Escribo para mí, para recordar algunas ideas que me interesan. Con el tiempo he descubierto que existe más o menos un nexo común en esas ideas. Aviso: Este blog no es un consultorio de salud.
Limonita, también conocida como hierro de los pantanos se forma por deposiciones de hierro originadas por el metabolismo de cierto grupo de bacterias.Es una forma muy porosa, con escasa densidad y muy ligera. Es frecuente observar a simple vista restos vegetales (de hecho está formada por multitud de hebras de raicillas).
La respiración anaeróbica es un proceso biológico de oxidorreducción de monosacáridos y otros compuestos en el que el aceptor terminal de electrones es una molécula inorgánica distinta del oxígeno. El ion férrico (Fe3+) puede ser utilizado por varias bacterias como aceptor de electrones, reduciéndolo a ion ferroso (Fe2+) como por ejemplo las bacterias de los géneros Shewanella, Geobacter, Geospirillum y Geovibrio. El ion férrico se halla en el suelo y las rocas, muchas veces formando hidróxido férrico (Fe(OH)3) insoluble; en condiciones anaeróbicas, estas bacterias pueden reducirlo al estado ferroso. El ion ferrosos es mucho más soluble que el férrico, con lo cual el hierro se moviliza, siendo este un primer paso importante en la formación de un tipo de depósito mineral llamado hierro de los pantanos. Estos depósitos se localizan en la zona de drenaje del pantano. Allí se encontraban estas bacterias oxidadoras del ion férrico, adheridas al suelo, aprovechando las corrientes de agua ricas en hierro. Las bacterias iban formando capas ricas en hierro que con el paso de los años iban dando extractos ricos en hierro que han sido exhaustivamente explotados en Europa desde muy antiguo pues las distintas culturas pronto se dieron cuenta de estos yacimientos ricos en hierro, accesibles y de gran pureza.
Desde el 2009 tengo una sección dentro del programa Efervesciencia de Manuel Vicente en la Radio Galega. Cada vez somos más los colaboradores del programa. El último programa del año Manuel organiza esta "jam session" de divulgación científica y aquí estamos todos cantando un fragmento de zarzuela. Posteriormente Manuel nos invitó a cenar y lo pasamos como solo se puede pasar entre amigos y entre copas. Os dejo un vídeo para que os hagáis una idea. Ah! y fijaos que llevo la camiseta de las bacterias de Actuaciencia.
Bibiana García Visos, escritora científica, coronándome con un hermoso par de cuernos. Sospechosamente las entradas de mi frente también reflejan unos cuernos. Empiezo a preocuparme.
¿Por dónde debemos empezar para adentrarnos en la divulgación
científica? ¿Qué hacer si mi hijo tiene curiosidad por un tema,
por ejemplo la metereología, o no le gustan nada las mates, o tiene
altas capacidades y no le llega lo que aprende en el colegio?. Todas
estas preguntas son un buen principio para comenzar la aventura de
adentrarnos en el conocimiento. A no todos nos gusta lo mismo. Cuando era pequeño mi padre me llevó al laboratorio que un perito agrónomo había organizado en Zeltia Agraria, una empresa donde trabajaba mi padre. El laboratorio y la colección de insectos me dejaron fascinado. La vocación secreta de mi padre había sido la de ser químico. Trabajó como ayudante de químico en Zeltia. No pudo estudiar porque la Guerra Civil española había separado a las personas en dos bandos. Mi padre, a pesar de ser un niño muy inteligente, despierto y trabajador había quedado en el bando malo. Sin embargo pudo aprender de químicos increíbles que trabajaron en la empresa en sus primeros años como Fernando Calvet. Posteriormente mi padre se pasó a la parte administrativa de la empresa pero siempre le quedó un gusto y admiración por la química como ciencia. Es muy importante tener esta pasión para poder transmitirla. Hoy en día hay muchos talleres de ciencias para pequeños. Hay muchos geniales pero hay otros lamentables llevados a cabo por personas que no tienen formación científica alguna, que por el simple hecho de tener un título de monitor de tiempo libre, el haberse leído un par de libros de experimentos para niños se atreven a divulgar. La mayor parte de las veces el resultado es lamentable. No se puede divulgar lo que no se ama. Para saber si una actividad va a ser un éxito lo primero es saber el grado de implicación, de conocimiento y pasión que tiene la persona por la disciplina que se va a impartir.
Está también la capacidad para comunicar. En ese sentido también me influyeron los documentales del "El hombre y la Tierra" de Félix Rodríguez de la Fuente. Todavía hoy el capítulo sobre el lobo atrapa a todo tipo de audiencias por la calidad expositiva que fue una bocanada de viento fresco en los años 70 y 80.
Os voy a contar como fueron mis primeros pasos para que tengáis un ejemplo de como se fragua un interés temprano por la ciencia, sobre todo en un país como España en 1970, 1980 en que no había prácticamente nada.
Cuando era pequeño me encantaba andar entre las hierbas del campo
buscando grillos, saltamontes, escarabajos. Gracias a esta afición
empezaron a caer en mis manos algunos libros como “Los insectos,
Manual del entomólogo” del jesuita catalán Longinos Navás.
que curiosamente fue profesor del cineasta Luis Buñuel. Buñuel
llegó a ser entomólogo aficionado (llegó a estudiar entomología
con el doctor Ignacio Bolivar en su estancia en la Residencia de
Estudiantes de Madrid) y esta afición se refleja en varias de sus
películas. Este libro es un genial resumen de todo lo que debe se
saber un entomólogo en un curso de iniciación. Con el descubrí que
los insectos se agrupaban en órdenes y que estos órdenes eran una
clasificación que delimitaba claramente cada grupo. Una vez que
conoces cómo es el orden neuróptero nunca fallarás en determinar
si un insecto pertenece o no a este orden. Luego venían las familias
y aquí había que saber mucho más, luego los géneros... y por fin
las especies que sólo se podían determinar en la mayoría de los
casos cuando se observaba la genitalia. Se describía en el libro
cómo coleccionar insectos y a ello me dediqué enrolando a algunos
amigos en la pasión común y fuimos pequeños Pol Pots de los
órdenes coleóptera y ortóptera.
Otro libro que me cayó en las manos venía de la biblioteca de mi
abuelo Antonio, de lo que quedó de su biblioteca después de que se
la quemasen en el 36, y era
un libro de Odón de Buén, que fue un librepensador catalán
divulgador de la obra de Darwin en España. Un librito en donde la
botánica y la geología se enseñaban como relatos, no como
colección de datos.
De la biblioteca del Círculo Recreativo y Cultural, del que mi
padre y mis tíos eran socios fundadores, conseguí varios libros de
Fabré. Eran libros de prosa rimbombante en donde se describían las
costumbres de los insectos desde un punto de vista que hoy
consideraríamos próximo a la etología pero que en la pluma del
escritor y naturalista francés tomaban un tinte humanizado en un
esfuerzo por acercar las maravillas de la entomología al gran
público.
Después vinieron dos libros de Michael Chinery, más modernos y absolutamente fascinantes. Estos dos libros me los regalaron en 1980. Tenía 13 años. La guía de campo Omega fue una ayuda imprescindible y poco a poco me fui haciendo con más guías. Cuando llegué a la universidad descubrí la ornitología de la mano de un compañero de colegio mayor, Birdie, y el placer de observar pájaros con prismáticos. La satisfacción de ir a recoger especímenes botánicos, lo divertido de estar identificando plantas con una lupa binocular y una guía...
Hoy en día los chavales tienen acceso a más museos, talleres, salidas al campo, grupos de astrónomos, de construcción de robots, de naturalistas... sin embargo nada sustituye las horas "perdidas" de exploración y los primeros pasos con alguien que realmente disfrute determinado campo de conocimiento.
Más tarde, durante mi doctorado descubrí que en las bacterias estaba condensado todo aquello que me interesaba en la naturaleza y que además la comunión entre comportamiento y genética era en las bacterias de lo más estrecho e íntimo que se podía ver en toda la naturaleza. En ese momento me centré en ellas, como campo de estudio, ahora bien, como gozar gozar pues recomiendo ver a un escarabajo Dytiscum marginalis o a una bandada de charranes árticos en migración.
En junio de este año el NIH americano (en sus siglas Instituto Nacional de Salud) ha tomado la determinación de dejar en sólo 50, de los 360 existentes, los centros en Estados Unidos que puedan hacer investigación en chimpancés. El servicio americano de pesca y vida salvaje (US Fish and Wildlife Service) ha catalogado a los chimpancés como especies en vías de extinción. Esto limitaría cualquier investigación que no fuese en el propio interés de los chimpancés. La asociación Nonhuman Rights Project trata de conseguir que se declare a los chimpancés personas legales y liberarlos de la cautividad. En estos momentos hay ya científicos que estudian en chimpancés que piensan moverse a trabajar con otras especies de monos o abandonar enteramente su investigación.
Personalmente creo que si se debe permitir la experimentación en animales. Mucha de nuestra dilatada esperanza de vida se la debemos a esta experimentación. No podemos probar los avances en humanos. O no debemos ya que en periodos de guerra si ha ocurrido este tipo de experimentación. Recordemos a Menguele o a Ishiii Shiro de la Unidad 731 del ejercito japonés en la Segunda Guerra Mundial. La única manera que tenemos de probar algo antes de llevarlo a las pruebas en humanos es trabajar con monos y cuando más cerca de nosotros esté ese mono mejor. Es ese sentido los chimpancés son ideales.
A mi me dan mucha pena los chimpancés. Me da pena que su área de distribución en la naturaleza se esté achicando año a año. Creo que es ahí donde habría que hacer un esfuerzo. Llegar a crear un santuario a prueba de conflictos e involucrar a los paisanos en su conservación.
La sensiblería de los que luchan por los derechos animales me parece algo cercano a la histeria. Recuerdan a aquellas señoras victorianas que luchaban contra el alcoholismo. No era el alcoholismo señoras, era la pobreza, era un estado sin bienestar ni prestaciones sociales. Hoy ocurre lo mismo. Hay auténticos dramas a nivel mundial pero algunos prefieren centrarse en resolver dramas en las perreras.
Os dejo un artículo para que comprobéis cómo es necesaria la investigación en primates. Es la investigación en células madres que ha sido seleccionada como uno de los descubrimientos del año por la revista SCIENCE
Bacterias y enfermedades autoinmunes: Si, ya se ha llegado a esta conclusión. Las protagonistas son esta vez: Prevotella copri y Lactobacillus johnsonii. Prevotella copri se ha asociado con la artritis reumatoide. En ratones que poseen Lactobacillus johnsonii en su flora intestinal están mucho mejor protegidos contra las alergias y el asma.
Este tipo de estudios dejan claro que el futuro es de la medicina personalizada y que en este tipo de medicina tendremos que tener en cuenta el genoma de aquellas bacterias que viven con nosotros.
Akkermansia municiphila, una bacteria de la que empezaremos a oir hablar. La razón: ayuda a perder peso. Trabajando con ratones obesos, los investigadores observaron, que cuando aumentaban la presencia de esta bacteria en sus intestinos se observaba una pérdida de peso y un mejor control de la insulina, incluso cuando a los ratones se les seguía alimentando con una dieta rica en grasas. Esta misma bacteria se ha visto que juega un papel importante en la pérdida de peso que acompaña la cirugía gástrica.
Este año varios grupos de investigación han conseguido relacionar flora bacteriana y cancer. Tres terapias anticancer han probado necesitar bacterias intestinales para ser efectivas. Las bacterias ayudan al sistema inmune a responder al tratamiento mediante quimioterapia. Un estudio realizado en ratones muestra que el cancer de hígado, a menudo asociado con obesidad, puede surgir porque un producto bacteriano que daña el ADN que sólo se forma en los ratones obesos. Finalmente, este año aparecieron pruebas que relacionan la bacteria intestinal Fusobacterium en la estimulación de los tumores colorectales.
Kwashiorkor, es una enfermedad de malnutrición originada por la ausencia de ciertas proteínas en la dieta. Este año Jeffey I. Gordon de la U. de Sant Louis ha descubierto que un microbioma intestinal poco "maduro" es la causa de esta enfermedad cruel. Como siempre sucede en ciencia, para conocer la causa de un fenómeno se reduce en lo posible todas la variantes. Para hacer esto, se tomaron dos gemelos, con la misma dotación genética, en los que uno padecía Kwashiorkor y el otro estaba sano. Se tomaron las heces de cada uno y se las trasplantaron a ratones a los que previamente se les habían matado todas las bacterias intestinales con un tratamiento antibiótico fuerte. Los ratones que ahora portaban las bacterias provenientes del niño enfermo enfermaban a su vez de esta enfermedad, lo que no ocurría con los ratones inoculados con las heces del niño sano. Las bacterias del niño sano eran capaces de procesar los aminoácidos que contienen sulfuro (que por cierto, el azufre es una de las causas del mal olor de los pedo). Los niños con Kwashiorkor carecían de estas bacterias y sufrían de malnutrición al no poder su intestino absorber estos aminoácidos esenciales que necesitan un preprocesado bacteriano.
Según la revista Science, los resultados del estudio del
microbioma humano figuran entre los más destacados de este año
2013. En un artículo titulado “Your microbiome, your health” la
revista nombra a los 100 billones de bacterias del intestino humano
(si, un uno seguido de 14 ceros) protagonistas de uno de los avances
más espectaculares de los últimos años de la microbiología:
nuestra salud depende de nuestras bacterias. En este momento el
paradigma científico está cambiando: comenzamos a ver toda esa
población de bacterias como un conjunto de tres millones de genes
diferentes en una estrecha vinculación con los genes humanos. Ya no
veremos jamás a nuestras bacterias como meros pasajeros, ahora sus
genes pasan a formar parte del microcosmos genético humano.
La primera prueba de esta relación entre bacterias intestinales y
enfermedad lo tenemos en China. En 2008, 300.000 niños
desarrollaron piedras en el riñón debido a que consumían una leche
para biberones suplementada con melamina como aporte extra de
proteínas. Sólo el 1% de niños que tomaron esta leche suplementada
desarrollaron piedras en el riñón. El mismo porcentaje de niños
que son portadores de la bacteria Klebsiella.
Los científicos descubrieron que tratando a ratas con antibióticos, es decir, eliminando las bacterias del intestino de estas ratas, cuatro días antes de suplementarles la alimentación con melanina hacía que las ratas excretasen más melamina y tuviesen menos piedras en el riñón que aquellas ratas que no habían sido tratadas con antibióticos y que por tanto tenían su flora intestinal intacta. Si a estas ratas se les exponía a la bacteria Klebsilla y se les alimentaba con melamina el daño por piedras en el riñón era espectacular.
Analizando los excrementos de las ratas, los científicos descubrieron que Klebsiella convierte la melamina a ácido cianúrico. De los 300.000 niños 6 murieron por fallo renal. En la biopsia se encontró ácido cianúrico.
Antes del lanzamiento del Apolo 16 en abril de 1972, aún en plena Guerra Fría, un enviado especial de la NASA estuvo supervisando al detalle los trabajos de Gerda Horneck en Frankfurt. Por entonces, Horneck era una joven investigadora alemana a la que muchostomaban por "loca".
Trabajaba en un campo nuevo y marginal que después se llamaría astrobiología. Era una disciplina que intentaba entender si la vida pudo surgir en otros planetas igual que había surgido en la Tierra y saber si esta evoluciona igual que lo hace en nuestro planeta. Su primer estudio de calado era un experimento para estudiar el impacto de la radiación en microbios terrestres que iría a bordo del Apolo 16.
Mientras su grupo preparaba el experimento, con 200 pequeñas bandejas llenas de microbios que recibirían el bombardeo de las partículas solares y cósmicas, un enviado de la NASA estuvo presente en todo momento. Cuando por fin se terminó el ensamblaje, aquel hombre metió el experimento en el maletín, se lo ató a la muñeca con unas esposas y se lo llevó a EEUU, según recuerda Horneck más de cuatro décadas después.
Desde entonces la astrobiología se ha convertido en una disciplina respetable para las agencias espaciales y la comunidad científica que busca lugares aptos para la vida en otros mundos dentro y fuera del sistema solar se ha multiplicado. Horneck ha contribuido a este campo con importantes descubrimientos, como que los microbios pueden sobrevivir a la radiación espacial si les cubre con una capa de polvo de apenas un centímetro.
Aunque lleva nueve años retirada, Horneck sigue siendo asesora de varios grupos científicos en el Instituto de Medicina Aeroespacial del Centro Aeroespacial Alemán, donde desarrolló gran parte de su carrera y del que fue vicedirectora durante siete años. También es una acérrima defensora de crear parques nacionales en la Luna y en Marte para preservarlos de la actividad humana. De paso por Madrid para impartir una conferencia en la Fundación BBVA, Horneck explicó a Materia su visión sobre la búsqueda de vida en otros planetas, las futuras colonias en la Luna o Marte y las misiones sin retorno al planeta rojo, que no ve viables hasta dentro de 100 años.
¿Qué posibilidades hay de que una misión espacial humana extinga la vida en Marte?
Es un problema serio. En los 70, cuando se envió la misión Viking a Marte, se esterilizó toda la nave. Fue puesta en un horno para reducir la carga de microbios residuales cuatro órdenes de magnitud. Tenían unas 300.000 esporas bacterianas (etapa inactiva de algunas bacterias) y lo redujeron a 30. Ese es el número mínimo que probablemente no se pueda reducir. Viking mostró que Marte no tiene tantos microbios en la superficie como se pensaba. Y aunque aún hay algo de discusión sobre el tema, la visión mayoritaria es que no se encontraron microbios en las muestras analizadas. Por eso se pensó que no había razón para ser tan cuidadosos y la NASA fijó unos niveles de esterilización menos estrictos que con Viking. Así quecada nave que ha ido a Marte desde entonces tiene hasta 300.000 esporas bacterianas.
¿Ya hemos contaminado Marte con vida terrestre?
En principio sí. Pero si no perforas el subsuelo o vas a zonas muy concretas donde crees que hay muchas posibilidades de que haya agua bajo la superficie, el ambiente de Marte es tan tóxico que probablemente no hayan sobrevivido. Esto con suerte. Hay zonas especiales de Marte que se llaman regiones en las que podrían propagarse organismos terrestres, por ejemplo, zonas donde hubo flujo de agua. Si vas a visitarlas con una nave tienes que esterilizar ciertas partes. Por ejemplo, Phoenix tenía un brazo robótico que se esterilizó y se envolvió para preservarlo hasta después del aterrizaje.
¿Esa contaminación puede suponer que la vida que se encuentre sea terrestre?
Correcto. Pero todo está muy limpio. Si miras los análisis, siempre hay un control para poder saber si lo que estás viendo es terrestre o no. Creo que por el momento estamos bien. Además ha habido experimentos que han demostrado que con los niveles de presión que hay en Marte los organismos terrestres no podrían crecer en la superficie.
¿Podremos traer de vuelta formas de vida de Marte a la Tierra?
Si hay vida en Marte, creo que hay que estudiarla allí mismo. Cuando traes una muestra de vuelta a la Tierra, haya o no formas de vida en ella, tienes que asegurar que hay varios niveles de aislamiento para que nada de la atmósfera de Marte o de las rocas pueda propagarse en la Tierra. El límite es que nada mayor que 0,1 micras pueda escapar. El análisis hay que hacerlo en un laboratorio BSL4, del tipo donde se analizan los virus más patogénicos. Si hay pruebas de que existe vida en Marte, no creo que la traigamos a la Tierra de esta forma. Hay además razones éticas, morales y médicas que nos dicen que hay que analizarlos in situ. Es demasiado peligroso. Podrían ser virus. No creo que hubiera peligro para la salud humana. Sería más peligrosa para la microflora de la Tierra, por ejemplo.
¿La radiación ya no es un impedimento para mandar humanos a Marte?
Hay dos tipos de radiación. Una es la cósmica galáctica, que es continua y de dosis muy, muy bajas, 10 o 20 veces más que en la Tierra. Esta radiación probablemente no sea un problema. El límite para la radiación es que la dosis no aumente en más de un 3% los riesgos de morir de cáncer. Hay un estudio hecho por un colega japonés estudiando el efecto cancerígeno de la radiación. Se ha hecho en India, en Kerala, donde los niveles de radiación natural también son 10 veces más altos que en el resto de la Tierra. Se ha visto que las dosis no aumentan la incidencia del cáncer en esa zona. Es diferente si consideras gente que sufrió Hiroshima o supervivientes del cáncer a los que se trató con radiación. En esos casos las dosis son altas y muy frecuentes.
Pero aquí tienes dosis bajas en periodos de tiempo muy largo, unos tres años. Probablemente haya que reconsiderar los cálculos sobre el cáncer porque el cuerpo siempre puede reparar parte del daño en el ADN de dosis bajas Por esto creo que hay que reconsiderar los umbrales para misiones tripuladas a Marte. Después están lastormentas solares. Estas pueden aportar dosis altas que podrían ser como Chernóbil e incluso ser letales.
¿Cómo se puede proteger a los astronautas?
Primero, necesitamos predicción vía satélites que orbiten el Sol. En las erupciones solares siempre hay primero un incremento de la luz solar y después llegan los protones (radiación). Eso te permite avisar a los astronautas. Y después necesitas un refugio. Este puede ser un refugio mecánico. Por ejemplo poner todo el agua que tengas almacenada en torno a un habitáculo pequeño donde puedas refugiarte por un día, por ejemplo. Cuanto menos masa atómica, mejor. Si lo haces de plomo generarás mucha radiación secundaria, en cambio el agua absorbe la radiación. Así que puedes usar todo el agua que necesites para beber y el resto de usos en torno al refugio.
La otra opción es generar un escudo electromagnético, aunque habría que saber si eso puede tener un efecto en la salud de los astronautas.
La empresa Mars One planea en crear la primera colonia en Marte en 2023 ¿Cree que es viable?
A veces todo va muy rápido. Creo que no hay problemas que no se puedan resolver, pero hay que hacer mucha investigación. Hacerlo en 10 años es muy improbable. Necesitas crear una infraestructura en Marte, necesitas dos o tres misiones previas. Nadie sabe lo que puede suceder si la industria se pone al mando.
¿Cree que habrá minas en Marte o la Luna?
Hay un tratado de la ONU que dice que hay que evitar la contaminación de otros planetas. También está el tratado de la Luna, que no ha sido firmado por muchos países, incluidos Rusia y EEUU. El tratado quiere que la Luna sea como la Antártida, que no pertenezca a nadie. Junto a otro científico he desarrollado el concepto de los parques planetarios, parques nacionales en la Luna y en Marte que deberían ser protegidos por razones naturales o históricas. Pero creo que con el tiempo no podremos evitar que la industria explote los recursos si los hay.
China, que acaba de tener éxito enviando un robot de exploración a la Luna, dice que su objetivo es buscar minerales ¿Cree que se podría evitar que no cumplan los tratados?
China no ha firmado el tratado de la Luna. No creo que podamos evitar la contaminación de la Luna. Depende de si lo hace un Gobierno o una empresa, pero en China las dos cosas son lo mismo, todo está en las mismas manos.
¿Qué opina de las misiones sin retorno a Marte?
A largo plazo es viable pero no como primera misión, es imposible. Es muy difícil mantener toda la infraestructura para una estancia de largo plazo. Yo quiero ir a Marte y tengo la edad adecuada porque para cuando aumente mi riesgo de cáncer ya estaré muerta. Pero creo que es posible hacer una misión de ida y vuelta y por eso deberíamos hacerla. No iría en una misión de solo ida. Hacerlo en condiciones solo será viable en 100 años.
¿Cuándo habrá una misión que pueda encontrar el primer ser vivo extraterrestre? Por ejemplo, ‘Curiosity’ no podrá hacerlo aunque la haya
Si una misión va a buscar vida tiene que estar completamente esterilizada. Eso lo haremos con ExoMars, buscaremos vida extinta o viva porque taladraremos dos metros bajo tierra. Curiosity solo investiga habitabilidad. Es una simple cuestión de dinero porque la esterilización cuesta unos 200 millones de euros. Pero por ahora no hay ningún proyecto activo para encontrar actividad microbiana en sí, como hizo Viking. Esos experimentos fueron excelentes y tuvieron lugar en los setenta.
¿Por qué acabaron en vía muerta?
Fue una decisión de la NASA. Primero se dijo que habían encontrado vida pero después un análisis demostró que no había compuestos orgánicos en las muestras. La percepción pública fue tan mala que se redujo a cero la financiación de proyectos de ciencias de la vida por dos años y redujeron la exploración de Marte. A cambio se hizo la Estación Espacial Internacional y el programa shuttle. La única manera de buscar vida presente es buscar indicios de actividad microbiana. Los sofisticados instrumentos de hoy como espectrómetros buscan minerales y moléculas orgánicas. Pero eso no basta para decir que hay vida, debes probar que hay microbios activos. Ni siquiera ExoMars podrá hacer eso y no hay planes más allá de esta misión. Quizás los chinos lo hagan porque tienen más coraje y además son fiables.
¿Cree que China será el primer país en encontrar vida extraterrestre?
Puede ser. Ahora hay colaboraciones entre Europa y China. Quizás se pueda recuperar la competición de antaño e intentar derrocar el dominio actual de la NASA.
Uno de los primeros libros de divulgación que leí era "las ciencias naturales en la época moderna" de Odón de Buen que había pertenecido a mi abuelo Antonio
Reproduzco aquí un artículo de Manuel Ansede en Materia sobre una figura imprescindible de la divulgación científica española: Odón de Buen.
“Con el más profundo disgusto hemos de manifestar a nuestros fieles diocesanos que Nuestro Santísimo Padre, el Papa León XIII [...] se ha dignado a condenar las dos obras del catedrático de la Universidad literaria de Barcelona, Dr. D. Odón de Buen, tituladas Tratado elemental de Geología y Tratado elemental de Zoología [...]. Por tanto, en cumplimiento de Nuestro Pastoral Ministerio hacemos saber a nuestros amados fieles que no es lícita a ningún católico la lectura y retención de dichas obras, y al autor de ellas, que según nuestras noticias fue regenerado en Cristo por el Santo Bautismo, exhortamos que retire de la circulación las obras mencionadas, retracte los errores que en ellas se contienen y se sujete humildemente a la autoridad de la Iglesia, como cumple a los deberes que contrajo al entrar en el gremio del Catolicismo. Asimismo ordenamos a cuantos tengan en su poder ejemplares de los citados libros, los entreguen inmediatamente a sus propios párrocos o en Nuestra Secretaría de Cámara, a fin de que sean inutilizados según derecho”, exigía el obispo de Barcelona, Jaime Catalá y Albosa, el 11 de septiembre de 1895.
El horrible pecado de Odón de Buen, pionero de la oceanografía y de la divulgación de la ciencia, había sido defender las teorías de Darwin en la España de finales del siglo XIX. En su Tratado elemental de Zoología aparece uno de esos supuestos “errores” que perseguían el Papa y el obispo. “Que la organización del hombre está sometida a las mismas leyes biológicas que rigen todas las organizaciones animales es un principio tan axiomático que sería ridícula la simple duda”, explicaba su manual para estudiantes.
“Odón de Buen es un personaje desconocido y olvidado, injustamente desconocido y olvidado. Su apuesta política, su muerte en el exilio, su republicanismo insobornable ha impedido que en España su recuerdo esté vivo”, lamenta el periodista Antonio Calvo Roy, que acaba de publicar una monumental biografía del personaje, 150 años después de su nacimiento. De Buen, nacido en 1863 en el pequeño pueblo zaragozano de Zuera, fue, según enumera Calvo Roy, “alumno brillante, catedrático en Barcelona y Madrid, concejal del ayuntamiento de Barcelona y senador, impulsor de la oceanografía en España, figura de relevancia internacional y preso político canjeado”.
Proteger los océanos
De Buen, doctor en Ciencias Naturales, dirigió con 22 años el primer laboratorio español de biología marina, instalado en una fragata, y acabó fundando el Instituto Español de Oceanografía en 1914, para estudiar los mares. También fue un pionero de lo que hoy llamamos ecologismo. “Sufre ahora la Humanidad enormes trastornos económicos. Se afanan los Gobiernos todos por el aumento de los recursos alimenticios temiendo grandes catástrofes si no aumentaran. El mar es una fuente inagotable de alimentación sana, barata, que incesantemente se renueva; pero hace falta reglamentar sabiamente su explotación y sin la base de los estudios oceanográficos no podrá adelantarse un paso, corriendo el grave riesgo de secar la fuente en vez de aumentar su caudal”, escribió. Sin embargo, sólo ahora, casi 70 años después de su muerte en el exilio, en México, en 1945, su figura empieza a ser recordada.
Calvo Roy detalla en su libro, Odón de Buen: Toda una vida, las razones de este olvido, que más bien se podría definir como un sepultamiento intencionado. “Odón de Buen era un catedrático muy conocido y muy activo en la propagación de sus ideas políticas, sociales y científicas. Y esa actividad tenía en guardia a las fuerzas más conservadoras, sobre todo a los católicos, que trataban por todos los medios de acallar la voz de De Buen”, recuerda el periodista.
El catedrático de Historia Natural de la Universidad de Barcelona se había propuesto divulgar el progreso que supone la ciencia para la sociedad, en un país sumido en la superstición. “Habrá quien piense que mal se compagina la severa misión del profesor con la candente lucha del propagandista callejero”, escribía. “No os extrañe, amigos míos, que ponga el empeño de popularizar la Ciencia aun por encima de mi labor universitaria; la necesidad impone en España esta preferencia, que a muchos podrá parecer un sacrilegio”.
En medio de un búnker antidarwinista
En pos de este fin, De Buen pisó todos los callos que podía pisar, hasta llegar a los del papa León XIII. Así, en una velada librepensadora organizada en Sabadell por logias masónicas el Jueves Santo de 1894, el científico tomó la palabra para proclamar que “la mujer española tiene facultades para ser un agente poderoso de progreso si se la arranca de las garras del fanatismo religioso y de la ignorancia”. Demasiado para la España de la época.
“La mujer española puede ser un agente poderoso de progreso si se la arranca de las garras del fanatismo religioso”, creía De Buen
De Buen era una excepción en la universidad española, convertida un búnker antidarwinista. Sobresalían personajes como Juan Vilanova, el padre de la Prehistoria en España, que se dedicó a intentardesmontar las teorías de Darwin armado con la Biblia. La Iglesia católica defendía desde hacía siglos que el ser humano había sido creado por Dios hacía 5.000 años, basándose en el relato bíblico, pero los geólogos comenzaban a desenterrar fósiles con muchos milenios más. Para gente como Vilanova, sin embargo, no había ninguna contradicción. “Moisés ni se propuso escribir un tratado de Geología, como ya dijimos, ni tampoco se dirigía a un pueblo de sabios para hablarles de estas concepciones filosóficas, que indudablemente los hebreos no hubieran comprendido”, afirmaba.
Para Odón de Buen, sin embargo, eso era fanatismo, y por denunciarlo junto a otros escasos profesores fue perseguido. “Según el art. 11 de la Constitución, la Religión Católica, Apostólica y Romana es la del Estado. Ahora bien; los Sres. Morayta, Chamorro, Odón de Buen, Salmerón y demás catedráticos impíos, ¿son o no parte del Estado? Si no lo son, ¿para qué y por qué los paga el Estado? Si lo son, ¿cómo se les consiente que expliquen contra la Religión Católica, Apostólica y Romana? Si el Estado es Católico, insultar su Religión es insultarle a él mismo. Luego los que lo insultan en este concepto, además de impíos, son facciosos y rebeldes”, clamaba el periódico católico La Lectura dominical, en diciembre de 1894.
Frente a “la artillería católica”
Calvo Roy recuerda “el momento idóneo y la excusa adecuada para lanzar toda la artillería católica y conservadora contra este catedrático tan disoluto que no bautizaba a los hijos, que era impío, masón, republicano y, en definitiva, una gran amenaza”: la entrada de sus tratados de Geología y Zoología en el Índice de Libros Prohibidos. La presión de los diarios católicos arreció. El obispo de Barcelona pidió su cabeza tras pedirle “abominar de sus errores y sujetarse humildemente a la autoridad indiscutible del Vicario de Dios en la tierra”, ya que sus libros molestaban a “la mayoría de los españoles, que gracias a Dios son católicos”.
Los estudiantes de De Buen fueron a apedrear el palacio episcopal cuando se planteó su suspensión como catedrático
Y el 7 de octubre de 1895, el diario La Unión Católicaanunció que el ministro de Fomento había ordenado la retirada de los libros de Odón de Buen y su suspensión como catedrático. “El día 7 de octubre los estudiantes, tras asistir a la clase de De Buen y acompañarle a su casa, decidieron pedir cuentas al rector y, después, apedrear el palacio episcopal”, escribe con humor Calvo Roy. Unos 300 estudiantes acompañaron al catedrático desde la Universidad hasta su casa, gritando “¡Viva la libertad!”, “¡Viva la enseñanza libre!”, “¡Viva Odón de Buen!” y “¡Muera el obispo!”, “¡Muera la religión!”. La orden de suspensión del profesor no llegó a publicarse.
Era “anticlerical, pero no antirreligioso”, explica Calvo Roy en la biografía, editada por Ediciones 94. El propio De Buen se definía a sí mismo como “libre-pensador, pero no traga-curas”. Sus críticas no hacían ascos a otros credos: “Sin duda hay en la religión de Mahomed, como en todas las religiones, más indiferentes que convencidos y más fanáticos que sabios”.
La peligrosa palabra con e
En 1936, tras el golpe de Estado que desató la Guerra Civil, Odón de Buen acabó en la cárcel. A sus 74 años, enfermo de diabetes y medio ciego, pasó un año encerrado con más de 300 personas, casi todas presos políticos, en un antiguo convento de Palma de Mallorca. Y allí escribió sobre sí mismo: “Era el paladín en la cátedra, durante cuarenta y cuatro años, de las ideas y de los descubrimientos asombrosos de la Biología y me atrevía a defender que el hombre descendía del mono. Eso me lo echó en cara un joven falangista que habló conmigo por azar en la cárcel”.
“Si pensamos que en 1971 Félix Rodríguez de la Fuente hubo de eliminar de un programa de televisión la peligrosa palabra con e, como decía Stephen Jay Gould, evolución, es posible apreciar lo moderno que era De Buen o lo antigua que se volvió España con el franquismo”, reflexiona Calvo Roy.
“Es necesario reivindicar a esa generación de científicos a los que la Guerra Civil truncó la vida y la muerte, su memoria y su recuerdo. España quedó quebrada entonces y de esa ruptura intelectualmente telúrica nos ha costado mucho levantarnos. Que se sepa que si nos levantamos es, también, gracias a que muchos Odones de Buen empiedran el camino, están ahí abajo, sepultados bajo nuestros pies. Hora es de pulir esas piedras, una a una, y ponerlas en el lugar que les corresponde”, reivindica el autor.
Mosaico construido a partir de imágenes de la MastCam de la formación Yellowknife Bay. / AAAS-Science
Las muestras recogidas por el Curiosity prueban la existencia de un antiguo lago en la superficie de Marte, probablemente con agua dulce y con unas condiciones propicias para albergar vida, aunque fueran simples microbios. Así lo ha constatado el equipo de científicos de la misión Mars Science Laboratory (MSL) tras analizar los datos enviados por el roverde la NASA.
En las seis investigaciones, publicadas en la revista Science, los científicos han analizado sedimentos de roca procedentes de una zona denominada Yellowknife Bay en el cráter de Gale, cerca del ecuador marciano. Este cráter de 150 kilómetros de ancho, lugar en el que aterrizó el Curiosity en 2012, fue la cuenca de un lago de hace 3,6 millones de años que pudo permanecer con agua durante cientos de miles de años, indican los investigadores.
Los resultados muestran que esta balsa de agua, probablemente dulce, estaba en calma y tenía elementos biológicos como carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y azufre, esenciales para que microbios simples, como los quimiolitoautótrofos -que obtienen energía de la oxidación de compuestos inorgánicos- pudieran vivir. En la Tierra, estos organismos habitan en cuevas, en fuentes hidrotermales y se alimentan descomponiendo rocas y minerales para obtener energía.
"Es importante señalar que no hemos encontrado indicios de vida en Marte, lo que hemos encontrado es que el cráter Gale mantuvo un lago en su superficie con condiciones que podrían haber sido favorables para la vida microbiana hace miles de millones de años", explica Sanjeev Gupta, miembro de la MSL, investigador del Imperial College de Londres y unos de los autores de estos estudios.
Un lago calmado
Gracias al sistema de perforación del Curiosity, coordinado de forma remota por el equipo de MSL desde Pasadena (EE UU), los científicos analizaron las muestras recogidas por el robot. En concreto, se estudiaron las lutitas, unas rocas formadas por compactación de sedimentos muy finos en condiciones de aguas tranquilas. "Es emocionante pensar que millones pudo haber existido vida microbiana en las tranquilas aguas del lago", comenta Gupta.
El investigador señala que estos hallazgos son "un gran paso adelante" en la exploración de Marte y que los estudios continuarán en esta línea. "La siguiente fase de la misión, en la que exploraremos los afloramientos más rocosos en la superficie del cráter, podría ser la clave para saber si hubo vida en el planeta rojo", añade Gupta.
En estudios anteriores, los científicos del MSL ya habían encontrado evidencias de agua en la superficie de Marte en otros sedimentos como rocas conglomeradas. Sin embargo, los nuevos datos obtenidos aportan las pruebas más claras hasta ahora de que Marte pudo haber sido lo suficientemente habitable para que la vida se pudiera afianzar.
Misión tripulada a Marte
Además, en uno de los seis estudios, en el que participa el español Javier Gómez-Elvira, director del Centro de Astrobiología asociado a la NASA, los investigadores también han realizado mediciones detalladas de la radiación cósmica y el ambiente de la superficie de Marte.
Según los científicos, los datos recogidos proporcionan nueva información sobre los peligros de la radiación en el planeta rojo que afectarían a una posible misión tripulada. Estos análisis permitirán averiguar los tiempos de supervivencia de cualquier posible forma de vida existente y la preservación de firmas biológicas orgánicas del antiguo ambiente marciano.
Si no es eficaz no es medicamento. Este es un clarísimo artículo en El País. Es curioso que a estas alturas haya quien crea que un medicamento homeopático sustituye a los antibióticos. Este es un comentario sacado al hilo de esta noticia: "No se trata de jugar ni de descartar nada. Pero cuando has atiborrado a tu hijo de antibioticos durante meses con resultados nulos y un médico que controla de homeopatía lo cura en 24 horas, sería estúpido negar las evidencias".
Dan miedo que padres que se suponen amantísimos de sus hijos digan semejantes tonterías. ¿Qué producto homeopático mata bacterias?. Por favor, díganme uno al menos. A los que estamos en contra de la homeopatía se nos acusa de cientificistas. A ese médico que "controla" de homeopatía por favor que nos diga qué producto ha empleado y en qué concentración. No nos vale que la referencia para legitimar la homeopatía sea el archiconocido principio del "amimefuncionismo". La homeopatía es un timo y no se le debe de dar la credibilidad que tienen los medicamentos. Podéis leer el manifiesto en:
Practicante de la "medicina" homeopática recibiendo la "energía" de 4000 años de tradición chamánica. Como podéis apreciar es mucho más chulo que cualquier medic@ de la seguridad social.
Por si alguien tiene dudas acerca de la eficacia de la homeopatía puede consultar este diagrama de flujo. Definitivo y demoledor:
Las Klebsiellas son bacterias Gram negativas ubicuas en el medio ambiente. Pueden colonizar la piel, faringe y el tracto gastrointestinal en humanos gracias a cápsula mucoide formada por un polisacárido llamado antígeno K que la protege de ser ingerida por los macrófagos humanos y además la ayuda a adherirse a las células humanas. Klebsiella aerogenes es una especie bacteriana común que vive en el suelo y en el agua estancada. Su volumen interno es aproximadamente de un micrómetro cúbico, o lo que es lo mismo, 1/1015 de un litro. Cuando esta bacteria se encuentra en una solución acuosa con un pH casi neutro de 7.7 en su interior sólo hay 200 iones hidrógeno. Esto significa que en muchas partes del interior de la célula no existen iones hidrógeno disponibles ya que están entrando o saliendo como parte de las muchas reacciones químicas que tienen lugar en la célula y en las que los iones hidrógeno son imprescindibles. Por eso, a pH 7.7 sólo hay 200 iones hidrógeno lo suficientemente libres para comportarse como lo harían en una solución ordinaria.
Klepsiella spp. Son bacterias Gram negativas con forma de bastón. Suelen ser patógenos oportunistas de los humanos.
Tenemos aquí un libro muy muy muy recomendable para quien quiera no solo introducirse en la microbiología sino también tener una visión certera de como y porqué surge la vida. Las bacterias han sido ignoradas durante mucho tiempo. Se debe entender la vida como un asunto preferentemente microbiano. De la simbiosis microbiana surgen los protozoos, las primeras células con núcleo. Desde un punto estrictamente biológico los humanos no somos otra cosa que protozoos. Si, las únicas células humanas con sentido biológico son protozoos con una única dotación cromosómica: las células sexuales. Las demás células somáticas son simplemente una carcasa, un soporte que mantiene a esos protozoos (óvulos o espermatozoides) vivos hasta la siguiente generación. Esta lógica está inscrita en el mundo microbiano. Un mundo que aparece hace 4000-3500 millones de años y moldea nuestro planeta en solitario hasta que aparece el primer consorcio bacteriano que da lugar a la primera célula con núcleo hace 1000 millones de años.
Su autor, John Postgate, es un ejemplo de que al final la experiencia sí importa. El capítulo dedicado a explicar lo que es el pH es producto de un conocimiento exhaustivo del concepto de acidez. Sólo aquel que se ha enfrentado a el desconocimiento de los alumnos es capaz de explicar algo tan abstruso con tanta belleza.
If the United States really has a critical shortage of scientists and engineers, why didn’t this year’s graduates get showered with lucrative job offers and signing bonuses?
That’s the question that comes to my mind after reading about Barack Obama’s plans to address the “shortage” we keep hearing about from blue-ribbon commissions of scientists and engineers. He wants to pay for the training of 100,000 more engineers and scientists over the next four years, as my colleagues Bill Broad and Cory Dean note in their excellent analysis of the presidential candidates’ plans to encourage technological innovation.
Now, I’m all in favor of American technological innovation, and I’m glad to see Mr. Obama promising to review the export restrictions that have been so damaging to the aerospace industry (and that were promoted by John McCain because of what he called national-security risks). I’m also all in favor of American scientists and engineers, especially the ones in my family. (My father is a chemical engineer; my brother is an electrical engineer.) I’d love to see American corporations and universities frantically competing to offer them the kind of salaries paid to M.B.A.’s and lawyers.
But employers don’t have to throw around that kind of money because there’s no shortage of workers — and they won’t be increasing their offers if the federal government artificially inflates the labor supply with an extra 100,000 graduates. As Daniel S. Greenberg wrote in the Scientist magazine in 2003: “Despite the alarms, no current or impending shortage exists, and never did. Instead, we’re glutted with scientists and engineers in many fields, as numerous job seekers with respectable credentials can attest.”
The only “shortage” is of American-born scientists and engineers. But with so many talented foreigners competing for positions here in schools and laboratories, it’s entirely rational for American students to head into fields where their skills are in more demand — and harder to replace with foreign labor. Mr. Greenberg sums up their options nicely:
Consider the economic fates of two bright college graduates, Jane and Jill, both 22. Jane excels at a top law school, and after graduation three years later, is wooed and hired by a top law firm at the going rate–$125,000 a year, with a year-end bonus of $25,000 to $50,000.
Jill heads down the long trail to a PhD in physics, and after six Spartan years on graduate stipends rising to $20,000 a year, finally gets her degree. Tenure-track jobs appropriate to her rigorous training are scarce, but, more fortunate than her other classmates, she lands a good postdoc appointment–at $35,000 year, without health insurance or professional independence. Three years later, when attorney Jane is raking in $150,000 a year, plus bonuses, Jill is nail-biting over another postdoc appointment, with an unusually ample postdoc recompense of $45,000 per annum. Medicine and business management similarly trump science in earning power.
So why do we keep hearing complaints about a shortage? One recent reason is that it’s been harder for foreign scientists and engineers to get visas since the Sept. 11 attacks. But the quickest and cheapest way to deal with that problem is to increase the number of visas (as Mr. Obama has promised to do).
But even if the visa restrictions are eased, the complaints about a shortage are sure to continue — they’ve been sounded for decades. Why? Well, consider who does some of the loudest complaining: administrators of university science and engineering department that stand to get more funds, and corporate executives hoping to have more future workers trained at taxpayer expense.
The blue-ribbon commissions have kept warning that America’s future is in jeopardy if we don’t train more native-born scientists and engineers, but I don’t see how Americans are worse off by letting some technologies be developed and manufactured by foreigners who can do it more efficiently. Politicians inveigh against the trade deficit in advanced-technology products, but what’s the harm in buying computer disk drives and semiconductor chips produced more cheaply in Asian factories?
And as long as American universities and laboratories keep attracting the world’s best talent, why should we worry about losing our technological edge?
¡Qué lejos estamos los países latinos de llegar a este punto!. La revista de educación microbiológica. No la conocía. Tengo que reconocer que me entra un poco de desazón ver donde están los países anglosajones y donde estamos nosotros. ¿Podremos algún día alcanzarlos?
La descubrí aplicando a un trabajo en el laboratorio de la Dra Stanley-Wall.
Marlow, V.L., MacLean, T., Brown, H., Kiley, T.B., Stanley-Wall, N.R. 2013 “Blast a Biofilm: A hands-on activity for school children and members of the public” Journal of Microbiology and Biology Education. Accepted Ella ha hecho una actividad y existe una revista en donde publicarla y permitir que otros se beneficien de la experiencia. Fantástico!