El ópalo es una piedra semipreciosa como hemos visto anteriormente, se trata de una variedad del cuarzo (compuesto por sílice) de forma redondeada y de color blanquecino translúcido con irisaciones de todo tipo de colores, por lo que se utiliza en joyería. Se sabe que se forma en zonas húmedas y tranquilas, con capas de agua rica en sílice y sobre capas de arcilla, donde se va depositando lentamente las sílice.
Lo que no se sabía hasta ahora es que en este proceso intervienen de forma significativa algunas bacterias.
Científicos australianos han observado cómo estas bacterias atacan granos de feldespato, disolviéndolos, y cómo en el extremo opuesto de dichas bacterias se va formando una minúscula capa de sílice que, al acumularse por la acción continuada de muchas bacterias durante mucho tiempo, da lugar, muy lentamente, a un ópalo. Han confirmado su descubrimiento al comprobar, en un yacimiento de ópalos de 100 millones de años de antigüedad, que estas piedrecillas encierran muchos fósiles de bacterias y hongos.
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