Teniente General Shiro Ishii. Criminal de guerra japonés |
En 1936 se formó la unidad, oficialmente conocida como "Laboratorio de Investigación y Prevención Epidémica", a partir de 1941 sería conocido con el nombre de " Escuadrón 731" o "Unidad 731". |
Un hecho fortuito le ayudó a ser respetado como biólogo frente al ejercito y gobierno. En la población de Shikoku se desató una epidemia de meningitis, Ishii diseñó un filtro de agua especial y logró parar la enfermedad. Aprovechó la epidemia para convencer al ejercito que sus estudios serían muy beneficiosos.
En 1931 Japón establece el estado títere de Manchukuo, en Manchuria al norte de China a modo de protectorado que existió entre 1931 y 1945. Pues bien, en 1932 Shiro Ishii y un equipo de científicos viajan a esta zona y deciden establecer allí un centro de investigaciones, inaugurándose dicho centro a finales de ese año.
En 1937 comienza la segunda guerra chino-japonesa, los japoneses usan gas contra los chinos y comprueban los resultados haciendo los análisis en este tipo de laboratorios. Shiro Ishii establece definitivamente su base de operaciones en PingFang a 20 km al sudoeste de Harbin (Manchuria), que mejor campo de pruebas para sus prototipos de armas bacteriológicas que todo el territorio chino ocupado.
La base del escuadrón 731 ocupaba una extensión de 32 kilómetros cuadrados y estaba formada por unas 3000 personas entre científicos y técnicos, los soldados que vigilaban el perímetro de la base eran del Kempeitai o policía política japonesa (el equivalente japonés de la gestapo alemana o el NKVD rusa).
La base estaba compuesta sobretodo de laboratorios, salas de pruebas y de una gran prisión donde siempre había un gran número de prisioneros (sobre todo chinos y coreanos), realmente eran los conejillos de indias de sus experimentos.
En dichos laboratorios, los científicos manipulaban y guardaban insectos (pulgas, garrapatas o moscas) y varios animales contagiados con la peste bubónica, antrax y gérmenes que provocaban la disentería. Una vez controlados (los animales), exponían a los prisioneros al contagio, una vez contagiados los estudiaban para saber el tiempo de incubación y desarrollo de la enfermedad, esperaban unos 4 o 5 días, y los que morían les hacían la autopsia y los que sobrevivían les hacían una vivisección, para observar lo que producía la bacteria en su interior y saber porqué resistían, a veces no hacía falta que resistieran simplemente se le aplicaba la vivisección simplemente para ver el desarrollo total de la bacteria en el cuerpo. Tras estos experimentos llegaron a crear la "Bomba de Pulgas", objetos de porcelana llenos de pulgas portadoras de estas enfermedades y las lanzaban en avión a las poblaciones chinas, viendo el tiempo de reacción, contagio y extinción de la población elegida.
En octubre de 1940 soltaron una bomba de bacterias sobre Chuhsien, provincia de Chechiang matando a 21 personas, en noviembre del mismo año lanzaron otra, provocando una epidemia que mató a 99 personas en Ningpo.
Otro de los experimentos consistía en contaminar las fuentes de agua de las poblaciones para ver la rapidez del contagio y propagación. Incluso repartían golosinas infectadas con antrax a la población infantil para ver y analizar su reacción.
También hacían estudios de resistencia que les ayudaba a proteger más a sus soldados en el frente. Estos estudios consistían en amputar alguna extremidad y dejar morir desangrado al infortunado, controlando el tiempo que tardaba en morir, repitiendo en estudio en diferentes sitios y con diferentes variables (en agua, a varias temperaturas, etc).
Los inviernos allí eran muy duros, temperaturas de -40 a -45º, exponían a los prisioneros o alguna parte de ellos, a esas temperaturas congelándolos y luego intentaban varias técnicas para descongelarlas o deshidratarlas, para saber cual era el método más efectivo para hacer frente a la congelación y así salvar a más soldados japoneses.
En esa base también se probaban el alcance de las armas y de la metralla recibida en las explosiones, para ello ataban a un poste al sujeto de pruebas y hacían estallar granadas y minas a diferentes distancias, haciendo luego la autopsia o vivisección pertinente para analizar los diferentes resultados. También ataban al sujeto en un poste y probaban el alcance de los lanzallamas y demás armas, colocándolas en diferentes distancias y analizando los resultados.
Realizaban pruebas de resistencia como por ejemplo, colocar el sujeto en cámaras centrifugadoras hasta su muerte, en cámaras de vacío hasta que morían, incluso les inyectaban aire en las venas o simplemente les dejaban colgados boca abajo hasta morir.
Los japoneses no se dejaron nada sin probar: hongos, fiebre amarilla, tularemia, hepatitis, gangrena gaseosa, tétanos, cólera, disentería, antrax, encefalitis de las garrapatas, venéreas, peste bubónica, enfermedades orientales, tifus, tuberculosis, malaria, diferentes venenos de serpientes y otros bichos.
La mayoría de los prisioneros murieron durante o por causas de la esfermedades, pero hubo otros que simplemente los ejecutaron por lo débiles que estaban, puesto que en ese estado los análisis no eran objetivos.
En 1945, despues de interrogar a numerosos prisioneros japoneses llega a oídos del mando americano la existencia del escuadrón 731 y de los experimentos que desarrollaban, y se da comienzo un proceso de investigación, que concluye tras varios años de interrogatorios y persecuciones, con la captura de Shiro Ishii. Y aqui viene lo espeluznante del caso.
El mando americano (que no aliado) hace un trato con Ishii, que consistió basicamente en que yo no te acuso, ni te condeno, ni mueres si nos das todos tus apuntes, datos, análisis y resultados de tus experimentos. Es más te vas a poner al frente de nuestra nueva división de armas biológicas, como es lógico se aceptaron los términos del acuerdo y el coronel Ishii murió en Tokio a los 63 años de edad de cancer de laringe, con casa, coche y en libertad. Los rusos hicieron lo mismo con aquellos científicos que capturaron, a pesar que también experimentaron con soldados rusos.
El proyecto se llamó "Operación Maruta", cuya traducción es "Tronco" y así es como denominaban a los sujetos de pruebas de las investigaciones, porque para ellos no eran personas, eran seres inferiores, pues eso: conejillos de indias.
En este proyecto murieron cerca de 200.000 personas de varias etnias, pero sobre todo chinos y coreanos, y no descartaban a nadie fuera anciano, hombre, mujer o niño. Vamos todo un orgullo para el emperador Hiro Ito, que ni siquiera fue imputado en el Tribunal de Guerra para Oriente.
Para aquellos que no sufran con imágenes violentas la película china "Los hombres detrás del Sol" explica muy bien los experimentos realizados por la Unidad 731 del ejercito imperial japones durante la segunda guerra
mundial contra la poblacion china
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