suerte en el concurso mundial de Biología sintética IGEM (Internactional
Genetically Engineered Machine) organizado por MIT ,en Boston ,
obteniendo una medalla de bronce , y el 2013 se llevaron la medalla de
oro, es aquí donde a los ganadores les nace la pregunta ¿Por que depender
de una iniciativa extranjera cuando tenemos el talento humano para
organizar una propia ?
Así nace TECNOx la primera competencia de Biología Sintética organizada
por la Argentina, y que cuenta con la participación de universidades
locales, México, Colombia y Brasil. Los mentalizadores de esta competencia
fueron los Doctores en Química e investigadores de CONICET Alejandro Nadra
e Ignacio Sanchez, que lideraron el equipo de la Universidad de Buenos
Aires en la competencia.
Si bien el fuerte del evento es la biologia sintetica, el objetivo
central del evento es promover el trabajo comunitario e interdiciplinario,
en torno a modelos de desarrollo científico que sean cooperativos y de
libre acceso; con el propósito de emplear de manera más rápida y sencilla
en distintas regiones o comunidades de Latinoamérica, para aumentar la
preparación del capital humano y principalmente, mejorar la calidad de
vida de las personas en la región.
Pagina web del evento y el poster: http://tecnox.exp.dc.uba.ar/
Me parece un excelente proyecto.
ResponderEliminarHay algo marginal pero que me parece oportuno y aprovecho ahora para decirlo. Creo que debemos ir abandonando el inglés para escribir resultados científicos (no para leerlos, ya que no hay por ahora otra opción). La buena ciencia se acaba difundiendo, aunque lleve tiempo y trabajo hacerlo. Creo que un proyecto realizado por investigadores de países de habla no inglesa debiera plasmarse al final en publicaciones escritas en el propio idioma, aunque se incluya un abstract. Es cierto que el inglés lleva siendo desde el fin de la segunda guerra mundial la "lingua franca" en ciencia, pero no sería malo que fuera conviviendo con la nuestra.
Hay un círculo vicioso (y lógico) por parte de nuestros científicos: escribir lo mejor que tienen en revistas de alto impacto (en inglés en general) pero ese impacto cambiaría si revistas hispanas acogieran trabajos muy relevantes. Podría transformarse así el círculo de vicioso en virtuoso. No creo que sea utópico.
Si. Dices "Creo que debemos ir abandonando el inglés para escribir resultados científicos" pero no dices porqué. Creo que tienes razón e intuyo por donde vas. La principal razón para publicar en inglés hoy en día son los baremos que "implementan" (odiosa palabra) los gestores científicos: Un proyecto tipo B tiene que generar al menos una publicación de 1.2 en el índice jcr... cada 18 meses. Las distintas culturas y sus lenguas se quedan así desprovistas de su dimensión culta y científica. Los otros idiomas se quedan para "andar por casa". ¿Cuál es la relación con el conocimiento, o más específicamente con el conocimiento científico de esas lenguas desposeídas? Está el inglés, luego vienen otras lenguas que han sido imperio como el español y luego están lenguas como el Kichwa, hablado por más de 20 millones de personas pero que no tiene siquiera una grafía adaptada a su fonética. Tener una lingua franca es útil para mantener el libre acceso y la universalidad del conocimiento científico, pero el precio que hay que pagar es la de alejar otras culturas de ese conocimiento. Una solución por la que se está ya abogando es la del bilingüismo. Intuimos que no es suficiente. Hace falta algo más, llegar a considerar tan bien sonante "Vadodelbuey" que "Oxford"
ResponderEliminarLa utilidad de una lingua franca es incuestionable. Pero el problema reside en que sea exclusiva. Ya sé que es utópico lo que planteo. De estar en una carrera investigadora, soñaría con publicar en Nature y no con hacerlo en una revista española. Pero creo que quienes tengan cierta "instalación" en el reconocimiento científico, deberían publicar en revistas de su propio país, algo que obviamente implicaría cambios en la política científica. En cuanto a la restricción que supone lo que indicas, creo que compartimos la tristeza que ello conlleva: la de hacer del científico un productor de "papers". Nadie duda de la bondad de la publicación, pero este exceso por hacerlo está conduciendo a dos efectos muy negativos: exceso de ruido y ausencia de aventura.
ResponderEliminarUn abrazo,
Javier