jueves, 2 de junio de 2016

Los estragos de la tuberculosis en las minas de oro del Ecuador

Entrada dedicada a Jaime Gía compañero docente y amigo.
Este libro trata de la explotación de las minas de oro de Portovelo, provincia del Oro, Ecuador, durante los años 20 y 30 del siglo XX. El libro narra la explotación feroz de los trabajadores de las minas auríferas. La tuberculosis causaba estragos en una era anterior a los antibióticos. Hoy en día no podemos ni imaginar el coste social de esta enfermedad bacteriana.

Extracto del libro "Oro y sangre en Portovelo" de Ricardo A. Paredes. Página 77: "Una tragedia familiar es la de la viuda señora Francisca Jaramillo de Pineda: Puede resumirse en el siguiente cuadro, así: Su primer esposo, minero, murio de tuberculosis; dos hermanos suyos murieron a consecuencia de explosión en una chimenea de la mina. Su segundo esposo, Manuel Pineda, tuberculoso, murió aplastado en una mina; su hijo, Manuel Porfirio Pineda, murió tuberculoso en la mina. Su cuñado Atanasio Peláez murió de un disparo en la mina; otro cuñado, hermano del esposo, Josefino Bravo, murió de tuberculosis. Su primo, Abeatar Bustamante, murió de tuberculosis; otro primo, hermano del anterior, Ramón Bustamante, murió tuberculoso. Todos éstos han sido trabajadores de las minas. A la viuda le queda solamente un hijo: Manuel Reinera Pineda. A esta viuda, señora muy valerosa, la Compañía (SADC "South American Development Company) le ha perseguido cruelmente.

El libro presenta muchos datos. Es curioso señalar que si bien el gasto de salarios no representaba un porcentaje significativo de los gastos de explotación en ningún momento los responsables de la mina se les pasó por la cabeza aumentar ese porcentaje para mejorar la condición de los obreros. La ausencia de una legislación que protegiese los derechos de los trabajadores permitió que perfiles psicológicos cercanos a la sociopatía impusiesen unas condiciones de trabajo draconianas que acabaron con la salud de los trabajadores. Cuando el trabajador enfermaba de tuberculosis se les daba un "descanso" sin paga que se hacía definitivo porque ese trabajador ya no pasaría nunca más las pruebas médicas de admisión en la compañía.

Cuando alguien se enferma con una bacteria como la de la tuberculosis el problema no es exclusivamente, es también un problema social. En el Decámeron del escritor Boccaccio se narra como la peste, originada por la bacteria Yersinia pestis, llega a Florencia en el año 1348 DC. El escritor nos cuenta cómo reaccionan los florentinos a esa epidemia: unos se aíslan en la ciudad esperando mejores tiempos; otros se dedican a vivir cada día como si fuese el último, otros escapan de la ciudad. En el caso de la tuberculosis, en 2004, alrededor de 14,6 millones de personas tenían la enfermedad activa con 9 millones de nuevos casos. Anualmente se estima que mueren 2 millones de personas de esta enfermedad. El tratamiento de esta enfermedad dura varios meses empleando más de dos antibióticos. Un tratamiento muy difícil de seguir para pobres y personas con estilos de vida desestructurados como adictos a drogas, sin techo y población carcelaria.
 Prevalencia estimada de tuberculosis por cada 100.000 habitantes en el año 2007 por países. Fuente
Lo que nos dicen estas cifras es que es una enfermedad que ataca a los pobres. Lo mismo que los obreros sin derechos del Portovelo ecuatoriano, sólo enferman y mueren aquellos que son víctimas de la explotación, de la injusticia y de la alienación. Esta enfermedad estará entre nosotros, felices florentinos aislados en nuestros palacios, aunque no lo queramos, estaremos a su vera cuando alguien estornude a nuestro lado en el metro. Cuando aparezca la enfermedad tendremos que tomar antibióticos durante 6 o 9 meses. Algún día loco utilizará este tipo de bacteria, y aún peores porque estarán modificadas para hacer daño y se repetirá la historia de la peste. Hay que recordar que la peste es llevada a Italia en el S XIV por mercaderes genoveses que huyen de una ciudad asediada en la península de Crimea por los mongoles. Los mongoles arrojaban cadáveres que se habían muerto de peste. De esa manera los habitantes de la ciudad empezaron a morir como moscas. Los mercaderes huyeron llevando el mal con ellos. Solo hay una forma de escapara este Jinete de la Apocalipsis: evitando los conflictos y la desigualdad social y ahondar en nuestro conocimiento.

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