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domingo, 31 de agosto de 2014

Antibióticos en nuestra cadena alimenticia

Desde su descubrimiento hace ya 80 años, los antibióticos han revolucionado la medicina. Sin embargo, su uso, y lo que es más dramático, su maluso, ha seleccionado algunas bacterias que son capaces de resistir a todos los antibióticos disponibles por la medicina. La mayoría de las bacterias que se encuentran en los hospitales presentan algún grado de resistencia a uno o varios antibióticos, esto lleva a que muchos tratamientos fallen, aumenta los costes para el hospital y la sociedad y fatalmente puede llevar a la muerte en casos de ancianos, inmunodeprimidos... La resistencia de las bacterias a los antibióticos ha inaugurado la nueva "Era Post-antibiótica" en donde ya no estamos 100% a salvo de las enfermedades infecciosas. En la Unión Europea mueren al año 25000 personas por esta causa.
Cuando utilizamos cualquier tipo de antibióticos en personas, animales, plantas favorecemos la selección natural de bacterias resistentes. Además, las bacterias resistentes no conocen fronteras ni límites geográficos. El mal uso de los antibióticos en un país afecta a los demás ya que las bacterias viajan con nosotros en los barcos, carros, aviones.
A muchos animales de granja se les administra, de manera rutinaria en el pienso, antibióticos. De esta manera preventiva se evita que se enfermen. Antes de que esta práctica fuese prohibida en Europa en 2006 era común utilizar los antibióticos para favorecer el crecimiento de los animales. Dado que existe una cabaña ganadera inmensa a nivel mundial, la cantidad usada de antibióticos en ganadería excede de largo la usada para uso humano.
A pesar de ello hay muchas asociaciones médicas, ambientalistas... dando fondos para prohibir este tipo de mala práctica aberrante
El mal uso de los antibióticos en ganadería tiene serias consecuencias para la salud pública. La selección de bacterias resistentes en ganadería llega a los humanos a través del consumo de alimentos, por contacto con esos mismos animales o a través de aguas contaminadas. Debido a que los productos cárnicos viajan a través de todo el mundo este tipo de bacterias resistentes se dispersan rápido.
Salmonella y Campylobacter, dos de las bacterias responsables de muchas intoxicaciones alimentarias están alcanzando cada vez mayores niveles de resistencia a antibióticos. Un buen ejemplo son las fluoroquinolonas, un grupo de antibióticos que se usan para tratar diarrea en humanos ya que son activas contra Campylobacter sp, Salmonellae, Shigellae, Vibrios, Yersinia enterocolítica. Las fluoroquinolonas son antibióticos de amplio espectro que juegan un papel importante en el tratamiento de varias infecciones bacterianas graves, especialmente infecciones adquiridas en hospital y en infecciones en las que se sospecha que las bacterias implicadas ya son resistentes a antibióticos más clásicos.  Pues bien, un estudio de 2012, demuestra que este tipo de antibióticos tan importantes se siguen utilizando de manera preventiva en ganadería en EEUU a pesar de estar prohibidos. 
Referencia:
http://www.sciencedaily.com/releases/2012/04/120405131431.htm

sábado, 30 de agosto de 2014

Los antibióticos sólo deben de matar bacterias

No pueden matar otro tipo de células, como las humanas, con núcleo, porque sino también nos matarían a nosotros. Es lo que en la jerga se llaman dianas. Las dianas contra las que preparar nuevos antibióticos son limitadas. 
Básicamente hay tres grandes grupos de antibióticos que atacan a tres elementos moleculares presentes en las bacterias y ausentes en la célula eucariótica (las que tienen núcleo como las células humanas). Se trata del peptidoglicano, que es atacado por las penicilinas, carbapenémicos y cefalosporinas; de las enzimas que enrrollan y desenrrollan el cromosoma circular de las bacterias, estas enzimas son inhibidas por las fluoroquinolonas y finalmente el ribosoma bacteriano que es menor al eucariota y que son inhibidos por macrólidos, aminoglucósidos y tetraciclinas

Hay que inactivar o destruir aquellas moléculas que estén presentes en todas las bacterias pero no en las células humanas. Esto es difícil porque las bacterias y las células humanas tienen una bioquímica parecida. De hecho ahora sabemos que las células humanas proceden de la unión de bacterias ocurridas en el periodo Precámbrico. 
A la izquierda tenemos E. coli creciendo en presencia de penicilina. A la derecha tenemos la misma bacteria creciendo sin penicilina por lo que no va a explotar y no va a parar de dividirse.

Veamos que ocurre con la penicilina, el antibiótico más famoso. La penicilina ataca la capa de peptidoglicano de las bacterias. Las bacterias tienen capa de peptidoglicano y nuestras células no. Por eso es tan buen antibiótico, porque las mata y es inocuo para nosotros. Las bacterias tienen esa capa que no es otra cosa que una malla que evita que estallen. Las bacterias están a presión como las ruedas. Las células humanas tienen esqueleto celular, algo así como las tiendas de campaña de los campings, por eso no necesitan estar a presión. Cuando en las bacterias esta capa de peptidoglicano se relaja: BUM! estallan.

viernes, 29 de agosto de 2014

¿Por qué no aparece nuevos antibióticos tan efectivos como los fue la penicilina en su tiempo?

Hay varias razones: la primera es que las bacterias tienen una altísima capacidad de adaptación a los nuevos ecosistemas. Los hospitales con sus pacientes inmunodeprimidos durante largos periodos, esterilizados mediante altas concentraciones de antibióticos han sido un nicho ecológico apetecido por las bacterias. Esta capacidad de adaptación se basa en su rápidos ciclos vitales que llegan a generar tres generaciones por hora lo cual hace que las mutaciones aparezcan rápidamente en las poblaciones, además, las bacterias son maestras a la hora de adquirir genes de otras bacterias y también de virus.



Una de las cosas que tenemos que aprender de todo esto es que tenemos que abandonar esa idea ingenua de que un compuesto químico maravilloso nos librará de las enfermedades infecciosas por siempre jamás. Nuestra relación con éllas es la de una “escalada armamentística”, no vamos a poder relajarnos nunca. Esto para los microbiólogos es bueno: “job security” pero para las empresas farmacéuticas no es buen negocio: de que vale invertir una millonada en ensayos clínicos para patentar una molécula que solo va a ser efectiva unos años hasta que aparezca una bacteria resistente que la haga inservible. Como las empresas tienen la obligación de maximizar beneficios dedican sus esfuerzos a medicamentos de enfermedades crónicas y no a aquellos que te curan en una semana como los antibióticos.

Otra de las razones es que no es fácil encontrar una diana terapéutica en bacterias que no esté presente en las células animales. Las células animales provienen de una simbiosis ancestral de bacterias. Prácticamente poseemos la misma bioquímica: animales y bacterias. Sólo hay algunas diferencias: las bacterias están recubiertas de una malla que impide que revienten ya que son pequeños sacos a presión. Nuestras células no tienen esa malla. Es ahí por ejemplo donde actúa la penicilina. Como nosotros no tenemos la malla entonces el antibiótico no nos causa daño. Todos los antibióticos tienen que ir contra estas pequeñas diferencias moleculares. El problema es que están descubiertas casi todas.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Tratamientos con fagos en cerdos

Estudios de tratamientos con fagos en cerdos no existen demasiados. Los fagos se han empleado para reducir de forma significtiva el crecimiento de Brochothrix thermosphacta en el tejido graso de cerdo durante dos días (Greer, G.G. and Dilts, B.D., 2002). Sin embargo si se prolongaba la incubación de las muestras detejido tratadas con fagos durante 10 días el resultado era que empezaban a aparecer BIMs (Bacteriophages Insensitive Mutants). Un estudio reciente ha demostrado que los fagos reducen de forma significativa el número de Listeria en perritos calientes (Guenther, S. et al., 2009). Las mayores reducciones de Listeria se obtuvieron, lógicamente, con las mayores concentraciones de fagos. Los fagos fueron viables sobre la superficie de las salchichas durante 6 días cuando se conservaron a 6ºC.

Estos estudios recuerdan a otros similares en pollo. La conclusión es que las bacterias a los 10-15 días de estar en presencia de estos fagos bien por selección de mutantes, bien porque tengan el sistema inmunitario adaptativo CRISP/CAS acaban siendo resistentes a estos fagos. El éxito del trabajo en Listeria es que se trata de un solo tratamiento. Al estar los fagos en la superficie de la salchicha, matan a la Listeria y en ese punto ya no ha lugar a que exista selección o que funcione el sistema inmunitario porque la bacteria está muerta. Además, la piel de la salchicha no deja lugar a escondrijo en donde se puedan acantonar Listerias que vuelvan a recolonizar la piel.

Referencia:
http://www.gencat.cat/salut/acsa/html/ca/dir2949/pdf/1076.pdf


Virulent Bacteriophage for Efficient Biocontrol of Listeria monocytogenes

in Ready-To-Eat Foods. S. Guenther, D. Huwyler, S. Richard, and M. J. Loessner. Appl. and Environ. Microbiol. 2009, p. 93–100 Vol. 75, No. 1

martes, 26 de agosto de 2014

Estamos trabajando en un verdadera aspiración nacional

"Estas trabajando, más que en un proyecto, en una verdadera aspiración nacional". Estas palabras, extraídas de un correo que mi amigo Carlos Arita me envió esta mañana, me hicieron saltar de la cama. El gobierno de Ecuador me ha contratado para desarrollar un proyecto para utilizar fagos como alternativa al uso de antibióticos. Ayer, el Dr Santiago Escalante de forma totalmente altruista, me estuvo ayudando a localizar una ultracentrífuga, un aparato necesario para llevar a cabo mi trabajo, en el área de Quito. Llamó a las ocho mejores instituciones en investigación: ESPE, UDLA, U Central, SOLCA (Sociedad de Lucha Contra el Cancer), IESS, Universidad Católica, INSPI y Fiscalía. Ninguna de ellas tiene este equipamiento. Lo siguiente será presentar un proyecto a la SENESCYT solicitando este aparato. Igual todo el proceso hasta que la ultracentrífuga esté instalada lleve un año. Obviamente dejé el despacho de Santiago abatido. Mi idea era la de aislar y caracterizar un fago de la manera que se está haciendo habitualmente: caracterización genómica, proteómica, microscopía electrónica, comportamiento del fago en su proceso infectivo. Posiblemente sea complicado realizar este tipo de pruebas hoy por hoy en Ecuador.

Las palabras de Carlos Arita me recordaron esta mañana que no tenía que desesperarme por no poder realizar mi proyecto de manera estandar. Quizás no lo pueda desarrollar como lo están haciendo en Irlanda, en China, pero eso mismo me libera para encontrar otras soluciones. Y debo de encontrarlas. Y aquí entra una conversación que tuve con el microbiólogo Gabriel Trueba. Gabriel me sugirió no centrarme en un fago, trabajar directamente con cien. En el momento lo descarté. Me dio la sensación de que era una idea valiosa, eso si. Hoy por la mañana me di cuenta de que podía ser la solución. En vez de centrarme en hacer un trabajo académico sobre un fago podría probar directamente un cóctel de fagos sobre animales y probar que los fagos si son una alternativa terapéutica. En estos momentos estoy pensando en el protocolo para llevar a cabo estos experimentos. Gracias Carlos, Santiago y Gabriel por apoyarme en este proceso.

sábado, 23 de agosto de 2014

Ecoporc Shiga: una vacuna contra la enfermedad del edema en cerdos

Ecoporc Shiga consiste en un toxoide obtenido mediante ingeniería genética, por lo que representa una herramienta complementaria a las estrategias usadas hasta hoy (antibióticos y formulas dietéticas), completamente segura (es una vacuna inactivada), y muy eficaz (consiste en una toxina Stx2e genéticamente modificada que provoca una fuerte respuesta humoral en 3 semanas, sin interferencia de los anticuerpos calostrales).
Una sola inyección de un mililitro a los 4 días de vida es suficiente para proteger al lechón frente a esta toxina y sus efectos desde el destete hasta el inicio del engorde, periodos críticos en los cuales coinciden múltiples cambios alimentarios y factores estresantes, que desencadenan tanto la sintomatología clínica como las reducciones en la producción que ocasiona la presencia de la toxina Shiga.
En Alemania y Dinamarca han estado utilizando esta vacuna mediante un permiso especial durante casi un año, con unos resultados excepcionales. Allí donde existen brotes, la mortalidad disminuye a menos del 1%, se evitan tratamientos, dietas prescriptivas, colas y pérdidas de homogeneidad.
 

sábado, 16 de agosto de 2014

¿Antibióticos sin receta? ¡No puede ser!


Acabo de empezar una estancia de investigación en microbiología en Quito. Hablando sobre el problema de la resistencia a los antibióticos me han comentado que en Ecuador los antibióticos se consiguen sin receta. Es más, existe una cadena de farmacias muy popular en la que los empleados son chicos y chicas jóvenes con solo el bachiller que atreven a suplantar las funciones del médico recomendando antibióticos. Los consumidores están completamente desinformados y les hacen caso ¿Por qué? ¿Por qué son empleados de farmacia, llevan bata y les hablan muy seguros?. ¡NO! sólo un médico puede hacer un diagnóstico y recetar un antibiótico. El médico aunque sea una persona joven, lleve melenas, piercings y su aspecto no te ofrezca confianza es una persona que tiene detrás cientos de laboratorios elaborando un conocimiento y una tecnología que él utiliza para combatir la enfermedad. Periodicamente son informados de nuevas novedades, de aparición de nuevos tratamientos y de alarmas sobre determinado virus o bacteria. Son la punta del iceberg de toda la infraestructura de salud. Cuando acudimos a un curandero, un homeópata, charlatan o le hacemos caso a un empleado de farmacia que no está cualificado para hacer un diagnósticos estamos invalidando, meando y escupiendo a toda esa infraestructura sanitaria.



Si, es así de grave. Los antibióticos son una conquista de la humanidad. Han permitido que las familias puedan ser reducidas, y ello ha permitido que estas mismas familias dediquen más esfuerzo a la educación de esos hijos. Antes de existir antibióticos las familias tenían que ser grandes porque las enfermedades infecciosas mataban de promedio a uno o dos niños por familia, dependiendo del nivel de higiene y enfermedades de la zona. Los historiadores que investigan las necrológicas de antes de existir los antibióticos pueden dar fe de la enorme mortalidad infantil antes de la aparición de los antibióticos. Hoy en día, el uso irresponsable de los antibióticos ha propiciado la aparición de bacterias multirresistentes, que no quiere decir otra cosa que son bacterias a las que no puedes eliminar en caso de infección. Estas bacterias se han adaptado a nuestros hospitales y están matando a enfermos inmunodeprimidos que hace 10 o 20 años se habrían curado perfectamente con una dosis de penicilina.

Los antibióticos son un arma terapéutica formidable, son con la cirugía y quizás las células madre las únicas herramientas que posee la medicina que realmente curan. Son veneno para las bacterias y al mismo tiempo son inocuas para las células de nuestro organismo. La bioquímica de las bacterias es muy parecida a la de las células humanas. Es más, hoy en día sabemos que las células de los animales y de las plantas proceden de la simbiosis de distintas bacterias. Por tanto compartimos con ellas las mismas herramientas bioquímicas con algunas excepciones. Es ahí, en esas moléculas que tienen las bacterias pero no nosotros donde ejercen su función los antibióticos. Es lo que se llaman dianas, las dianas contra las que actúan los antibióticos. Estas dianas se cuentan con los dedos de las manos. Cada vez será más difícil encontrar antibióticos nuevos mientras que habrá más bacterias capaces de contrarrestar a todos lo antibióticos.

¿Qué hacer? seguir investigando es una opción. La más barata y la más inmediata es incidir en la educación de la población y extremar las medidas higiénicas. Si, las medidas higiénicas. Lavar las manos en los hospitales, evitar que entren plantas, flores, separar a los pacientes contagiados con bacterias resistentes a los antibióticos, extremar la vigilancia.

Pero si no me creen, pregunten, preguntes a las personas mayores si conocen a algún familiar, conocido, vecino que se haya muerto en el hospital por una bacteria que era resistente al tratamiento. Desde los años 50 del siglo pasado hasta nuestros días hemos vivido en la era antibiótica, una era en donde las enfermedades infecciosas parecían contenidas y bajo control. Desgraciadamente la irresponsabilidad nos ha llevado a donde estamos: la era postantibiótica. Cada vez que un empleado de farmacia le ofrezca un antibiótico recuerde que Ud también es parte del problema.


¿Es ético vender productos farmacéuticos utilizando las mismas estrategias que para vender caramelos?

viernes, 15 de agosto de 2014

Plástico retractil en la suela de los zapatos

Nunca tal cosa vi en mi vida y la voy a ver en la consulta de un dentista en Quito.

Pisas en el centro de la máquina y se hunde. En ese momento un ventilador de aire calienta la lámina de plástico. La máquina corta la tira de plástico, se para el ventilador y al sacar el pié de la máquina el plástico se retrae cubriendo totalmente la suela del zapato. "Es para evitar que entren bacterias en la consulta". A mi me parece un poco exagerado porque, por ejemplo, este dentista en concreto para desinfectar la cara de un diente empleó acetato de etilo (un producto muy carcinogénico dicho sea de paso). Con una desinfección semejante no hay que preocuparse por las bacterias del suelo. Sin embargo el aparatito me parece FUNDAMENTAL en las unidades de quemados, unidades de cuidados intensivos, en las habitaciones en donde se mantiene a pacientes que han dado positivo a infecciones con bacterias multirresistente a los antibióticos. Lo que no es de recibo es que los pies de las visitas no se desinfecten de alguna forma, que se permita entrar con plantas para los enfermos, con paraguas... Hay que recordar siempre que ha sido la higiene la mayor barrera y herramienta que ha tenido la humanidad para hacer frente a las enfermedades infecciosas.

miércoles, 13 de agosto de 2014

Añadir triclosán a productos cosméticos es un error

El triclosán se intercala en las membranas y las destruye. Pero ojo, en todo tipo de membranas, en las de las bacterias y también en las nuestras. Un antibiótico ideal mata bacterias respetando a las células humanas. El triclosán no hace estas distinciones. Entonces ¿Para qué se añade a productos cosméticos y de aseo?. Aparece hoy un artículo en el que dicen están investigando el Triclosán en el dentifrico Colgate Total. ¿Sólo en el colgate? El triclosán se encuentra presente en casi 200 productos y ha sido usado durante décadas en jabones para manos, incluyendo alfombras y dispensadores de comida para mascotas.

¿Estamos locos? el señor (químico o farmacéutico) que se decide a añadir triclosán a su producto sabe poco de biología, de como las bacterias se hacen resistentes. La capacidad de adaptación de las bacterias es muchísimo mayor que la de los humanos. Se han encontrado Pseudomonas en un dispensador de Betadine (povidona yodada) de un hospital, por poner un ejemplo. La idea, estúpida por donde la cojas, es: si añado un producto antiséptico podré decir en la publicidad: acción bactericida, y ya se sabe lo que les gusta a cierto perfil de consumidores comprar productos que eliminen las bacterias.

Personalmente leo las etiquetas de los productos de limpieza para rechazar aquellos que llevan triclosán en su composición. Ayer mismo, en un centro comercial de Quito, Ecuador, rechacé un bálsamo para después del afeitado porque tenía triclosán. ¿Para qué se le añade triclosán a un after shave? ¿Tiene algún efecto sobre la flora bacteriana de la cara que no tenga un lavado simple con agua y jabón?. Pues no. Es más efectivo lavarse la cara que añadir triclosán en tu after shave. Sin embargo, las compañías cosméticas en su afán de presentar al público productos siempre más novedosos no dudan de añadir este producto para poder poner la etiqueta "antibacteriano", pero ¿Nos interesa utilizar antibacterianos indiscriminadamente? Pues no. Los antimicrobianos hay que dejarlos para los tratamientos médicos. Estamos rodeados permanentemente de bacterias y si no causan enfermedad es lo natural para el ser humano. Está comprobado que vivir en ambientes demasiado limpios se relaciona con aumento de alergias y enfermedades de tipo autoinmune. La higiene es un concepto que tiene buena imagen y por eso vende. Sin embargo hay situaciones en las que demasiada higiene no es necesaria y hasta contraproducente. El caso del abuso del antimicrobiano triclosán es uno de estos casos.

Eroski en octubre de 2013 eliminó el triclosán de sus productos. Minessota ha prohibido el triclosán pero la prohibición no entrará en vigor hasta ¡2017!. Muchas compañías se han adelantado y de forma juiciosa han eliminado el triclosán de sus productos. En marzo de 2010, la Unión Europea decidió prohibir productos que contuvieran triclosán "en la fabricación de materiales y objetos plásticos destinados a entrar en contacto con productos alimenticios". Sin embargo, esta decisión fue cancelada en octubre de 2011 por una decisión del Tribunal de Justicia de la Unión Europea.
Estudios realizados en Suecia demostraron que en 3 de cada 5 muestras tomadas al azar de leche materna contenían altos niveles de triclosán.

¿Cuánto tiempo tarda la comida en recorrer el aparato digestivo?


El tiempo que tarda un alimento en recorrer los nueve metros de tracto digestivo, desde que entra en la boca hasta que se defeca, varía dependiendo de múltiles factores, como su naturaleza -sólido o líquido- y su composición en grasas, proteínas e hidratos de carbono. También influye el estado de salud del aparato digestivo; por ejemplo, el equilibrio de la microflora que tapiza los intestinos. Así, la digestión total de un alimento puede durar entre diez horas y varios días.

Lo que conocemos por hacer la digestión sucede en el estómago y dura entre dos y cuatro horas. En el estómago se vierten grandes cantidades de jugo gástrico, para que con su fuerte acidez consiga desnaturalizar las proteínas que aún estuvieran y matar las bacterias. También se segrega la enzima pepsina, que se encargará de dividir las proteínas ya desnaturalizadas en cadenas más cortas de sus aminoácidos constituyentes. La digestión en el estómago puede variar entre 2-4 horas y la temperatura se eleva por encima de los 40 grados.

La barrera ácida del estómago consigue matar a la mayoría de las bacterias que comemos. Si nuestra comida consigue diluir el ácido del estómago, por ejemplo con la ingesta de muchos líquidos o de alimentos que neutralicen el ácido, habrá un pequeño porcentaje de bacterias que sean capaces de resistir este proceso y llegar a el intestino delgado. Hay bacterias como Helicobacter pylori que vive comodamente en este ambiente ácido.

La mayor parte de la digestión ocurre en los intestinos, especialmente en el grueso. En el intestino delgado el alimento se sigue descomponiendo, que es donde el páncreas produce unas secreciones que lo dejan con el grado de acidez necesario para que las diferentes enzimas actúen sobre él  y puedan fraccionar las proteínas que no habían podido ser digeridas con la pepsina del estómago. La digestión en el intestino delgado dura de 1-4 horas.

Es en el intestino grueso donde existe la mayor concentración de bacterias en el cuerpo humano. Las personas somos genómicamente un 99.9% similares mientras que nuestra flora bacteriana difiere de un 80% los unos de los otros.
 
Esta mezcla pasa al intestino grueso, donde existe gran cantidad de bacterias y protozoos que constituyen la flora intestinal, que segregarán enzimas digestivas muy potentes que atacarán a los polisacáridos de la fibra. Todo esto, junto con el agua y las sales minerales, serán absorbidos formando excrementos, que se expulsarán a través del ano. La digestión en el intestino grueso puede durar de 10 horas a varios días. ¿Pueden ser estas variaciones de tiempo tan grande en el recorrido del alimento en el intestino grueso importantes en la gran variabilidad entre la flora bacteriana entre individuos?

martes, 12 de agosto de 2014

Inhumaciones un día cualquiera de 1892 en Guayaquil

vejez
Durante la mañana del pasado viernes, 8 de agosto, mientras leía prensa ecuatoriana del último semestre de 1892, para documentar una investigación que llevo a cabo sobre el significado en el Ecuador del cuarto centenario de la llegada de Colón a América, reparé en algunas notas necrológicas que incluía El Globo, un periódico que se editaba en Guayaquil.
No pude resistir la tentación de fotografiar la que abre esta página, correspondiente a las inhumaciones efectuadas el 9 de agosto de 1892. Además de la llamativa frecuencia de infantes fallecidos y de la reiterativa señalización de la ‘fiebre’ como causante de decesos –lo que constituye una triste constante de la época-, quedé muy sorprendido por la razón de la muerte de Lucas Llerena, de 60 años: ¡vejez!

Ángela García,          18 días,       fiebre
María Herrera,           7 meses,    fiebre
Juan torla,                   5 meses,    fiebre
Carmelina Aboleda,    9 días,       fiebre

Hermano Hilario,     19 años,      fiebre
Manuela Reyes,        60 años,      pulmonía
José M. Surita,          35 años,      pulmonía
Lucas Llerena,          60 años,      vejez


Es pues a finales del siglo XIX, cuando se intentó crear la primera compañía de Agua Potable (1880), y sin embargo fracasó debido al poco apoyo que tuvo por parte de los inversionistas. Sin embargo, en 1892 se inauguró el primer reservorio en el Cerro del Carmen, el cual dotaba de servicio a través de una red pública a más de 150 domicilios. (Swyngedouw & Bovarnick, 1994). Esto demuestra que el problema de la ciudad que se agravó en las últimas décadas del siglo XX, no fue precisamente técnico, pues ya desde el siglo pasado a través de visionarios guayaquileños y técnicos europeos, se pudo desarrollar un sistema de agua y saneamiento, bastante aceptable, que incluso a inicio del siglo XX superó la cobertura de algunas ciudades europeas.En este sentido, como lo recoge Eduardo Kingman (2006), Guayaquil desde finales del siglo XIX, era una urbe de gran importancia, incluso más que Quito, puesto que contaba con mejores servicios, lo cual es confirmado en la obra de Teodoro Wolf (1892), que Kingman (2006, p. 147) cita: “Guayaquil… es sin duda alguna la principal y más importante ciudad del país, bajo todo respecto. Quito le aventaja sólo por ser capital de la República y residencia del Supremo Gobierno… El cambio y mejoramiento de Guayaquil es tan considerable, que el que ha visto la ciudad unos 25 años atrás, hoy a su regreso, apenas la conocerá. Es una gran ciudad en formación, y será dentro de poco, especialmente concluidas algún día las obras de canalización y agua potable, una de las mejores de Sudamérica”.

domingo, 3 de agosto de 2014

Planta potabilizadora autónoma: agua limpia lo primero


Depuradoras en Filipinas tras el tifón Yolanda, en noviembre de 2013. / CRUZ ROJA

SETA 2E3000 fue concebido con cariño y esmero para ser uno de los más grandes de su especie. El pequeño recibió al nacer ese nombre herencia de sus cuatro parientes mayores, que al principio no entendió mucho: planta potabilizadora autónoma. Como era ya costumbre, el esqueleto —mejorado— lo trajeron de la fundición, y la fábrica de plásticos aportó los órganos vitales. Pronto le enseñaron a vivir en situaciones extremas, y no le importó coger aviones y barcos para ir a depurar aguas sucias para otros. SETA 2E3000 sabía que era su cometido.
Solo pidió que lo montaran sobre dos ruedas y lo acoplaran a una bomba de captación y tanques flexibles. De resto —cloro, floculante, filtros de sílex y carbono activo— él se encargaba de todo. Abastecer de agua potable a 15.000 personas diarias en situación vulnerable era su mayor satisfacción. Se decía que era la máquina con más amigos del mundo.
Desarrolladas por la sección española de Cruz Roja y el Grupo SETA, estas depuradoras recorren el mundo desde hace 15 años bajo el paraguas de esta ONG y el de organizaciones como Unicef, AECID y Acción Contra el Hambre, con el objetivo de evitar catástrofes humanitarias y reducir ese 11% de la población mundial que no tiene acceso a agua potable.
Pero de todas las que la utilizan, Cruz Roja es la única que viene realizando continuos informes de mejora, lo que ha permitido al fabricante perfeccionarla y ajustarla en un singular caso de I+D humanitario. Puede extraer agua de cualquier calidad desde pozos, lagos y ríos, siempre que no sea salada.
Iñigo Vila es el responsable de emergencias en Cruz Roja Española, y en el terremoto de Haití de 2010 fue jefe de equipo de la Federación Internacional. “Estas plantas son las mejores porque nosotros las hemos desarrollado sobre el terreno y a medida”, explica. La idea de hacerlas surgió en el 1996, cuando se comprobó la necesidad de agua potable para los campos de refugiados de personas procedentes del Sahara Occidental.
“Buscamos soluciones adaptables, con poca electrónica y de fácil entrenamiento para el personal local”. La empresa SETA (Sociedad Española de Tratamiento de Aguas) les convenció, y se hizo una primera versión, de la que se compraron varias unidades. Enseguida comenzaron a tener éxito y a fabricarlas en serie.
Las depuradoras trabajan en grupos de dos o cinco unidades dentro del ERU de Agua y Saneamiento de Cruz Roja. Los ERU (Emergency Response Unit) son grupos de especialistas con formación y capacitación adecuadas a sus funciones, y con los materiales necesarios para llevar a cabo el trabajo en cualquier contexto. Los hay también de Cuidados Básicos de Salud, Saneamiento Masivo, Telecomunicaciones, Logística y Distribución. Son independientes y autosuficientes por tres semanas, y trabajan en coordinación con el personal local de la organización.
En el caso del ERU de Agua y Saneamiento, cada uno de ellos es capaz de abastecer a 15.000 personas al día durante tres meses (hasta 225.000 litros diarios). Desplaza una media de seis profesionales con conocimientos de química, biología, geología, fontanería, electricidad, logística y promoción de la higiene, junto a personal local que recibe formación si no la ha recibido antes.
Emanuel Marrero tiene 36 años y vive en Tenerife, donde es responsable de rescate y miembro desde 2007 del ERU de Agua y Saneamiento. Como tal ha aportado una mejora para la planta SETA, un diseño para el transporte en helicóptero que remitió a sus superiores. Supo que había sido aceptada trabajando en Filipinas, cuando vio una caja grande con la etiqueta HELI en la que iba una de las plantas potabilizadoras. “Todos hacemos informes técnicos para mejorar. Vas cambiando la manera de trabajar al momento, en función de las necesidades, y siempre se monitoriza el uso. Vas aprendiendo”, comenta.
En su experiencia, lo más difícil ha sido Pakistán, con zonas inundadas muy amplias donde resultaba complicado moverse. También por aspectos relacionados con la cultura del agua, porque hay lugares donde son solo los hombres, o las mujeres o los niños los que van a por ella. Recuerda que en 2010, en Haití, los primeros en dar agua potable tras el terremoto fue justamente personal local de Cruz Roja que había sido formado tras el gran huracán en 2008. Personal que quedó a cargo de algunas plantas y que logró abastecer de agua potable en menos de 24 horas.
“En estas situaciones se busca igualar sus condiciones de vida anteriores o mejorarlas”, apunta, refiriéndose también a promocionar una higiene saludable. Luego se concluye con la formación, porque las plantas siempre se donan. “Cuanto antes te vayas, mejor síntoma”, apunta Marrero.
“En los últimos años hay menos adaptaciones en estas plantas, porque ya está bastante perfeccionado”, señala por su parte Iñigo Vila. “Ahora se busca más sostenibilidad, que funcionen con energía eólica o solar, porque el combustible siempre ha de comprarse en destino”, comenta. También se ha añadido un método de depuración por rayos ultravioleta y un cuadro eléctrico más estanco.
“Hoy hay empresas que nunca se habían dedicado a fabricar este tipo de plantas y ahora lo están haciendo. Por normativa nos están obligando en Cruz Roja a diversificar. Pero las nuestras siguen siendo las mejores”, concluye.