miércoles, 29 de agosto de 2012

700 terabytes en un gramo de ADN


Almacenar datos informáticos en secuencias de ADN o en soportes de memoria basados en ADN puede sonar raro y lo es. Pero es posible y al parecer es un método bastante capaz: un grupo de investigadores ha conseguido almacenar unos 700 terabytes (unos 720.000 GB) en un gramo de ADN.

Al fin y al cabo el ADN almacena información, que es algo que nos encanta hacer a los humanos; nos pasamos el día averiguando dónde más y cómo almacenar datos con la mayor capacidad y velocidad de acceso a ellos que sea posible. Y el ADN parece un buen lugar: un disco Blu-Ray puede contener hasta 25GB, o 50 GB si es de capa doble, por lo que hacen falta unos 14.000 para igualar la capacidad de un gramo de ADN. Más aún, almacenar una cantidad de información equivalente supondrían más de 230 discos duros de 3 TB, que suponen unos 150 kilos de peso, calculan en ExtremeTech.

Hace unos meses un equipo de genetistas y nanoingenieros combinaron ADN de salmón y nanopartículas de plata para construir un soporte de memoria que funciona de forma similar a un disco óptico. Es decir, se escribe la información una vez, la cual queda secuenciada en el ADN, y se puede leer tantas veces como se quiera. Según los investigadores una vez configurado el polímero compuesto por ADN y nanopartículas el patrón de datos se mantiene inalterable de forma indefinida.

Tanto si el destino es una memoria basada en ADN como una secuencia de ADN convencional el proceso es similar: primero hay que convertir la información digital, que se expresa en forma de 1 y 0 en el lenguaje del ADN, que utiliza las bases A, G, T y C.

Por ejemplo, los ceros se convierten en el par de bases A o C y los unos en las bases G o T. La secuencia codificada se guarda en cadenas de ADN convencional o modificado, caso del modelo con nanopartículas de plata. Así es como un investigador guardó miles de millones de copias de su último libro en un pequeño tubo de ensayo «y en condiciones normales durarará cientos de años». O lo que es lo mismo: un dispositivo con este tipo de memoria puede almacenar, «en lo que ocupa un dedo pulgar tanta información como la que hay en Internet».

De momento la técnica sigue estando limitada a su uso en laboratorio y al desarrollo de variantes basadas en el mismo principio, pero el coste de secuenciar ADN se ha reducido significativamente en los últimos 10 años, pasando de los 10.000 dólares por cada millón de par de bases secuenciada a los 10 céntimos por millón actuales.

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