Ecuador está haciendo un esfuerzo por convertirse en una sociedad del conocimiento en donde la educación sea uno de los pilares de su desarrollo. La construcción de Yachay es un exponente de este esfuerzo colectivo.
Los países del BRICS —Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— entendieron que la inversión en universidades que puedan competir con las mejores del mundo es el pasaporte al desarrollo económico. Esperar que llegue el progreso para después invertir en la universidad es como poner la carreta antes que el caballo. Rusia acaba de crear el Skolkovo, una universidad en alianza con el Massachusetts Institute of Technology (MIT) para que profesores del célebre instituto estadounidense sirvan en el cuerpo directivo y docente. La cooperación académica le ha costado a los rusos más de 300 millones de dólares, sin contar la inversión en infraestructura. Brasil tiene el ejemplo del Instituto Tecnológico de Aeronáutica (ITA) donde —similar a lo que sucede en el valle de Yachay— una villa de 35 mil personas tradicionalmente dedicada a la agricultura se convirtió en una población de 700 mil habitantes con el nacimiento de la empresa Embraer, dedicada a la fabricación de aviones (TAME EP es uno de sus clientes), y uno de los puntales de la economía brasilera. Ozires Silva la fundó a finales de los 60s, después de hacer una maestría en el California Institute of Technology (Caltech). No conozco al señor Silva pero me atrevo a pensar que su mamá o algún amigo le dijo que no se podía competir con la estadounidense Boeing y la europea Airbus. Por suerte para los brasileros, el señor Silva estudió en ITA y en Caltech, donde le enseñaron que todo es posible y le implantaron el chip de la innovación. Embraer genera ganancias de 6 mil millones de dólares por año. Similares éxitos han tenido los Indios con sus Indian Institutes of Technology (IIT). Por ejemplo, el de Kanpur fue creado con inversión del Estado en colaboración con las mejores universidades del mundo como MIT, Princeton, Berkeley, entre otras. El IIT Kanpur ha producido gerentes de empresas como United y ha graduado a rectores de universidades americanas, de las que alguna vez aprendió. Hoy en Ecuador, como antes en los BRICS, estamos invirtiendo en infraestructura, telecomunicaciones, salud, remuneraciones competitivas, sin salir de la realidad del país pero sí con el objetivo de ser un país líder en ciencia, tecnología, producción e innovación.
¿Para qué sirve la inversión ecuatoriana en nuevas universidades como Yachay Tech? Los BRICS entendieron que para llegar a la excelencia académica se necesita tener a los mejores a tu lado. Qué mejor que la experiencia, trayectoria y prestigio que la de gente del MIT o Caltech para crear una nueva universidad técnica. ¿Se trata de trasplantar? ¡Por supuesto que no! Pero sí de generar los elementos necesarios para crear una universidad de excelencia en suelo ecuatoriano: el efecto de atracción, conexión global, inversión.
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