lunes, 10 de marzo de 2014

El microbioma como aislante reproductivo

Recientemente se ha publicado en Nature un trabajo que muestra un nuevo mecanismo de especiación a través de la relación entre un animal y su microbiota. Este trabajo está recogido en un artículo del Investigación y Ciencia de marzo de 2014 con el título "Nuevo mecanismo de creación de especies".


Esta fotografía de microscopía electrónica de barrido nos muestra a una avista Nasonia vitripennis mientras pone sus huevos en la ninga de una mosca Sarcophaga bullata. Los huevos (en azul) eclosionan 24 h después de haber sido puestos. Las larvas (púrpura) permanecen bajo la envuelta externa de la ninfa durante unos nueve días y utilizan a la mosca como fuente de alimento. Se ha demostrado que las bacterias adquiridas durante la alimentación y que viven simbióticamente con la avispa, pueden matar a las larvas de avispa híbridas. Foto fuente Nature


To make a long story short: Dos tipos de avispas Nasonia vitripennis y Nasonia giraulti, ambas parasitan moscas. Se estudian los descendientes masculinos formados por cruzamientos entre estas dos especies, la mayoría de los cuales muere durante el desarrollo larvario. Al manipular la exposición de las larvas a las bacterias, los investigadores establecieron que la presencia de microorganismos se asociaba a la enfermedad y muerte de los hibridos. Cuando se criaban las larvas en laboratorio en un medio carente de bacterias las larvas tenían una eficiencia biológica casi normal, pero cuando se introducían bacterias la mortalidad de los híbridos volvía a aumentar. Esta mortalidad es independiente de la especie de bacteria. Parece que los híbridos de Nasonia regulan mal la interacción biótica con su microbioma y ahí resida su problema de viabilidad. Es por esto que el microbioma se constituye en una barrera  del flujo genético entre especies.

El microbioma de las larvas híbridas estaba dominada por la bacteria Proteus mirabilis, a diferencia de las especies parentales que albergaban sobre todo especies de Providencia. La mortalidad de los híbridos fue independiente de si se añadían estas bacterias o incluso Escherichia coli. Los híbridos soportaban mal el contacto con el microbioma.

Referencia:

Evolutionary biology: A gut feeling for isolation. Gregory D. D. Hurst & Chris D. Jiggins. Nº 500, pag: 412-413, 2013)

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