El estreptococo betahemolítico de grupo B (EGB) es un tipo de bacteria que suele habitar en el tubo digestivo, el tracto urinario y la zona genital, la vagina y el recto. Si la embarazada transmite la bacteria al pequeño en el parto, el estreptococo puede provocar al recién nacido enfermedades como neumonía, meningitis y otras. Es entendible la gravedad de que el bebé se contagie sin haber sido debidamente protegido previamente.
El examen, breve e indoloro, se realiza en el hospital a partir de la semana 35 de gestación. Consiste en la introducción de un algodón compacto en la vagina y en el recto (frotis), para recoger las muestras correspondientes, que posteriormente serán analizadas. Si el resultado es negativo, como sucede en la mayoría de ocasiones, no hay que tomar más medidas a este respecto.
Sin embargo, si el resultado del test es positivo, el ginecólogo que sigue el embarazo avisará a la futura mamá y la convocará para prescribirle un tratamiento específico para eliminar la bacteria antes del parto. De esta manera, se evita que la bacteria pueda estar presente en el momento del nacimiento del bebé.
El tratamiento consiste en la administración de antibióticos durante unos 10 días. Los antibióticos que se suelen prescribir en este caso suelen ser la amoxicilina y la penicilina, pero siempre corresponde al médico determinar y prescribir el tratamiento más adecuado para cada caso.
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