Depende de dos factores: de la capacidad que tenga para invadir y de las toxinas que tenga. Por ejemplo hay dos bacterias que pueden explicar esto. Clostridium tetani, es la bacteria que produce el tétanos. Infectan heridas, sobre todo de aquellos que están en contacto con animales. La bacteria prácticamente no penetra en el cuerpo humano, porque su capacidad de invadirnos es muy, pero que muy limitada. Sin embargo tiene una toxina, la toxina del tétanos, muy potente que la bacteria secreta y entra en el torrente sanguíneo. En concentraciones muy bajas puede provocar parálisis y la muerte.
Otra bacteria, Streptococcus pneumoniae, la bacteria en la que yo hice mi tesis, vive en nuestras gargantas. Si bajan nuestras defensas, por ejemplo con un resfriado, la bacteria puede bajar a nuestros pulmones y crecer tanto que ponga en peligro el funcionamiento de nuestros pulmones y provocarnos la muerte. Su capacidad para invadirnos es increible, sin embargo, S. pneumoniae prácticamente no tiene toxinas.
La mayoría de las bacterias que causan enfermedades están entre el Clostridium y el Streptococcus respecto a su capacidad para producir toxinas y para invadirnos. ¿Qué pasa con la cepa alemana de E. coli?. Bien, E. coli es una bacteria que vive normalmente en nuestro intestino. No es la bacteria mayoritaria de nuestros intestinos pero está ahí, también en los intestinos de vacas y animales de sangre caliente. Hay algunas variedades de E. coli (en microbiología se les llama cepas) que son capaces de adherirse a las paredes del intestino y provocar diarreas. Hay otras variedades que además de adherirse pueden secretar toxinas. La cepa O104 descubierta en el brote de Alemania pertenece a este tipo de bacterias: son capaces de penetrar y también de producir toxinas.
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