Antes de causar una pandemia, el virus de la gripe aviar H5N1 ha originado una de las mayores polémicas de su historia. Todo se debe a dos estudios que han producido una variante del virus contagiosa entre mamíferos.
Los trabajos son claves para entender cómo podría evolucionar el patógeno, que actualmente sólo se transmite de aves a humanos, y crear sistemas adecuados de alerta. Ambos trabajos estaban preparados para publicarse en Science y Nature, las dos publicaciones científicas más prestigiosas del mundo. La polémica surgió en diciembre, cuando el NSABB, un consejo asesor de bioseguridad del Gobierno de EEUU, pidió a las dos revistas que no publicasen los trabajos completos. Alertaban de que los datos podrían ser usados para generar un virus imparable con el que realizar un ataque bioterrorista.
Ambas publicaciones retuvieron los estudios, dirigidos por Ron Fouchier, del Erasmus Medical Center de Roterdam, y Yoshihiro Kawaoka, que trabaja en las universidades de Wisconsin y Tokio. Los dos grupos habían recibido apoyo económico de los Institutos Nacionales de Salud, agencia del Gobierno estadounidense que maneja el grueso de los fondos públicos de I+D biomédica del país. La decisión ha generado un intenso debate entre políticos y científicos que difieren entre si los datos deben ser secretos por seguridad o publicados para ayudar a la comunidad internacional a prepararse ante una posible pandemia.
En un editorial publicado ayer en Science, Fouchier critica el informe de EEUU y considera que retener el estudio es "un paso atrás" en los esfuerzos de "vigilancia global de enfermedades". Hasta el momento, se han registrado 577 infecciones por H5N1 en humanos, de los que murieron 340. A todos los infectaron las aves, ya que el virus no tiene, por ahora, capacidad de transmitirse entre humanos.
Fouchier estudió qué cambios genéticos eran necesarios en el H5N1 para que se hiciese contagioso entre hurones, considerados los mamíferos más parecidos al hombre en cuanto a gripe se refiere. Su equipo demostró que hacen falta cinco mutaciones para que el H5N1 se contagie entre mamíferos a través del aire, algo que, en teoría, podría causar la temida pandemia. El comité gubernamental no se opuso a la publicación de las conclusiones de este estudio, pero sí del método aplicado que permitiría a otros grupos científicos replicar el virus.
Fouchier exige que los datos sean facilitados a los países en los que se han dado contagios por H5N1, así como a los laboratorios de referencia de la Organización Mundial de la Salud y los centros que los apoyan para que puedan crear nuevos diagnósticos capaces de detectar una variante contagiosa. También "necesitan" conocer los datos los laboratorios científicos de todo el mundo que estudian el H5N1 y que podrían crear una variante peligrosa sin saberlo, señala Fouchier.
Otros expertos defienden la decisión de EEUU. En otra tribuna de Science, Michael Osterholm, de la Universidad de Pittsburgh, aboga por que sólo "un selecto grupo" conozca los resultados. Cree que "diseminar" los datos "no mejorará la salud pública". El experto alerta de que si un virus peligroso llegase a liberarse adrede o por accidente, los efectos serían irreversibles y el mundo culparía de ello a los científicos.
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