Esta semana un montón de ignorantes se manifestaron en la plaza Colón de Madrid para mostrar su repudio a las medidas higiénicas que nos protegen del coronavirus. La mayoría de la población se ha reído de ellos. Me parece correcto. Los divulgadores científicos no deben de entrar a debatir con los estúpidos. El humor es una buena arma contra la estulticia.
La estupidez es oceánica y no atiende a razones. Me parece fantástico que se organicen concursos de a ver quien aguanta más tiempo y más temperatura en una sauna. Animo a los que dicen que el dióxido de cloro es eficaz contra el coronavirus a que doblen la dosis y que por favor, compartan la fotografía del resultado. La selección natural necesita una ayudita para que los estúpidos se autoeliminen o al menos no dejen descendencia.
En la primera foto se observa como hace 15 días organizaron una fiesta en plena continencia sanitaria sin medida preventiva alguna y arriesgándose los unos a los otros.
En la segunda, la presencia de una ambulancia en el mismo domicilio. Curiosamente el periodo de incubación del COVID-19 abarca hasta 14 días antes de que se presenten síntomas.
En la última y muy lamentable, se observa al domicilio hoy de luto con arreglos florales.
La película "Idiocracia" muestra en clave de humor como la medicina y la profusión de advertencias de todo tipo ha evitado que los estúpidos desaparezcan de la faz de la tierra. El resultado que plantean en la película es un atontamiento de la especie.
Ego y narcisismo: los motores de las pseudoterapias
En otras épocas, como el siglo XIII ha habido movimientos suicidas muy interesantes como la Cruzada de los Niños. En épocas recientes ha habido sectas que han cometido suicidios colectivos como la de la Secta Templo del Pueblo, en 1978. Siempre se encuentra en todos estos fenómenos la figura de un líder carismático y la de unos acólitos deseosos de poner sus vidas en función de la visión de su líder.
La razón que impulsa a alguien a convertirse en un paladín de las pseudoterapias es TENER SEGUIDORES. En una época como la nuestra, en la que todos nos hemos estrenado en las redes sociales y sus dinámicas de buscar likes y aprobación online, la tentación de buscar acólitos, seguidores, almas gemelas es enorme. Jugar a ser expertos, a ser médicos, a creernos que por ser suspicaces ya somos más inteligentes y con mejor criterio que los expertos que están vendidos a las farmacéuticas.
Es una tarea infructuosa intentar convencer a un estúpido. Los estúpidos se parapetan tras las teorías de conspiración o las creencias como una manera de afirmarse frente a aquellos que con superioridad les recuerdan su error
Responsabilidad y economía de incentivos: el que la hace la paga
Desgraciadamente si un estúpido tiene una actitud contraria a la una norma aceptada por todos tiene que ser castigado. La estupidez no debe campar libremente porque haya un sistema de salud público que se va a a hacer cargo. Siempre llamó la atención que las urgencias de los hospitales en España, normalmente saturadas, estuviesen vacías cuando había partido Madrid-Barcelona. Para evitar ese tipo de abusos hubo partidos políticos que sugirieron el copago sanitario, una medida que perjudicaba sobre todo a los jubilados. Hay otras medidas punitivas que no se discuten: la obligatoriedad del uso de cinturón de seguridad en los coches. Si alguien es tan estúpido de no llevar el cinturón creo que lo mejor sería animarlo a que no lo use para que la selección natural se lo lleve a la mínima. En caso de no usar cinturón de seguridad las aseguradoras no deberían de hacerse cargo y en urgencias de los hospitales se les debería de atender al último. Si, ya se. Lo que estoy diciendo es horrible y haría de los médicos jueces que decidirían sobre la vida de las personas. Algo que les envilecería.
En Asia, durante la pandemia, han ensayado métodos de control digital de la población.
Filósofos como Byung-Chul Han nos ha advertido de la pérdida de libertad asociado al control digital de la población, sin embargo, también advierte, en su artículo sobre emergencia viral y el mundo del mañana, que no puede haber una protección eficaz de los ancianos sin una cierta pérdida de libertades como las que se pierden por la vigilancia digital.
Entender la estupidez como una herramienta para fortalecer las democracias
Las universidades y los países democráticos deberían exigir tener acceso a los datos que recopilan las redes sociales con fines de investigación. Esos datos les permiten a las empresas refinar la manera en la que acceden a los deseos de los consumidores. Esos datos deben ser accesibles a investigadores sin ánimo de lucro. Necesitamos entender el comportamiento de las masas si queremos tener democracias que funcionen. La manipulación básica y primitiva que tuvo lugar en Alemania durante el nazismo llevó a millones de muertos y al genocidio de minorías étnicas como los judíos, gitanos y otras minorías como los homosexuales. Si el estúpido quiere tomar dióxido de cloro todo bien, eso es selección natural. Si los estúpidos se ponen en marcha hacia el suicidio colectivo debemos entender para poder desarticular ese tipo de comportamientos.