Escribo para mí, para recordar algunas ideas que me interesan. Con el tiempo he descubierto que existe más o menos un nexo común en esas ideas. Aviso: Este blog no es un consultorio de salud.
La academia: parque temático para tener ocupados a los inteligentes
El mundo de los congresos científicos merece varias entradas. Anécdota: estaba yo en un congreso en Cold Spring Harbor, Long Island. Era un congreso importante. Durante el "Wine and cheese party", un momento del congreso en que invitan a vino y queso para que los participantes interactúen, se me acerca un profesor joven, un "Asistant Professor" y me empieza a dar conversación. Estaba hablando con él y de repente me deja con la palabra en la boca para irse a hablar con uno de los "Big bosses", los grandes jefes, en este tipo de eventos, son como tiburones rodeados siempre de personajes de menor rango que están intentando hacerse ver. Cuando llegaban rémoras más importantes que mi interlocutor y lo desplazaban entonces volvía donde estaba yo y me preguntaba cualquier chorrada para retomar la conversación. Mientras hablábamos el tenía un ojo puesto para ver en que momento alguno de los grandes jefes se desocupaba. Me dejó tres veces con la palabra en la boca. Obviamente a la tercera que me hizo esto se acabó la farsa y me fui a buscar por mi cuenta alguien con quien hablar. El tipo me estaba utilizando, sin ninguna vergüenza por su parte para evitar lo que en los EEUU llaman "muerte social", que no es otra cosa que andar en una reunión solo.
En los congresos los primeros en hablar son los grandes jefes con líneas potentes de investigación. Si tienes la suerte de ser joven y que te inviten a una charla, tu charla estará programada al final del congreso cuando ya la mayoría de personas se ha ido o está haciendo visitas turísticas.
La humorista gringa Wanda Sykes en uno de sus monólogos da su opinión de lo que para ella es la carrera científica: una ocupación espúrea para tener a los muy inteligentes ocupados y que no den el coñazo. De cierta manera tiene razón. Es curioso como el sistema académico es una máquina de procesar talento y trabajo por pequeños reconocimientos sociales que solo tienen significado dentro del propio sistema académico
Tanto lo que comentas como la "tesis" de Wanda Sykes revelan que lo de ser científico se parece cada vez más a un famoseo vulgar y su búsqueda. Tu interlocutor mostró ser sencillamente un imbécil adulador. Parece regir la idea de que la fama es contagiosa y que hay que pegarse a los llamados "grandes" pasra empezar a ser reconocido en ese mundo. Es decir, cada día más el investigador busca el conocimiento utilitario al modo narcisista, no el conocimiento en sí. Un panorama triste para la ciencia. Tal vez la próxima revolución científica no sea al estilo de las resaltadas por Kuhn, un cambio de paradigma epistémico, sino un cambio que suponga un retorno a lo bueno de la ciencia, escapando de tanta parafernalia de foto y popularidad. Es alentador saber que en Ecuador hacéis las cosas al viejo estilo, al noble y que, tal vez por eso, sea el más novedoso. Esperemos. Un abrazo.
Tanto lo que comentas como la "tesis" de Wanda Sykes revelan que lo de ser científico se parece cada vez más a un famoseo vulgar y su búsqueda. Tu interlocutor mostró ser sencillamente un imbécil adulador. Parece regir la idea de que la fama es contagiosa y que hay que pegarse a los llamados "grandes" pasra empezar a ser reconocido en ese mundo.
ResponderEliminarEs decir, cada día más el investigador busca el conocimiento utilitario al modo narcisista, no el conocimiento en sí. Un panorama triste para la ciencia.
Tal vez la próxima revolución científica no sea al estilo de las resaltadas por Kuhn, un cambio de paradigma epistémico, sino un cambio que suponga un retorno a lo bueno de la ciencia, escapando de tanta parafernalia de foto y popularidad.
Es alentador saber que en Ecuador hacéis las cosas al viejo estilo, al noble y que, tal vez por eso, sea el más novedoso. Esperemos.
Un abrazo.