Esta ha sido la conclusión
de un trabajo publicado en PlosOne, un revista científica de acceso
libre, por dos investigadores canadienses: Jean-Michel Fortin y David
J. Currie. La pregunta que se hicieron antes de comenzar el trabajo
fue: los científicos más ricos, es decir, los que reciben más
fondos, son los que más publican y los que lo hacen en mejores
revistas. Pero... ¿Y si comparamos los índices de publicación con
el dinero que reciben? ¿Quiénes son más rentables los científicos
que reciben mucho dinero o los que reciben poco?. Bien, la conclusión
de su trabajo es que los científicos menos financiados son más
productivos comparados con los científicos que han recibido mayores
fondos.
Bravo. Ya era hora de que alguien hiciese este trabajo. Ya está bien
de "científicos de élite". ¿No les llega con los
deportistas de élite para ver la cantidad de monstruos que genera la
supercompetición?.
La pregunta que se
formularon estos dos investigadores canadienses no es una tontería.
Hay países como Australia que se han decantado por financiar sólo a
primeras espadas de la ciencia. Investigadores muy buenos, con
muchísimas publicaciones, adictos al trabajo reciben unas dotaciones
de dinero poderosas. Normalmente publican en las mejores revistas. A
priori este parece un buen sistema, pero lo “a priorístico” no
siempre es lo que ocurre en la realidad. Para contestar una pregunta
de este tipo la estadística viene muy bien.
¿Cómo hicieron el
trabajo estos dos autores?
Para empezar consideraron
cuatro índices para medir el impacto del trabajo de los científicos:
número de artículos publicados; número de veces que otros
científicos citan esos trabajos en sus artículos; el artículo más
citado y el número de artículos más citados, todo esto en un
periodo de cuatro años. Relacionaron esos índices con la cantidad
de dinero recibida por la agencia canadiense que financia la ciencia
pública.
Lo primero que
vieron era que el impacto de los trabajos científicos por dolar era
menor en aquellos científicos que recibían mayores fondos. Este
resultado se daba de bruces con el pensamiento “apriorístico” de
“Mayor financiación lleva a mayores y mejores descubrimientos”.
También vieron que el impacto científico estaba limitado solo
ligeramente por la financiación. La recomendación de estos dos
autores es que las estrategias de financiación debieran de favorecer
la diversidad en vez de la excelencia científica ya que parece que
la diversidad es mucho más productiva.
La fuente original
se puede bajar de
aquí:
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0065263
Citation: Fortin J-M, Currie DJ (2013) Big Science vs. Little Science: How Scientific Impact Scales with Funding. PLoS ONE 8(6): e65263. doi:10.1371/journal.pone.0065263. Published: June 19, 2013
http://www.plosone.org/article/info%3Adoi%2F10.1371%2Fjournal.pone.0065263
Citation: Fortin J-M, Currie DJ (2013) Big Science vs. Little Science: How Scientific Impact Scales with Funding. PLoS ONE 8(6): e65263. doi:10.1371/journal.pone.0065263. Published: June 19, 2013
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