Una bacteria resistente común en la Tierra se adaptó sorprendentemente a una atmósfera con baja presión, frío y rica en dióxido de carbono similar a la de Marte, un hallazgo que tiene implicancias en la búsqueda de vida extraterrestre.
La bacteria, conocida como Serratia liquifaciens, se halla en la piel humana, el cabello y los pulmones, así como en los peces, sistemas acuáticos, hojas de plantas y raíces.
La Serratia liquifaciens posiblemente evolucionó a nivel del mar, por lo que fue sorprendente hallar que podía crecer en una cámara experimental que redujo la presión a 7 milibares como en Marte, dijo a Reuters el microbiólogo Andrew Schuerger, de la Universidad de Florida.
La presión atmosférica a nivel del mar en la Tierra es de aproximadamente 1.000 milibares.
"Fue realmente una gran sorpresa", aseguró Schuerger.
Además de preocupaciones sobre que microbios invasores puedan inadvertidamente contaminar Marte, el estudio abre la puerta a una amplia variedad de formas de vida con potencial para evolucionar de forma nativa.
Para sobrevivir, sin embargo, los microbios necesitarían ser protegidos de la severa radiación ultravioleta que continuamente llega a la superficie marciana, así como tener acceso a agua, carbono orgánico y nitrógeno.
El Curiosity de la NASA hace cinco meses llegó a Marte para una misión de dos años en busca de condiciones químicas y ambientales que podrían haber posibilitado y conservado la vida microbiológica.
Los científicos esperan saber si el planeta más parecido a la Tierra en el sistema solar tiene o alguna vez tuvo los ingredientes para la vida al analizar químicamente rocas y tierra en capas de sedimento en el sitio donde aterrizó el Curiosity.
Hasta ahora, los esfuerzos por hallar microbios terrestres que puedan vivir en las severas condiciones de Marte se han enfocado en los llamados extremofilos que se hallan solamente en ambientes fríos, secos o ácidos en la Tierra.
Un experimento de unos 10.000 microbios extraídos de entre 12 y 21 metros bajo la capa permafrost en Siberia halló seis especies -todas miembro del género Carnobacterium- que podrían sobrevivir y crecer en la cámara que experimental, localizada en el Laboratorio de Ciencias de la Vida Espacial adyacente al Centro Espacial Kennedy de la NASA en Florida.
El próximo paso es ver cómo reaccionan los microbios en condiciones más hostiles, como niveles de sal más altos, más radiación y menos agua.
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