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miércoles, 5 de octubre de 2022

El encuentro con el otro en la divulgación científica

De lo artesanal a la obsolescencia programada

La ciencia se ha tecnificado increíblemente en los últimos años. La ciencia, una actividad totalmente artesanal e individual hace 200 años hoy en día se sustenta sobre grandes grupos e industrias que trabajan conjuntamente.

Estuve en el año 1996 en Londres. Esperaba que me dieran una beca para poder hacer mi doctorado. Trabajaba en McDonalds. En mis ratos libres visitaba museos, asistía a conciertos... En el Museo de Ciencia y Tecnología vi un montaje de la típica mesa de un investigador de entonces: muchos papeles, el Maniatis (Molecular cloning), el teléfono de sobremesa, catálogos. Sentí cierta nostalgia porque en aquel momento quería hacer investigación y estaba en "stand by". Ya se intuía que gran parte del trabajo de los científicos en aquel momento se basaba en pedir reactivos a las casas comerciales. Muchos utilizaban los famosos kits añadiendo microlitros de tubitos de colorines sin saber muy bien qué estaba ocurriendo. 

Cuando secuencié mi primer gen, que publicamos en 1998, la tecnología era bastante primitiva. Hoy en día, aquello con lo que peleábamos en los laboratorios de investigación está pulido y afinado por algunas empresas que han conseguido estandarizar, optimizar y abaratar el proceso. Lo que en esos años demoraba un año ahora se hace a nivel, no ya de gen sino de genomas de decenas y cientos de especies en dos días. 

Distinguir ciencia de la tecnologíaHemos pasado de un mundo artesanal en donde el científico controlaba prácticamente todos los pasos del proceso a lo que encontramos hoy en día: personal de laboratorios que ante la creciente complejidad de todo el proceso optan por la caja negra. Es decir, saben que entra y que sale pero no lo que hay en gran parte del proceso. Es un proceso simbiótico, altruista y de cooperación que exige que confiemos en aquellos que nos aseguran que lo que ocurre, ocurre de verdad. 

La motivación para hacer ciencia se ha desplazado de la curiosidad, el espíritu pionero a otras motivaciones: comerciales, académicas en las que el número y calidad de papers sirven para la promoción de la universidad y para que el investigador tenga cierta estabilidad laboral. El perfil de los grandes líderes de investigación ha pasado de personas testarudas, vocacionales, inquietas y que nadaban a contracorriente a personas muy eficientes, ambiciosas y con el instinto para situarse en aquellas posiciones que les permita gestionar el talento ajeno. Muchos investigadores han optado por ser grandes gestores, otros se han retirado a la soledad de sus laboratorios, rebasados por el avance de los grandes grupos con harta financiación. La obsolescencia se masca en el ambiente. El dominio de una técnica, por ejemplo los microarrays, dura unos años y luego se vuelve obsoleta. Constantemente tenemos que estar aprendiendo nuevas técnicas. 

Muchos investigadores dependen de que el técnico que les quiere vender el producto, por ejemplo, una máquina de PCR digital, digamos 70.000 euros, les haga un proyecto con el que justificar la compra de ese aparato. El técnico hace el proyecto, el investigador consigue los fondos públicos. Es un win-win, el técnico de la casa comercial gana un porcentaje y el investigador publica en una revista de cuartil 1 porque ha publicado utilizando una técnica poderosa.

 El museo como almacén de los últimos eslabones

En estos doscientos últimos años de quehacer científico, las técnicas empleadas están siendo sustituidas a una velocidad tal que expertos en un área puntera se convierten en ecos del pasado en diez años. Son como los últimos eslabones, como esos artesanos que dominan técnicas que el presente ya no requiere: afiladores de cuchillos, estofadores de madera, paragüeros... 

Los museos de etnología se especializan en mostrarnos esas etnias desaparecidas, lenguas muertas, oficios desaparecidos. Es horrible observar lo mal musealizados que están. Te tienen que gustar mucho los museos para pasar una tarde en un museo etnográfico. No son más que recuerdos turísticos polvorientos: una falda por aquí, una arco y unas flechas, un gorro... y una cartela que nos informa de qué tribu proceden y de donde es esa tribu. 

una forma distinta de ver las cosas, una manera de poseer perspectiva, histórica, social... muy necesaria en estos tiempos de concentración y uniformización.

Reflexión sobre el papel del investigador (y sus gestores)

En esos primeros momentos en los que la ciencia era algo artesanal, nadie podía imaginar que en el futuro una figura planease por encima de las cabezas de aquellos interesados en el conocimiento y el método científico. Me refiero a la figura del gestor científico. Un gestor es una persona que se encarga de dirigir, gestionar o administrar una empresa, sociedad u otra entidad. Como vivimos inmersos en la cultura empresarial, ésta permea toda la visión que el gestor tiene de sus gestionados. ¡Maximización de beneficios! que en la empresa científica se traduce a artículos científicos y patentes. 

Esta maximización de beneficios ha llevado a abusos que son contrarios al método científico y al papel que los científicos tienen como referentes en la sociedad. Por que la ciencia tiene que ser objetiva y libre de intereses. Otra cosa es la tecnología, en el mundo de la tecnología si puedes tener intereses, tratar de convencer al mundo de que tu tecnología es la mejor, protegerla con secretismo, patentes. La ciencia es lo contrario: transparencia y reproductibilidad. Creatividad y gusto por el conocimiento. 

La persona que suscita confianza a nivel social es el científico, pero el que manda sobre él es el gestor. Un poco raro

De héroes a villanos: la evolución del científico a nivel social

Los científicos tienen un nivel de aceptación social muy por encima de empresarios y políticos según revela un reciente estudio.





Cuando la humanidad no es capaz de disociar tecnología de la moralidad... acabamos como los nazis en la segunda guerra mundial. En EEUU el 60% de los científicos trabaja para la empresa privada. La empresa privada busca la maximización de beneficios. Esto es incompatible con un papel social.

El encuentro con el otro en la divulgación científica 


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