lunes, 20 de marzo de 2023

Los bacteriófagos como indicadores de la calidad del agua

En todo el mundo, al menos 2 000 millones de personas utilizan una fuente de agua potable contaminada con heces, y se prevé que en 2025 la mitad de la población mundial vivirá en zonas con escasez de agua. La disponibilidad de agua potable para todos es una de las metas de las Naciones Unidas dentro de sus Objetivos de Desarrollo Sostenible para lograr un futuro mejor y más sostenible: Objetivo 6: garantizar el acceso al agua y al saneamiento para todos.

El número de bacterias en el agua, como las bacterias coliformes y Escherichia coli, no son indicadores adecuados para evaluar la calidad virológica del agua potable. En su lugar, es más apropiado utilizar colifagos (US-EPA 2015, OMS 2017). Estos son, además, más representativos del conjunto de virus humanos que cualquier patógeno vírico.

Los colifagos son bacteriófagos que infectan bacterias fecales. Cuando abandonan los intestinos humanos por los sistemas de alcantarillado, a no ser que se encuentren con bacterias coliformes, similares a las que son capaces de infectar, no se replican. Por este motivo, son indicadores excelentes de contaminación fecal en el agua. Sobre todo para niveles bajos de contaminación, sobre todo en las aguas tratadas con cloro. Los colifagos presentan una resistencia al cloro superior a la de los enterovirus humanos.

Se están incluyendo en normativas como la nueva directiva de la UE sobre agua potable, el reglamento de la UE sobre requisitos mínimos para la reutilización del agua y el agua regenerada para el riego agrícola o también en la valoración de procesos de higienización de lodos de depuradora de aguas en las normativas nacionales francesas (orden 20/04/2021 TREL2111671A).

El método EPA 1601, desarrollado por la Environmental Protection Agency de los EEUU, es un método cualitativo de presencia o ausencia de fago. Lo interesante de este método es que implica exponer los fagos a dos tipos de bacterias entéricas para amplificarlos, es decir, que infecten esas bacterias y aumenten su número. Tras un periodo de incubación del agua en presencia de las bacterias indicadoras, las muestras deben cultivarse en placas petri, por el método clásico de doble capa, y determinar las calvas de lisis. Este método se considera el más sensible para excluir la presencia de colifagos en una muestra de aguas. El método EPA 1602 utiliza un ensayo en una sola etapa y permite cuantificar la cantidad de colifagos presentes.

En España disponemos de la UNE-EN ISO 10705-1:2002 Detección y recuento de bacteriófagos. Parte 1: Recuento de bacteriófagos ARN F específicos. (ISO 10705-1:1995) y la UNE-EN ISO 10705-2:2002  Detección y recuento de bacteriófagos. Parte 2: Recuento de colífagos somáticos.

Para saber más:

 https://higieneambiental.com/aire-agua-y-legionella/los-bacteriofagos-ganan-interes-como-nuevos-indicadores-de-la-calidad-del-agua

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