martes, 7 de octubre de 2025

Premio Nobel de Medicina 2025: la Escuela de Posgrado de los linfocitos

Voy a explicar en qué consiste el Premio Nobel de Medicina de 2025 con una metáfora. Se trata de la metáfora de la "Escuela de linfocitos". ¿Qué es una escuela de linfocitos? es donde, los linfocitos, antes de salir al torrente sanguíneo, entran en contacto con antígenos del propio cuerpo. Si se unen a los antígenos propios entonces se les da una señal para que se reordenen y dejen de unirse a lo propio o directamente se les da una señal para que se suiciden. Si, por lo que sea, los linfocitos que reaccionan con antígenos propios salen al torrente sanguíneo causarán enfermedades autoinmunes. 

Aunque la "escuela" principal de los linfocitos ocurre en los órganos linfoides primarios (como el timo para los linfocitos T), donde se da la tolerancia central, la tolerancia inmunitaria periférica podría compararse con una especie de “formación continua” o “escuela de posgrado” para linfocitos que ya han salido al torrente sanguíneo. Los tres investigadores que descubrieron esta "Escuela de posgrado" son los que han ganado este año el Premio Nobel.

Analogía extendida: la escuela periférica de linfocitos:

Alumnos problemáticos (linfocitos autorreactivos): Algunos linfocitos escapan del control inicial y podrían atacar tejidos propios.

 Maestros reguladores (células T reguladoras): Enseñan a los linfocitos a comportarse, suprimen respuestas inapropiadas.

 Expulsión o reeducación:

 Si el linfocito no aprende, se elimina (deleción clonal).

 Si muestra potencial, se reprograma (anergia o conversión a T reguladora).

 Zonas de silencio (órganos inmunoprivilegiados): Lugares donde los linfocitos no tienen permitido actuar libremente, como si fueran áreas restringidas del campus.


viernes, 19 de septiembre de 2025

El parásito no reina sobre tierra, sino sobre conciencias

 El competidor necesita un territorio

Hay peces pelágicos que frezan libremente. En este caso el territorio es prescindible. El pez globo, como especie, se las ha ingeniado para hacer que los machos compitan por un territorio en el que aparearse con las hembras. La  competición estriba en fabricar discos simétricos en la arena del fondo del mar. Los machos requieren un territorio cuando compiten entre si. 

Fig. 1. Disco simétrico creado por el pez globo macho. La simetría es lo que atrae a las hembras

El territorio de un macho siempre es una hembra. El pez diablo macho nace con la boca sellada y un olfato bien desarrollado. Utilizan ese olfato para rastrear las feromonas de la diabla, que se convierte en la única posibilidad de evitar la muerte. Si no encuentran pareja mueren de hambre. Cuando encuentran y se fijan a la hembra, el macho segrega una enzima que digiere la piel de la boca del macho y la del dorso de la hembra, de forma que el macho se queda fijado permanentemente a la piel de la hembra cual sanguijuela, nutriéndose directamente del torrente sanguíneo de la hembra, que es mucho más grande como se observa en la figura 2. 

Fig. 2. Pareja de  Melanocetus johnsonii

La presión selectiva sobre los machos de peijesapo selecciona a aquellos con gran capacidad olfativa. Los mosquitos  macho, las polillas macho, todos tienen tremendas antenas plumosas para barrer una mayor cantidad de aire en busca de feromonas.

Fig. 3. Macho y hembra de mosquito.

En este caso la lucha por el territorio sería la búsqueda infinitesimal de la molécula de la feromona de la hembra que los guie hace el óvulo en el interior de la hembra. 

El parásito necesita una debilidad

Las arañas bola, del género Mastophora, ciertos escarabajos carabos o algunas plantas carnívoras imitan el olor de sus presas para atraerlas. Una especie de escarabajo produce un opioide y las hormigas le permiten entrar en el hormiguero en donde este "drug dealer" se alimenta de las lasvas recien nacidas. 

Ciertos tipos de orquídea le pegan en la frente de la abeja que las polinizan su órgano reproductor. La necesidad de azúcar de las abejas las convierte en parte de la estrategia reproductiva de la planta. 

Podría estar toda la tarde recordando ejemplos similares. Lo importante, a la hora de construir mi argumento, es la relación del parásito con sus presas. No las destruye, no las devora. Genera en ellas una dependencia. Busca que la dependencia sea incondicional. Cuando lo logra trata de replicar esa dependencia en otras víctimas. El parásito no destruye, somete. 

Video 1. Extracto de "El buscavidas", dirigida por Robert Rossen, Eddie, un competidor, se encuentra con Bert que lo estudia hasta que da con su debilidad. Es en ese momento cuando le dice a su oponente: "Sigue jugando, es carne de cañón"

Al competidor le duele perder su territorio, al parásito perder la obediencia de su víctima. La orina que marca el territorio de un felino, las banderas repartidas por las plazas y edificios oficiales tienen un equivalente en el mundo del parásito. Si el territorio del depredador es el espacio físico donde caza, domina y se alimenta, es decir, una extensión que refleja su poder y control inmediato, entonces el equivalente para el parásito no sería un lugar, sino una red de vínculos. No conquista terreno, sino sistemas de dependencia. El “territorio” del parásito podría entenderse como el cuerpo del hospedador, claro, pero es algo más profundo, es la mente, la voluntad o la rutina del hospedador, donde se instala y desde donde opera, ese es su territorio. La red de relaciones del hospedador, que el parásito puede usar para expandirse. El sistema simbólico o emocional que el hospedador construye alrededor del parásito: justificaciones, lealtades, miedos. En términos más abstractos, el parásito no necesita espacio físico. Su territorio es la arquitectura de la sumisión que logra construir. Mientras el depredador impone fuerza, el parásito impone necesidad. El parásito no reina sobre tierra, sino sobre conciencias.

Fig. 4. En la película "El sirviente" de Joseph Losey, el criado convierte al amo en un rehen explotando la dependencia que le genera.

Reinar sobre las conciencias requiere permanecer en el tiempo

Asimov, en su libro sobre la historia del mundo, cuando se refería a los pueblos bárbaros y a su asimilación por los pueblos en donde se asentaron, acababa la historia con un "y de esta manera desaparecieron de la historia" -no es una cita literal, es como la recuerdo- Asimov ponía el acento en que no permanecieron en el tiempo. Algo que no es verdad del todo porque esas castas militares dieron lugar a parte de la aristocracia europea. De hecho salió un estudio que demuestra que casi todos los nobles británicos proceden de la invasión normanda de Guillermo el Conquistador.

En la National Gallery de Londres hay un par de cuadros en donde, dentro del cuadro, aparece un pequeño cuadro con la genealogía del aristócrata representada como un árbol que nace del pecho de Guillermo el Conquistador. Mientras la ascendencia de los plebeyos es un árbol exponencial, donde tenemos dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos... para los aristócratas, el antepasado relevantes es solo uno, el portador del título nobiliario.
Fig. 5. A la derecha la permanencia es fundamental, a la izquierda lo fundamental es el espacio, el territorio.



lunes, 1 de septiembre de 2025

Medicina evolutiva y la prueba de la toxoplasmosis para embarazadas


El siguiente video es el primero de una serie de 65 videos protagonizados por Stephen C. Stearns y Ruslan Medzhitov de la Universidad de Yale.


La medicina evolutiva de la prueba de toxoplasmosis para embarazadas permite entender la propuesta de Faustino Cordón de que la evolución se produce en tres niveles de integración. ¿Cómo se puede probar esta tesis?: 

Marco teórico: evolución biológica, medicina darwiniana, pedagogía médica.

Diagnóstico: ¿cómo se enseña actualmente la evolución en medicina?

Propuesta didáctica: diseño de módulos, casos clínicos evolutivos, simulaciones.

Evaluación: impacto en comprensión, pensamiento crítico y práctica clínica.

Bibliografía:

Fernández Aragón, C. y Fernández Arias, C. (2025) «La teoría evolutiva en la educación médica: desde Darwin hasta la tecnología educativa», Revista Tecnología, Ciencia y Educación, 30, pp. 67-90. Disponible en: https://doi.org/10.51302/TCE.2025.22213.

Natterson-Horowitz B, Aktipis A, Fox M, Gluckman PD, Low FM, Mace R, Read A, Turner PE, Blumstein DT. The future of evolutionary medicine: sparking innovation in biomedicine and public health. Front Sci. 2023;1:997136. doi: 10.3389/fsci.2023.997136. Epub 2023 Feb 28. PMID: 37869257; PMCID: PMC10590274.

Grunspan DZ, Moeller KT, Nesse RM, Brownell SE. The state of evolutionary medicine in undergraduate education. Evolution, Medicine, and Public Health, 2019. Enfocado en oferta de cursos, perfiles docentes y diferencias por tipo de institución en EE. UU.; útil para términos y autores semilla.

Labov JB. Evolutionary Medicine and the Medical School Curriculum: Meeting Students Along Their Paths to Medical School. Evolution: Education and Outreach, 2011. Argumenta integrar evolución en currículos médicos, enlazando con informes nacionales y el coloquio Sackler.

Labov J, Schwartz MD. Special EMPH compendium on education in evolutionary and medicine. Evolution, Medicine, and Public Health, 2019. Editorial que agrupa artículos de educación en medicina evolutiva e identifica competencias y principios nucleares; excelente para rastrear citas hacia experiencias internacionales.

Nesse RM, Stearns SC, et al. Making evolutionary biology a basic science for medicine. PNAS, 2010. Papel programático del coloquio Sackler que catalizó marcos y competencias para educación médica.

Grunspan DZ, et al. Core principles of evolutionary medicine (Delphi study). Evolution, Medicine, and Public Health, 2018–2019 aprox. Define principios/competencias para alinear objetivos y evaluación en grados de salud.

Schwartz MD, et al. Competencies and learning objectives for evolutionary medicine in medical education. Evolution, Medicine, and Public Health. Marco de competencias adaptable a planes de estudio.

Enam A, Hashmi N. Introducing evolutionary medicine into Pakistani medical schools: lessons and outcomes. Evolution, Medicine, and Public Health. Estudio internacional sobre adopción y resultados en Asia del Sur.

Basile AJ, et al. Interest and integration of evolutionary medicine in nutrition and dietetics education. Evolution, Medicine, and Public Health. Relevante para profesiones sanitarias y transferencia curricular.

Stearns SC. Evolutionary thinking in medical education. Academic Medicine o afín. Ensayo/perspectiva sobre integración transversal en currículos de medicina.

Gluckman PD, Beedle AS, Hanson MA. Principles of evolutionary medicine—implications for medical curricula. Revisión aplicada a educación médica.

Byars SG, et al. Evolutionary perspectives in teaching non-communicable diseases in medical schools. Caso de integración temática.

Greene JA, Loscalzo J. Putting Darwin back into the medical curriculum. Perspective con propuestas curriculares.

Antibiotic resistance as a core evolutionary module in medical education. Medical Teacher o Clinical Infectious Diseases—módulo con evaluación de aprendizaje.

Fever, cancer, and pregnancy through an evolutionary lens: a case-based medical module. Evaluación de aprendizaje con casos clínicos evolutivos.

Assessment of evolutionary reasoning skills among medical students. CBE—Life Sciences Education—instrumentos y resultados.

Curricular mapping of evolutionary content across preclinical years. BMC Medical Education—análisis de planes de estudio.

Barriers and enablers to teaching evolution in medical schools. Medical Education—estudio cualitativo internacional.

Integrating evolutionary genetics into clinical teaching of pharmacology. Advances in Physiology Education—módulo y resultados.

Evolutionary epidemiology modules in public health tracks within medical schools. Public Health Reports—experiencia curricular.

Interprofessional education using evolutionary medicine cases. Journal of Interprofessional Care—diseño y evaluación.

Problem-based learning cases in evolutionary medicine for Year 1–2 medical students. Evaluation & the Health Professions—medición pre–post.

Global survey of evolutionary medicine teaching in health professions. EMPH—análisis comparativo por región.

Embedding evolutionary concepts in OSCE/assessment blueprints. Medical Teacher—alineación con evaluación clínica.

Faculty development for teaching evolutionary medicine. Teaching and Learning in Medicine—intervención y resultados.

Open educational resources for evolutionary medicine modules. Evolution: Education and Outreach—recursos reutilizables.

Stearns, S.C. & Medzhitov, R. (2015) – Evolutionary Medicine Texto académico que conecta evolución con inmunología, genética y fisiología médica.

Gluckman, P.D., Beedle, A.S., & Hanson, M.A. (2009) – Principles of Evolutionary Medicine

Syed Faaiz Enam, Shumaila Hashmi, The importance of Evolutionary Medicine in developing countries: A case for Pakistan's medical schools, Evolution, Medicine, and Public Health, Volume 2018, Issue 1, 2018, Pages 26–33, https://doi.org/10.1093/emph/eoy004

martes, 19 de agosto de 2025

Hamilton

Reproduzco una entrada del blog de Anxo Sánchez, "Nada es gratis": 


La aparición del artículo “The evolution of altruistic behavior“, de William D. Hamilton [American Naturalist 97, 354-356 (1963)], tres breves páginas que adelantaban un trabajo fundamental de la biología teórica: “The genetical evolution of social behavior“, publicado a principios de 1964 y escrito en realidad antes de la nota de 1963 a la que me refiero. Bill Hamilton tenía entonces 27 años y acababa de consagrarse, con el trabajo de su tesis doctoral, como el teórico de la evolución más importante de la segunda mitad del siglo XX. Pero ¿de qué va esto del comportamiento altruista, y por qué es un problema?

Como ya he dicho otras veces, Darwin fue una de las mentes más brillantes de la historia de la humanidad y, con todo y eso, no fue capaz de resolver un grave problema de su teoría de la evolución: la existencia de comportamientos altruistas. Así describía sus dificultades al respecto en su libro “The Descent of Man“, de 1871 (la traducción es mía): “Aquél que está dispuesto a sacrificar su vida (…), en vez de traicionar a sus camaradas, a menudo no dejará descendencia que herede su noble naturaleza. Por tanto, parece prácticamente imposible (…) que el número de hombres dotados de tales virtudes (…) se incremente por selección natural, es decir, por la supervivencia de los más dotados.” Por decirlo mal y pronto: los buenos y generosos se extinguen debido a esas mismas características. ¿Por qué, entonces, hay una mayoría de gente que se comporta bien con los demás, incluso con los que no conoce y no volverá a ver? ¿Por qué ocurre esto en muchas especies, en particular entre los insectos, en las que hay castas enteras de individuos estériles que se limitan a defender a otros? ¿Cómo se puede explicar evolutivamente el altruismo?

La trayectoria que llevó a Hamilton a abordar este problema no es precisamente la habitual. Nacido en Egipto en 1936, de padres neozelandeses, se crió en Inglaterra, donde a los 12 años ya demostró su carácter intrépido cuando casi se mata al jugar con unas viejas latas de explosivo que había encontrado (perdió falanges de varios dedos y tuvo secuelas en los pulmones). El lugar donde se encontraba más feliz era en el campo, entre plantas e insectos, y muchas veces dormía al raso. Como por otro lado le gustaban las matemáticas, se decidió por estudiar genética en Cambridge, donde encontró a Fisher, una de las grandes influencias de su carrera, más por su libro The Genetical Theory of Natural Selection que por interacción personal. Sin embargo, Fisher y sus ideas no eran precisamente lo mejor visto en Cambridge, y como acostumbraba Hamilton emprendió su propio camino… en solitario. Los biólogos rechazaron ayudarle, porque hablar de la genética del comportamiento en los años 50 se consideraba poco menos que apología del nazismo y finalmente recaló, muy apropiadamente para este blog, en la London School of Economics, bajo la supervisión de Norman Carrier, del departamento de Demografía Humana, que parecía ignorar a partes iguales las dificultades del problema que ni Darwin ni sus discípulos habían logrado resolver, y su mala prensa entre los biólogos.

El trabajo de Hamilton es una primera explicación de la viabilidad del comportamiento altruista, restringida al caso en que los beneficiados comparten genes con su benefactor. Pero ojo con el calificativo ‘restringido’, porque el avance que suponen las ideas de Hamilton es descomunal. Después de todo, ¡en cien años no se había registrado avance alguno! Ese gran salto, la gran idea de Hamilton, fue generalizar el concepto que se venía manejando en evolución, el de fitness (no tengo traducción para esto, ni la usaría aunque la tuviera; Wikipedia propone aptitud). La fitnessde un organismo viene a ser, básicamente, el éxito reproductivo de cada ser vivo: cuántos más descendientes deja, más fitness. Así definida, está claro que realizar actos altruistas reduce lafitness, y con ello la probabilidad de que si hay un gen responsable de esos comportamientos, se pueda propagar a la siguiente generación. Lo que Hamilton hizo fue mostrar que, si se redefine la fitness para incluir a la descendencia de los parientes, es decir, de los individuos relacionados genéticamente con uno, el problema simplemente desaparece.

Es interesante, para entender estas ideas, fijarse en un problema concreto, de los que molestaban sobremanera a Darwin: la existencia de insectos estériles que ayudaban a otros de la colonia. ¿Qué sentido tienen estos individuos de fitness cero? La respuesta a esta pregunta la da la extraña estructura genética de muchos insectos del género Hymenoptera, llamada “haplodiploidía“. Las hembras nacen de huevos fecundados, y (como nosotros) son diploides, tienen un juego de cromosomas de la madre y otro del padre. Los machos, en cambio, sonhaploides: nacen de huevos no fecundados y sólo tienen un juego de cromosomas, el de la madre. Por tanto, las hembras comparten un 50% de los genes de la madre, pero el 100% de los del padre (el único cromosoma de éste pasa entero a la descendencia), por lo que entre ellas, entre las hermanas, comparten el 75% de sus genes, más que una hembra con su propia descendencia, que como ya hemos dicho es el 50%. Por tanto, y simplificando un tanto, no reproduciéndose y ayudando a sus hermanas a sobrevivir “ayudan” a más copias de sus genes. Así pues, el planteamiento del problema en términos de genes revela que el supuesto altruismo de las obreras estériles no es tal, sino que está orientado a propagar sus propios genes.

Pero Hamilton no se detuvo ahí, sino que desarrolló toda una teoría matemática en la que detallaba sus ideas sobre su nuevo concepto. En su cálculo entraba el descenso de fitness que supone a cada individuo un acto altruista y el incremento de fitness que tal acto proporciona al receptor. El resultado es que si el beneficio (B), ponderado por la relación genética entre altruista y receptor (r), es mayor que el coste del acto (C), los genes responsables de ese comportamiento pueden aumentar en las siguientes generaciones: la famosa regla de Hamilton de la selección de parentesco, rB>C. Otros grandes habían intuido la importancia de esa visión genética, como Haldane cuando dijo en 1930 “Daría mi vida por dos hermanos u ocho primos”, pero nadie había sido capaz de formalizarlo y entenderlo como Hamilton.

La publicación del trabajo de Hamilton no fue fácil, y de hecho tiene su morbo. Después de que dos evaluadores no fueran capaces de entender el artículo, el editor de Journal of Theoretical Biology envió el artículo a John Maynard-Smith, discípulo de Haldane, que sí logró entenderlo aunque con bastante esfuerzo, y recomendó aceptarlo con revisiones y dividirlo en dos partes, una más expositiva y una más “dura” matemáticamente. Maynard-Smith estaba trabajando sobre el concepto de selección de grupo, en lo más alto de la polémica por entonces, y el resultado de Hamilton acabó de inspirarle. Así, en 1964 publicó en NatureGroup selection and kin selection“, dónde mostraba que aquella solo era posible bajo condiciones muy restrictivas y exponía la viabilidad de la selección de parentesco, utilizando por primera vez el nombre “inclusive fitness“, como se ha conocido desde entonces a la fitness generalizada de Hamilton. Entretanto, Hamilton trabajaba en la revisión de su artículo, y como su beca se terminaba, y tenía que publicar, escribió una nota de tres páginas que envió a Nature y que fue rechazada, apareciendo finalmente en American Naturalist hace cincuenta años.

Las dificultades no sólo acompañaron la publicación del artículo de Hamilton, sino que ya no abandonaron a su idea central. La visión de la evolución centrada en los genes están en la base del famoso libro de Dawkins, “El gen egoísta“, en el que plantea que el gen, y no el individuo, es realmente la unidad de selección sobre la que actúa la evolución. El éxito de ventas del libro hizo muy popular el concepto, pero a la vez empezó a crear polémicas y divisiones en las que se mezclaba hasta el marxismo con la biología. Y la verdad es que el concepto de inclusive fitnesstiene sus detractores hasta hoy: en 2010, Nowak, Tarnita y Wilson publicaron un artículo en Nature en el que pretendían desmontar la teoría de Hamilton, que fue inmediatamenterespondido por más de 160 biólogos de primera línea (Nowak y Wilson vuelven esta semana a la carga y es de suponer que recibirán otra respuesta masiva). Entre discusión y discusión, en estos cincuenta años la regla de Hamilton y la selección por parentesco han contribuido a entender muchas aparentes paradojas de la evolución e incluso se han confirmado recientemente en el medio salvaje en un estudio de adopciones entre ardillas rojas.

En cuanto a Hamilton, el artículo de 1963 solo fue el principio de una larga serie de contribuciones fundamentales a la teoría evolutiva, entre las que destaca su siguiente trabajo sobre tasas de sexos extraordinarias, es decir, especies en las que el número de machos y hembras no está en relación 1:1. No sólo abrió una nueva área de investigación, sino que introdujo el concepto de “estrategia invencible”, que posteriormente Maynard-Smith y George Price (un personaje que tiene también mucho que ver con Hamilton y que merece un post por sí sólo; hay una reciente biografía aquí, de la que he tomado algunas ideas para este post y donde se cuenta, por ejemplo, que Hamilton llegó a exigir a Nature que publicaran un trabajo de Pricepara autorizarles a publicar otro suyo, ya aceptado) formalizarían como “estrategia evolutivamente estable“, que en muchas ocasiones coincide con el concepto de equilibrio de Nash. Y, como sabía que su inclusive fitness sólo explicaba el altruismo hacia los parientes, siguió estudiando el tema y de nuevo obtuvo otro resultado pionero con el politólogo Robert Axelrod, con el que publicó “The evolution of cooperation“, artículo del que, para apreciar su influencia, diré sólo que tiene casi 24000 citas, y me dejo hablar del tema para otro post.

Hamilton era un genio. Publicó poco, se prodigaba lo justo en el papel couché de la ciencia, siguió encontrándose mejor en el campo que escribiendo artículos, pero todo lo que publicaba eran ideas y líneas de investigación nuevas y fundamentales. Murió como buen altruista: para investigar el origen del virus del SIDA, y la hipótesis de que se hubiera originado en ciertas vacunas de polio, hizo una expedición al Congo para investigar poblaciones de primates, contrajo la malaria y murió en Londres en 2000, a los 64 años. Quién sabe qué más hubiera hecho si hubiera vivido; pero lo que nos dejó es ya impresionante.

miércoles, 30 de julio de 2025

Dos bacterias intestinales causan la esclerosis múltiple

Un estudio con 81 pares de gemelos idénticos identificó dos bacterias intestinales, Eisenbergiella tayi y Lachnoclostridium, como posibles desencadenantes de la esclerosis múltiple (EM). Estas bacterias, halladas en el íleon, provocaron síntomas similares a la EM en ratones al ser trasplantadas desde gemelos afectados. Ambas pueden alterar la barrera intestinal y activar células inmunes inflamatorias.

Para probar la causa más que la correlación, los investigadores avanzaron más allá de la secuenciación. Trasplantaron microbios del íleon de gemelos seleccionados en ratones libres de gérmenes para desarrollar una inflamación similar a la EM. En animales que recibieron bacterias del hermano con esclerosis múltiple, la parálisis apareció en doce semanas. Los ratones que los microbios del gemelo sano se mantuvieron en movimiento todo el estudio.