No suelo reproducir noticias de otros medios, pero hoy lo tengo que hacer porque La Voz de Galicia publica una noticia sobre mi pueblo y su ADN emprendedor. Además recogen los testimonios de mi primo Raul Frances y se habla de Zeltia, una empresa en donde trabajó mi padre 40 años, mi madre y muchos de mis tíos.
O Porriño exporta a todo el mundo. La búsqueda de
mercados fuera de Europa ha salvado a algunos sectores como el de la
piedra. Jugar en un mercado global no ha borrado la cercanía que se
respira en sus polígonos. Ahí todos son conocidos.
Los raíles por los que discurre el tren que une Vigo
y Oporto son una frontera, la que separa los polígonos de A Granxa y As
Gándaras, pero también una metáfora de cómo O Porriño ha sabido mirar
al exterior para sortear la tormenta económica que ha golpeado a la
industria en Galicia. Cerca de esa misma vía, en medio de un mar de
naves de empresas del automóvil, biotecnología, granito, limpieza,
logística y donde también han desembarcado los chinos, hay una casona,
explica el concejal de Emprego y ex alcalde Raúl Francés. Nesa casa
vivían os caseiros que lles cuidaban de toda a parcela». Raúl habla de
los Fernández como alguien de casa. Porque en O Porriño todo el mundo
sabe quién es cada uno de los miembros de esa familia de Barreiros, en
el concello lucense de Sarria, que después de la Guerra Civil alquiló
Mataderos Rurales Cooperativos de O Porriño y comenzó a investigar las
aplicaciones farmacéuticas de los deshechos cárnicos. Luego sembraron
una gran explanada con plantas medicinales para los medicamentos, justo
donde ahora se levanta A Granxa. Ese fue el germen de Zeltia. «Meu pai
traballou onde ahora está Biofabri e recordo a sala onde tiñan colgados
os fígados para investigar menziñas para a hepatite», dice Raúl.
Biofabri es ahora una filial de CZ Veterinaria, una compañía
biotecnológica líder en la fabricación de vacunas de uso veterinario
nacida en 1993 a partir del know how que tenía el personal de Cooper
Zeltia veterinaria, adquirida entonces por Pitman Moore.
El equipo de investigación de Biofabri está centrado
en buscar una vacuna contra la tuberculosis para aplicar a personas.
Ahora están ya empezando la fase II. Los más optimistas dicen que podría
estar lista en el 2018. El director general de CZ, Andrés Fernández,
prefiere la prudencia y habla del 2020. Pertenece ya a la tercera
generación de la familia en O Porriño. Dice que está tan involucrado en
el proyecto que están desarrollando que no le pesa la historia y el
espíritu emprendedor que implica su apellido. «Pode pesar cando eres
máis cativo e tés soños, pero agora toca traballar», dice. Igual que él
Néstor Morás también pertenece a una tercera generación ligada a la
biotecnología en O Porriño. Su abuelo era ya trabajador en el grupo
Zeltia y ahora él es el responsable de producción de cultivos
anaerobios. Néstor y Andrés se conocen desde pequeños. Porque aunque
exporten entre un 65 y un 70 % de su producción a mercados como
Australia o Canadá, todo lo que hacen es Made in O Porriño.
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Innovar está en los genes
No pudieron continuar dando clase en las facultades,
pero su conocimiento y su experiencia contribuyeron al desarrollo del
sector farmacéutico en O Porriño. Son los profesores apartados por el
régimen franquista a los que reclutó la familia Fernández para formar
parte del equipo de investigación que floreció al amparo del matadero.
«A aposta naqueles primeiros anos de postguerra foi complicada porque
cando a maioría das empresas loitaban por sobrevivir, aquí adicáronse a
investigar», dice Andrés Fernández. Aquel espíritu innovador fue
contagiándose al resto de compañías que fueron instalándose primero en
As Gándaras, luego en A Granxa, un polígono promovido en su día por la
Zona Franca de Vigo. Hoy O Porriño tiene tres centros tecnológicos: el
del granito, el de la Automoción de Galicia y el Centro de Aplicaciones
Laser de Aimen, dedicado al metal. Justo donde los Fernández cultivaban
las plantas con las que experimentaban aquellos catedráticos, en el
polígono de A Granxa, está ahora el Centro Tecnológico de la Automoción
de Galicia. No es casual que esté en el mismo concello donde están
algunas de las compañías auxiliares de PSA Citröen. Ni tampoco donde han
levantado el Centro de Aplicaciones Laser, que forma trabajadores
especializados en cortar metal con ese instrumento.
Es mediodía. poco más tarde de las dos. La mayoría de
ingenieros que trabajan en el búnker del Centro Tecnolóxico de
Automoción han salido a comer, pero un coche con el lema Mobil_Lab
impreso en el lateral no deja de dar vueltas en torno al edificio. Es
un proyecto enfocado a desarrollar un coche que no precise conductor.
Aunque este lo lleva. Avanza y se detiene un momento en el circuito de
pruebas de detrás de las naves. Desde ahí, donde experimentan la última
tecnología aplicada al motor, se ven a lo lejos las canteras de Budiño y
Atios, custodiadas por el monte Faro.
Los graniteros todavía recuerdan cuando en O Porriño
solo se extraía una piedra a la que luego sacaban rendimiento en Italia.
Porque fueron estos últimos los que comenzaron a darle valor añadido al
ahora famoso granito Rosa Porriño. Hasta llegaron a poner en el
mercado mundial como piedra de Carrara la extraída en los montes
gallegos. Los canteros comprobaron que podían transformar su material
tan bien o mejor que ellos. Comenzaron a investigar, a transformar...
Ahora no solo exportan piedra autóctona como la Rosa Porriño, Gris
Mondariz o Gris Perla, también otros tipos transformados. Sus grandes
mercados: Turquia, Estados Unidos, Portugal, Alemania, el norte de
África, Francia o Arabia Saudí. Para llegar hasta esos países resulta
fundamental el puerto de Vigo, el mayor vínculo de O Porriño con el
mundo. La buena comunicación con esa infraestructura y con las
autopistas que acercan el sur de Galicia a Portugal, A Coruña o Madrid a
través de Ourense fue una baza para atraer empresas.
Hasta algunos andan pensando qué hacer cuando no
puedan sacar más piedra de Budiño y Atios. Puede que la exploten para
las canteras para el turismo, como en Carrara. Aunque turismo también
tienen: el Camino.