Hasta para pasar el plato hará falta titulación
Crean la carrera de mendigo del metro
«Historia de la música: acordeón», «Errores sintáctico-gramaticales dolorosamente evidentes» o «Tocar los cojones-I», entre las asignaturas
Este señor tiene el logo de la UGT en la guitarra porque hemos reciclado la foto de una noticia antigua... ¡Pero no os fijéis en esos detalles! ¡No vale la pena! Con todo el porno que hay en Internet, ¿y estaréis aquí, metiendo el dedo en la llaga?
Lo anunciaba ayer el ministro Ángel Gabilondo: con la masificación de pedigüeños en el transporte público, y ante el peligro de que el instrusismo profesional pueda hacer caer la calidad de las canciones interpretadas por los mismos (que muy alta ya no era, para qué engañarnos) se han creado unos nuevos estudios llamados Ciencias de la mendicidad en transporte interurbano subterraneo. O, lo que es lo mismo, mendigo de metro.
Qué temas son los mejores para enternecer al público, cuántos días hay que estar sin ducharse para dar grimilla sin llegar al ascazo profundo o cómo tapar correctamente a tu bebé para que no se vea que es de plástico son cosas que ya pueden aprenderse en la universidad. Los profesores son prestigiosos indigentes que han ganado mucho dinero gracias a sus años ejerciendo la profesión, y que ahora quieren que las nuevas generaciones aprovechen su experiencia. “Cuando yo empecé, siempre saludaba a todo el mundo diciendo ‘Señoras y señores, perdonen las molestias’ y ni Dios me daba un duro” explica Jacinto, profesor de la asignatura Acentos absurdos. “Ahora, empiezo con un ‘Señor, señora, perdone de molestia’, y arraso. Si un día viene un académico de la RAE, posiblemente me pegue una paliza, pero la gente normal se enternece y me da monedas".
El decano del centro, Wilfredo Astrudio Argüelles, lidera la lista Forbes de pordioseros más ricos del mundo y actualmente tiene una empresa que distribuye mendigos a los metros de toda Europa. Argüelles, que amasó una fortuna gracias a interpretar 425 veces al día durante 35 años la canción Chiquitita con zampoña peruana, advierte a los aspirantes que la carrera no va a ser fácil, precisamente porque no es un oficio fácil. “¡Lady Gaga no tiene mérito!" lamenta. "La gente quiere escucharla y por eso paga por sus conciertos. Pero conseguir arrancarle cincuenta céntimos a una señora a las ocho y media de la mañana por una canción que no sólo es que no tenga putas ganas de oír, es que que si pudiera cogería el bafle y te lo metería por el recto, es una cosa que no tiene precio. Bueno, bien pensado sí que lo tiene, cincuenta céntimos”. En todo caso, Wilfredo Astrudio no pedirá directamente a los alumnos las tasas académicas del curso, sino que intentará conseguirlas a base de limosnas persiguiéndoles por toda la ciudad mientras les toca el Humahuaqueño. Gajes del oficio.
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