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miércoles, 30 de noviembre de 2011
El narcisismo de tener una tesis doctoral
Os dejo aquí un artículo muy interesante publicado por Aurora García Mateache en La Razón el día 5 Marzo 11.
El primer ministro de defensa alemán, Karl Theodor zu Guttenberg, ha decidido dimitir de todos sus cargos públicos a causa de las acusaciones de plagio en su tesis doctoral, presentada en la Universidad de Bayreuth.
Existe un mundo paralelo donde personajes virtuales lavan conciencias. Donde a Guttenberg no le hubieran tachado de «estafador», ni le apodarían «googleberg», como entre la élite académica teutónica. En ese mundo nadie, ni mucho menos un grupo parlamentario como el de Los Verdes, lo acusaría de «haber faltado al respeto a la opinión pública con una falta de decencia y de estilo casi sin precedentes». Alemania se siente engañada: el ministro juró ante un tribunal que todo el contenido de la tesis era suyo. Y firmó.
En la red también hay códigos de honor: nunca se denuncia a quien ha firmado un trabajo escrito por otro. Por algo ha desembolsado 3.000 euros.
Bienvenidos al mercado virtual de los trabajos doctorales. «Gracias por vuestra rápida y profesional ayuda con mi tesis. Ha sido una gran idea compraros una», escribe Michael H, desde Estados Unidos. «La tesis que compré de Masterpapers estaba muy bien escrita y acorde con mis requerimientos. Además, se me iba enviando antes de cada plazo. Muchas gracias», comenta por su parte Margaret R, desde Inglaterra. «Estoy seguro de que mi actual petición, al igual que las otras que he hecho, tendrá éxito. La competencia de vuestros escritores deja a los demás en la sombra. Estoy encantado de haber dado con vosotros», se explaya Leon H, desde Alemania.
En la web masterpapers.com hay 140 comentarios como los citados, procedentes de diferentes países, agradeciendo la elaboración de sus tesis. «Limpia tu mente de pensamientos estresantes y céntralos en cosas más importantes de tu vida cotidiana. Olvida tus preocupaciones, compra la tesis y deja a nuestros profesionales trabajar», se anuncian. «Salva tiempo, dinero y elimina frustración, ansiedad y tensión con nosotros». La página asegura contar con más de dos mil expertos, con lo que promete una rápida asignación. Promesa sustentada con las «toneladas» de trabajos que afirma producir al año: tesis doctorales, trabajos de curso o pruebas de acceso a la universidad, entre otros.
Francisco Canals, director de la Agencia de Noticias para el Fraude, explica que en nuestro país los alumnos dados a la picaresca académica recurren a webs latinoamericanas. «Son tan profesionales que incluso se adaptan a nuestra forma de hablar, para no delatarse», explica Canals. «Los precios varían según el tiempo de entrega; lo normal son 3.000 euros. Pueden llegar hasta los 5.000. En caso de que la página facilite una tesis ya elaborada, el coste baja a los 300 o 400 euros. Es más barato pero corres más riesgo de que te pillen».
«Escribimos tu tesis, escribimos tu libro. Únicos especialistas en tesinas y tesis con más de diez años de experiencia en su escritura –tesis de posgrado y doctorado», anuncian en tesinas.com.ar, una página argentina. «Somos un equipo de trabajo formado por especialistas (profesores universitarios y redactores científicos) en cada uno de los temas que encaramos». Y concluye: «Hemos realizado una exitosa cantidad de trabajos monográficos y tesinas de forma absolutamente confidencial». Hasta tesis médicas especializadas, por ejemplo, en otorrinolaringología.
Según Canals, hay autores que tienen un negocio montado de lo más cosmopolita. «Suelen ser profesores jubilados. Hacen una tesis aquí y luego se la revenden a un colombiano, por ejemplo. Si haces lo mismo entre una universidad de Madrid y otra de Sevilla es más fácil detectar el plagio». Canals es crítico con la pasividad universitaria. «No se da importancia o se desconoce el sistema, y no se investiga. En China, por ejemplo, la trayectoria académica de los estudiantes está publicada en internet, y es más fácil detectar un plagio, o la falsificación de un diploma.
Tipos de falsificación
Porque el fraude académico no se limita a tesis doctorales. Uno puede hacerse perfectamente con un currículum brillante sin utilizar los dedos más que para cambiar de canal, mientras que su hermano se hace callos en los exámenes. En diplomafalso.com se jactan de ser el portal «más popular para los Diplomas Académicos en la falsificación de la calidad, grados, certificados y transcripciones». Adaptados a la última tecnología, afirman utilizar filigranas y tintas sensibles al calor. «Podemos imprimirle una transcripción falsa terminada con cursos, las horas y los grados de crédito».
En titulosuniversitarios.org ofrecen títulos universitarios en cinco días. «Seguramente estás temblando en tus pantalones porque esto es música para tus oídos», intentan motivar. La internacional phatism.com promete desde carnets europeos de estudiante hasta de modelo de pasarela, y no por más de 30 euros.
Gerado Meil, director del departamento de Sociología de la Universidad Complutense deMadrid, recurre a un programa para intentar detectar posibles plagios en tesis. «Tenemos un software que hace de filtro para ver si el doctorando ha utilizado el copia y pega», explica. «Ahora bien, si el trabajo se ha encargado entero, detectar el plagio es complicadísimo».
Internet baja la calidad
Al ex ministro Karl-Theodor zu Guttenberg se le acusa de haber usado las voces de 15 autores diferentes, motivo por el que la Comisión Científica de la Universidad de Beyruth le despojó del título de Doctor el pasado 23 de febrero. «De haberse producido en España, la facultad no hubiera actuado con la rapidez e independencia política de Alemania», considera Kosme de Barañano, catedrático de Metodología de Historia del Arte y de la Escultura en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández. Fue investigador en la Universidad de Heidelberg de 1983 a 1988. Y analiza la calidad de los trabajos doctorales en la actualidad. «Yo creo que desde que existe internet ha habido un deterioro en la presentación de tesis y en las defensas. Al menos en el campo de las Humanidades».
Julio Iglesias de Ussel, ex secretario de Estado de Educación y catedrático de Sociología en la Universidad de Granada, no opina igual. «Si la selección en la documentación de internet se hace con una actitud crítica no tiene por qué bajar la calidad». Para este catedrático, la reacción alemana responde a una cuestión social más que académica. «Hay culturas para las que la honradez y la veracidad son fundamentales desde un punto de vista fiscal y social. En España, si un ministro plagiara su trabajo, la reacción sería radical o benévola según si el sector comparta o no la ideología política».
De las 30 tesis doctorales que han pasado por sus manos asegura que nunca ha dudado de la legalidad de la rúbrica. «Cuando yo era estudiante en París, sabía de gente que lo hacía. La delincuencia no ha surgido con las nuevas tecnologías, simplemente la industrializan. Pero plagiadores han existido siempre».
Diez bibliotecas
Ya en tiempos de Marco Vitruvio, a varios concursantes de poesía que presentaron como propias viejas obras existentes en la Biblioteca de Alejandría se les sancionó como ladrones. Incluso a Martin Luther King, incansable luchador por los derechos de los negros, fue acusado de haber copiado porciones de su doctorado. Ahora, el ministro de defensa más joven de Alemania dimite por falta de honestidad académica. Mientras, millones de personas anónimas hacen carrera a base de comprar, vender e intercambiar alrededor del mundo desde diplomas hasta tesis doctorales. Para Iglesias de Ussel, cuando no existía internet una tesis se defendía a ultranza. «Para algo te habías recorrido diez bibliotecas para conseguir poner una frase en tu tesis», cuenta el catedrático.
El prestigio de la london School of economics, por los suelos
Hubo un tiempo en el que el London School of Economics se enorgullecía de haber tenido a Saif al Islam como alumno. Ahora la institución se esconde cuando se le pregunta por el hijo de Gadafi, después de que haya salido a la luz que la tesis que les presentó en 2008 podría ser un plagio. La escuela le dio el título y además aceptó 300.000 libras (unos 354.000 euros) como parte de una promesa de 1,5 millones de libras que el hijo del coronel les entregó por medio de su fundación. Por eso, esta semana el director Howard Davies presentó su dimisión, tras reconocer que autorizó programas de cooperación con Libia, especialmente con Said el Islam.Davies afirmó que la reputación de la LSE ha sufrido y que fue un error aceptar esa donación. Admitió, además, haber cometido «un error personal» al decidir viajar a Libia para asesorar al Gobierno de Trípoli sobre cómo modernizar sus instituciones financieras.Es la primera dimisión tras la investigación que ha abierto el centro. Cuando la tesis fue presentada, el profesor David Held, del departamento de «Study of Global Governance», escribió a los supervisores advirtiéndoles de que Saif podría no ser el autor. Pero se consideró que no había evidencias de que hubiera contratado a un «negro». Un portavoz del centro aseguró a este periódico que «todo está aún en fase muy inicial». La tesis, de 429 páginas y titulada «El papel de la sociedad civil en la democratización de las instituciones de gobernanza global», incluía en los agradecimientos al profesor Joseph Nye, economista de la universidad de Harvard, por leer algunos capítulos y haberle dado algunos consejos, y a sir Mark Allen, un antiguo agente del MI6 y actual asesor de BP, por facilitarle algunos datos. El episodio está siendo especialmente bochornoso para Lord Desai, que firmó el documento. De momento, se escuda diciendo que lo leyó con detenimiento y examinó luego al alumno con otro profesor. Se desconoce si será sancionado.
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