
Las ratas negras son reservorio natural es decir que sobreviven a la infección. Para los humanos la rata no es el vehículo que transmite la peste si no la pulga de la rata. Sólo recientemente se ha llegado a culpar a la pulga por transmitirnos la peste y durante todo este tiempo se culpó a las ratas, o a un mal divino. Hoy sabemos que en caso de peste no se puede matar a las ratas. Al matar las ratas haríamos que las pulgas no tuviesen que comer y buscarían otros mamíferos de sangre caliente de los que alimentarse. Dado la cercanía de las ratas a los humanos imagináos a quien iban a picar.

El transmisor más común de esta infección es la rata negra (Rattus rattus). Este animal es amigable con el hombre, tiene aspecto agradable y está cubierto de una piel negra y brillante. A diferencia de la rata marrón que habita en las cloacas o establos, ésta tiende a vivir en casas o barcos. La cercanía con el hombre favoreció la traslación de las pulgas entre ratas y humanos, y así se propagó la peste. La enfermedad, ya fuera en el caso de las ratas o de los humanos, tenía una altísima tasa de mortandad, y en algunas epidemias alcanzó el 90 por ciento de los casos, siendo considerado “normal” un índice de fallecimiento promedio del 60 por ciento.


Actualmente se utilizan trajes como estos para manejar a los animales contaminados
Ratas putas, hay que acabar con ellas lo más que se pueda.
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