En esta fotografía de microscopía electrónica se ve como Bdellovibrio contacta con una Pseudomonas antes de penetrar en su interior mediante un movimiento rotatorio como de sacacorchos. Abajo vemos como cuando esta bacteria entra en su víctima va arrinconando poco a poco el citoplasma de la célula depredada porque poco a poco va agotando sus recursos nutritivos formando lo que se llama Bdelloplasma. La célula de Bdellovibrio aumenta unas ocho veces su tamaño en el espacio periplásmico (es el espacio que en las bacterias Gram negativas está delimitado por la pared celular y la membrana plasmática). Alcanzado este tamaño se divide en varias células hijas, desarrollan otra vez el flagelo y rompen la pared celular de la exhausta víctima para nadar en busca de nuevas presas.
Pero Bdellovibrio no es la única bacteria depredadora de otras bacterias. También están los géneros Vampirococcus y Daptobacter de los que hablaremos algún día
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