La tuberculosis se apunta a los cócteles de fármacos. La infección,
que afecta al año a unos 9 millones de personas de las que mueren 1,5
millones, según los últimos datos de la OMS, se ha convertido en una epidemia que ha vuelto a países que la tenían casi erradicada.
Un nuevo tratamiento que promueve la ONG TB Alliance ha demostrado que es más eficaz de los actuales acaba de superar su fase II, la que mide resultados. La siguiente, la III, es el ensayo a una escala mayor para asegurarse de que no hay efectos adversos y de que es aplicable. En el trabajo han participado 63 personas, que han recibido distintas combinaciones de medicamentos. Los 13 con bedaquilina, PA-824 (un product nuevo) y moxifloxacino con distintas proporciones de pyrazinamida.
Esta aproximación tiene dos ventajas, según sus autores que han publicado los resultados en The Lancet. La primera, que es al menos tan eficaz como los actuales, pero no interfiere con otras medicaciones, como los antivirales para el VIH. Esto es muy importante porque la coinfección tuberculosis-VIH ha sido una de las causas del aumento de esta enfermedad. De hecho, aproximadamente el 20% de las muertes por tuberculosis se da en personas con sida.
La otra ventaja es que, según los datos que se tienen hasta la fecha, el régimen es igual de eficaz para todos los tipos de tuberculosis, incluidas las resistentes a las medicaciones que se usan actualmente. Esto facilitaría enormemente la terapia, ya que se podría empezar desde el principio, sin preocuparse de qué tipo de bacteria la causa. Además, la rápida reducción en la cantidad de bacilo facilitará la vida a los afectados. Falta por ver si el tratamiento hay que mantenerlo durante seis meses como los actuales, o si esto quiere decir que se podrá reducir el periodo de tratamiento.
Un nuevo tratamiento que promueve la ONG TB Alliance ha demostrado que es más eficaz de los actuales acaba de superar su fase II, la que mide resultados. La siguiente, la III, es el ensayo a una escala mayor para asegurarse de que no hay efectos adversos y de que es aplicable. En el trabajo han participado 63 personas, que han recibido distintas combinaciones de medicamentos. Los 13 con bedaquilina, PA-824 (un product nuevo) y moxifloxacino con distintas proporciones de pyrazinamida.
Esta aproximación tiene dos ventajas, según sus autores que han publicado los resultados en The Lancet. La primera, que es al menos tan eficaz como los actuales, pero no interfiere con otras medicaciones, como los antivirales para el VIH. Esto es muy importante porque la coinfección tuberculosis-VIH ha sido una de las causas del aumento de esta enfermedad. De hecho, aproximadamente el 20% de las muertes por tuberculosis se da en personas con sida.
La otra ventaja es que, según los datos que se tienen hasta la fecha, el régimen es igual de eficaz para todos los tipos de tuberculosis, incluidas las resistentes a las medicaciones que se usan actualmente. Esto facilitaría enormemente la terapia, ya que se podría empezar desde el principio, sin preocuparse de qué tipo de bacteria la causa. Además, la rápida reducción en la cantidad de bacilo facilitará la vida a los afectados. Falta por ver si el tratamiento hay que mantenerlo durante seis meses como los actuales, o si esto quiere decir que se podrá reducir el periodo de tratamiento.
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