El País ha publicado una entrevista al científico Peter Lawrence que es oro puro |
"Al mismo tiempo, los administradores, los gestores políticos, los funcionarios adventicios como los de recursos humanos, relaciones públicas y especialistas bibliométricos, han ganado seguridad, confianza, tiempo y salarios, y han ganado poder sobre los científicos, y desde que esto lleva en marcha no ha habido transparencia, de modo que no sabemos cuánto está gastando la universidad en administradores ni cuánto ha crecido ese cuerpo, pero es obvio que tanto en el Reino Unido como en España, el número de administradores ha crecido mucho a expensas de los profesores y los investigadores, tanto en número como en salarios. Incluso los fondos gubernamentales han reflejado esto en ambos países".
"Nos hemos vuelto la gallina de los huevos de oro. En las universidades británicas, se espera de los científicos que traigan dinero a la institución para pagar al personal administrativo".
"En ambos países (Reino Unido y España), solicitar dinero se ha convertido en la principal ocupación de los investigadores. Los proyectos financiados son cada vez menos, más cortos y más exiguos, de modo que necesitamos solicitar cada vez más. En una estancia posdoctoral típica de tres años, los científicos jóvenes tienen que pasar la mitad de su tiempo intentando negociar su futuro, entonces ¿cuándo investigan?"
"Los investigadores han invertido la forma de hacer ciencia: ahora tienen que confeccionar sus publicaciones, hacer a medida su trabajo para que los artículos encajen en los parámetros bibliométricos adecuados. Esto tiene un efecto dañino sobre los temas elegidos, porque si haces un trabajo original nadie querrá publicarlo; y también daña los artículos en sí mismos, transformándolos de informes científicos en meros anuncios publicitarios. Los científicos tienen que dar bombo a su trabajo, fingir que han hecho cosas que no han hecho, y la ciencia se ha pervertido en sus mismos fundamentos".
"Irónicamente, se está desviando hacia los que administran las subvenciones, de modo que hay un montón de gente nueva cuyo principal propósito es rechazar las solicitudes. Cada vez más gente se dedica a representar a la universidad ante el mundo exterior o ante las agencias gubernamentales, y –lo que es aún más extraño— hay gente que se dedica a manipular los informes bibliométricos para persuadir al Gobierno de que les dé más dinero"
Por lo que veo, esa tendencia denunciada en la entrevista es creciente. Se confunde al científico con un gestor de fondos para publicar cosas. Desde luego, hay mucha investigación en mucho de lo que se publica, pero también una deriva preocupante hacia ese papel de producción incesante, de creación de impacto, a expensas del sosiego que requiere la ciencia.
ResponderEliminarNo se trata de ser nostálgicos, sino de contrastar históricamente la situación a la que hemos llegado y tratar de impulsar políticas científicas más sensatas que esta carrera loca (“productiva”) por publicar y patentar.
Y en algunos aspectos hemos empeorado. Desde mi punto de vista, lo hemos hecho al concebir las universidades como lugares de preparación para empleos (y uno de ellos es incluso el trabajar como investigador para publicar o patentar). También hemos empeorado con la obsesión métrica generalizada por la que uno no sabe más o menos, sino que tiene más o menos créditos, cuya obtención se garantiza por la docencia presencial a la boloñesa en detrimento del estudio personal.
Las propias tesis se consideran buenas si van asociadas a publicaciones, de tal modo que ya en muchos casos la lectura de una tesis pasa a ser un resumen de las publicaciones habidas en un lapso de tercer ciclo, con lo que ¿para qué una tesis en realidad? El tema de la tesis de Max Perutz fue la determinación de la estructura tridimensional de la hemoglobina. Ha habido más ejemplos de tesis auténticas en el sentido que esa palabra tiene, pero hoy sería impensable una tesis así… y así nos va, con una inmensidad de datos y datos, pero con poca calma e imaginación teórica para saber qué hacer con ellos (hablo en términos muy generales, claro).
Y, a la vez, hay un fenómeno inquietante, al margen de perversiones como el fraude científico. Se trata de los “referees”, tan importantes como limitados, pues la expansión en el número de publicaciones exigiría un crecimiento imposible en el número de referees que diferenciaran el trigo de la paja, lo que pone al propio sistema de filtro de publicaciones en cierto riesgo. ¿Saben realmente la mayoría de referees sobre lo que juzgan? Si es así, probablemente la originalidad de lo que examinan es escasa y, si no es así, la originalidad misma está en peligro.
Dudo que, de regir entonces las “rigurosas” condiciones actuales de publicación, Einstein pudiera publicar a sus 26 años lo que publicó, del mismo modo que es discutible que, aun en caso de hacerlo, llegase a tener la relevancia que tuvo.
Algo parece que está yendo muy mal en la política científica.
La situación actual es comprensible y está ocurriendo prácticamente en todos los sectores. No hay crecimiento. Sobra gente y la prioridad es ocupar las pocas plazas "fijas" existentes. Hay personas muy hábiles en darse cuenta de este tipo de escenario. En un contexto de no crecimiento no hay mucha diferencia entre contratar a una persona muy capaz y hábil o contratar a un mediocre. Da lo mismo producir un artículo realmente interesante si lo que cuenta es el número de artículos.El mediocre puede producir artículos como churros repitiendo las mismas técnicas y la misma lógica del laboratorio una y otra vez. Además el mediocre tiene una gran ventaja: es consciente de su condición y para compensar ofrece lealtad. Y la lealtad se premia en sistemas de poco crecimiento.
ResponderEliminarHace poco una investigadora portuguesa alertaba de la debilidad del sistema de "referees". En los grandes grupos de investigación las revisiones no las hace el investigador principal, de eso se encargan los estudiantes. Tu mentor te da un artículo para revisar como si fuese un honor. Lo cierto y verdad es que tendría que ser él el que lo hiciese, pero carecen de tiempo y de capacidad para decir no cuando se les pide que sean revisores.
La función pública se ha convertido en una gran agencia de colocación y las oposiciones están tan amañadas que ya hay partidos políticos que son capaces de acertar quien va a a ganar una oposición http://www.eldiario.es/eldiarioex/cristal-UPyD-adivina-oposicion-acierta_0_400011063.html
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