Es la
primera vez que reparo que la revista Cell
publica un estudio “descriptivo”. El resultado de este trabajo publicado por
Herbert “Skip” Virgin, un inmunólogo de la Washington University en
St. Louis, el 22 de enero en Cell,
nos dice que en individuos sanos hay menos diversidad de bacteriófagos que en
individuos enfermos. Hay que poner un ojo en este tipo de investigaciones. Si
resulta ser la norma va a ser muy difícil utilizar fagoterapia en tracto
intestinal.
Según este trabajo los fagos dañarían la
salud no por atacar a las personas sino por alterar los equilibrios bacterianos
dentro del cuerpo. Este descubrimiento explicaría porqué los transplantes
fecales de personas sanas a personas con alteraciones en los intestinos como la
enfermedad de bowel no funcionan: los virus persistentes podrían destruir las
nuevas bacterias antes de que ellas puedan hacer algo por el paciente con esta
enfermedad.
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