El abuso de drogas y el parasitismo tienen mucho que ver.
Fig. 1. Es asombroso el cambio que sufre la drogadicta desde 1983 a finales de 1985. Solo dos años de uso de crack tiene efectos devastadores.
Fig. 2. Las espirales, como esta escalera de triple hélice que se encuentra en el monasterio de San Martín Pinario de Santiago de Compostela, producen una fuerte sensación de que solo hay un sentido de marcha posible. Dicho en otras palabras: las espirales parecen que te atrapan.
Fig. 3. La hembra y el macho del pez rape abisal. Fuente
La secuencia de las figuras 1, 2 y 3 construyen por si solas una historia. Cuando una persona se vuelve adicta a drogas altamente adictivas como el crack, basuco en América Latina, deja de mantener relaciones sanas con las otras personas. Por relaciones sanas me refiero al respeto mutuo y a la confianza. Los drogadictos abusan de la confianza de familiares y amigos. Traicionan a sabiendas su confianza.
Fig. 4.
Las relaciones de amistad se basan en respetar las dos direcciones entre los participantes. A respecta y tiene confianza en B y viceversa. Es lo que define a las relaciones simbióticas, mutualistas. El drogadicto salta de este tipo de relaciones simbióticas, mutualistas a las relaciones parasíticas. Esta dependencia, tando de las drogas como de los familiares y amigos a los que extorsionar van degradando físicamente al afectado. Los parásitos son una caricatura de sus pares no parasíticos. En la figura 3, observamos como el macho del pez rape pasa a depender de la hembra una vez que copula con ella. A partir de ese momento, la hembra se vuelve el hospedador y toma la responsabilidad de alimentarse. El macho se convierte en un apéndice cuya única función es la de proveer espermatozoides.
Es muy habitual que aquellas especies que se han especializado en una interacción parasítica con su hospedador, tengan una reducción de genes. Las especies parásitas siempre tienen menos genes que las especies de vida libre. ¿Qué función tienen genes que no se necesitan? ninguna. Si se pierden genes no les afecta en nada.
El parásito busca debilidades en el hospedador para obtener recursos
Esta concepto es confuso porque un depredador busca a los individuos más débiles de una manada a la que va a depredar. No es una característica propia de un parásito. Lo que si hace un parásito es que el espacio del hospedador se convierte en su espacio. Al vivir dentro de otro cuerpo, el parásito, además de tener que cumplir con sus propias exigencias biológicas tiene también que cumplir con las exigencias biológicas del hospedador. En ese sentido, la totalidad de los parásitos busca preservar la vida de su hospedador, al menos hasta que tiene la oportunidad de pasar a otro hospedador. Por este motivo, el parásito observa a su hospedador. El drogadicto, como parásito, aunque ya no mantiene una relación de amistad o de familia, procura mantener en el hospedador la ilusión de que todavía lo es. De esta manera, para él es más fácil obtener recursos. La prostitución es una actividad parasítica, en la que la prostituta vive a expensas de las urgencias sexuales de los clientes. Las mujeres con cirugía estética exagerada, proporcionan a sus hospederos, o "sugar daddies", rango en las estructuras sociales masculinas.
Por tanto, apelar a la amistad, a los lazos familiares, a la necesidad de estatus en ambientes masculinos o la satisfacción de urgencias sexuales, convierte a los drogadictos, de ambos sexos, en extorsionadores o proveedores de servicios sexuales. Cuando el drogadicto es un ladrón, la interección es entonces competitiva.
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