

“Pero que si tienen éxito hacen de un chiflado un genio”.

Alguno de ellos fue que quiso y trató de alterar la química delos seres vivos, y le s empezó a poner entre potentes imanes.

Además de que ideó unos aparatos de relojería para someter a las plantas a un movimiento pendular, esperando
poder cambiar por este procedimiento las misteriosas moléculas que las constituyen por otras que fuesen como las imágenes en un espejo de las primeras, trató de imitar Dios, quiso alterar las especies.


Tiempo después, un destilador de alcohol, Monsieur Bigo fue a visitarle para pedirle que le ayudase con unas dificultades de fermentación que este tenía.

Y empezaron de nuevo a experiementar con el alcohol.

“Fue a la destilería y olfateo las cubas que no daban alcohol, tomó muestras de la sustancia grisácea y viscosa y las puso en frascos para transportarla al laboratorio, sin olvidar recoger cierta cantidad de cantidad de pulpa de remolacha de las cubas sanas en fermentación que producían cantidades normales de alcohol. Volvió al laboratorio y examinó la sustancia procedente de las cubas sanas; y vio que estaba llena de glóbulos diminutos de color amarillento, y en cuyo interior había enjambres de curiosos puntos en continua agitación.
Al observar al microscopio se dio cuenta de que esas esferas estaban agrupadas unas en racimos y otros en cadenas, y después, miró como salían yemas de sus paredes. Tomó el frasco que contenía la sustancia procedente de la cuba enferma, lo olió, lo examinó y descubrió unas motitas grises pegadas a las paredes del frasco y otras cuantas flotando en la superficie del líquido. Separó esas motitas y la examinó al microscopio y observó grandes masas móviles y enredadas de cadenas de
botecillos, agitados por una vibración incesante y extraña.”
Pasteur creía que estos bastoncillos eran fermentos del ácido láctico y que los bastoncillos estaban vivos y transformaban el azúcar en ácido láctico: tenía que idear alguna especie de caldo transparente para observar la posible reproducción de ellos
Hizo público en su clase el descubrimiento; que unos animalillos tan sumamente
pequeños eran capaces de transformar el azúcar en ácido láctico, cosa que ningún
hombre había logrado hasta entonces. Escribió las novedades a Dumas, su antiguo
profesor, y a todos sus amigos; leyó trabajos sobre el mismo tema en la Sociedad
Científica de Lila y remitió un acabado informe a la Academia de Ciencias de París.
Pasteur se encontró con una dificultad pues Liebig decía que los fermentos no intervienen en la transformación del azúcar en alcohol, era necesaria la presencia de albúmina, y esta al descomponerse arrastra azúcar transformándola en alcohol y era cierto.
Entonces lo nombraron administrador y director de estudios de la Escuela Normal.
Y el lo tomó como el momento decisivo para mi carrera. Pues así podía iniciar a dar a conocer sus experimentos con bastoncitos que eran los productores del acido láctico y poder difundir esta información.
El experimento que había realizado con los bastoncitos productores del ácido láctico le había convencido, aunque nadie sepa porqué, de que otras especies diferentes de seres
microscópicos eran capaces de ejecutar un millar de cosas gigantescas, útiles y hasta peligrosas.
«Los fermentos que me ha revelado el microscopio en las cubas de fermentación
sanas son los que transforman el azucaren alcohol; es indudable que son los
fermentos los que fabrican la cerveza a partir de la cebada, y es seguro que son los
fermentos los que transforman las uvas en vino, aún no he podido demostrarlo; pero
estoy seguro de ello»
De vez en cuando Pasteur intentaba obtener ácido láctico y se encontraba sorprendido por el olor repugnante a manteca rancia que exhalaban los matraces; no descubría ni un bastoncito ni tampoco ácido láctico, solo animalillos que nadaban alrededor de algunos bastoncillos. Y estos nuevos animalillos eran otra clase de fermentos que transformaban el azúcar en ácido butírico.
Pasteur creía que los fermentos, los bastoncillos y los animalillos procedían del aire e ideó aparatos para comprobarlo, también trataba de inventar un procedimiento que le permitiera tener juntos aire no calentado y caldo de cultivo hervido y conseguir que se desarrollasen estos animalillos.
Después sufrió un ataque de hemorragia cerebral y quedó paralítico de un lado y seis años estuvo luchando Pasteur con las enfermedades de los gusanos de seda















CAZADORES DE MICROBIOS 



ANTONY LEEUWENHOEK
Nació en 1632, en Delft, Holanda. Cuando era niño sus padres murieron y trabajo en una tienda de telas. A los 21 años abandono la tienda y se fue a su tierra natal. Trabajo como conserje en el ayuntamiento de Delft, seguramente fue ahí donde le vino la extraña afición de tallar lentes, por que había oído decir que fabricando lentes de un trozo de cristal transparente se podían ver con ellas las cosas de mucho mayor tamaño de lo que aparece a simple vista. Pero era un hombre muy desconfiado. Visitando las tiendas de óptica aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes, también frecuentaba trato con los alquimistas y boticarios, de los que observo sus métodos para obtener metales de los minerales. Después monto sus lentes en marcos oblongos de oro, plata o cobre que el mismo había fabricado. Trabajaba hasta altas horas de las noche apegada a su delicada tarea, trataba de fabricar una lente minúscula tan perfecta que le permitiera ver las cosas pequeñas agrandadas y con gran nitidez.


Satisfecho con su trabajo se la pasaba examinando con sus lentes todo lo que tenia a su alrededor, analizo las fibras musculares de una ballena y las escamas de su propia piel.
Así, durante veinte años, trabajo en completo aislamiento. También en esos tiempos había una organización llamada `The Invisible College algunos de sus miembros eran Roberto Boyle y también Isaac Newton, en Holanda había un miembro de dicha organización llamado Regnier de Graaf se entero de el proyecto de Leeuwenhoek, aunque el era algo desconfiado permitió que Graaf mirara a través de sus lentes.
Después de mirar por los lentes le escribió a la Real Sociedad:
`Hagan ustedes que Leeuwenhoek les escriba sobre sus descubrimientos`
Después de que la Real Sociedad le escribió a Leeuwenhoek, el les escribió la exposición de algunas de las observaciones hechas con su microscopio, referentes a las materias que se encuentran en la piel, en la carne, el aguijón de una abeja, etc.
La Real Sociedad quedo estaba absorta y asombrado por las maravillas que Leeuwenhoek aseguraba haber visto a través de sus lentes. La Real Sociedad le dio las gracias y le pidieron que les siguiera escribiendo sobre sus observaciones.
Como ya sabemos el seguía perfeccionando sus lentes, aunque esa manía le sirvió para su mayor descubrimiento, un día vio una gota de agua clara de lluvia
De pronto le grito a su hija ¡ven aquí! En el agua de lluvia hay unos bichitos que nadan, dan
vueltas ¡son mil veces mas pequeños que cualquiera de los bichos que podemos ver a simple vista.
El era tan quisquilloso que no se conformo con ver aquellos seres tan pequeños solo una ves, los siguió observando tanto tiempo que descubrió que había diferentes tipos de aquellos seres tan raros, también pensó que podían caer del cielo y para comprobarlo lavo bien un plato luego lo puso en la lluvia asegurándose de que no callera lodo dentro del recipiente llevo el agua a su laboratorio y se dio cuenta de que los seres raros no venían del cielo. Conservo el agua y la seguía observando y se dio cuenta que después de unos días empezaron a aparecer pequeños bichejos.
Así Leeuwenhoek empezó a observar varios tipos de agua de una vasija de un techo, del pozo de su jardín y en todo noto los mismos seres diminutos como enjambres de mosquitos nadando en el agua.
Sus bichos eran maravillosos pero no quedo satisfecho, continuo hurgando en todo lo imaginable, se preguntaba ¿Qué es lo que hace picante a la pimienta?, el pensó que tal ves había unos pinchitos en las partículas de la pimienta que picaban la lengua al comerla. Empezó a tratar de hacer partículas pequeñas de pimienta para poder ponerlas en su microscopio, cuando al fin logro hacerlo observo un increíble numero de animalillos de diferentes especies que se movían fácil de un lado para otro.
El decidió escribirle a la Real Sociedad y decirles lo que había descubierto,
les conto su asombro al mirarlos y les conto que miles de esos bichos cabrían en un grano de arena.
Muchos no le creyeron, pero unos pocos lo tomaron en cuenta y le escribieron que detallara la manera en que había creado su microscopio y les explicara su método de observación. La carta irrito a Leeuwenhoek, pero el comprendió que la gente necesitaba pruebas así que mando una carta con todos sus cálculos matemáticos además les escribió que varias personas de su pueblo habían visto atreves de su microscopio pero que nunca les diría como lo construyo. Así que la Real Sociedad encargo a Robert Hooke la construcción de los mejores microscopios de que fueran capaces, el 15 de noviembre llega Hooke a la reunión y les dice a todos los miembros que Leeuwenhoek tenia razón que había pequeños bichos en el agua.
Así que la Real Sociedad envió a Leeuwenhoek un diploma de socio, a lo que el contesto que les serviría fielmente y les enviaría sus apuntes, pero la Real Sociedad en realidad lo que quería era uno de los microscopios de Leeuwenhoek, después la Real Sociedad enviaría a alguien a tratar de conseguir uno de esos microscopios pero el se rehusó diciendo que sus mejores lentes los guardaba solo para el.
Leeuwenhoek le escribió a la Real Sociedad que aquellos animalillos estaban en todas partes, hasta en su boca había encontrado una gran cantidad de bichos, se le hiso raro por que el tenia la dentadura muy sana pero se dio
cuenta que entre sus dientes había una secreción blanca tomo un poco con una aguja y la observo, después de observar por tanto tiempo decidió descansar, pero observo a un viejo y le pregunto que cuanto tiempo tenia que no se lavaba los dientes, el respondió que nunca el se pregunto cuantos bichos tendrá en la boca y lo llevo a su laboratorio.
Si bien Leeuwenhoek careció de imaginación para deducir que aquellos animalillos eran los causabtes de las enfermedades si descubrió que ellos eran capaces de devorar y matar a seres mucho mas grandes que ellos mismos.

LAZZARO SPALLANZANI
(LOS MICROBIOS NACEN DE MICROBIOS) 
El continuador de la obra de Leeuwenhoek se llamaba Lazzaro Spallanzani, un niño extraño confeccionaba pasteles de lodo y los olvido para realizar crueles e infantiles experimentos con escarabajos, escarabajos y moscas, examinaba con atención los seres de la naturaleza y les arrancaba patas y alas para después intentar ponérselas de nuevo. El siempre se estaba preguntado el por que de todas las cosas, en las fiestas se perdía en el bosque y regresaba maravillado de los nacimientos de agua y se preguntaba ¿Cuál era el origen de aquellas fuentes?, a lo que sus familiares respondían que eran las lagrimas de las doncellas perdidas en el bosque, el no les creía pero no discutía, y se prometió averiguar el por que y el origen de aquellas fuentes.
Estudio
leyes por que su padre así lo quiso, pero en una de sus visitas a Vallisnieri, este se sorprendió de todo lo que sabia Spallanzani, y convenció a su padre de Spallanzani que lo dejara estudiar ciencias.
Después de haber recibido los votos sacerdotales trabajo en la universidad de Reggio, donde continuo los estudios sobre los animales pequeñísimos descubiertos por Leeuwenhoek, de no ser por Spallanzani estos seres hubieran pasado a ser una simple curiosidad.
En los tiempos de Spallanzani predominaba la teoría de la generación espontanea, incluso algunos científicos apoyaban esta teoría, pero Spallanzani no podía creer que los seres vivos se crearan de la nada, un día encontró un libro donde se narraba un experimento para probar que la teoría de la aparición espontanea era falsa. Redi el autor del libro coloco un en un frasco un pedazo de carne, en otro frasco hizo lo mismo pero este lo tapo al poco rato se dio cuenta de que el frasco que no estaba tapado se lleno de larvas y moscas.
Inspiridado en su librito se dio a la tarea de aplicar ese conocimiento en el mundo microscópico, por que se tenían dudas sobre la teoría de origen espontaneo, pero no tenían duda de que los animales subvisibles se surgían por generación espontanea.
En esa época un clérigo llamado Needham con la pretensión que en la salsa de cráneo de carnero se generaban maravillosamente los seres microscópicos, Needham después de retirar cierta cantidad
de caldo de carnero, lo puso en una botella la cual tapo bien con un corcho para que no entrara ser ni huevecillo en ella, calentó la botella en cenizas calientes para que se murieran todos los seres microscópicos, dejo reposar la botella varios días y al revisarla vio que había pequeños animales, este experimento probo que la vida podía surgir espontáneamente del caldo de carnero. Pero Spallanzani no quedo muy convencido, a lo que decía que ese experimento no estaba bien hecho, decía que tal ves esos seres resistían altas temperaturas o entraron seres pequeños al frasco o no calentó suficiente el caldo, el decidió hacer el mismo experimento pero el sello muy bien la botella y lo dejo calentar mas tiempo, pero también puso unas botellas sin sellar, puso a calentar las botellas por unas horas, las retiro del fuego y espero varios días para observar los resultados.
Varios días después se dispuso a abrir las botellas, primero abrió las que estaban bien selladas observo el liquido por unos minutos y observo que no había ningún ser microscópico, luego vio el liquido de las demás botellas y observo a varios animalillos jugando en el liquido. 
Con esto Spallanzani demostró que hasta aquellos seres pequeños tienen forzosamente progenitores
Aun así la Real Sociedad nombro a Needham miembro honorario, por lo que Spallanzani se puso furioso ya que el les había demostrado con hechos sólidos que Neadham se había equivocado. A
lo que Needham contesto a Spallanzani que su experimento carecía de base ya que calentó las botellas por mas de una hora eso perjudicaba la fuerza vegetativa de modo que no le permitía tener animalillos.
Spallanzani furioso por la contestación se dispuso a demostrarles a todos que el estaba en lo cierto, lavo bien sus botellas y les coloco varias mesclas de semillas unas las sello bien y las calentó por unos minutos, mientras que las demás las tapo solo con un corcho ya que Needham decía que con eso bastaba para que los bichos no entraran en las botellas, estas las calentó por unas dos horas, después de haber esperado varios días comenzó a observar las botellas que había calentado por varias horas y miro que había miles de bichos, con esto demostró que los animalitos eran tan pequeños que se introducía en la botella por los espacios que quedaban en la botella, mientras que en las botellas que sello bien y calentó por unos minutos y observo que no había ningún ser microscópico.
Pero Needham no se quedo muy contento y de nuevo propuso algo para perjudicar a Spallansani, Needham dijo que Spallanzani calentó demasiado en liquido que altero la elasticidad del aire lo que provocaba que no pudiera crearse la vida, Spallanzani molesto le reclamo que si el ya había hecho experimentos para comprobar que lo que decía ara verdad, y contesto que de nuevo probaría que Needham estaba equivocado. Al principio Spallanzani se
preocupo por que llego a pensar que Needham tenia razón ya que escuchaba un pequeño ruido salir de las botellas, un día se le ocurrió un por que escuchaba ese ruido, llego a la conclusión de que al calentar las botellas se escapa todo el aire y al romperlas se introducía el aire frio. Asi Spallansani probo que los microbios forzosamente nacen de otros microbios. También comprobó que un microbio siempre sigue perteneciendo a la misma especie.

LOUIS PASTEUR
Después de la muerte de Spallanzani el mundo microscopio se había vuelto despreciable, y aunque había muy buenos y avanzados microscopios nadie se decidía a demostrar que esos seres microscópicos tenían funciones especiales para la vida.
Hasta que un niño llamado Louis Pasteur se preguntaba por que las personas morían al ser mordidas por un lobo rabioso, pero también se preguntaba de donde se originaban las enfermedades y por que la gente se moría al tener estas.
Tenia 26 años cuando hiso su primer descubrimiento, después de examinar varios cristales pequeños descubrió que no solo hay dos tipos de acido tartárico si no que hay cuatro tipos, y que en la naturaleza existe una gran variedad de compuestos extraños exactamente iguales excepto en que unos eran como reflejos de otras. Un mes después de su descubrimiento le llegaron muchas felicitaciones de químicos reconocidos. Después de algún tiempo Pasteur fue nombrado
decano de la facultad de ciencias de la universidad de Lille, ahí fue don de se tropezó con los microbios para ponerlos de nuevo en el mapa de las ciencias. Luego de eso se caso y siguió con sus experimentos.
Un día un destilador de alcohol acudió a Pasteur preocupado por que tenían problemas con la fermentación de bebidas y eso les hacia perder demasiado dinero.
Pasteur fue a la destiladora y olfateo las cubas que no daban alcohol levo muestras de las mismas a su laboratorio, aunque el no tenia la menor idea de cómo ayudar al destilador, ya que no sabia como el azúcar se fermentaba para convertirse en alcohol. Decidió buscar el problema, primero observo una muestra de las cubas sanas y vio que estaba llena de glóbulos diminutos de un color amarillento, y después de pensar mucho recordó que eran las levaduras que se encuentran en todos los líquidos azucarados que fermentan para convertirlos en alcohol, que tiempo atrás había descubierto el Cagniar de la Tour. Después tomo la muestra de la cuba enferma la olio, la probo e introdujo una tira de papel azul que se torno roja y por ultimo observo una gota por el microscopio, y observo que en esa muestra no había fermentos solo había una masa confusa. Sin lograr poner nada en claro miraba el frasco hasta que se dio cuenta de que tenía un aspecto extraño, se dio cuenta de que en ese frasco había motitas grises y flotando en la superficie de la bebida, con mucho trabajo
logro separar una de esas motitas y la coloco en agua pura para examinarla. En lugar de glóbulos de fermentación encontró grandes masas de pequeños bastoncitos como en cadena de botecillos. Después de estar estudiando las muestras se dio cuenta de que el liquido saturado de bastoncitos contenía acido láctico. Una idea invadió de repente su cerebro que tal ves aquellos bastoncitos de las cubas enfermas estaban vivos y que los bastoncitos son los fermentos del acido láctico como la levadura es el fermento del alcohol. Después de varios días le llegaban a la cabeza miles de proyectos para poder probar que esos seres tenían vida, después de varios fracasos ideo un método para probar que los bastoncitos tenían vida y que a pesar de su insignificante pequeñez realizaban una labor titánica al lograr convertir el azúcar en acido láctico. Hirvió levadura seca en agua pura y la filtro para obtener un líquido perfectamente transparente añadiendo después cierta cantidad de azúcar y un poco de carbonato de cal, con la punta de una aguja muy fina coloco una motita gris de la fermentación defectuosa en la mezcla, luego la dejo reposar por varios días.
Después de varios días coloco una gota del frasco en el microscopio y observo que la mescla estaba repleta de aquellos pequeños bastoncitos. Durante varios días estuvo realizando el mismo experimento para estar seguro, en matraz colocaba un caldo de levadura recién hecho y transparente,
en el que no se encontraban los bastoncitos , ponía una gota del liquido abundante en bastoncitos y cada ves aparecían en el matraz millones de bastoncitos que fabricaban acido láctico. Después Pasteur le dijo al destilador que aquellos bastoncitos eran la causa de la falta de fermentación en sus bebidas.
Por una razón inexplicable aquel experimento que realizo le dio a entender que diferentes especies aquellos seres tan pequeños podían ejecutar miles de trabajos gigantescos, útiles y quizá peligrosas.
Pero el mundo científico era hostil, Liebig, el príncipe de los químicos aseguraba que los fermentos no tenían nada que ver con la transformación del azúcar a alcohol decía que era necesaria la presencia de albumina la cual al descomponerse arrastra consigo al azúcar lo que creaba el alcohol. Después de escucharlo Pasteur se dio a la tarea de desmentir a Liebig y a los demás químicos que lo apoyaban.
lo que el quería hacer era cultivar los fermentos en un ambiente libre de albumina, pero eso no era tan fácil, un día por error agrego sal amónica a los fermentos. Limpio unos cuantos matraces vertiendo en ellos agua destilada en la que disolvió una pequeña cantidad de azúcar y agrego después la sal amónica, agrego con mucho cuidado unos hilillos amarillentos de un frasco lleno de fermentos en desarrollo , después coloco el frasco en el matraz en el horno de cultivo. Al día siguiente abrió el matraz y observo que los
fermentos estaban ahí desarrollándose, después de haber realizado el experimento muchas veces para comprobar su teoría, quiso descubrir por cuanto tiempo son útiles los fermento, después de muchos estudios llego a la conclusión de que si se le agrega suficiente azúcar a los fermentos estos servirán por tres meses o mas. Después de varios días y con su afán de que todos se enteraran de su descubrimiento lanzo sus afirmaciones a la cara de Liebig dese3ncadenando una tormenta en Paris lo nombraron fisiólogo.
Después de varios meses de trabajar con los fermentos se dio cuenta de que estos daban un olor desagradable, se pregunto por que los fermentos darían ese olor y el por que no siempre obtenía acido láctico. Un día en un matraz cuyo contenido se había estropeado observo que había otro tipo de animalillos diminutos nadaban por ahí era evidente que esta nueva especie de bicho era un nuevo fermento que convertía el azúcar en acido butírico. 
Continuo sus experimentos, tardo tres años en terminar sus experimentos, lleno hasta la mitad unos matraces con leche y otro con orina los sello bien los calentó y los dejo reposar por varios años, mientras que a otros matraces también los lleno de leche y orina pero estos no los hirvió. Cuando por fin los abrió observo que la leche estaba en perfecto estado de conservación y que si no entraba en contacto con los microbios no se echaría a perder, mientras que en los matraces que no
hirvió observo que el numero de microbios aumento y que se había consumido todo el oxigeno, también llego a la conclusión de que sin esos seres pequeños la vida no podría ser.
Pasteur tenia la misma duda que Spallanzani, de donde provenían esos seres tan pequeños, ya que el no creía en la generación espontanea, tiempo después Pasteur empezó a investigar si aquellos seres venían del aire, hiso varios experimentos incluso repitió el experimento de Spallanzani, pero había muchas personas que le decían que al hervir el caldo calentaba también el aire y que para que el caldo engendrara animalillos era necesario necesitaba aire natural, entonces Pasteur se propuso encontrar un método para obtener caldo hervido y aire natural pero también libre de microbios al mismo tiempo. Después de varios fracasos Pasteur conoció a Balard que le sugirió que para poder obtener un liquido hervido con aire puro construyera un frasco con el cuello como de cisne tomando algo en el agua , Pasteur lo hiso, y al día siguiente miro las muestras y observo que estaba libre de animalillos y permaneció así por días, luego de varios días regreso Balard y contento con lo que escucho,el sabia que funcionaria ya que al entrar el aire en los matraces el polvo que llevara quedaría retenodo en las paredes por la humedad, pero como lo demostrarían era la pregunta de Pasteur, Balrd le contesto que tomara uno de los matraces que no presentaban animal alguno
lo agitara, lo calentara y al dia siguiente lo mirara y observaría que este estaría infestado de microbios hijos de los que quedaron atrapados en las paredes. 
Pasteur lo hiso y observo que lo que Balard había dicho era verdad, y que con esto se comprobaría que la teoría de la generación espontanea era mentira. 
Para su siguiente experimento Pasteur tuvo que viajar demasiado, primero fue a los sótanos de Paris, ya que el decía que ahí apenas y habría polvo. Ya en ese lugar calentaron los matraces llenos de caldo de levadura, manteniéndolos a distancia de sus cuerpos y rompiendo los cuellos de los frascos con unas pinzas. Realizo el mismo proceso con otros matraces pero en el patio, después los colocaron en los hornos de cultivo, los dejaron reposar por varios días, observo que en los matraces que abrió en el sótano casi todos los frascos estaban limpios de animalillos, mientras que los que abrió en el patio estaban plagados se aquellos animales, y comprendió que ellos viajaban en el polvo que lleva el aire.
Después viajo a las montañas de Jura y encaramado en el monte abrió los matraces y como se lo suponía entre mas se eleva menor era el numero de matraces infestados de microbios, y descubrió que a mayor altura el aire es mas puro y con menor cantidad de polvo. Pasteur contento con los resultados regreso a Paris donde les comunico a todos su descubrimiento con contundentes pruebas. 
Pero unos naturista llamados



Pouchet, Joly y Musset, no creían en Pasteur, por lo que ellos realizaron el mismo experimento pero solo que ellos llenaron los matraces con infusión de heno. Los resultados de las pruebas de estos tres naturistas contradecían a Pasteur. 
Pasteur furioso llamo a Pouchet y sus aliados para reclamarles por haberle dicho que era un mentiroso. Pouchet reto a Pasteur a hacer un experimento publico que probara que el decía la razón. Pasteur ejecuto su experimento ante una comisión en la academia, poco después la comisión rindió un reporte que decía que lo observado pos Pasteur e impugnado por Pouchet y sus colegas era verdad. 
Tiempo después un científico llamado Freny sostenía que el vino se fermentaba ya que los gérmenes nacían espontáneamente de las uvas, Pasteur dedico su tiempo a crear un procedimiento que le probara a Freny que estaba en un error. Preparo un tubo puntiagudo y sellado que sometió a grandes temperaturas suficiente para matar todo rastro de germen, con la punta de una aguja rompió la piel de una uva hasta llegar a la pulpa, una ves que el tubito se lleno con el jugo, lo transvaso cuidadosamente a un matraz con cuello de cisne que contenía mosto, al pasar de los días se dio cuenta de que en el matraz no había señal de fermentación y eso demostraba que las uvas no tienen fermentos y que los microbios no nacen espontáneamente dentro de las uvas ni dentro de los gusanos o de la carne putrefacta.


Otro más:


Leewenhoek fue el primero en asomarse a un mundo nuevo, poblado de millares de especies de seres pequeñísimos. Cuando nació Leeuwenhoek no existían microscopios sino simples lupas o cristales de aumento, a través de los cuales podía haber estado mirando hasta hacerse viejo, sin lograr descubrir un ser más pequeño que el acaro de queso, su extravagancia aparente se reveló más tarde como preparación para aquel día imprevisto en que observó a través de su lente de juguete montada en oro, una pequeña gota de límpida agua de lluvia - Mira a través de su lente y murmura entre dientes unas palabras... y de pronto se oye la voz de Leewenhoek: ¡ven aquí! ¡Date prisa! ¡En el agua de lluvia unos bichitos!... ¡nadan! ¡Dan vueltas! ¡Son mil veces más pequeños que cualquiera de los bichos que podemos ver a simple vista!... ¡mira lo que he descubierto! Había llegado el gran día para Leeuwenhoek. Aquellos animalitos eran enormemente pequeños y demasiados extraños para tener existencia real, y por esta razón volvieron a observarlos, de nuevo vio a aquellos seres, no solo una sola especie, sino otra más grande que la primera, “moviéndose con gran agilidad, porque tenía varios pies increíblemente sutiles”. Descubrió una tercera especie y una cuarta. Pero está viva. ¡Se mueve, recorre grandes distancias en este mundo de una gota de agua! ¡Qué
seres más listos!, así los describió Leeuwenhoek.

El joven Spallanzazani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la naturaleza como lo estuvo Leeuwenhoek. Spallanzazani se lanzó con ardor a la tarea de recoger los conocimientos más diversos, a poner a prueba toda clase de teorías, a descartar todas las autoridades por famosas que fuesen. Spallanzazani tenía ya la certeza de que todos los animales, aun los más pequeños proceden de otros que, a su vez, han tenido existencia anteriormente; también tenía la convicción de que un diminuto microbio seguía perteneciendo siempre a la misma especie de sus progenitores del mismo modo que una cebra no se transforma en una jirafa o procrea bueyes almizcleros, sino que siempre es una cebra y engendra cebras pequeñas, en resumidas cuentas - decía Spallanzazani -. Needham estaba equivocado y yo he demostrado que en la ciencia de los animales lo mismo que en las orbitas de las estrellas, rige una ley y un orden.

Pasteur se aprestaba a hacer su primer descubrimiento en el dominio de la química. Después de mucho examinar montones de diminutos cristales, descubrió que había cuatro clases de ácidos tartáricos y no solamente dos, y que en la Naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales, que unos son como las imágenes de otros. El experimento que había realizado con los
bastoncitos productores del ácido láctico le había convencido, aunque nadie sepa el porqué, de otras especies de seres microscópicos eran capaces de ejecutar un millar de cosas gigantescas, útiles y tal vez peligrosas. “Los fermentos que me ha revelado el microscopio en las cubas de fermentación sanas son los que transforman el azúcar en alcohol, la cebada en cerveza y las uvas en vino, Aún no he podido demostrarlo, pero estoy seguro de ello”. Uno de los aspectos de Pasteur, que no deja de ser extraño, es que jamás pareció dar importancia al no llegara la solución completa de tal o cual problema. Una mañana en uno de los matraces cuyo contenido se había estropeado, notó la presencia de otra especie de diminutos animalillos que nadaban alrededor de unos pocos bastoncitos que se movían desalentados, de esos bastoncitos que debían estar presentes a millones. ¿Qué clase de bichos son éstos? Son mucho mayores que los bastoncitos y no se limitan a vibrar, sino que nadan realmente, como si fueran peces., los contemplo malhumorado, comprendía que tales animalillos no tenían nada que hacer allí, formaban procesiones, enganchados unos con otros, evidentemente, estos bichos de nueva especie eran otra clase de fermentos que transformaban el azúcar en ácido butírico. Noto algo nuevo: vio que en el centro de la gota se movían animadamente en todas
las direcciones, pero que al correr suavemente la preparación, sin intención tal vez, hasta que el borde de la gota quedase bajo el objetivo, no se movían estaban quietos y tiesos como leños. Sucedió lo mismo en cuantas preparaciones observó: los mata el aire - exclamó, seguro de haber hecho un gran descubrimiento. ¿De dónde proceden los microbios? - ¿Cómo es - le preguntaban sus adversarios - cómo es que todos los años, durante todos los siglos y en todos los rincones de la tierra aparecen sin que se sepa de donde vienen, los fermentos que transforman el mosto en vino? ¿De dónde proceden esos animalillos que agrian la leche en todos los cántaros y enrancian la manteca en todos los tarros, desde Groenlandia hasta Tombuctú? se puso a trabajar, creía que los fermentos, los bastoncitos y los animalillos procedían del aire, que se imaginaba lleno de seres invisibles. Pasteur ideó aparatos complicados para demostrarlo una vez más. Atascó de algodón pólvora delgados tubos de vidrio, enlazó uno de los extremos con una bomba aspirante y sacó el otro por la ventana, aspirando después a través del tapón de algodón gran cantidad del aire del jardín, y se dedicó luego a contar con toda seriedad los animalillos retenidos en el algodón.

Teobaldo Smith encontró la manera de enfermar a un animal ligeramente, tan ligeramente que pudiera
recuperarse, lo único que tenía que hacer era dejar envejecer el cultivo virulento en los matraces; al envejecer, los microbios perdían fuerza y enfermaban solo levemente a las gallinas y cuando estas se curaban podían soportar todos los microbios del mundo, había hallado una vacuna. Teobaldo Smith hizo investigaciones sobre la fiebre de Texas. Eligió una vaca gorda y la puso en un pesebre, y día tras día fue depositando en ella centenares de garrapatas jóvenes. Todos los días hacia pequeñas incisiones en la piel de la novilla para extraerle unas gotas de sangre y ver si la anemia progresaba. Una mañana, se acercó al pesebre y al poner la mano sobre la vaca, notó que estaba demasiado caliente, tenía la cabeza gacha y no quería comer. La sangre de las incisiones estaba ligeramente viscosa y oscura. Smith regreso a su laboratorio con las muestras de aquella sangre, en el microscopio pudo ver lo glóbulos rojos rotos, destruidos, en lugar de aparecer sanos. Ahí estaba la solución del problema: el asesino no era la garrapata adulta, sino su hija. Comprendió porque tardan tanto tiempo los campos en hacerse peligrosos: la garrapata madre tenía que poner los huevos, que tenían un tiempo de incubación de 20 días o más y las garrapatitas tenían que escabullirse por el campo y encontrar a la vaca, lo que les costaba semanas. Este informe de Teobaldo
Smith fue un gran avance en el progreso de la humanidad, pues mostró la manera extraña en que un insecto puede transmitir una enfermedad. La exterminación consistía en bañar al animal en soluciones antisépticas para acabar con las garrapatas y mantener los campos limpios de estos bichos.

Koch había comenzado a usar el microscopio con la misma falta de propósito deliberado que el viejo Leeuwenhoek, examinando cuanta cosa se le ponía delante hasta que un día se le ocurrió observar la sangre de ovejas y vacas muertas de carbunco. Un día al observar entre los diminutos glóbulos verdosos unas cosas extrañas unos cuantos bastoncitos cortos que flotaban, agitándose levemente entre los glóbulos sanguíneos. “NO tengo la menor idea de cómo indagar si estos bastoncitos y filamentos están vivos-meditaba Koch.” Aisló en una gota pendiente y con nutritivos los bastoncitos causantes del carbunco.

Metchnikoff se transformó repentinamente de naturalista en cazador de microbios. Un buen día empezó a estudiar la digestión de los alimentos en las esponjas y en las estrellas de mar, mucho tiempo antes había descubierto en el interior de estos animales unas células errantes que formaban parte de sus cuerpos, pero que eran independientes; esas células errantes del cuerpo de las larvas de las estrellas de mar, esas comen los alimentos, devoran las
partículas de carmín, pero también deben comerse los microbios ¡Naturalmente! Esas células errantes son la protección de la estrella de mar contra los microbios. Nuestras células errantes, los glóbulos blancos de nuestra sangre, deben ser las que nos protegen contra los microbios invasores, son seguramente, la causa de nuestra inmunidad contra las enfermedades, son las que impiden que la raza humana sucumba los bacilos maléficos. Aquí está la explicación de por qué los animales resisten los ataques de los microbios, y ya tenemos a Metchnikoff convertido en cazador de microbios. Él les dio el nombre de fagotitos porque proviene del griego y significa célula que come.

Pablo Ehrlich logro fabricar una bala mágica, le gustaba trabajar con diferentes tipos de colorantes pero su favorito era el azul de metileno, quien en un experimento le inyecto a un ratón para tratar de aliviar su dolor, pensó que era un buen anestésico pero fallo. Ehrlich era una enciclopedia en cuestiones de química, sus manos no tenían la habilidad de la de un químico experto; odiaba los aparatos complicados, tanto como amaba las teorías complicadas; no sabía manejar aparatos era un químico chapucero y como era hombre de buen carácter y buen entendedor no tardó mucho en salir de la fábrica de colorantes, próxima a su laboratorio el derivado de la benzopurpurina con los
grupos sulfo debidamente unidos, es decir, “ligeramente modificado”. Shiga inyecto tripanosomas del mal de caderas a dos ratones blancos; paso un día y paso otro; los párpados de los ratones empezaron a pegarse con el murciélago de su destino; se les erizo y el pelo con el miedo de su aniquilamiento; un día más y todo había terminado para aquellos dos ratoncillos, pero entonces les inyecta Siga un poco de aquel colorante modificado; Ehrlich vigila, se pasea masculla palabras, gesticula y se tira de los puños de la camisa a los pocos minutos las orejas de los ratones se ponen encarnadas y los ojos casi cerrados se vuelven más rozados que los de sus hermanos albinos. El tripanosoma de la magaña, descubierto por David Bruce y el tripanosoma de la enfermedad del sueño mortal para los hombres. Se reían del rojo tripan, rehusando en absoluto dejarse influenciar por este producto. Pablo Ehrlich tropezó por casualidad con el famoso preparado, el 606; aunque conviene advertir que sin la ayuda de Bertheim no lo hubiera encontrado nunca. El 606 fue el resultado de la síntesis química más útil: peligroso de obtener, por el riesgo de los incendios y explosiones ocasionados por los vapores de éter que intervenía en todas la fases de la preparación y difícil de conservar, porque la menor traza de aire lo transformaba en veneno enérgico.

Otro más:

CAPITULO X
ROSS CONTRA GRASSI
EL PALUDISMO

Dos hombres resolvieron el enigma, uno de ellos, Ronald Ross, era un oficial
afecto al Servicio Médico de la India, y el otro, Battista Grassi, era un italiano muy
competente en cuestión de gusanos, hormigas blancas y costumbres de las anguilas.
Es posible clasificar a estos dos hombres por orden de mérito; es seguro que Ross no
hubiera resuelto el enigma sin Grassi, y éste hubiera estado años enteros dando
vueltas al asunto, a no ser por la pista que le proporcionaron las investigaciones de
Ross. Battista Grassi y Ronald Ross se habían tirado los trastos a la cabeza
discutiendo cuál de los dos tenía más mérito.
II
Ronald Ross, durante los primeros treinta y cinco años de su vida hizo todo lo
posible por no ser un cazador de microbios.
Ronald. antes de cumplir los diez años, fue enviado a Inglaterra, y al llegar a los
veinte no se distinguía especialmente por su amor al estudio de la Medicina.
se buscó una plaza de médico en un barco de la Anchor Line, que
hacía el servicio entre Londres y Nueva York. Posteriormente logró ingresar en el
Servicio Médico de la India.
En 1888, cuando obtuvo la primera licencia, volvió a Inglaterra, en donde
encontró a miss Rosa Bloxam, quedó prendado y se casó con ella. De regreso a la
India,. Se dedicó a
examinar al microscopio, instrumento que no dominaba, la sangre de los indios
atacados de paludismo. 
Con ruegos y
regalos consiguió sacar gotas de sangre de los
dedos a cientos de indios palúdicos, gotas en las que nada encontró después de
examinarlas.
Y escribió cuatro trabajos científicos tratando de demostrar que el paludismo era
debido a desarreglos intestinales. ¡Estos fueron sus comienzos en bacteriología!
III
Ross regresó a Londres en 1894, con la idea de abandonar la Medicina y la
ciencia. Pero se encontró con Patrick Manson, un médico inglés eminente que se había
destacado en la esfera de la Medicina 
Manson llevó a Ross a su gabinete de consulta y allá disipó todas las dudas que
éste tenía acerca del microbio del paludismo descubierto por Laveran
—Esto sucede justamente en el momento en que la persona siente escalofríos— le
explicó Manson.
Ross quedó maravillado. 
—Este es el parásito del paludismo, Ross. Nunca lo encontrará usted en personas
que no padezcan esta enfermedad; pero a mí lo que me intriga es lo siguiente ¿Cómo
pasa de un hombre a otro?
—Los mosquitos chupan la sangre a los palúdicos; la sangre contiene esas
semilunas que ha visto usted.... penetran en el cuerpo de los mosquitos,
convirtiéndose en una forma resistente parecida a las esporas del bacilo del carbunco.
Los mosquitos mueren..., caen al agua .... y la gente bebe el caldo de los mosquitos
muertos...
Ross se embarcó
para la India con la bendición de Manson y Al llegar 
fue donde empezó a trabajar con los mosquitos. Al mismo
tiempo tenía
que ocuparse de los enfermos, puesto que era Médico y el Gobierno de la India no se
mostraba dispuesto a reconocer a Ronald Ross como una autoridad en cuestión de
mosquitos.

Dos años después, volvía Ross a Calcuta, 
porque aquella ciudad era un magnífico foco de paludismo.
Así, Ross y Bux pusieron manos a la obra para encontrar los círculos punteados de
negro en el estómago de los mosquitos. 
Ronald Ross soltó diez mosquitos grises en una
jaula que encerraba tres alondras, cuya sangre estaba plagada de parásitos del
paludismo; los diez mosquitos picaron a las alondras y se llenaron de sangre de éstas.
Tres días después, pudo exclamar Ronald Ross:
—El parásito del paludismo de los pájaros se desarrolla en las paredes del
estómago del mosquito gris, de la misma manera que el parásito humano lo hace en
el estómago del mosquito de alas moteadas de pardo.
Observando al microscopio una verruga en la pared del estómago de un mosquito
hembra, siete días después de haber chupado sangre a un pájaro palúdico, vio Ronald
Ross cómo la verruga se abría y daba salida a un regimiento de curiosas hembras
fusiformes que se desparramaban por todo el cuerpo del mosquito hembra, 

—Entonces, los mosquitos transmiten el paludismo al picar —murmuró Ross, y lo
dijo así en voz baja, porque era todo lo contrario a la teoría de su padre científico,
Patrick Manson—. Carece totalmente de fundamento el que los pájaros
o las personas
contraigan el paludismo por beber agua con mosquitos muertos o aspirando polvo de
mosquitos.
Pero desgraciadamente, Ronald Ross no pudo adueñarse del descubrimiento del
paludismo en los hombres.

Antes de que Ross supiera que nadie había pensado en que fuesen los mosquitos
los portadores del paludismo, ya se le había ocurrido la idea a Grassi, y había
realizado algunos experimentos en este sentido; pero fracasó por haber partido del
mosquito que no tenia nada que ver con la cuestión.
En 1898. el año del triunfo de Ronald Ross, Grassi, que no sabía nada de éste, y
que ni siquiera había oído hablar de él, volvió a ocuparse del paludismo.

, tomó sus vacaciones el
15 de julio. partió de Roma con dirección a las tierras bajas, pantanosas y desoladas. 

Grassi era un experto en cuestión de mosquitos; 
De esta suerte,
estuvo Grassi todo el verano, recorriendo de arriba a abajo los lugares más
desagradables de Italia. 

Así fue cómo Battista Grassi, de modo tan fantástico,
encontró una especie de mosquito chupador de sangre
característica y definida llamada zanzarone.
En donde zumbaba al anochecer el zanzarone siempre encontraba Grassi caras muy sofocadas
siempre encontró Grassi campos en
Era imposible confundir a este mosquito, el zanzarone, 
Tal era
el zanzarone, al que los naturalistas habían dado el nombre de «Anopheles claviger»
muchos años antes. «¡Anopheles claviger!»
Grassi volvió a Roma para reanudar sus clases, y el 28 de septiembre de 1898,
, leyó un trabajo ante la antigua y
célebre Academia de los Lincei: «Si hay algún mosquito que transmita el paludismo es
el Anopheles»...
Y otra vez salió Grassi a recorrer la campiña en busca de zanzarones; crió
tiernamente zanzarones en su laboratorio, y en el piso
alto del Hospital del Espíritu Santo, en salas a prueba de mosquitos, Grassi y
Bastíanelli, sin olvidar al otro colaborador, Bignami, soltaron a los zanzarones en los
dormitorios de gente que nunca había padecido paludismo, pero que entonces lo
cogieron.
Por aquella época. Grassi había leído ya los experimentos realizados por Ronald
Ross con los pájaros: 
El parásito del paludismo humano hacía en el
cuerpo de sus zanzarones las mismas cosas exactamente que el paludismo de los
pájaros había realizado en los cuerpos de aquellos mosquitos cuyos nombres había
ignorado Ronald Ross.
En vista de esto. Grassi incubó zanzarones, y todas las tardes, durante cuatro
meses, él y seis o siete amigos suyos permanecieron sentados un rato en la
habitación. 
Demostró su punto de vista,ni uno solo de sus amigos presentó síntomas de la enfermedad.
—No son los hijos de los mosquitos, sino los mosquitos que han picado a un
palúdico, los que transmiten la enfermedad —afirmó Grassi.
Fue tan tenaz como errático había sido Ronald Ross: comprobó en todos sus
detalles su teoría de que el
«Anopheles»es el mosquito único y especial que produce
el paludismo a las personas; con cien experimentos impecables demostró que el
paludismo de los pájaros no podía ser transmitido por los mosquitos que lo llevan a
las personas, y que el paludismo de los seres humanos no puede ser difundido por los
mosquitos que lo producían a los pájaros.
Battista Grassi fue a la planicie de Capacco en el verano de 1900, 
se, convirtió en un dictador,
Ciento doce personas, entre ferroviarios y sus familias, pasaron
a ser animales experimentales a las órdenes de Battista Grassi, y tuvieron que cumplir
con lo que éste les ordenó: permanecer dentro de sus casas a la hora del crepúsculo,
Grassi pasaba muy malos ratos con la gente, se vio obligado a
reprenderlos, y para conseguir que permanecieran al abrigo de la tela metálica tuvo
que recurrir a gratificarlos. El mismo les dio el ejemplo, yendo a dormir a Albanella, el
peor de todos los sitios, dos noches por semana, al abrigo de la tela metálica. Los
zanzarones zumbaban a millares en torno a las estaciones protegidas con tela
metálica. 
y casi todos aquellos cuatrocientos quince seres, cayeron enfermos de paludismo.
—En la estación de Albanella, tan temida, de la que han salido durante años
enteros tantos ataúdes, se puede vivir saludablemente como en el sitio más sano de
Italia —pregonó Grassi.
Tal fue la lucha sostenida por Ronald Ross y Battista Grassi contra 
el
microbio del paludismo.
En esta lucha hubo incidentes secundarios.
En Italia, la India y América hay ahora campos fértiles ,donde
antes el zumbido del Anopheles significaba la
muerte.
Ahí está el canal de Panamá...
Ahí está Ronald Ross, a quien fue otorgado el Premio Nobel de 7.880 libras
esterlinas, por haber descubierto el mecanismo de la transmisión del paludismo a los
pájaros por los mosquitos grises.
Ahí está Battista Grassi, que no obtuvo Premio Nobel y que ahora está casi
olvidado, excepto en Italia, en donde le aclamaron y le hicieron senador.
Capitulo XI 
Walter Reed 
En Interés De La Ciencia Y Por La Humanidad

La extinción de la fiebre amarilla fue una gran lucha, lo cierto es que todo el mundo sabía la manera de combatir la enfermedad, pero todos tenían una opinión diferente acerca del modo de defenderse de ella: fumigar las sedas, telas y objetos de propiedad de las gentes antes que abandonen la ciudad infestada de fiebre amarilla o quemar estos objetos, para que el virus no se extienda. Tal era el conocimiento hacia 1900, mientras que Carlos Finlay, de la Habana tenía la teoría de que los causantes eran los mosquitos. 
San Cristóbal de la Habana era el sitio donde la fiebre había cobrado más victimas, por lo que el comandante Walter Reed fue designado a la investigación de cómo combatir la fiebre amarilla. Arribó a Quemados y se encontró con un número excesivo de soldados norteamericanos
muertos, la comisión investigadora que iba con Reed eran James Carroll, Jesse Leazer y Arístides Agramonte. “Lazear los colocó en un lugar templado y se convirtieron en larvas, dieron a lugar a mosquitos de alas plateadas. Observo al mismo tiempo que las enfermeras, en contacto permanece con los enfermos no contraían la fiebre amarilla, por lo cual dedujo que el causante no era un bacilo. Era necesario hacer experimentos encaminados a demostrar que la fiebre amarilla es transmitida por los mosquitos, pero era necesario experimentar en seres humanos, por lo cual requirió que los miembros de su comisión se ofrecieran como voluntarios. 
“Lazear se paseo entre los muertos de fiebre amarilla, hizo que les picasen los mosquitos y después reintegró los insectos henchidos de sangre a sus jaulas con agua y terrones de azúcar. Consiguió 7 voluntarios e hizo que les picaran los mosquitos, pero ninguno de ellos contrajo enfermedad.” “James Carroll hizo que le trajeran el mosquito mas peligroso de la colección, que había picado a 4 enfermos de fiebre amarilla para que le picase, 4 días más tarde enfermó.” 
“El 13 de Septiembre un mosquito picó a un enfermo y después picó a Lazear, para morir el 25 de septiembre.” Reed instaló un campamento donde se dedico a buscar voluntarios que se dejaran ser picados por los mosquitos, los hombres que habían de ser picados deberían de permanecer encerrados días y semanas para evitar todo peligro de
contagio casual. Introdujo a 3 hombres dentro de la barraca y estos con cajas conteniendo ropa de cama manchadas de vomito negro y deyecciones de muertos por fiebre amarilla, permanecieron ahí 20 noches seguidas y pasaron a cuarentena a una tienda ventilada, no presentaron síntomas. Al mediodía del 21 de diciembre de 1900, un paciente recién bañado y solo con una camisa de dormir, penetro junto con 15 mosquitos hembras, la mañana de navidad presentó los primeros síntomas.” 
Pero aun quedaba la duda de cual era la causa de la fiebre amarilla. 
“Logró obtener sangre infectada de fiebre amarilla, que pasó por un filtro de porcelana muy fina e inyectó el líquido filtrado a 3 personas no inmunes y 2 de ellas contrajeran fiebre amarilla.” 
La fiebre amarilla era causada por un microbio muy pequeño.
Capitulo XII
Pablo Ehrlich
La Bala Mágica
Pablo Ehrlich, era un hombre jovial; se fumaba 25 cigarros al día; le agradaba beber en público un bock de cerveza en compañía de su mozo de laboratorio, y otros muchos bocks con sus colegas alemanes, ingleses y norteamericanos. Aunque hombre moderno tenía un algo de sabio de la edad media cuando decía. Tenemos que aprender a matar microbios con balas mágicas. ¡Consiguió fabricar una bala mágica!. Cómo alquimista que era, hizo todavía más extraño que esto por qué transformo una droga, veneno favorito de los asesinos en un producto para salvar la vida a los hombres: elaboró a base de
arsénico, el medio parea liberarnos del microbio pálido, en forma de sacacorchos, cuyo ataque es la recompensa del pecado, cuya mordedura es la causa de la sífilis, enfermedad de hombre aborrecible. 
Nació en marzo de 1854 en Silicia, Alemania, fue en el Colegio Nacional de Breslau donde el profesor de literatura le mando un día a hacer una composición sobre el tema: “La vida es sueño”. “La vida esta basada en oxidaciones normales”, escribió aquel despabilado jovenzuelo judío: “Los sueños son una función del cerebro y las funciones cerebrales son meras oxidaciones, los sueños son algo así como una fosforescencia del cerebro” . Por aquel entonces Ehrlich tenía 34 años y de haber muerto el Egipto habría sido olvidado probablemente o se hubiera hablado de él como de un visionario fracasado, de un enamorado de los colorantes. Tenía la energía de un dinamo llegó a creer que se podía visitar enfermos y cazar microbios. Voy a teñir animales vivos- exclamo un día - la química de los animales es como la química de mis colorantes y teniéndolos en vivo me enteraré de su constitución. Tomo su colorante favorito que era el azul de metileno e inyecto una pequeña cantidad en la vena auricular de un conejo vio que el color se difundía por la sangre y el cuerpo del animal eligiendo de un modo misterioso y tiñendo de azul las terminaciones nerviosas pero ninguna otra parte ¡Que extraño era todo esto! Por un instante olvidando toda su
especialidad tal vez el azul de metileno quita el dolor., fracaso en su intento de descubrir un buen anestésico; pero de este extraño comportamiento del azul de metileno, eligiendo un tejido entre los centenares de que están compuestos los seres vivos dedujo Pablo Ehrlich una idea fantástica, que ulteriormente le condujo a su bala mágica. Entonces dada suelta Ehrlich a una catarata de explicaciones atropellada, se ocupaba en aquellos días de indagar a que debía los conejos su inmunidad contra los venenos contenidos en las semillas del ricino y del jequiritì: ve usted: puedo medir exactamente y es siempre la misma, la cantidad de veneno necesaria para matar en 48 horas un ratón que pese 10 gms. Sabe usted: ahora ya puedo dibujar la curva del aumento de inmunidad de mis ratones con tanta exactitud como si se tratará de un experimento de física. Comprende usted: he descubierto el medio como este veneno mata a mis ratones; les coagula la sangre en las arterias y Pablo Ehrlich mostraba a su ilustre jefe, tubos llenos de coágulos de sangre de ratón color rojo ladrillo, demostrándole que la cantidad de veneno necesaria para coagular aquella sangre era precisamente la requerida para matar al ratón de donde procedía la sangre. Pablo Ehrlich vomitaba torrentes descifras y de experimentos sobre Roberto Koch. Hay que hacer notar si bien Ehrlich era una enciclopedia en cuestiones de química, sus manos no tenían la habilidad de la de un
químico experto; odiaba los aparatos complicados, tanto como amaba las teorías complicadas; no sabía manejar aparatos era un químico chapucero y como era hombre de buen carácter y buen entendedor no tardo mucho en salir de la fábrica de colorantes, próxima a su laboratorio el derivado de la benzopurpurina con los grupos sulfo debidamente unidos , es decir, “ligeramente modificado”. Shiga inyecto tripanosomas del mal de caderas a dos ratones blancos; paso un día y paso otro; los párpados de los ratones empezaron a pegarse con el murciélago de su destino; se les erizo y el pelo con el miedo de su aniquilamiento; un día más y todo había terminado para aquellos dos ratoncillos, pero entonces les inyecta Siga un poco de aquel colorante modificado; Ehrlich vigila, se pasea masculla palabras, gesticula y se tira de los puños de la camisa a los pocos minutos las orejas de los ratones se ponen encarnadas y los ojos casi cerrados se vuelven más rozados que los de sus hermanos albinos ¡Aquel día es el día del destino para Pablo Ehrlich, es el día en que el Dios de la suerte esta de buenas porque, lo mismo que la nieve se derrite sobre el mes de abril los tripanosomas desaparecieron de aquel ratón!. Se evaporaron ante el disparo de la bala mágica, pereció hasta el último de ellos, ¿y el ratón? Abre los ojos, mete el hocico entre las virutas del fondo de la jaula y olfatea el cuerpo de su desgraciado camarada muerto, que había recibido
inyección del colorante. 
Es el primer ratón que se salva del ataque de los tripanosomas lo ha salvado Pablo Ehrlich 
Gracias a su persistencia, a la a la casualidad a Dios y a un colorante llamado rojo tripan. Tengo un colorante que ha curado a un ratón, encontré otro que salva millones de hombres, así soñaba aquel confiado judío alemán, pero por desgracia no lo consiguió inmediatamente, Siga con tenacidad desesperante, siguió inyectando rojo tripan a los ratones unos mejoraron, otros empeoraron; uno, que parecía perfectamente repuesto, correteaba por la jaula, y una buena mañana ¡a los sesenta días! Presentaba un aspecto raro. Siga le corto hábilmente la punta de la cola y llamo a Pablo Ehrlich para que viera la sangre, pletorica de los tripanosomas culebreantes de caderas. Los tripanosomas eran unos bichos terribles, astutos y resustentes como lo son todos los tripanosomas, que atacados a la vez por un judío y un japonés, armados de un colorante vistoso, se relamen de gusto o se retiraran discretamente a un lugar recóndito del ratón, en espera del momento oportuno para multiplicarse a placer. Así pues, Pablo Ehrlich pago con miles de desengaños su primer éxito parcial; el tripanosoma de la nagana, descubierto por David Bruce y el tripanosoma de la enfermedad del sueño mortal para los hombres. Se reían del rojo tripan, rehusando en absoluto dejarse influenciar por este producto. 
Ehrlich manipuló con el Atoxil,
exclamando “esplen-di-do” gruñendo “in-creí--ble”, dictando notas a la paciente señorita Marquardt, llamando a voces al indispensable Kadereit. En aquel laboratorio con la astucia química que los dioses confieren algunas veces a los i investigadores que no son químicos, encontró Pablo Ehrlich que era posible modificar el Atoxil, no un poco sino un mucho; que podía obtenerse de él un sinnúmero de compuestos de arsénico totalmente desconocido, sin perjudicar en los más mínimo a la combinación del arsénico con el benzol. ¡Puedo modificar el Atoxil! 
A Marchas forzadas, porque ya había cumplido los cincuenta y le restaban pocos años de vida activa, tropezó Pablo Ehrlich, por casualidad con el famoso preparado, el 606; aunque conviene advertir que sin la ayuda de Bertheim no lo hubiera encontrado nunca. El 606 fue el resultado de la síntesis química más útil: peligroso de obtener, por el riesgo de los incendios y explosiones ocasionados por los vapores de éter que intervenía en todas la fases de la preparación y difícil de conservar, porque la menor traza de aire lo transformaba en veneno enérgico. 
Tal era el célebre preparado 606, que disfrutaba del nombre: “p. P-Dihidroxi-diaminoarsenobenceno” y cuyos efectos mortíferos sobre los tripanosomas fueron tan grandes como largo era su nombre. Una sola inyección de 606 hacia desaparecer todos los tripanosomas de la sangre de un ratón atacado de mal de cadera. Y en efecto ¿Qué días hay
más sensacionales en toda la historia de la bacteriología, exceptuando los tiempos de Pasteur? El 606 era inocuo, el 606 curaba el mal de caderas, precioso beneficio para los ratones y las ancas de los caballos, pero, ¿qué más? Pues que Pablo Ehrlich tuvo una feliz idea a consecuencia de haber leído una teoría equivocada. 
El 31 de agosto de 1909 Pablo Ehrlich 1909 Pablo Ehrlich y Ata contemplaban un hermoso conejo macho encerrado en una jaula y que disfrutaba de excelente salud, excepto que en la delicada piel de escroto tenía dos úlceras terribles, cuyo diámetro era de 2 a 3 centímetros; úlceras causadas por la roedura de las espiroquetas que son la recompensa del pecado, inyectadas por S. Hata un mes antes. Bajo la lente del microscopio construido especialmente para poder observar un ser sutil como el microscopio pálido, puso Hata una gota de líquido procedente de las úlceras malignas, y en la oscuridad del campo visual. La visión era hermosa, invitaba a la contemplación durante horas seguidas, pero era siniestra, porqué ¿qué otros seres vivientes son capaces de causar a los hombres una plaga peor y mayor desgracia? Hata se aparto y Ehrlich se aproximo al microscopio. Miró primero y Hata después al conejo. - póngale la inyección - dijo Ehrlich y en la vena auricular el concepto penetro la solución transparente y amarilla del 606 para luchar por primera vez contra la enfermedad del hombre repugnante, al día siguiente
no quedaba ni uno solo de los diablos espirales en el escroto del conejo, ¡era una curación como la de los tiempos bíblicos! Poco después escribía Ehrlich: “Se deduce de estos experimentos que, si se administra una dosis suficientemente elevada, las espiroquetas son destruidas total e inmediatamente con solo una inyección. ¡Aquel día fue grande para Ehrlich! ¡Allí estaba la bala mágica! ¡Y que eficaz era! Además no representaba peligro alguno no había más que ver a aquellos conejos curados. 
No olvidemos sin embargo que los grandes cazadores de microbios han tenido siempre algo de jugadores de azar, pensemos en Pablo Ehrlich fue un aventurero valiente y en los miles de vida que han salvado. Recordémosle como un explorador que descubrió un nuevo mundo para los cazadores de microbios y les enseño a fabricar balas mágicas. Aunque es demasiado pronto todavía para relatar la historia completa de algunos investigadores poco conocidos, entre ellos antiguos esclavos de Pablo Ehrlich, sudando en las grandes fabricas de colorantes de Elberfeld, han descubierto ya una droga fantástica en extremo, su composición química es un secreto y se llama “Bayer 205” Es un polvo suave y misterioso que cura la enfermedad del sueño de Rodesia y de Nyassalandia, mortal hasta ahora, enfermedad que aquel hombre vigoroso, David Bruce, pretendió en vano combatir y que causa efectos extraños en las células y los humores del cuerpo humano.

CAPITULO III
Louis Pasteur
LOS MICROBIOS SON UNA AMENAZA

En 1831, La caza de microbios se encontraba estacionada, se encontraban sumidos en el desprecio y el olvido, mientras que otras ciencias lograban rápido progreso.
Se diseñaron nuevos microscopios pero a nadie se le ocurría usarlos ni se preocupaba por demostrar que ciertos animalitos poseían la capacidad de relazar labores inimaginables. Nunca pensaron que tales microbios capaces de matar a millones de seres humanos.
En octubre de 1831, un niño de un pequeño pueblo situado entre las montanas del este de Francia, Louis Pasteur, hijo de un curtidor de Arbois y bisnieto de un siervo del conde Undresser. Un día se pregunto que era lo que volvía a los perros rabiosos y porque las personas morían al ser mordidas por ellos, su padre no supo que contestarle mas que probablemente entraba un demonio al lobo y que era voluntad de Dios, para esa época esta era una respuesta común de escuchar y vista como sabia. Nadie concia la verdadera causa de la muerte de las personas mordidas por perros rabiosos, pues el origen de las enfermedades era un misterio.
Pasteur era un niño atareado y meticuloso, que no llamaba la atención, le gustaba pintar.
Los microbios eran vistos como algo demasiado confuso, el mismo Linneo, el clasificador mas entusiasta cuya única preocupación era clasificar a todos los seres vivientes decía que nadie sabría jamás nada con exactitud acerca de ellos y los clasifico como un “caos”. 
Pasteur, mientras
tanto, dedicado a sus libros durante su estancia en el modesto colegio de Arbois, tenia una ambición por ensenar y tener autoridad sobre sus demás compañeros, fue una especial de profesor ayudante en el colegio de Besancon.
Louis fue enviado por su padre a la escuela Normal de Paris, pero la nostalgia por su país natal le obligo a abandonar los estudios y regreso a Arbois. Al ano siguiente retorno a Paris a la misma escuela solo esta ves si permaneció en ella. Fue entonces cuando tuvo la intuición de que el llegaría a ser un gran químico, comenzó a relazar investigaciones.
Cuarenta anos mas tarde quiso transformar todos los médicos en bacteriólogos.
En la misma época dos investigadores aislados, uno en Francia y otro en Alemania, empezaban a tomar en serio los microbios.
Un francés Cagniard de la Tour, andaba manipulando en 1837 con las cubas de fermentación de la fabrica de cerveza, empezó a experimentar con ellas y las investigaciones lo dejaron convencido de que ningún cocimiento de cebada y lúpulo se convertiría en cerveza de no estar presente la levadura vivas y en pleno desarrollo.
Veintiséis anos después descubrió que había cuatro clases de acido tartárico en lugar de dos; que en la naturaleza hay una gran variedad de compuestos extraños exactamente iguales, excepto en que unos son como las imagines de un espejo de los otros.
Un mes después, convertido Pasteur en colega de los sabios, recibía felicitaciones de los químicos consagrados. Fue nombrado profesor de
Estrasburgo y decidió casarse con la hija del decano de la Facultad.
Pasteur se entrego a su labor, siguió trabajando hizo experimentos disparatados e increíbles, Trato de alterar la química de los seres vivos colocando los entre potentes imanes, ideo relojería para someter a las plantas a un movimiento pendular, quiso alterar las especias.
Una ves establecido en Lila, los grandes industriales le dijeron que necesitaban una intima cooperación entre la ciencia y la industria, que la ciencia recompensara la ayuda que recibe.
Se dedico a estudiar, comprendía que la ciencia tenia que ganarse la vida, comenzó a hacerse popular y dar conferencias en Lila.
Un día Monsieur Bigo, destilador de alcohol, encontrado se en un conflicto, fue a visitar a Louis a su laboratorio y le dijo que tenia dificultades con la fermentación, Pasteur examine sus productos y se dio cuenta que en ellos no habían glóbulos de fermento, sino algo totalmente diferente, bastoncitos eran mucho mas pequeños que los fermentos, solo media una milésima de milímetro. Estos bastoncitos que estaban en la cubas enfermas estaban vivos y eran quienes producían el acido de la leche agria, luchaban contra los fermentos y los vencían.
Pasteur ideo un medio de cultivo y descubrió que había algo en vias de transformación, vio que habían muchas motitas grises nuevas y que todas estas soltaban burbujas, repitió el mismo experimento una y otra ves dándole los mimos resultados. Louis no pudo contenerse mas y anuncio su
descubrimiento, le dijo a Monsieur Bigo que aquellos bastoncitos eran capaces de transformar el azúcar an acido láctico.
Pasteur decidió mudarse a Paris junto con su esposa pues lo acababan de nombrar administrados y director de estudios de la Escuela Normal. 
Estos bastoncitos lo habían convencido de que otras especies diferentes de microbios eran capaces de ejecutar un millar de cosas útiles y peligrosas.
Pero Leibig, el príncipe de los químicos, era contrario a las ideas de Louis, decía que Pasteur se había equivocado, que la albumina no era necesaria si no los fermentos al multiplicarse descomponen el azúcar.
Pero después de repetidos experimentos Pasteur dio con el mismo resultado una y otra ves. Leyó trabajos acerca de este tema, dio conferencias y lanzo sus afirmaciones a Liebig. Sus antiguos profesores se sintieron orgullosos de el; la academia de Ciencias, Filosofía, y Claude Bernard “la filosofía en persona” hablaron maravillas de Louis.
Una Mañana en unos matraces cuyo contenido se había estropeado noto la presencia de otra especie de microbios, intento expulsarlos pero volvian a aparecer, se dio cuenta que cada que ves que estos aparecían en los matraces despedían un olor fuerte y desagradable a Manteca rancia. Y así demostró de cierta forma que estos bichos de nueva especie eran otra clase de fermentos que transformaban el azúcar en acido butírico.
Un día observando los fermentos butíricos en el microscopio, noto algo Nuevo; que en el centro de la gota se movían
animadamente en todas direcciones, pero que al corre suavemente la preparación hasta que el borde de la gota quedase bajo el objetico, no se movían, se quedaban tiesos. Llego a la conclusión entonces que los mata el aire.
No solo había descubierto un microbio que tenia las propiedades de transformar el azúcar en acido butírico, además, había comprobado que estos animal podían vivir, jugar, moverse y realizar sus funciones sin necesidad de aire pues el mismo aire los mataba.
Pateur realizo experimentos que tardaron tres anos en concluir y con ellos se dio cuenta que sin microbios no se echaban a perder los alimentos y seria imposible la vida sin ellos. Louis estaba seguro que estos debían de tener progenitores.
Un día Balard lo fue a visitar pues le gustaba husmear los demás laboratorios.
Louis dio comienzo a sus expediciones, en los observatorios donde trabajaba el gran Le Verrir. 
En uno de sus experimentos se dio cuenta que los microbios entraban en el polvo del aire, y para comprobarlo, tomo el tren y fue a su tierra natal, comenzó a experimentar abriendo matraces en la sima de montanas y noto que mientras era mayor la altura y mas puro el aire, había menos polvo y menor numero de microbios adherido a las partículas de este, estaba completamente convencido que el aire por si solo no podía hacer nacer seres vivos en el caldo de cultivo.
Volvió a emprender la tarea de demostrarle a Francia como la ciencia podía ahorrar dinero a la industria, Pasteur le pidió a conocidos que
le regalaran distintos vinos y experimento con ellos. Louis estaba convencido de que el culpable de que los vinos se echaran a perder no era el fermento si no otro microbio, y así era; noto que en los distintos vinos aparecieron distintas especies y descubrieron que una vez terminada la fermentación se calienta el vino, por bajo el punto de ebullición, mueren todos los microbios que no desempeñaran algún papel y se conservaría sano ahora esto se conoce como pasteurización.
En 1861 en Dumas, su Viejo profesor, lo visito para pedirle que lo ayudara con el estudio de los gústanos de seda, a Louis no le encantaba la idea, pero por tratarse de el acepto. Comenzó estos estudios en Alias, ahí Pasteur se encontró con miles de teorías sobre una enfermedad que padecían estos gusanos, pero los únicos hechos relacionados con esta eran unas manchas negras. 
Louis analizo estos con el microscopio y noto que aumentaban cuando los gusanos se iban a morir, que estaban vivos y eran parásitos no solo manchas, después de examinarlos seis meses, Pasteur quedo convencido de ello, y emprendió largas peregrinaciones para ensenar a los campesinos la manera de preservar a los gusanos sanos.
En aquella época sufrió una hemorragia cerebral y quedo paralitico de un lado, pero esto no lo detuvo, se dedico a leer y continuo con toda energía, se fue a Francia, y estuvo luchando seis anos con las enfermedades de los gusanos de seda no había acabado de solucionarlo, cuando otra enfermedad ataco a estos
gusanos pero no tardo en descubrir el causante de la nueva plaga.


CAPITULO IV
Roberto Koch
EL PALADIN CONTRA LA MUERTE

Entre 1860 y 1870 tanto Pasteur se dedicaba a salvar la industria, maravillando a reyes y pueblos, diagnosticando las enfermedades de los gusanos de seda, un alemán serio se estudiaba medicina en la Universidad de Gotinga, llamado Roberto Koch.
Memorizaba los nombres de cientos de huesos y músculos, el sueno de Koch era ser explorador, medico militar o naval, visitar países remotos pero después de recibirse tuvo que hacer su internado en el poco interesante manicomio de Hamburgo.
Emma Frantz, a quien le propuso matrimonio y acepto con la condición de que se establecieran en Alemania para que el ejerciera su profesión. Koch accedió esfumo todos sus sueños de viajes exóticos y se dedico a practicar medicina. 
Mientras Roberto practicaba su oficio, Lister comenzaba en Escocia a salvarles la vida mediante la asepsia. Los profesores y estudiantes comenzaban a interesarse por las ideas de Pasteur y discutirlas. Parecía que el destino de Koch era consolar enfermos y salvar vidas de moribundos cosa que no conseguía la mayoría de los casos.
Koch se inquieto y decidió irse a Wollstein, donde Frau Koch, le regalo de cumpleaños un microscopio sin pensar en el efecto que iba a traer este inocente regalo.
Este microscopio llevo a su marido a aventurarse en la ciencia.
A pesar de su brillantez los experimentos de Pasteur nada probaban acerca del origen y la causa
de los padecimientos de la humanidad, había hablado de magnificas maneras de eliminar epidemias pero cuando Louis predico en Paris que no pasaría mucho tiempo sin que se descubriera que los microbios eran los asesinos de los tubérculos, todo el cuerpo dedico, se puso en su contra.
El carbunco era por aquel entonces una enfermedad misteriosa, que traía preocupaciones a todos los campesinos de Europa. Esta plaga no guardaba compostura, de un día para otro mataba a un animal completamente sano dejando tieso y frio, con la sangre convertida en una masa negruzca, hasta a los mismo ganaderos le salían granos espantosos o aun peor se contagiaban de una pulmonía fulminante.
Fue entonces cuando Koch comenzó a experimentar con gotas de sangre infectada y las observaba entre dos laminas de cristal perfectamente limpias, así como noto diminutos glóbulos verdosos a la deriva, bastoncitos cortos. Otros dos hombres de la ciencia, Davaine y Rayer, en Francia, habían visto los mismos bastoncitos y los nombraron bacilos, causa real e indudable del carbunco; pero no pudieron demostrarlo, y nadie en Europa excepto Pasteur lo creyó.
Roberto decidió dejar entonces a los animales enfermos y se dedico a los perfectamente sanos.
Encontró un procedimiento seguro para contagiar el carbunco a los ratones, observo durante un mes con el microscopio la sangre de estos ratones contagiados y vio aquellos bastoncitos y enredados filamentos inmóviles de una milésima de milímetro de largo que nunca logro
descubrir en la sangre de los animales sanos. Koch estaba seguro que estos estaban vivos. Roberto decidió experimentar ahora con un ojo de buey para poder observar mejor, Koch analizo una y otra ves el microscopio y la preparación que aprisionaban los bastoncitos, se le ocurrió entonces un procedimiento muy fácil para examinarlos que trataba en ponerlos en una gota pendiente que no tengan acceso los demás microbios.
En una lamina de cristal, previamente calentada clocó una gota de humos acuoso de ojo de buey sano y en esta introdujo un fragmento muy pequeño de bazo recién extraído a un rato infectado con carbunco, finalmente sobre la gota coloco otra lamina de cristal pasteurizada mas gruesa. se sentó para observar lo que sucedía y noto que los bastoncitos a la deriva habían empezado a multiplicarse, comprobó que los escasos bastoncitos existentes en un principio se multiplicaron hasta llegar a ser millones y demostró que los bacilos procedentes de la gota pendiente eran tan mortíferos como los del bazo de un animal infectado con carbunco.
Roberto Se pregunto como pasaban de los animales enfermos a los sanos? Y comenzó a buscar la respuesta. Agarro sangre seca infectada la lavo con agua y se la inyecto a un ratón sano y este siguió vivo, llego a la conclusión que los microbios que dos días antes habían podido contagiar a un animal habían muerto, entonces se pregunto que era lo que los conservaba vivos. Durante veinticuatro horas conservo una gota pendiente a la temperatura del
cuerpo del ratón y noto que aparecían perlas brillantes, dedujo que era asi la forma tan resistente que les permitía soportar el frio, calor y sequedad, transformándose en esporas.
Realizo Koch una serie de ensayos para comprobar su teoría y noto que los filamentos se trasforman en esporas cristalinas, dispuestas a convertirse en bacilos.
En 1876, anuncio que había logrado demostrar que los microbios eran la causa de las enfermedades, se dirigió a Berslau, para exhibir el proceso. Koch también demostró como combatir la terrible plaga quemando al animal infectado inmediatamente después de morir. 
En 1878 y 1880, hizo grandes progresos en bacteriología. Adquirió una cámara fotográfica y la adapto a su microscopio, fotografío sus experimentos para demostrarlos pues pensó que de esta forma iban a poder ver lo que el y de esta manera ponerse de acuerdo. En 1880 fue llamado por el gobierno alemán para formar parte del Departamento Imperial de Sanidad. Ahí comenzó a experimentar e hizo el siguiente descubrimiento que trasformo la casa de microbios, noto que cuando caen los gérmenes del aire sobre una superficie solida estos permanecen el ese lugar y allí se multiplicando convirtiéndose en millones de microbios de la misma especie absolutamente puros.
Luego se introdujo al tema de la tuberculosis y comenzó a experimentar, nunca en toda la historia de la ciencia de la microbiología se ha dado otro caso de un experimento hecho mas a conciencia. Cultivo bacilos en suero sanguíneo.
El 24 de marzo de 1882, en la sociedad de Filosófica de Berlín, Koch relato como había logrado encontrar el asesino invisible, dijo como los médicos odian aprender y alas costumbres de los bacilos de la tuberculosis.
En 1882, la noticia de que Roberto había descubierto el microbio de la tuberculosis trascendió.
A fines de este ano el cólera asiático había llamado a las puertas de Europa, el virus asesino se infiltraba en los hombres rebosantes de salud.
Entonces comenzó una competencia entre Pasteur y Koch para descubrir el microbio causante de aquel cólera.
Koch descubrió un microbio con forma de una coma, presento el informe al Ministerio del Interior comentándoles que en todos los casos de cólera había encontrado este microbio en forma de coma pero que aun no había podido demostrar que este era el causante de dicha enfermedad. 
Después experimentaciones en la india en donde también encontró este bacilo llego a la conclusión que el cólera no nace espontáneamente, dijo que ningún hombre sano puede ser atacado por el cólera a no ser que ingiera el bacilo coma, y este solo puede proceder de sus iguales, y que este solo puede desarrollarse en el intestino del hombre o en aguas contaminadas.
Gracias a ;as valientes investigaciones de Roberto Koch los hombres no tienen que temer a los devastadores efectos de estos microbios.
Roberto recibió de las propias manos del emperador de Alemania la Orden de la Corona, con Estrella, pero a pesar de estos Roberto siguió siendo el mismo.





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