"En ese entorno en el que todos querían sobresalir
y nadie quería ser visto como débil o inadecuado, se produjo una
dinámica peculiar que se retroalimentaba. La dirección no quería
escuchar más que buenas noticias (nada de problemas, dilaciones o
interferencias) de modo que los estratos intermedios se esforzaron en
dárselas. A menudo los informes no eran ciertos, pero eran lo que los
directivos querían escuchar, de modo que es lo que obtenían.
Esa actitud, además, se multiplicaba como efecto de la competencia interna. En
tanto los departamentos se esforzaban por aparecer como los más
brillantes y más eficaces, porque eso les permitía obtener más recursos,
más visibilidad y mayor posibilidad de promocionar, nadie quería
ejercer como mensajero de las malas noticias.
Su conclusión es clara: "Si
se construye una organización en la que se premia el saber venderse y
donde nadie quiere oír objeciones, no hay otro futuro que la decadencia"
¿No recuerda este tipo de dinámicas a lo que ocurre en prácticamente todos los centros de investigación?. Deberíamos de tomar nota. Una de las recomendaciones de los autores para evitar esta decadencia es:
“Para evitar que las cosas se deterioren es necesario mantener una cultura de la honestidad, la humildad y la cooperación dentro de la organización”. La ejecución de la estrategia, según el profesor del INSEAD, tiene un 5% de técnica y un 95% de gestión de las personas y es a este aspecto al que debemos dar prioridad.
“Para evitar que las cosas se deterioren es necesario mantener una cultura de la honestidad, la humildad y la cooperación dentro de la organización”. La ejecución de la estrategia, según el profesor del INSEAD, tiene un 5% de técnica y un 95% de gestión de las personas y es a este aspecto al que debemos dar prioridad.
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