sábado, 20 de agosto de 2016

Horno de cerámica negra para enriquecer en carbón activo

 Decía Ernest Jünger que las guerras del S XXI ya no serían guerras de estados contra estados. La potencia destructora alcanzada por la tecnología militar hace imposible una guerra de superpotencias. Digo imposible aunque puede que la imaginación militar nos sorprenda. Jünger en su ensayo "El hombre y la guerra" preconiza que serán grupos étnicos que se vean excluídos los que comiencen guerras terroristas contra los estados. Uno de los motivos que podrán originar estas guerras de supervivencia de grupos de excluídos será el acceso al agua potable como muestra la activista india Vandana Shiva.
 
Algunas películas de ciencia ficción exploran esta posibilidad. En la película de Iciar Bollaín "También la lluvia" se muestra cuan importante es el agua para las comunidades andinas.
La diferencia entre nuestra generación y la de nuestros padres es que muchos de ellos habían sido educados en la cultura del trabajo. Sabían hacer cosas: unos zuecos, sembrar y recoger la tierra, remendar, coser y hacer vestidos... controlaban técnicas que les permitían darle un valor añadido a la tierra y a las cosas. Conseguir agua libre de parásitos, bacterias e incluso virus es posible con los filtros de barro de cerámica negra. Fabricar un horno es posible, en el curso que nos han impartido en la Bisbal lo hemos comprobado. La leña es un recurso barato que en muchos lugares ya ni siguiera se utiliza. Las comunidades que necesitan de esa agua limpia son comunidades con una cultura de la autosuficiencia. Todo nos dice que el éxito es posible en esta empresa.

Los filtros de barro de cerámica negra se fabrican igual que los de filtros de cerámica normal. La diferencia es que cuando se cuecen se cuecen en un horno de leña que se puede cerrar cuando están cocidos para que se enriquezcan en carbón. Este carbón es el responsable de que sean capaces de eliminar hasta 1000 la concentración de virus en agua. Suficiente para evitar que sea infecciosa.

La cocción en el horno de cerámica negra es un proceso lento. Un proceso que tiene una curva de cocción que se debe de respetar. Lo primero es calentar suavemente el horno. Para eso se pone a quemar la madera en la boca del horno. La chimenea está abierta y la puerta de entrada de las piezas en la bóveda superior también. En este primer momento lo que se busca es que el horno vaya caldeándose progresivamente y perdiendo la humedad. Como todo en alfarería depende de las condiciones. El horno se empieza a calentar de mañana y sigue así durante varias horas. Algunas de las brasas se aprovecharán para preparar la comida. El mimo y cuidado del fuego sólo se tiene cuando se es consciente de su importancia. Se empieza quemando un poco de paja y unas astillas, luego se le añade un tronco, luego dos... Cuando se empieza a formar la brasa se va empujando al interior de la
bóveda inferior, el horno propiamente dicho. El horno está semienterrado. Cuando se empujan las brasas que se forman en la boca del horno al suelo del horno van formando una cama que permitirá que cuando se introduzca la madera dentro del horno ésta empiece a quemar de una manera uniforme.

Cuando el horno empieza a estar seco. Esto es, si empezamos a calentarlo a las nueve de la mañana entonces hablamos del mediodía, suponiendo que estemos en una zona mediterránea en agosto. Empezamos a cerrarlo. Primero la entrada de la bóveda superior, donde se cuecen las piezas. Cuando se hayan cocido se cierra la salida superior de gases, la chimenea, para que se produzca la combustión sin oxígeno que va a producir el humo que ennegrecerá las piezas. Un horno de 1.5 metros cúbicos como este necesita de 20-24 horas para cocer y de 5-6 días para enfriar. Josep nos ha dicho que un horno para cocer filtros de barro debería de ser un poco más grande, de dos metros cúbicos al menos.



Antes de cocer los filtros hay que cerrar la puerta. Ya se ha cerrado con una pared de ladrillos refractarios de alúmina. Para cerrar herméticamente la puerta de la cámara superior se pone en el exterior una pared de tablas de  madera. Entre la pared de ladrillos y la pared de madera hay un espacio que se rellena de tierra de carbonero. La tierra de carbonero es la tierra que queda después de fabricar carbón vegetal. Es una mezcla de tierra y carbón. Esta tierra es muy refrectaria al calor e impide que salga el gas de dentro de la cámara. Es necesario que no salga el humo para que la cerámica se ennegrezca.
La boca del horno nos informa de cómo está aumentando la temperatura. Al principio la boca tiene que ennegrecerse. La boca y las paredes del horno. Cuando se llega a la temperatura de cocción el hollín del interior y de la boca se vuelve blanco. A esa temperatura se cuece el barro. También se utiliza una caña pirométrica digital que te va diciendo cómo sube la temperatura. En el caso del horno vertical que se usa en esta escuela Josep ha cocido tanto que no necesita de caña alguna. Cuando se ven las piezas, desde las chimeneas que están encima de todo, de color naranja es el momento de cerrar las chimeneas y taparlas con tierra de carbonero.

Se empezó a encender el horno a las 11 de la mañana. A las 8 de la tarde se cerró completamente la cámara superior de cocción. Ahora hay que pasar toda la noche despiertos para vigilar el fuego. Josep Matès calcula que sobre las 6 de la mañana ya se podrán cerrar las chimeneas.

Las virologías de Miguel Vázquez

Miguel Vázquez es profesor de cerámica en la Escola Municipal de Artes y Oficios. Como artista explora las posibilidades del barro para hacer arte basándose en las formas biológicas de virus y bacterias



viernes, 19 de agosto de 2016

El uso de la tecnología neolítica para problemas del S. XXI

Contacté con Josep Matès, alfarero de la región de la Bisbal en Girona, Catalunya, para que nos enseñe a fabricar hornos verticales donde cocer filtros de barro de cerámica negra.Los filtros de barro para purificar agua que tenemos en este momento (Abajo en la fotografía) no eliminan virus. Son filtros de barro que fabrican ONGs como por ejemplo "Potters for peace", un organización de alfareros que enseñan a comunidades a fabricar sus propios filtros de barro para purificar agua. Laura Guerrero, doctora de la Universitat de Barcelona, ha demostrado que si fabricamos estos filtros utilizando la técnica de la cerámica negra, estos filtros podrían eliminar virus del agua.
Este agosto 2016 he estado asistiendo a un curso de una semana en la Escola de Cerámica de la Bisbal en el que Josep es uno de los profesores. Josep dió una charla sobre un proyecto en el que participa que me pareció genial: encontrarle utilidad al matorral y la broza sobrante de los montes. Una tonelada de este material altamente inflamable que abunda en los bosques que no están cuidados tiene un valor en el mercado de 1 euro 20 kg. Los restos de madera de las fábricas de vigas y palets es de 50 euros la tonelada. La capacidad calorífica de esta tonelada es superior a 50 euros de gasolina, sin embargo es un material que no se usa en los hornos porque ha quedado obsoleto. Es engorroso mover una tonelada de matorral y cortezas. Lo importante es crear proyectos que hagan útil ese material.

Para darle utilidad a los deshechos de madera, Josep y sus amigos han rescatados hornos de cocción de ladrillo en su región, L'Ampurdà. De simple barro a ladrillos artesanos, un material que sirve para la restauración de iglesias, casas rurales... Se trata de un horno muy grande que se utilizaba hace 200 años para la cocción de ladrillo (ver vídeo completo).
Estos días Galicia y Portugal arden por los cuatro costados. Desde los medios de "información" se acusa a los pirómanos. No hay debate sobre otras causas. Por ejemplo ¿A nadie se le ocurrió pensar que tener una red privada de bomberos antiincendios es una locura? Otro problema es ¿A quién pertenece esos montes? ¿Se benefician los becinos de la explotación de los montes? ¿Se le da algún uso a la broza? Los medios de comunicación sólo hablan de la extensión de los incendios, altura de las llamas, las historias de los vecinos acorralados por el humo y el fuego. Historias de descubrimientos de artefactos usados por los pirómanos ¿Reflexiones? pocas.

El proyecto de Josep es un enfoque creativo, positivo y de empresa. De empresa que tiene como fin un fondo más allá del lucro. Este es el tipo de espíritu y de reflexión que debemos hacer. Quizás Josep sea la persona que es porque es una persona concienciada, con sensibilidad y con el tiempo necesario para reflexionar sobre lo que es importante.

miércoles, 17 de agosto de 2016

Jornadas de cerámica en el Empordà

Tratamos de hacer filtros de cerámica negra para purificar agua. Estos filtros son capaces de eliminar parásitos, bacterias y también virus. Nunca se han realizado filtros de agua de cerámica negra. Para que la cerámica normal se vuelva negra hacen falta unos hornos especiales. Hornos de leña que después de cocer las piezas se puedan tapar herméticamente y se concentre el humo en ellos. Para aprender a fabricar estos hornos nos hemos venido a Girona, a la Bisbal, a un curso que se organiza en la Escola de Ceràmica de la Bisbal d'Empordà.
Empordà cuece barro. En el pueblo de Bisbal tienen una escuela de cerámica. Podemos acampar en el parque de la escuela. Tenemos cocina, neveras, lavadora... la escuela tiene auditorio, salas de estar, de exposiciones, aulas. Un sitio muy muy agradable
Estoy en la Bisbal en Girona asistiendo a un curso de cerámica con Josep Matès. Durante cinco días nos enseñará a fabricar varios tipos de hornos. Empezaremos con el horno neolítico
Un simple agujero en el suelo. Se hace brasas y se coloca en ellas las piezas. Se controla cómo la temperatura sube poco a poco. Luego se tapan las piezas, no del todo, con planchas de cerámica. Este horno alcanzó ayer los 1000 grados de temperatura. Para controlar los hornos hay unas agujas pirométricas que son como termómetros. En la foto es esa barra que está en medio de las brasas.
Luego con el horno moruno o de cerámica negra
 El horno moruno es un horno vertical, con dos cámaras. La cámara de abajo sirve para quemar la leña. La cámara superior es donde se colocan las piezas para cocer
La ventaja de este horno es que se puede cubrir completamente y de esa manera no sale ningún gas y las piezas se vuelven negras porque absorben el hollín de la combustión
Mañana trabajaremos con el horno ibérico.
Mientras tanto en el horno vertical aguardan las piezas que vamos a cocer para obtener cerámica negra
A la izquierda el horno vertical en donde se cocerá la cerámica negra

lunes, 15 de agosto de 2016

Hornos de tiro directo, cerámica negra y virus

Las diarreas son, después de las neumonías, la causa de muerte más importante en niños, sobre todo en países en desarrollo. Una de cada cuatro diarreas, más o menos, están provocadas por virus. Rotavirus y adenovirus principalmente.

Los filtros de barro sirven para purificar agua en países sin acceso al agua potable. En países como Ecuador una de cada cuatro personas no tiene acceso a agua potable. Los filtros de barro, hasta ahora, sólo eliminaban bacterias y parásitos pero eran incapaces de eliminar virus, que son como 100 veces más pequeños que las bacterias.

El trabajo de investigación de Laura Guerrero (1) determinó que los filtros de barro también capaces de eliminar virus cuando se cocían en hornos de tiro directo. Estos hornos permiten conseguir piezas de barro de cerámica negra. El barro se cuece, en estos hornos, durante 24 horas. Se emplea leña. Una vez que las piezas están cocidas se cierra la salida de gases del horno. El humo se acumula e impregna el barro consiguiéndose piezas de cerámica negra. Esta cerámica elimina virus del agua. Bajan el número de virus mil veces, suficiente para que el agua no nos produzca diarreas.
La cerámica negra necesitan hornos que utilicen leña. El horno más básico es el horno de tiro directo, también llamado moruno. Es un horno de dos bóvedas. En la bóveda de abajo se mete la leña. En la bóveda de arriba se ponen las piezas de barro que se van a cocer. Es un horno que va a cocer entre 850 a 1050 grados.

En el horno vertical moruno que tienen en la Escuela de Cerámica de la Bisbal, en Girona, es un horno cuadrado. Las esquinas y las paredes del horno están reforzadas por unas guías de hierro. La función de esta “jaula” de hierro es evitar que el horno al calentarse se dilate demasiado y pueda romper. Si el horno está construido en la ladera de una montaña no hace falta que tenga esa “jaula” de hierro porque la propia montaña impide que las paredes del horno dilaten.

Los ladrillos aislantes de las paredes interiores del horno son de alúmina o de manta cerámica de fibra de vidrio. Los ladrillos de alúmina tienen tres ventajas: son muy aislantes del calor, resistentes a los golpes y no “sueltan” tanto aluminio como la manta de vidrio. En su contra está el hecho de que enfrían lentamente.

En la bóveda de arriba se colocan las piezas. Se llena todo el espacio. Esto es una forma de abaratar los costes. La leña que se suele utilizar es leña de poca calidad. Leña delgada, ramas… leña fina que queme muy bien. La boca del horno de arriba se tapa con una pared de ladrillos de alumina. Los ladrillos se montan en hileras sin mortero. Cuando se cierra esta pared de ladrillos, más exteriormente se ponen unas tablar. Entre la pared de ladrillos y las tablas se pone tierra mezclada con restos de carbón vegetal. En algunos lugares todavía se sigue produciendo carbón vegetal. Se ponen trozos de madera, se cubren de tierra y se queman en condiciones de bajo oxígeno. Finalmente se elimina la tierra y la madera está convertida en carbón vegetal. Cuando es acaba de recoger el carbón vegetal en el suelo queda mezclado el carbón con la tierra. Esta es la tierra que se pone para cerrar el horno superior. La tierra antes de utilizarse para cerrar el horno hay que tamizarla para que sea un polvo homogéneo. En el video no se aprecia pero los ladrillos de alúmina se acumulan en la entrada del horno cuando no está cociendo. El suelo delante de la boca del horno superior tiene unas plancas de hierro. Debajo de esas planchas está la tierra mezclada con las cenizas.

(1) Development of improved low-cost ceramic water filters for viral removal in the Haitian context
L. Guerrero-Latorre, M. Rusiñol, A. Hundesa, M. Garcia-Valles, S. Martinez, O. Joseph, S. Bo
fill-Mas and R. Girones.