Frederick Banting, premio Nobel de medicina por su participación en el descubrimiento de la insulina, fue el científico líder del programa de armas biológicas para los aliados. En 1943 en Grosse-Ile, una pequeña isla de Canadá, llegaron a producir suficiente ántrax como para aniquilar treinta veces la población mundial de la época. Según escribió Banting en su diario: "Tenemos que matar a 4 millones de jóvenes alemanes sin piedad. Preparemos una sobredosis letal para verles retorcerse".
El programa de guerra biológica desarrollado en Canadá fue cofinanciado por el empresario Samuel Bronfman, dueño de la destilería Seagram´s el cual, a pesar de ser civil y de no tener preparación científica, acudía a todas las reuniones relacionadas con este proyecto.
Las herederas del señor Samuel Bronfman han financiado con 130 millones de dólares la secta destructiva NXIVM. Es muy curioso observar el componente paranoico de esta secta que les llevó a recopilar inteligencia sobre enemigos.
Es muy curioso observar la paranoia en acción, observar cómo la paranoia se instala en ciertas familias.
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