El Plan de Acción Europeo de Una Salud contra la resistencia de los antimicrobianos (RAM), adoptado en 2017 por la Comisión Europea, reconoce la grave carga social y económica de la resistencia a los antimicrobianos; así como diversos organismos internacionales y foros intergubernamentales, que trabajan de manera coordinada para afrontar este fenómeno. Uno de los más relevantes lo forman el cuatripartito formado por:
Organización Mundial de la Salud (OMS/WHO)Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO)
Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA)
Programa Medioambiental de las Naciones Unidas (UNEP)
A nivel español, todas las acciones dirigidas a la lucha contra las resistencias se canalizan a través del Plan Nacional frente a la Resistencia de los Antimicrobianos, conocido como PRAN.
El Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antimicrobianos
Los orígenes del PRAN se remontan a hace algo más de 10 años, cuando en 2012 la presión internacional para abordar el problema de las resistencias aumento brutalmente. Por un lado, debido a la Comunicación de la Comisión Europea del 17 de noviembre de 2011, en que solicitó a los estados miembros un plan de acción sobre las resistencias antimicrobianas, y por otro lado, debido a las Conclusiones del Consejo de la UE del 29 de mayo de 2012, en las que se instó a un abordaje conjunto del problema.
A pesar de estas directrices por parte de la Unión Europea y el hecho de que España estaba en su máximo índice de consumo de antibióticos, la lucha contra la resistencia todavía no era una prioridad de la agenda política española.
Ante esta situación y consciente de que la creciente aparición y propagación de las infecciones causadas por bacterias resistentes a antibióticos constituyen una de las amenazas más graves para la salud pública, la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) decide dar respuesta a este problema y comienza a dar forma a lo que en 2014 culmina con la aprobación de un Plan Nacional.
El PRAN es aprobado por el Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de la Salud (CISNS) y por la Conferencia Intersectorial de Agricultura por un período de vigencia de cinco años (2014-2018)
El objetivo del PRAN es reducir el riesgo de selección y diseminación de resistencia a los antibióticos y, consecuentemente, reducir su impacto sobre la salud de las personas y los animales, preservando de manera sostenible la eficacia de los antibióticos existentes.
Mientras el objetivo central del primer PRAN (2014-2018) fue involucrar al mayor número de agentes posible en la lucha contra la resistencia a los antibióticos, el segundo (2019-2021) estableció objetivos cuantitativos y acciones más específicas. Se unió al equipo de Salud Humana y Sanidad Animal, el tercer vértice del enfoque ONE HEALTH: el medioambiente.
Tras estos dos planes de acción, las acciones están consolidadas, aunque siempre sujetas a cambios y ampliaciones. En el tercer PRAN (2022-2024) se pretende expandir la vigilancia de nuevos antimicrobianos, incluyendo antifúngicos y antituberculosos en salud humana y antivirales y antiprotozoarios en sanidad animal; así como el control de otros microorganismos como hongos resistentes u otros microorganismos de relevancia clínica.
También se continuará profundizando en el conocimiento del papel de medioambiente en la producción y la transferencia de resistencias y ampliando esfuerzos para concienciar a todos los sectores.
El PRAN actúa bajo el paraguas de One Health y con su lema una sola voz, para llegar a todos los sectores implicados y conseguir frenar el crecimiento de la resistencia a los antibióticos y su impacto en la salud de toda la población.
Para ello, cuenta con la colaboración de diversos actores, cada uno en el marco de sus competencias, con son 10 Ministerios, todas las Comunidades Autónomas, 70 sociedades científicas, organizaciones colegiales, asociaciones profesionales, universidades y más de 300 colaboradores expertos. Los esfuerzos aislados no son suficientes para atajar un problema que no conoce fronteras, por lo que a través de la perspectiva One Health, la colaboración multidisciplinar es una piedra angular.
Actualmente el PRAN está estructurado en seis líneas estratégicas
1. Vigilancia del consumo y de la resistencia a los antibióticos
2. Control de las resistencias bacterianas
3. Prevención: identificar e impulsar medidas alternativas y/o complementarias de prevención y tratamiento
4. Investigación: para avanzar en el conocimiento de las resistencias
5. Formación e información dirigida a los profesionales sanitarios
6. Comunicación y sensibilización de la población en su conjunto y de subgrupos de población.
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