Páginas

viernes, 27 de marzo de 2015

El derecho a experimentar en seres humanos

Este es el subtítulo de un libro publicado en español en el Fondo de Cultura Económica. No lo he leído pero el subtítulo "El derecho a experimentar en seres humanos" me pone los pelos de punta. Estoy seguro que habla de la regulación de la experimentación humana, pero ¿Tocará el tema de la igualdad en la experimentación humana?  por ejemplo, si una sociedad decide experimentar en humanos ¿No debiéramos todos participar en ese proyecto y que los puestos de cobaya humana se sorteasen entre todos los adultos de esa sociedad? Este es un razonamiento por reducción al absurdo.
La experimentación en humanos: reducir a un ser humano a cobaya todo en pos del avance científico. La brecha que existe en este campo entre el discurso público y el discurso oculto es aterrador. 
Cuando se habla de regulación de la experimentación humana sabemos que los que se van a presentar a estos experimentos son personas pobres necesitadas de dinero, presos que quieren canjear su participación por reducción de penas, enfermos terminales sin acceso a una medicina de calidad... Lo que se trata de regular es una relación de poder para que no haya abusos y mantener un discurso oficial de humanismo y respeto por los derechos humanos. Luego están las guerras, en donde al enemigo se le despoja de la condición de humano y entonces se abre la posibilidad de utilizarlos sin remordimientos como cobayas humanas. EEUU, Alemania, Japón son países que en el último siglo han tenido programas de experimentación en humanos: humanos pobres, humanos prisioneros de guerra... Hay experimentos científicos (Experimento Milgram) sobre la psicología humana que muestran como con la excusa de la ciencia ciudadanos normales son capaces de apretar un botón que produzca una descarga eléctrica letal a un persona. La ciencia es una nueva religión capaz de acallar conciencias con la promesa de la mejora del conocimiento.
En la película Elysium se plantea una sociedad en donde los ricos tienen acceso a una sanidad de última generación que les garantiza la vida eterna, esta diferencia extrema con los pobres les ha obligado a vivir en una nave que orbita alrededor de la Tierra. Los habitantes de la Tierra con enfermedades terminales arriesgan su vida para llegar a esta estación y poder tratarse.
El capitalismo como sistema productivo se basa, entre otros principios, en la exclusión. La exclusión, la dificultad de acceso a un bien de consumo necesario genera valor. Los excluídos pagarán ese valor y ello generará crecimiento. Samuel Butler (1835-1902) escribió la obra de ficción Erewhon. Esta obra trata de una sociedad en donde el robo se considera enfermedad, y como tal se trata, mientras que la enfermedad se considera crimen y se persigue. Samuel Butler intuía ya en el SXIX que el acceso a la salud iba a ser materia de discriminación social y económica. Ya estamos a las puertas de ello. Aquí en Ecuador el que tiene dinero va a Houston a tratarse y el que no pues no.

El derecho a experimentar en seres humanos es un título perturbador. Asociamos intuitivamente derecho a unas regulaciones que tienen a garantizar la igualdad. Por lo menos en el derecho moderno heredero de las luchas en Inglaterra para equiparar el derecho de los sajones al de los normandos (la aristocracia) o el derecho que surge de la Revolución Francesa. Si hablamos de derecho ¿De qué tipo de derecho estamos hablando? ¿En un derecho que normaliza la desigualdad? Aquí tenemos que estar atentos porque con la coartada de la ciencia se están y se van a cometer muchas desigualdades.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Cada vez que lees un artículo y no dejas un comentario, alguien mata a un gatito en alguna parte del mundo...