LOS
CAZADORES DE MICROBIOS
Capítulo I
Antonio Van Leeuwenhoek
El primer cazador de microbios
Nació en 1632, en Del, la ciudad de los molinos de viento azules, de las casas bajas y de grandes canales.el padre de Antonio murió joven; la madre envio al niño a una escuela preparatoria. Pero a los 16 años arrumbo los libros y de aprendis en una tienda Amsterdam. A la edad de 21 años, leeuwenhok se despidió de su jefe y volvió a Delf, no se sabe mucho de su vida entre los 20 y 40 años, pero es indudable que durante esa época paso por ser un hombre ignorante. Visito las tiendas de óptica y aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes aquí fue cuando comenzó con esa inquietud, despues monto sus lentes en cuadriláteros de oro, plata o cobre que el mismo había estraido de los minerales por medio de fuego, el vivía satisfecho de si mismo y en paz con el mundo; no tenia otro deceo que el de examinar con sus lentes cuando caia en sus manos. Leeuwenhoek era un observador maniático, su hija Maria estuvo contemplando con el abstraído, cogía un tubito de cristal, lo calentaba al rojo y lo estiraba hasta darle grosor de un cabello,,Maria adoraba a su padre, un dia observo agua de lluvia y se dio cuenta que habían bichitos que nadaban, daban vueltas y eran miles y mucho mas chicos que un bicho normal, tiempo despues empezó a manipular con pimienta seca pero no podía obtener granitos pequeños para poder examinarlos en sus lentes, leeuwenhook le explico a la Real Sociedad que entodas partes hay animalitos.todo lo que le cai en sus manos, hasta su misma persona, era objeto de experimentación para este hombre, en la cola de un pez observo, el primer hombre entre todos los hombres, los basos capilares por que pasa la sangre de las arterias a las venas, descubrió los espermatozoos del hombre, al revisar la sangre el sabia que su sangre estaba llenos de globulos y que estos globulos tenían que pasar por capilares angostisimos para ir de las arterias a las venas, también también observo la subsancia que cubria sus dientes y no encontró ningún anmalillo. Al llegar a los 85 años sus amigos le recomendaron descanso y que abandonara sus estudios. En 1723 a los 91 años murió Leeuwenhoek.
Capítulo II
Lazzaro Spallanzani
Los cazadores nacen de microbios.
Nació en 1729 en Scandiano Itala. El fue el continuador de Leewenhoek, este joven tuvo que sostener grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios. Era Espallanzani como el polo opuesto de Leewenhoek, que con tanta paciencia abricaba sus lentes y miraba las cosas 20 años antes de dedusirce a comunicar algo al mundo cientiico. Antes de cumplir los 30 años ue nombrado proesor de la universidad de Reggio, una noche en la soleada de su estudio, tropeza con un libro, que le mostro un nuevo procedmiento de atacar la cuestión del origen de la vida, Espallanzani eligio unas cuantas redomas grandes y panzudas, de cuello angosto, que limpio, lavo y serco hasta dejarlo relucientes despuespuso unas semillas y agua, luego hirvió una hora, el examen minucioso de las gotas de caldo procedent de las redomas observo varios animalillos jugetones Spallanzanni llamo a su hermano para contarle sobre su experimento para estudiar la digestión de los alimentos en el estomago llego a comer tacos huecos de madera, relllenos de carne, haciéndose cosquillas en la garganta provocando el vomito. Spallanzani pregono en Europa su descubrimiento. Otro experimento que realizo puso gotas de inuciones lleºnas de microbios enº peºqueñas laminas ºººde vidrio y le hecho humo de tabaco, observando sus efectos con el microscoºpio. Spallanzani sabia que padecía de una enfermedad de la vejiga,sácamela despues de muerto, talvez descubrirá un nuevo hecho asombroso relativo a la vejiga en orma Spallanzani descubrió cosas practicas pero que, quitando los escombros de la edad media.Spallanzani murió en 1799.
Capítulo III
Luis Pasteur
Los microbios son un peligro!
Nació en octubre de 1831. Durante los 20 años de su vida nadie revelo en él la semilla en un gran investigador. En sus tiempos libres pintaba paisajes de ríos. Cuando tenía 27 años descubrió que haba 4 clases de acido tartario. Monsieur Bigo, destilador de alcohol, encontrándose en una situación embarajoza, fue un dia a visitar a Pasteur en su laboratorio, fue al destilatario y olfateo las cubas, que no daban alcohol, tomo muestras y las llevo a su laboratorio, puso una muestra en su microscopio y vio que estaba lleno dE globitosdiminutos.se pasaba preguntando. ¡Pero si aquí no hay fermentos! ¿Dónde podrán estar?¿Qué es esto?¿Que quiere decir esto?.
Con algunas dificultades consiguió separar una de aquellas motitas y colocándolos en una gota de agua pura y la examino, después de muchos fracasos ideo un extraño medio de cultivo, tomo levadura seca, la hirvió en agua pura y la filtro para obtener un liquido perfectamente transparente; encontró la solución para la fermentación le dijo a Pigo que no deje que penetre los bastoncitos en las cubas de fermentación, y siempre tendrá alcohol. Una mañana, en uno de los matraces noto otra especie de animalitos, Pasteur demostró ser mucho más útil que Leeuwenhoek y Spallanzani.
Pasteur realizo curiosos experimentos que tardaron 3 años en llegar a su término. Pasteur ideo un experimento que, a juzgar por los documentos de aquel tiempo, fue presentado al emperador Napoleón III. Pasteur tenía una ciega fe en sus métodos experimentales. En aquellos días sufrió un ataque de hemorragia cerebral que estuvo a punto de morir. Fue un poderoso auxiliar de la industria cervecera. En la primera sección que celebro la Academia relato Pasteur como había sometido a cuarenta sus vides para protegerlas de los fermentos.
Capítulo IV
Roberto Koch
Koch quería ser explorador, o médico militar, para ganar cruces de hierro.
Teniendo 50 años dejo a un lado de elefantes y países exóticos y abrió un consultorio, pasaba veladas manipulando con su nuevo microscopio lo utilizabacon todo ,o que se le ponía enfrente, no disponía de tanto tiempo como Leeuwenhoek. Fue un cazador de microbios mucho mas misterioso y estrafalario que Leeuwenhoek. Un dia encontró un procedimiento seguro para contagiar el carbunco de los ratones, en el ultimo ratón encontró exactamente la misma especie de microbios, sin tener idea de que estaban vivos. En 1878-1880 hizo grandes procesos en bacteriología, espiando y siguiendo la pista de los extraños seres subvisibles.
Un dia Koch miro la superficie de corte de media patata cocida que había quedado abandonada en su laboratorio, una mañana saco los cristales del baño colorante y los examino al microscopio. En 1882 se dio la noticia de que Koch había descubierto el microbio de la tuberculosis, descubrió el bacilo coma en el agua pútrida de las cisternas.
Capitulo V
Pasteur
Pasteur, que solo era un químico se atrevió a desbaratar, con un gruñido y un encogimiento de hombros la experiencia milenaria que tienen los médicos en cuestión de enfermedades. Pasteur tenía 50 años pero seguía siendo tan apasionado como cuando tenía 25 años. Siempre estaba planteando teorías. Pasteur y Louvrier examinaron 4 vacas sanas para encontrar la cura de carbunco. Entre 1878y 1882 Pasteur logro hacer el procedimiento para lograr la inmunización. Tenía 58 años cuando descubrió accidentalmente la vacuna que libraba del cólera a las gallinas. En mayo de 1881 llevaron cabras, vacas y ovejas las cuales recibirían una dosis de virulentos microbiosde carbunco, un perro rabioso, del cual utilizaron su baba para inyectarla a conejos para saber cuáles eran los primeros síntomas de la rabia, después encontraron la cura.
Pasteur murió en 1895.
Capítulo VI
Roux y Behring
Emilio Roux auxiliar de Pasteur se hizo a cargo en 1888 de las investigaciones que el maestro había que abandonar. Descubrió que el bacilo de la difteria destilada, Roux pretendía curar la tuberculosis.
Por cada experimento afortunado tuvieron que pagar con miles de fracasos observo unas gargantas y encontró que en todas había encontrado el bacilo extraño y se lo mostro a sus maestros. No encontró microbios más que en la garganta escribió un informe científico que presentaba pros y contras referentes a la cuestión entre nuevos bacilos era o no la causa de la difteria. Roux fue al hospital de niños y encontraron los mismos bacilos, luego comenzaron a inyectar caldo de cultivo a pájaros, el caldo de cultivo paralizaba a los conejos a fines del año 1891 habia muchos niños que morían de difteria luego inyectaron suero antioxico los resultados fueron maravillosos,, miles recibían la inyección pero unos cuantos morían, pero aunque la antioxina no sea un remedio seguro sabemos que los experimentos de Roux no eran tan infructosos.
Capitulo VII
Elias Metchnikoff
Fue un judío nacido en el sur de Rusia en 1845, Metchnikoff siempre trato de superarse, antes de haber cumplido 20 años envió trabajos a las revistas científicas. El sollozaba porque sus profesno estimaban su brillante talento. Los primeros 3 años buscaba la forma que le esperaba en el mediterráneo. A los 23 años se caso con Lidmilla, Elías fue nombrado maestro de la Universidad de Odesa, en 1883 Elías se transformo de naturista a cazador de Microbios, en sus estudios comenzó a estudiar la digestión de las estrellas marinas y esponjas, también observo la vida diaria de las pulgas de agua, Elías estaba sembrando la muerte porque el cólera de gallinas podría convertirse en cólera de personas, en 1890 vacuno a conejos con bacilos parecidos a los del cólera, Elías estudio el endurecimiento de las arterias.
Murió a los 71 años.
Capítulo VIII
Teobaldo Smith
Fue un hombre que dio poderoso impulso a la humanidad; fue el primer capitán en los bacteriólogos norteamericanos y sigue siéndolo. Hacia 1890 hizo su aparición un joven Smith que dio la explicación del parque el ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur, enferma y muere de fiebre de tejas. En 1884 tenía Teobaldo 25 años, era bachiller en filosofía de la universidad de Cornell y doctor en medicina de la escuela de Albany. El primer trabajo científico que publico sobre las tripas de gato. Smith comenzó a dar caza a los microbios en un cuartito que recibía la luz por la bardilla.
En 1888 el doctor salomon puso a Smith como ayudante para trabajar sobre la fiebre de tejas, Teobaldo realizo la primera prueba de su experimento, descubrió el primero entre todos los cazadores de microbios el camino seguidopor un asesino invisible para pasar de un animal a otro, Smith encubo varias garrapatas en su laboratorio para confirmar su descubrimiento. La caza de microbios realizada por Smith fue la primera hazaña que dio a los hombres derechos a tener visiones de un mundo transformado.
Capitulo IX
Bruce
Bruce se puso a cuidar soldados enfermos de fiebre tifoidea pero él lo hacía solo para descubrir algo sobre la enfermedad. Día tras día la procesión formada por Bruce, los zulus y los caballos, esterilizo hebras de ceda que empapaba en sangre plagada de tripanosomas y que la cosía debajo de la piel de perro sano.
Bruce se convirtió en el mejor cirujano y aunque lucho paso hambre; descubrió que los monos constituían excelentes sujetos de experimentos, a los experimentos que se refería consistía en inyectar tripanosomas de la negada, no en uno ni en cien sino en 1000 de seres humanos.
Capitulo X
Ross contra Grassi
Dos hombres resolvieron el enigma uno Ronald Roos era un oficial de servicio medico de la india Ross durante los 35 años hizo todo lo posible por no ser un cazador de microbios. En 1888 obtuvo la primera licencia y fue aumentando su interés por los microbios. En 1894 abandono la medicina y las investigaciones cientifcas. A Ross no le querían reconocer como cazador de microbios autentico o como autoridad en cuestión de mosquitos. En 1897 volvio a secunderabad. Los mosquitos chupan sangre a los palúdicos, la sangre contiene paracitos, penetran en el estomago de losmosquitos.
Descubrió que los mosquitos transmiten el paludismo al picar.
Capitulo XI
Walter Reed
25 de junio de 1900 llegaba a cuba a quemado, el comandante Water Reed con ordenes de prestar la mayor atención a las cuestiones relativas a la cura y causas de modo de prevenir la fiebre amarilla. A Walter le llamaba la atencon las jugarretas de la fiebre amarilla, el 27 de agosto eligio Lazear al que considero campeón de los mosquitos en cuestión de virus. Los experimentos de quemados marchaban correctamente 5 personas habian sido picadas por posquitos y habían sido bien libradas.
Walter murió en 1902.
Capitulo XII
Pablo Ehrlich
Nació en marzo de 1854 en Silesia, Alemania. La idea de Ehrlich era matar los microbios, habría que hacerlo con una bala mágica, por ello logro salvar la vida de hombres.
Transformo una droga y veneno en producto para salvar la vida del hombre.
Conclusiones:
Este libro me pareció muy interesante, anteriormente en la preparatoria lo había leído pero no me tomo mucha importancia, ahora que lo vuelvo a leer me pareció muy pero muy importantísimo ya que tengo más conocimiento sobre este tema y antes me parecía aburrido simple no me interesaba.
Todo lo que tenemos alrededor son microbios, estamos cubiertos de microbios y hay gente que no se da ni la menor idea.
Todas las cosas y sucesos que han pasado para que nosotros tengamos este conocimiento sobre microbios a sido bastante trabajo y se les agradece a nuestros antecesores.
Capítulo I
Antonio Van Leeuwenhoek
El primer cazador de microbios
Nació en 1632, en Del, la ciudad de los molinos de viento azules, de las casas bajas y de grandes canales.el padre de Antonio murió joven; la madre envio al niño a una escuela preparatoria. Pero a los 16 años arrumbo los libros y de aprendis en una tienda Amsterdam. A la edad de 21 años, leeuwenhok se despidió de su jefe y volvió a Delf, no se sabe mucho de su vida entre los 20 y 40 años, pero es indudable que durante esa época paso por ser un hombre ignorante. Visito las tiendas de óptica y aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes aquí fue cuando comenzó con esa inquietud, despues monto sus lentes en cuadriláteros de oro, plata o cobre que el mismo había estraido de los minerales por medio de fuego, el vivía satisfecho de si mismo y en paz con el mundo; no tenia otro deceo que el de examinar con sus lentes cuando caia en sus manos. Leeuwenhoek era un observador maniático, su hija Maria estuvo contemplando con el abstraído, cogía un tubito de cristal, lo calentaba al rojo y lo estiraba hasta darle grosor de un cabello,,Maria adoraba a su padre, un dia observo agua de lluvia y se dio cuenta que habían bichitos que nadaban, daban vueltas y eran miles y mucho mas chicos que un bicho normal, tiempo despues empezó a manipular con pimienta seca pero no podía obtener granitos pequeños para poder examinarlos en sus lentes, leeuwenhook le explico a la Real Sociedad que entodas partes hay animalitos.todo lo que le cai en sus manos, hasta su misma persona, era objeto de experimentación para este hombre, en la cola de un pez observo, el primer hombre entre todos los hombres, los basos capilares por que pasa la sangre de las arterias a las venas, descubrió los espermatozoos del hombre, al revisar la sangre el sabia que su sangre estaba llenos de globulos y que estos globulos tenían que pasar por capilares angostisimos para ir de las arterias a las venas, también también observo la subsancia que cubria sus dientes y no encontró ningún anmalillo. Al llegar a los 85 años sus amigos le recomendaron descanso y que abandonara sus estudios. En 1723 a los 91 años murió Leeuwenhoek.
Capítulo II
Lazzaro Spallanzani
Los cazadores nacen de microbios.
Nació en 1729 en Scandiano Itala. El fue el continuador de Leewenhoek, este joven tuvo que sostener grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios. Era Espallanzani como el polo opuesto de Leewenhoek, que con tanta paciencia abricaba sus lentes y miraba las cosas 20 años antes de dedusirce a comunicar algo al mundo cientiico. Antes de cumplir los 30 años ue nombrado proesor de la universidad de Reggio, una noche en la soleada de su estudio, tropeza con un libro, que le mostro un nuevo procedmiento de atacar la cuestión del origen de la vida, Espallanzani eligio unas cuantas redomas grandes y panzudas, de cuello angosto, que limpio, lavo y serco hasta dejarlo relucientes despuespuso unas semillas y agua, luego hirvió una hora, el examen minucioso de las gotas de caldo procedent de las redomas observo varios animalillos jugetones Spallanzanni llamo a su hermano para contarle sobre su experimento para estudiar la digestión de los alimentos en el estomago llego a comer tacos huecos de madera, relllenos de carne, haciéndose cosquillas en la garganta provocando el vomito. Spallanzani pregono en Europa su descubrimiento. Otro experimento que realizo puso gotas de inuciones lleºnas de microbios enº peºqueñas laminas ºººde vidrio y le hecho humo de tabaco, observando sus efectos con el microscoºpio. Spallanzani sabia que padecía de una enfermedad de la vejiga,sácamela despues de muerto, talvez descubrirá un nuevo hecho asombroso relativo a la vejiga en orma Spallanzani descubrió cosas practicas pero que, quitando los escombros de la edad media.Spallanzani murió en 1799.
Capítulo III
Luis Pasteur
Los microbios son un peligro!
Nació en octubre de 1831. Durante los 20 años de su vida nadie revelo en él la semilla en un gran investigador. En sus tiempos libres pintaba paisajes de ríos. Cuando tenía 27 años descubrió que haba 4 clases de acido tartario. Monsieur Bigo, destilador de alcohol, encontrándose en una situación embarajoza, fue un dia a visitar a Pasteur en su laboratorio, fue al destilatario y olfateo las cubas, que no daban alcohol, tomo muestras y las llevo a su laboratorio, puso una muestra en su microscopio y vio que estaba lleno dE globitosdiminutos.se pasaba preguntando. ¡Pero si aquí no hay fermentos! ¿Dónde podrán estar?¿Qué es esto?¿Que quiere decir esto?.
Con algunas dificultades consiguió separar una de aquellas motitas y colocándolos en una gota de agua pura y la examino, después de muchos fracasos ideo un extraño medio de cultivo, tomo levadura seca, la hirvió en agua pura y la filtro para obtener un liquido perfectamente transparente; encontró la solución para la fermentación le dijo a Pigo que no deje que penetre los bastoncitos en las cubas de fermentación, y siempre tendrá alcohol. Una mañana, en uno de los matraces noto otra especie de animalitos, Pasteur demostró ser mucho más útil que Leeuwenhoek y Spallanzani.
Pasteur realizo curiosos experimentos que tardaron 3 años en llegar a su término. Pasteur ideo un experimento que, a juzgar por los documentos de aquel tiempo, fue presentado al emperador Napoleón III. Pasteur tenía una ciega fe en sus métodos experimentales. En aquellos días sufrió un ataque de hemorragia cerebral que estuvo a punto de morir. Fue un poderoso auxiliar de la industria cervecera. En la primera sección que celebro la Academia relato Pasteur como había sometido a cuarenta sus vides para protegerlas de los fermentos.
Capítulo IV
Roberto Koch
Koch quería ser explorador, o médico militar, para ganar cruces de hierro.
Teniendo 50 años dejo a un lado de elefantes y países exóticos y abrió un consultorio, pasaba veladas manipulando con su nuevo microscopio lo utilizabacon todo ,o que se le ponía enfrente, no disponía de tanto tiempo como Leeuwenhoek. Fue un cazador de microbios mucho mas misterioso y estrafalario que Leeuwenhoek. Un dia encontró un procedimiento seguro para contagiar el carbunco de los ratones, en el ultimo ratón encontró exactamente la misma especie de microbios, sin tener idea de que estaban vivos. En 1878-1880 hizo grandes procesos en bacteriología, espiando y siguiendo la pista de los extraños seres subvisibles.
Un dia Koch miro la superficie de corte de media patata cocida que había quedado abandonada en su laboratorio, una mañana saco los cristales del baño colorante y los examino al microscopio. En 1882 se dio la noticia de que Koch había descubierto el microbio de la tuberculosis, descubrió el bacilo coma en el agua pútrida de las cisternas.
Capitulo V
Pasteur
Pasteur, que solo era un químico se atrevió a desbaratar, con un gruñido y un encogimiento de hombros la experiencia milenaria que tienen los médicos en cuestión de enfermedades. Pasteur tenía 50 años pero seguía siendo tan apasionado como cuando tenía 25 años. Siempre estaba planteando teorías. Pasteur y Louvrier examinaron 4 vacas sanas para encontrar la cura de carbunco. Entre 1878y 1882 Pasteur logro hacer el procedimiento para lograr la inmunización. Tenía 58 años cuando descubrió accidentalmente la vacuna que libraba del cólera a las gallinas. En mayo de 1881 llevaron cabras, vacas y ovejas las cuales recibirían una dosis de virulentos microbiosde carbunco, un perro rabioso, del cual utilizaron su baba para inyectarla a conejos para saber cuáles eran los primeros síntomas de la rabia, después encontraron la cura.
Pasteur murió en 1895.
Capítulo VI
Roux y Behring
Emilio Roux auxiliar de Pasteur se hizo a cargo en 1888 de las investigaciones que el maestro había que abandonar. Descubrió que el bacilo de la difteria destilada, Roux pretendía curar la tuberculosis.
Por cada experimento afortunado tuvieron que pagar con miles de fracasos observo unas gargantas y encontró que en todas había encontrado el bacilo extraño y se lo mostro a sus maestros. No encontró microbios más que en la garganta escribió un informe científico que presentaba pros y contras referentes a la cuestión entre nuevos bacilos era o no la causa de la difteria. Roux fue al hospital de niños y encontraron los mismos bacilos, luego comenzaron a inyectar caldo de cultivo a pájaros, el caldo de cultivo paralizaba a los conejos a fines del año 1891 habia muchos niños que morían de difteria luego inyectaron suero antioxico los resultados fueron maravillosos,, miles recibían la inyección pero unos cuantos morían, pero aunque la antioxina no sea un remedio seguro sabemos que los experimentos de Roux no eran tan infructosos.
Capitulo VII
Elias Metchnikoff
Fue un judío nacido en el sur de Rusia en 1845, Metchnikoff siempre trato de superarse, antes de haber cumplido 20 años envió trabajos a las revistas científicas. El sollozaba porque sus profesno estimaban su brillante talento. Los primeros 3 años buscaba la forma que le esperaba en el mediterráneo. A los 23 años se caso con Lidmilla, Elías fue nombrado maestro de la Universidad de Odesa, en 1883 Elías se transformo de naturista a cazador de Microbios, en sus estudios comenzó a estudiar la digestión de las estrellas marinas y esponjas, también observo la vida diaria de las pulgas de agua, Elías estaba sembrando la muerte porque el cólera de gallinas podría convertirse en cólera de personas, en 1890 vacuno a conejos con bacilos parecidos a los del cólera, Elías estudio el endurecimiento de las arterias.
Murió a los 71 años.
Capítulo VIII
Teobaldo Smith
Fue un hombre que dio poderoso impulso a la humanidad; fue el primer capitán en los bacteriólogos norteamericanos y sigue siéndolo. Hacia 1890 hizo su aparición un joven Smith que dio la explicación del parque el ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur, enferma y muere de fiebre de tejas. En 1884 tenía Teobaldo 25 años, era bachiller en filosofía de la universidad de Cornell y doctor en medicina de la escuela de Albany. El primer trabajo científico que publico sobre las tripas de gato. Smith comenzó a dar caza a los microbios en un cuartito que recibía la luz por la bardilla.
En 1888 el doctor salomon puso a Smith como ayudante para trabajar sobre la fiebre de tejas, Teobaldo realizo la primera prueba de su experimento, descubrió el primero entre todos los cazadores de microbios el camino seguidopor un asesino invisible para pasar de un animal a otro, Smith encubo varias garrapatas en su laboratorio para confirmar su descubrimiento. La caza de microbios realizada por Smith fue la primera hazaña que dio a los hombres derechos a tener visiones de un mundo transformado.
Capitulo IX
Bruce
Bruce se puso a cuidar soldados enfermos de fiebre tifoidea pero él lo hacía solo para descubrir algo sobre la enfermedad. Día tras día la procesión formada por Bruce, los zulus y los caballos, esterilizo hebras de ceda que empapaba en sangre plagada de tripanosomas y que la cosía debajo de la piel de perro sano.
Bruce se convirtió en el mejor cirujano y aunque lucho paso hambre; descubrió que los monos constituían excelentes sujetos de experimentos, a los experimentos que se refería consistía en inyectar tripanosomas de la negada, no en uno ni en cien sino en 1000 de seres humanos.
Capitulo X
Ross contra Grassi
Dos hombres resolvieron el enigma uno Ronald Roos era un oficial de servicio medico de la india Ross durante los 35 años hizo todo lo posible por no ser un cazador de microbios. En 1888 obtuvo la primera licencia y fue aumentando su interés por los microbios. En 1894 abandono la medicina y las investigaciones cientifcas. A Ross no le querían reconocer como cazador de microbios autentico o como autoridad en cuestión de mosquitos. En 1897 volvio a secunderabad. Los mosquitos chupan sangre a los palúdicos, la sangre contiene paracitos, penetran en el estomago de losmosquitos.
Descubrió que los mosquitos transmiten el paludismo al picar.
Capitulo XI
Walter Reed
25 de junio de 1900 llegaba a cuba a quemado, el comandante Water Reed con ordenes de prestar la mayor atención a las cuestiones relativas a la cura y causas de modo de prevenir la fiebre amarilla. A Walter le llamaba la atencon las jugarretas de la fiebre amarilla, el 27 de agosto eligio Lazear al que considero campeón de los mosquitos en cuestión de virus. Los experimentos de quemados marchaban correctamente 5 personas habian sido picadas por posquitos y habían sido bien libradas.
Walter murió en 1902.
Capitulo XII
Pablo Ehrlich
Nació en marzo de 1854 en Silesia, Alemania. La idea de Ehrlich era matar los microbios, habría que hacerlo con una bala mágica, por ello logro salvar la vida de hombres.
Transformo una droga y veneno en producto para salvar la vida del hombre.
Conclusiones:
Este libro me pareció muy interesante, anteriormente en la preparatoria lo había leído pero no me tomo mucha importancia, ahora que lo vuelvo a leer me pareció muy pero muy importantísimo ya que tengo más conocimiento sobre este tema y antes me parecía aburrido simple no me interesaba.
Todo lo que tenemos alrededor son microbios, estamos cubiertos de microbios y hay gente que no se da ni la menor idea.
Todas las cosas y sucesos que han pasado para que nosotros tengamos este conocimiento sobre microbios a sido bastante trabajo y se les agradece a nuestros antecesores.
Otro trabajo:
Hace doscientos cincuenta años Antonio Van
Leeuwenhoek fabrico las primeras lentes con las que se podían observar aquellos
objetos que no veíamos a simple vista, al inicio eran algo rudimentarias el
tiempo se convirtieron en lentes capaces de observar diminutos especies; en
esas fechas no estaba bien visto que la gente se interpusiera a lo que se decía
en la iglesia, es por eso que siempre guardo sus descubrimientos para sí mismo,
se unió a una sociedad llamada “The Invisible Collage” donde hacía llegar
siempre cartas con todos sus descubrimientos, entre los descubrimientos más
destacados de este hombre se pueden mencionar: Él fue el primer hombre en
observar los vasos capilares a través de los cuales circulaba la sangre,
observó también los miles de organismos que se tienen en la masa de los dientes
y que estos solo mueren cuando se les expone a un calor intenso. Éste hombre
que pasaba horas y horas mirando a través de sus lentes fue considerado el
primer cazador de microbios, falleció a la edad de noventa y un años en su
pueblo natal Delft... se podira decir que cuando este hombre apenas estaba
cerrando los ojos, un nuevo cazador de microbios despertaba, se trataba de
Lázaro Spallanzani para ese tiempo las cosas ya habían cambiado “The Invisible
Collage” dejó de esconderse y los hombres de ciencia ya no permanecían con el
miedo de ser presas de la santa inquisición pero a pesar de todo aun abundaba
laignorancia y esa ignorancia hizo que un “científico” de nombre Needham
realizara una teoría referente a el origen de la vida espontanea algo que
preocupo mucho a Lázaro pues si la gente creía en la teoría de Needham se
dejaría de lado la ciencia para dar paso una vez más al atraso y la ignorancia,
esto provocó que Spallanzani se envolviera en una serie de luchas contra el
para demostrar que su teoría era errónea y después de tantos años, sus teorías,
experimentos y los mismos hechos que Lázaro mostró permitieron descalificar por
completo la teoría de la generación espontánea y a demostrar que la vida no
puede provenir de otra cosa que no sea la misma vida. En el año de 1799 sufrió
un ataque de apoplejía y murió. Años más tarde nació Luis Pasteur, científico
que inicio su vida como cazador de microbios siendo nombrado profesor y decano
de la facultad de ciencias de Lili, descubrió que la causa de las
fermentaciones eran unos seres vivió, seres vivos subvisibles, realizó
infinidad de experimentos con el fin de demostrar que las fermentaciones habían
fabricado alcohol, realizó, además otros experimentos muy curiosos que tardaron
tres años en llegar a su término, Pasteur al igual que otros cientos de hombres
siempre tuvo la misma pregunta ¿De dónde salen los microbios? Pregunta sencilla
pero imposible de contestar, salvo la industria de la cría del gusano de seda y
lo último que hizo fue algo para honrar a supaís natal, París, como todo buen
francés tenía un gran odio hacia Alemania aunque admitió que la cerveza alemana
era mejor que la francesa, fue entonces que de nuevo regresó a su laboratorio
para hacer unas pequeñas correcciones a la manera en que los franceses
elaboraban sus cervezas, seguía vivo pero el siguiente capítulo da una pausa
para tratar a cerca de otro brillante científico, Roberto Koch, él quería ser
explorador o médico militar, entró como interno a un manicomio ocupándose de
atender a todos aquellos residentes de ahí, después encontró a la mujer con la
que pasaria los siguientes cincuenta años de su vida, viajo mucho en busca de
un buen lugar para vivir hasta que llegó a Wollstein donde celebró el vigésimo
octavo aniversario de su vida, su esposa le regalo un microscopio para que se
“entretuviera” un rato, pero ese “juguete” aventuro a Koch a mundos increíbles,
pasaba, al igual que Leeuwenhoek, horas y horas tras su microscopio observando
en especial, sangre de animales contagiados de carbunco, una enfermedad tan
rara y desconocida por las personas de aquella época, en la sangre de los
animales infectados por esta enfermedad Koch logró observar una especie de
bastoncitos que se movían de aquí para allá, supuso que estos animalitos eran
los causantes de dicha enfermedad, también observo la sangre de animales
completamente sanos donde no observo tales organismos, inyecto a conejillos de
india consangre de animales enfermos, se contagiaron y murieron, descubrió la
causa de que los hombres se contagiaran de cólera y era porque al beber agua
muy contaminada como la que se encontraba en la india, Koch logró demostrar que
los microbios eran los causantes de algunas enfermedades del hombre, llevó a la
ciencia a lo más alto, continuando con Pasteur, continuo con los experimentos
para descubrir cómo se transmitía el carbunco en los animales inyecto vacas con
sangre infectada, primero a aquellas que jamás se habían contagiado de esta
enfermedad y después a las que se contagiaron pero habían salido adelante, las
primeras murieron y las segundas lograron resistir a la dosis que les fue
implantada, deduciendo asi que una vez que se contagian de carbunco y salen
adelante, los animales crean anticuerpos que los hacen invulnerables a dicha
enfermedad, creo la primera vacuna que se le inyectó a un niño el 6 de Julio de
1885. Los científicos de la época ahora estaban en la busca de la causa de la
difteria, enfermedad que se había convertido en una plaga, poco después del año
1888, Emilio Roux, el ayudante de Pasteur, descubrió que el bacilo de la
difteria destila un veneno extraño y además, que un gramo de esa sustancia
bastaba para producir matar a 2 500 perros, no solo en Europa se hicieron
grades hallazgos, en América del norte, Toeblado Smith descubrió la causa de la
extraña fiebre de Texas que mataba a ganadosenteros al trasladarlos de norte a
sur. Fue así como se dieron los orígenes de la maravillosa ciencia de la “caza
de microbios” que hasta la fecha se continúa…
Otro trabajo:
En el libro nos hablan de Antonio Van Leeuwenhoek el primer hombre que decidió no guiarse por las creencias de las personas y comprobar las cosas por sí mismo.
Leeuwenhoek comenzó como un intendente y más delante de esa profesión aprendería a tallar lentes, esto lo llevo a fabricarse sus propios lentes y a hacerlos cada vez con más aumento maravillándose con todos los objetos vistos en un tamaño mucho más grande que al que pudiera llegar el ojo humano. Y es aquí donde él crea el primer microscopio del mundo. Uno de sus conocidos maravillado con sus descubrimientos y su tenacidad escribe a la Real Sociedad, que era una sociedad de científicos dedicados a hacer descubrimientos, sobre Leeuwenhoek y sus descubrimientos, pero éste no responde a su carta hasta el día en que hace un descubrimiento realmente maravilloso que fue encontrar microorganismos en una gota de agua de lluvia. Fue hasta más tarde que descubrió que los microbios no venían de la lluvia, la cual estaba completamente limpia de estos, sino el lugar en donde caía. Después de este suceso y que la Real Academia comprueba sus experimentos lo nombran un miembro y el promete serles fiel hasta el día de su muerte e informarlos de cada uno de sus descubrimientos y así lo hizo. Con el paso del tiempo se dio cuenta que no sólo había microorganismos en el agua sinoen muchas otras cosas como por ejemplo entre sus dientes. Observó los glóbulos de la sangre y se dio cuenta de cómo se coagulaba, observó también los vasos sanguíneos de un pescado e incluso su propio excremento. Uno de sus más grandes descubrimientos fue ver que los microorganismos eran capaces de comerse a otros seres. Murió a la edad de 91 años y le pidió a su amigo Hoogvliet que le mandara unas cartas a la Real Sociedad.
Más adelante el libro nos habla de Lazzaro Spallanzani.
A semejanza de Leeuwenhoek, Lazzaro Spallanzani sostuvo grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios. Su padre quería que estudiara leyes pero le gustaba mucho la ciencia. Antes de cumplir los 30 años fue nombrado profesor de la Universidad de Reggio, allí fue donde dio comienzo a sus estudios sobre los animalillos, aquellos seres nuevos y pequeñísimos descubiertos por Leeuwenhoek. Spallanzani, empezó a aprender a cultivar bichejos microscópicos y a manejar el microscopio. Por aquel mismo tiempo, un clérigo llamado Needham, católico ferviente y convencido de que podía hacer experimentos, iba adquiriendo celebridad, con la pretensión de que el caldo de carnero engendraba maravillosamente animales microscópicos.
Needham dio cuenta de sus experimentos a la Real Sociedad. Needham refería como había tomado cierta cantidad decaldo de carnero recién retirado del fuego, como había puesto el caldo en una botella y la había tapado perfectamente con un corcho para que no pudieran penetrar ni seres, ni huevecillos del aire. Había calentado después la botella y su contenido en cenizas calientes, seguramente pensó que morirían así todos los animalillos o todos los huevos que pudieran quedar dentro de la botella, dejo en reposo el caldo y la botella por espacio de varios días, sacó el corcho y al examinar el caldo al microscopio, lo encontró lleno de animalillos. Spallanzani decía que los animalillos no nacen espontáneamente del caldo de carnero, ni de las almendras, ni de otro cosa. Spallanzani creía que Needham no había calentado el caldo bastante tiempo tal vez ciertos animalillos o sus huevos fuesen capaces de soportar un calor tremendo. Para salir de las dudas hizo sus propios experimentos, parecidos a los de Needham y al estar terminado el experimento lo que observo fue que en las redomas que habían sido hervidas por una hora no había ningún ser vivo.
Y en los que sólo habían hervido unos minutos descubrió alguno que otro animalillo. Spallanzani demostró que los pequeños animalillos podían sobrevivir sin aire. Durante los siguientes años de su carrera se dedicó a responder a una de los interrogantes que surgieron alrededor de estos bichillos, paraesto busco a Bonnet el cual refirió sus dudas a De Saussure que hacía constar que cuando se encuentran juntos dos de estos seres, se trata de un animal adulto que se está dividiendo en dos nuevos animalillos.
Así que Spallanzani inventó un método para aislar un solo animalillo de solo un milésimo de milímetro de largo. Lo que hizo Spallanzani fue que en una plaquita de cristal bien limpia puso, con todo cuidado, una gota de infusión de semillas saturadas de animalillos, y con un tubo capilar depositó, al lado de la primera, pero sin que se tocasen otra gota de agua destilada, exenta por completo de los animalillos. Con una aguja finita y bien limpia tocó la gota de infusión de microbios y, arrastrándola por el cristal, trazo un canalillo hasta la gota de agua destilada. Rápidamente enfocó el canal gormado entre las dos gotas y al ver que los microbios, dando volteretas, empezaba a seguir la ruta trazada. Spallanzani sabía que padecía una enfermedad en la vejiga y murió en el año de 1799.
Treinta y dos años después de la muerte de Spallanzani la caza de microbios se encontraba estacionada. En un día de octubre de 1831 un niño salió corriendo de una herrería huyendo de los pavoridos gritos de un hombre que había mordido por un lobo rabioso. Ese niño era Luis Pasteur, tiempo después Pasteur fue enviado a los 20 años a laEscuela Normal de París, la cual dejó y al año siguiente regresó esta vez quedándose. Y un día salió de su clase de química con el profesor Dumas quién fue que lo inspiro en el mundo de la ciencia.
De ahí en adelante comenzó a realizar experimentos por cuenta propia. Y cuando hizo su primer descubrimiento fue nombrado profesor de la Universidad de Estrasburgo, al determinar que hay 4 tipos de Ácido tartárico y no solo dos como se creía. Pasteur comenzó a realizar muy extraños experimentos con imanes intentando cambiar la estructura de las plantas.
Luis Pasteur fue muy importante para el mundo de los microorganismos, el se intereso mucho por demostrar que los microbios producían la fermentación alcohólica y que también causaban la descomposición de la leche. Hizo varios experimentos, y al observar al microscopio algunas colonias de bacterias que encontraba en las remolachas de las cubas de fermentación, se dio cuenta de que algunas de estas se agrupaban en racimos como si fueran uvas y otras se agrupaban en cadenas. También observo en un experimento como las bacterias se multiplicaban rápidamente en medios que las favorecían.
La conclusión de Pasteur fue no dejar entrar a los bastoncitos a las cubas de fermentación y así se obtendría siempre alcohol. A largo del tiempo que hacia sus experimentos y sacaba sus conclusiones.
Leeuwenhoek comenzó como un intendente y más delante de esa profesión aprendería a tallar lentes, esto lo llevo a fabricarse sus propios lentes y a hacerlos cada vez con más aumento maravillándose con todos los objetos vistos en un tamaño mucho más grande que al que pudiera llegar el ojo humano. Y es aquí donde él crea el primer microscopio del mundo. Uno de sus conocidos maravillado con sus descubrimientos y su tenacidad escribe a la Real Sociedad, que era una sociedad de científicos dedicados a hacer descubrimientos, sobre Leeuwenhoek y sus descubrimientos, pero éste no responde a su carta hasta el día en que hace un descubrimiento realmente maravilloso que fue encontrar microorganismos en una gota de agua de lluvia. Fue hasta más tarde que descubrió que los microbios no venían de la lluvia, la cual estaba completamente limpia de estos, sino el lugar en donde caía. Después de este suceso y que la Real Academia comprueba sus experimentos lo nombran un miembro y el promete serles fiel hasta el día de su muerte e informarlos de cada uno de sus descubrimientos y así lo hizo. Con el paso del tiempo se dio cuenta que no sólo había microorganismos en el agua sinoen muchas otras cosas como por ejemplo entre sus dientes. Observó los glóbulos de la sangre y se dio cuenta de cómo se coagulaba, observó también los vasos sanguíneos de un pescado e incluso su propio excremento. Uno de sus más grandes descubrimientos fue ver que los microorganismos eran capaces de comerse a otros seres. Murió a la edad de 91 años y le pidió a su amigo Hoogvliet que le mandara unas cartas a la Real Sociedad.
Más adelante el libro nos habla de Lazzaro Spallanzani.
A semejanza de Leeuwenhoek, Lazzaro Spallanzani sostuvo grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios. Su padre quería que estudiara leyes pero le gustaba mucho la ciencia. Antes de cumplir los 30 años fue nombrado profesor de la Universidad de Reggio, allí fue donde dio comienzo a sus estudios sobre los animalillos, aquellos seres nuevos y pequeñísimos descubiertos por Leeuwenhoek. Spallanzani, empezó a aprender a cultivar bichejos microscópicos y a manejar el microscopio. Por aquel mismo tiempo, un clérigo llamado Needham, católico ferviente y convencido de que podía hacer experimentos, iba adquiriendo celebridad, con la pretensión de que el caldo de carnero engendraba maravillosamente animales microscópicos.
Needham dio cuenta de sus experimentos a la Real Sociedad. Needham refería como había tomado cierta cantidad decaldo de carnero recién retirado del fuego, como había puesto el caldo en una botella y la había tapado perfectamente con un corcho para que no pudieran penetrar ni seres, ni huevecillos del aire. Había calentado después la botella y su contenido en cenizas calientes, seguramente pensó que morirían así todos los animalillos o todos los huevos que pudieran quedar dentro de la botella, dejo en reposo el caldo y la botella por espacio de varios días, sacó el corcho y al examinar el caldo al microscopio, lo encontró lleno de animalillos. Spallanzani decía que los animalillos no nacen espontáneamente del caldo de carnero, ni de las almendras, ni de otro cosa. Spallanzani creía que Needham no había calentado el caldo bastante tiempo tal vez ciertos animalillos o sus huevos fuesen capaces de soportar un calor tremendo. Para salir de las dudas hizo sus propios experimentos, parecidos a los de Needham y al estar terminado el experimento lo que observo fue que en las redomas que habían sido hervidas por una hora no había ningún ser vivo.
Y en los que sólo habían hervido unos minutos descubrió alguno que otro animalillo. Spallanzani demostró que los pequeños animalillos podían sobrevivir sin aire. Durante los siguientes años de su carrera se dedicó a responder a una de los interrogantes que surgieron alrededor de estos bichillos, paraesto busco a Bonnet el cual refirió sus dudas a De Saussure que hacía constar que cuando se encuentran juntos dos de estos seres, se trata de un animal adulto que se está dividiendo en dos nuevos animalillos.
Así que Spallanzani inventó un método para aislar un solo animalillo de solo un milésimo de milímetro de largo. Lo que hizo Spallanzani fue que en una plaquita de cristal bien limpia puso, con todo cuidado, una gota de infusión de semillas saturadas de animalillos, y con un tubo capilar depositó, al lado de la primera, pero sin que se tocasen otra gota de agua destilada, exenta por completo de los animalillos. Con una aguja finita y bien limpia tocó la gota de infusión de microbios y, arrastrándola por el cristal, trazo un canalillo hasta la gota de agua destilada. Rápidamente enfocó el canal gormado entre las dos gotas y al ver que los microbios, dando volteretas, empezaba a seguir la ruta trazada. Spallanzani sabía que padecía una enfermedad en la vejiga y murió en el año de 1799.
Treinta y dos años después de la muerte de Spallanzani la caza de microbios se encontraba estacionada. En un día de octubre de 1831 un niño salió corriendo de una herrería huyendo de los pavoridos gritos de un hombre que había mordido por un lobo rabioso. Ese niño era Luis Pasteur, tiempo después Pasteur fue enviado a los 20 años a laEscuela Normal de París, la cual dejó y al año siguiente regresó esta vez quedándose. Y un día salió de su clase de química con el profesor Dumas quién fue que lo inspiro en el mundo de la ciencia.
De ahí en adelante comenzó a realizar experimentos por cuenta propia. Y cuando hizo su primer descubrimiento fue nombrado profesor de la Universidad de Estrasburgo, al determinar que hay 4 tipos de Ácido tartárico y no solo dos como se creía. Pasteur comenzó a realizar muy extraños experimentos con imanes intentando cambiar la estructura de las plantas.
Luis Pasteur fue muy importante para el mundo de los microorganismos, el se intereso mucho por demostrar que los microbios producían la fermentación alcohólica y que también causaban la descomposición de la leche. Hizo varios experimentos, y al observar al microscopio algunas colonias de bacterias que encontraba en las remolachas de las cubas de fermentación, se dio cuenta de que algunas de estas se agrupaban en racimos como si fueran uvas y otras se agrupaban en cadenas. También observo en un experimento como las bacterias se multiplicaban rápidamente en medios que las favorecían.
La conclusión de Pasteur fue no dejar entrar a los bastoncitos a las cubas de fermentación y así se obtendría siempre alcohol. A largo del tiempo que hacia sus experimentos y sacaba sus conclusiones.
Otro trabajo:
Tema:
cazadores de microbios
Índice
* Portada………………………………………………………………………1
* Índice……………………………………………………………………...…2
* CAPITULO I primer cazador de microbio………………….…..………3
* CAPITULO II Los Microbios Nacen De Microbios……………..………4
* CAPITULO III Los Microbios Son Una Amenaza……………..….…5-6
* CAPITULO IV El Paladín Contra La Muerte…………………..……….7
* CAPITULO V PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO……………..……8-9
* CAPITULO VI Masacre De Conejillos De Indias………………………10
* CAPITULO Vil Los Solícitos Fagocitos………………………….………11
* CAPITULO VIII THEOBALD SMITH………………………...…………..12
* CAPITULO IX DAVID BRUCE………………………………….…………13
* CAPITULO X El Paludismo……………………………………….…….…14
* CAPITULO XI En Interés De La Ciencia Y Por La Humanidad…..…15
* CAPITULO XII La Bala Mágica…………………………………………..16
Capítulo I: EL PRIMER CAZADOR DE MICROBIOS
Hace doscientos cincuenta años que un hombre llamado Leeuwenhoek conoció un mundo nuevo y misterioso poblado por millares de especies diferentes muy pequeñas la vida de Leeuwenhoek es casi tan desconocido como lo eran en su tiempo los fantásticamente diminutos animales y plantas que él descubrió. Es la historia de la audacia y la tenacidad que le caracterizaron a él, y que son atributos de aquellos que movidos por una infatigable Curiosidad explora y penetran un mundo nuevo y maravilloso.
Un estudiante medianamente capacitado tiene las puertas abiertas para especializarse en Cualquiera de las ramas dela ciencia y para ocupar con el tiempo una cátedra bien Remunerada en una acogedora y bien equipada universidad. Pero remontémonos a la Época de Leeuwenhoek, hace doscientos cincuenta años, e imaginémonos al joven Leeuwenhoek, ávido de conocimientos, recién egresado del colegio y ante el dilema de Elegir carrera. En aquellos tiempos, si un muchacho convaleciente de paperas Preguntaba a su padre cuál era la causa de este mal, no cabe duda que el padre le Contestaba: «El enfermo está poseído por el espíritu maligno de las paperas». Esta explicación distaba de ser convincente, pero debía aceptarse sin mayores indagaciones, por temor a recibir una paliza o a ser arrojado de casa por el atrevimiento de poner en tela de juicio la ciencia paterna.
El padre era la autoridad. Así era el mundo hace doscientos cincuenta años, cuando nació Leeuwenhoek. El hombre apenas había empezado a sacudirse las supersticiones más obscuras, avergonzándose de su ignorancia. Era aquel un mundo en el que la ciencia ensayaba sus primeros pasos; la ciencia, que no es otra cosa sino el intento de encontrar la verdad mediante la observación cuidadosa y el razonamiento claro. Aquel mundo mandó a la hoguera a Servet por el abominable pecado de disecar un cuerpo humano, y condenó a Galileo a cadena perpetua por haber osado demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol.
Antonio van Leeuwenhoek nació en 1632 descendía de una familia de fabricantes de cestos y de cerveza, ocupaciones muy respetadas aún en la Holandade hoy. El padre de Antonio murió joven; la madre envió al niño a la escuela para que estudiara la carrera de funcionario público; pero a los 16 años entró de aprendiz en una tienda de Ámsterdam Esta fue su universidad. Imaginemos a un estudiante de ciencias moderno adquiriendo conocimientos científicos entre piezas de tela, escuchando durante seis años el tintineo de la campanilla del cajón del dinero.
Examinó cortes transversales de madera de doce especies diferentes de árboles, y observó el interior de semillas de plantas. Cuando, por vez primera, contempló la increíble perfección de la boca chupadora de una pulga y las patas de un piojo le parecía imposible .olfatea todo lo que hay a su alrededor, indiscriminadamente, sin existir miramiento alguno.
Capitulo ll LOS MICROBIOS NACEN DE MICROBIOS
Leeuwenhoek ha muerto. ¡Qué dolor! ¡Es una pérdida irreparable! ¿Quién va a continuar ahora el estudio de los animales microscópicos? Tal era la pregunta que se hacían en Inglaterra los doctos miembros de la Real Sociedad, y en París, Reamur y la brillante academia Francesa. La contestación no se hizo esperar, pues apenas, puede decirse, había cerrado los ojos el tendero de Delft, en 1723, logrando el eterno descanso que tan merecido se tenía, cuando, a mil quinientos kilómetros, en Scandiano, pueblo del norte de Italia, nació en 1729 otro cazador de microbios. Este continuador de la obra de Leeuwenhoek, era Lázaro Spallanzani, un niño extraño que, aún balbuciente, recitaba versos al mismotiempo que hacía tortas de barro, que olvidó estos pasatiempos para realizar experimentos crueles e infantiles
con escarabajos, sabandijas, moscas y gusanos, y que, en lugar de acosar a preguntas a sus padres, examinaba atentamente los seres vivos de la Naturaleza, les arrancaba patas y alas y trataba después de volverlas a colocar en su primitivo sitio. Quería saber cómo funcionaban las cosas, sin que le importase tanto como eran éstas en sí.
El joven Spallanzani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la Naturaleza, como lo estuvo Leeuwenhoek, si bien eligió un camino totalmente diferente para llegar a ser hombre de ciencia. «Mi padre insiste en que estudie leyes, ¿no es eso?», reflexionó e hizo como que le interesaban los documentos legales, pero en los momentos que tenía libre se dedicó a estudiar matemáticas, griego, francés y lógica, y durante las vacaciones observaba las fuentes, el deslizarse de las piedras sobre el agua y soñaba con llegar a comprender algún día los fuegos artificiales de los volcanes.
El ser hombre ciencia en aquella época era profesión mucho más respetable y segura que cuando Leeuwenhoek empezó a fabricar lentes. Las Sociedades científicas obtenían en todas partes el apoyo generoso de los parlamentos y de los reyes: no sólo empezaba a ser tolerado el poner en duda las supersticiones, sino que llegó a ser moda el hacerlo así. La emoción y la dignidad de profundizar en el estudio de la Naturaleza empezaron a abrirse paso en los laboratorios retirados delos filósofos; Voltaire se refugió en las delicias campestres de la Francia rural para dominar los grandes descubrimientos de Newton y poderlos vulgarizar en su patria; la ciencia llegó a penetrar hasta en los brillantes salones, satíricos e inmorales, y grandes damas, como Madame de Pompadour, leía la prohibida Enciclopedia. A los veinticinco años de edad hizo Spallanzani una traducción de los poetas clásicos y criticó la versión italiana de Hornero, considerada hasta entonces como una obra maestra; y bajo la dirección de su prima Laura Bassi, la célebre profesora de Reggio, estudió matemáticas con gran aprovechamiento. Por esta época se dedicaba ya en serio a tirar piedras sobre el agua, y escribió un trabajo científico tratando de explicar la mecánica de estas piedras saltarinas. Se ordenó sacerdote católico y se ayudaba a vivir diciendo misa.
Capitulo III LOS MICROBIOS SON UNA AMENAZA
Treinta y dos años después de la muerte del gran Spallanzani, en 1831, la caza de microbios se encontraba estacionada. Los animales microscópicos se hallaban sumidos en el desprecio y el olvido, mientras que otras ciencias lograban rápidos progresos.
Antiestéticas y jadeantes locomotoras sembraban el pánico entre los caballos de Europa y de América. Poco después sería inventado el telégrafo. Se diseñaban nuevos microscopios, pero a nadie se le ocurría usarlos ni se preocupaba por demostrar que ciertos animalillos poseían la capacidad e cumplir una labor de utilidad tal como jamás la realizaría unamáquina de vapor. Ni siquiera se insinuaba la terrible posibilidad de que esos despreciables microbios fueran capaces de matar misteriosa y sigilosamente a millones de seres humanos. Nadie sospechaba que eran unos asesinos más efectivos que la guillotina y los cañones de Waterloo.
Cierto día de octubre de 1831, un niño de nueve años se apartaba, horrorizado, del gentío aglomerado a la puerta de la herrería de un pequeño pueblo situado entre las montañas del este de Francia. En medio de las exclamaciones de pavor de la muchedumbre, el niño percibía el chirrido que brotaba de la carne humana al ser quemada por el hierro calentado al rojo blanco, y los gemidos de la víctima. Era el labrador Nicole, a quien un lobo rabioso, con fauces escurriendo venenosa espuma, acababa de desgarrar una pierna en una de las calles del pueblo. El niño que corría era Louis Pasteur, hijo de un curtidor de Arbois y bisnieto de un siervo del conde de Udresser.
No pretendo hacerles creer que este terrible suceso hiciera que Louis Pasteur, de nueve años, se decidiese a buscar, más tarde, el origen y modo de curar la hidrofobia; sonaría muy romántico, pero no sería verdad. Lo que sí es cierto, es que el recuerdo lo acosó y asustó durante mucho tiempo; que anduvo cavilando largamente sobre este suceso y que recordó, con más intensidad que cualquier otro niño, el olor de la carne achicharrada y el horror de los alaridos escuchados; es decir, que tenía pasta de artista, y este temperamento, unido a su ciencia, fuedecisivo en su trabajo de sacar los microbios del olvido en que cayeron luego de la muerte del brillante Spallanzani. Por cierto que los primeros años de su vida en nada dejaron adivinar su futuro de investigador. En aquella época, Pasteur era un muchacho atareado y meticuloso, que en absoluto llamaba la atención. Su tiempo libre lo ocupaba en pintar paisajes del río que corría próximo a la curtiduría. Sus modelos eran sus hermanas, que terminaban aquellas sesiones con el cuello tieso y las espaldas adoloridas. Pintó retratos de su madre, toscos y poco halagadores, que si bien no la favorecían eran fieles al original.
medallas, sostenía largas y fútiles controversias sobre si tenían o no estómago; sobre si eran o no animales completos, pero diminutos, o sólo fragmentos de otros más grandes; o si por ventura se traba de que fueran, tal vez, vegetales.
Pasteur, mientras tanto, seguía dedicado a sus libros: durante su estancia en el modesto colegio de Arbois empezaron a dibujarse los rasgos buenos y malos de su carácter, que hicieron más tarde de él una mezcla de contradicciones de lo más extraño que jamás ha existido. Era el alumno más joven del colegio, pero quería ser monitor; tenía una ambición decidida por enseñar a los demás chicos y en especial a tener autoridad sobre ellos. Llegó a ser monitor, y antes de cumplir los veinte años fue una especie de profesor ayudante en el colegio de Besancon, donde trabajó con todo ahínco e insistió en que todo el mundo trabajase con la mismaintensidad que él.
Fue entonces cuando tuvo la intuición de que él llegaría a ser un gran químico; las calles neblinosas y grises del barrio Latino se fundieron en un mundo frívolo y confuso cuya única salvación estaba en la Química. Había abandonado la pintura, pero seguía siendo un artista.
De aquí a poco empezó a realizar investigaciones por cuenta propia con frascos conteniendo líquidos mal oliente y tubos de ensayo llenos de substancias de vistosos colores. Su buen amigo Chappuis, un simple estudiante de Filosofía, tenía que soportar durante horas enteras las conferencias que Pasteur le daba acerca de los cristales del ácido tartárico.
Hubiera querido que todos los estudiantes fuesen químicos, del mismo modo cuarenta años más tarde quiso transformar todos los médicos en bacteriólogos.
En la misma época que Pasteur inclinaba su nariz roma y su frente despejada sobre confusos montones de cristales, dos investigadores aislados, uno en Francia y otro en Alemania, empezaban a tomar en serio los microbios, comenzaban a ocuparse de ellos, como seres de cierta importancia, tan útiles como los caballos o los elefantes. Un francés, Cagniard de la Tour, andaba manipulando en 1837 con las cubas de fermentación de las fábricas de cerveza; recogió unas cuantas gotas espumosas de una de esas cubas y al observarlas al microscopio notó que de las paredes de los diminutos glóbulos de levadura allí presentes brotaban yemas como las que salen de las semillas al germinar. Investigaciones ulteriores ledejaron convencido de que ningún cocimiento de cebada y lúpulo se convertía en cerveza de no estar presentes las levaduras, levaduras vivas y en pleno desarrollo.
Capitulo IV EL PALADÍN CONTRA LA MUERTE
En los asombrosos y sensacionales años que transcurrieron entre 1860 y 1870, en tanto Pasteur se dedicaba a salvar la industria del vinagre, maravillando a reyes y pueblos, mientras diagnosticaba las enfermedades de los gusanos de la seda, un alemán miope, serio y de baja estatura, estudiaba medicina en la Universidad de Gotinga. Se llamaba Roberto Koch. Era buen estudiante, pero soñaba con cacerías de tigres mientras atasajaba cadáveres. Memorizaba a conciencia los nombres de cientos de huesos y músculos, pero el lamento imaginario de las sirenas de los barcos que partían rumbo a Oriente le hacían olvidar aquella jerga de latín y griego.El sueño de Koch era ser explorador, o médico militar para ganar Cruces de Hierro, o por lo menos médico naval para tener la oportunidad de visitar países remotos; pero, después de recibirse, tuvo que hacer su internado en el poco interesante manicomio de Hamburgo. Ocupado en atender a los locos furiosos y a los idiotas incurables, difícilmente podrían llegar a sus oídos los ecos de las profecías de Pasteur sobre la existencia de seres tan terribles como los microbios asesinos. Aún seguía escuchando las sirenas de los vapores cuando al atardecer se paseaba por los muelles con Emma Franz, a quien le rogó se casara con él, hablándole de los románticosviajes que habrían de realizar alrededor del mundo. Emma respondió a Roberto que se casaría con él, a condición de que se olvidara de todas aquellas necesidades de una vida aventurera, y se estableciera en Alemania para ejercer su profesión como un buen y útil ciudadano.
Mientras Koch escribía recetas y atravesaba a caballo grandes lodazales, para pasar en vela las noches a la cabecera de las parturientas campesinas prusianas, Lester comenzaba en Escocia a salvarles la vida mediante la asepsia. Los profesores y estudiantes de las facultades de medicina de Europa empezaban a interesarse por las teorías de Pasteur y a discutirlas. Aquí y allá se hacían toscos experimentos, pero Koch se hallaba tan aislado del mundo científico como Leeuwenhoek, doscientos años antes, cuando empezó a tallar lentes en Delft, en Holanda. Parecía que su destino sería el de consolar enfermos y la también encomiable tentativa de salvar la vida de los moribundos, cosa que, naturalmente, no conseguía en la mayoría de los casos, Emma, su mujer, estaba muy satisfecha con su situación, y se sentía orgullosa cuando su marido ganaba veinte pesos en dos días de mucho trabajo.
Hay que repetir, no obstante, que en 1873 los médicos más eminentes no ofrecían mejor explicación del origen de las enfermedades que la que pudieran dar los ignorantes rusos que enganchaban a las viudas del pueblo en los arados. Cuando
Pasteur predicó en París que no pasaría mucho tiempo sin que se descubriera que los microbios eran los asesinos delos tuberculosos, todo el cuerpo médico de París, capitaneado por el distinguido doctor Pidoux, se levantó contra este profeta descabellado. Así, con palabrería insensata, y a menudo idiota, era como los médicos luchaban contra las profecías de Pasteur.
Capítulo V PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO
No hay que pensar, ni por asomo, que Pasteur consintió que la conmoción creada por las pruebas sensacionales presentadas por Koch obscurecieran su fama y su nombre. Es seguro que cualquier otro, menos sabueso para olfatear microbios, menos poeta y menos diestro para mantener el asombro de las gentes, habría sido relegado al más completo olvido. Pero, Pasteur, no.
Fue en la década de 1870 cuando Koch arrobó a los médicos alemanes con su hermoso descubrimiento de las esporas de carbunco. Pasteur, siendo sólo un químico, se atrevió a echar a un lado con un gruñido y un encogimiento de hombros, la experiencia milenaria de los médicos en el estudio de las enfermedades.
Por esa época, las maternidades de París eran unos verdaderos focos de infección a pesar de que Semmelweis, el austriaco, había demostrado que la fiebre puerperal era contagiosa. De cada diecinueve mujeres que ingresaba a un hospital llenas de esperanza, irremediablemente moría una, dejando huérfano a su hijito. Uno de estos hospitales, en donde habían muerto diez madres, una tras otra, era llamada la Casa del Crimen. Las mujeres ya ni siquiera se aventuraban a ponerse en manos de los médicos más caros; empezaban a boicotear loshospitales, y muchas de ellas no se atrevían ya a correr el terrible riesgo que representaba la maternidad. Los mismos médicos, aunque acostumbrados a presenciar, compasivos pero impotentes, el fallecimiento de sus clientes, se escandalizaban ante la presencia de la muerte en cada alumbramiento.
Un día, un famoso médico pronunciaba ante la Academia de Medicina de París una extensa perorata, salpicada de largas palabras griegas y elegantes latinajos, sobre la causa de la fiebre puerperal, que desconocía por completo, cuando en una de sus doctas y majestuosas frases fue interrumpido por una voz, que desde el fondo de la sala rugió:
Pasteur tenía entonces cincuenta y tantos años, pero seguía siendo tan impetuoso y tan apasionado como a los veinticinco. Fue químico experto en la fermentación del azúcar de remolacha; había enseñado a los vinicultores cómo evitar que sus vinos se deterioraran, y de allí se había ocupado de la salvación de los gusanos de seda enfermos; había emprendido la cruzada de «Mejor Cerveza para Francia», consiguiendo, efectivamente, mejorarla. Pero, durante todos estos años de turbulenta actividad en que había realizado el trabajo de una docena de hombres, Pasteur soñaba con lograr descubrir los microbios que, estaba seguro, eran el azote del género humano, los causantes de las enfermedades. Y de pronto se encontró con que Koch le había tomado la delantera y tenía que alcanzarlo.
Para empezar, Pasteur jamás había tomado el pulso de nadie, ni ordenado a un enfermo quesacase le lengua. Dudo que fuera capaz de distinguir un pulmón y un hígado, y es casi seguro que no sabía ni cómo agarrar un escalpelo. Por lo que toca a los condenados hospitales, tan sólo el olor le producía náuseas; sentía ganas de taparse los oídos y salir corriendo para no escuchar los lamentos que llenaban aquellas sucias galerías. Pero ahora, como siempre lo hizo este hombre invencible, también se sobrepuso a su ignorancia en cuestiones médicas, nombrando, como ayudantes suyos, primero a Joubert y después a Roux y a Chamberland, tres médicos jóvenes y rebeldes frente a las anticuadas e imbéciles teorías médicas. Eran admiradores asiduos de las conferencias impopulares dictadas por Pasteur en la Academia de Medicina, creyendo a pie juntillas sus profecías acerca de los terribles males causados por los animalillos microscópicos, y que eran objetos de mofa.
Pasteur admitió a estos tres muchachos en su laboratorio, y ellos, a cambio, le explicaron el mecanismo interior de los animales, le enseñaron ¡a diferencia entre la aguja y el émbolo de una jeringa, y lo convencieron de que los conejillos de Indias, y los mismos conejos, apenas si sentían el pinchazo de una inyección, pues Pasteur era muy delicado respecto a este punto. Estos tres hombres juraron, en secreto, ser esclavos y a la vez sacerdotes de la nueva ciencia.
Nada más cierto que la ausencia de un método único para cazar microbios; la mayor prueba de la diferencia de procedimientos está en los métodos seguidos por Koch y porPasteur. Koch era lógico y frío, como un texto de geometría; buscó el bacilo de la tuberculosis con experimentos sistemáticos, anticipándose a todas las objeciones que pudieran hacerle los incrédulos, antes de que éstos pensaran que había algo que pudiera ser puesto en tela de juicio. Rendía cuenta de sus fracasos y de sus triunfos con la misma minuciosidad y falta de entusiasmo. Tenía algo de inhumano en su rectitud, y analizaba sus propios descubrimientos como si fueran debidos a otro hombre a quien estuviera obligado a criticar. ¡Qué contraste ofrecía Pasteur! Pasteur era un tanteador apasionado, que siempre estaba inventando teorías geniales y sacando conjeturas equivocadas, disparándolas como cohetes en una fiesta campestre de un solo golpe y como por accidente.
Pasteur se lanzó a la caza de microbios. Reventó el furúnculo que uno de sus ayudantes tenía en el cuello; cultivó el microbio, y sacó la conclusión de que tal germen era la causa de los furúnculos.
Es muy importante conocer los fracasos y los triunfos de Pasteur para poder comprenderlo. Carecía de métodos seguros para obtener cultivos puros, pues para esto se requería una paciencia como la de Koch. Cierto día, con gran contrariedad, se encontró con que un matraz de orina hervida, en el que había sembrado bacilos de carbunco, estaba infestado con huéspedes indeseables del aire, que lo habían invadido. A la mañana siguiente observó que no quedaba ni un solo bacilo ántrax: todos fueron exterminados por los microbiosprocedentes del aire.
Capítulo VI MASACRE DE CONEJILLOS DE INDIAS
En 1888, Emilio Roux, el fanático ayudante de Pasteur, continuó las investigaciones que el maestro había tenido que abandonar. En poco tiempo descubrió que el bacilo de la difteria destila un veneno extraño, y que un gramo de esta substancia pura basta para matar dos mil quinientos perros. Unos cuantos años después, en tanto que Roberto Koch se sentía humillado por las quejas y
maldiciones de los infelices desengañados de su pretendida cura de la tuberculosis, Emilio Bering, su romántico discípulo, descubrió en la sangre de los conejillos de Indias un poder extraño un algo desconocido que volvía completamente intensivo el poderoso veneno de la difteria. Estos dos Emilios, hicieron que la esperanza renaciera en los hombres, luego del desastre de Koch.. Era tanta su objetividad, que puso los contras al final de su escrito. Casi podemos oírlo murmurar mientras escribía: Este microbio puede ser el causante, aunque en algunos niños muertos de difteria no lo he hallado... ninguno de los animales a los que inyecté quedó paralizado como ocurre con los niños...; pero lo que más contradice mis suposiciones, es que he encontrado este mismo microbio, tan virulento para los conejos y conejillos de Indias, en la garganta de un niño que no presentaba ningún síntoma de difteria
Inoculaba conejillos de Indias a montones, con cultivos virulentos de bacilos diftéricos. Todos los animales enfermaron, y a medida que se agravaban los ibainyectando con diversos productos químicos; ensayó costosas sales de oro, probó con la naftalina, tanteó más de treinta substancias diferentes, suponiendo cándidamente que porque estos productos mataban los microbios en un tubo de cristal sin perjudicar al tubo, también destruirían los bacilos de la difteria bajo la piel de un conejillo de Indias, sin causar el menor daño al animal. Pero desgraciadamente, a juzgar por el aspecto de matadero que tenía su laboratorio, entre conejillos muertos y moribundos, es de suponer que debió comprender que había poco que elegir entre el efecto de los microbios mortíferos y el de sus remedios Igualmente asesinos; pero no fue así, como era un poeta, no concedía demasiada importancia a los hechos, y siguió adelante la matanza de conejillos, sin que se debilitara su fe en encontrar un remedio maravilloso y desconocido para la difteria, entre el sinnúmero de substancias químicas conocidas demasiado fatigado ya, con cartas rogándole salvase a sus hijos de una docena de horribles enfermedades. La difteria hacía estragos en Paris; Roux y Yersin fueron al hospital de niños y hallaron el mismo bacilo mencionado por Loeffler, lo cultivaron en matraces, y empezaron por hacer lo que era corriente; inyectar grandes cantidades de caldo de cultivo a innumerables pájaros y cuadrúpedos destinados a morir sin la satisfacción de saber que eran mártires. La investigación no les enseñó grandes cosas nuevas, pero casi desde el primer momento dieron con una de las comprobaciones queLoeffler no había sido capaz de hallar: el caldo de cultivo diftérico paralizaba a los conejos
CAPITULO VII: LOS SOLÍCITOS FAGOCITOS
La caza de microbios siempre ha sido un asunto irregular y extravagante. El primer hombre que vio los microbios fue un conserje sin instrucción adecuada. Un químico los puso en el mapa, y consiguió que la gente les tuviera miedo; un médico rural, transformó la cacería de microbios en algo que pretendía ya ser una ciencia. Un francés y un alemán sacrificaron montones de conejos y conejillos de Indias, para proteger la vida de los niños contra el veneno segregado por uno de los microbios más mortífero. A los veintitrés años se casó con Ludmilla Feodorovith, una muchacha tuberculosa que tuvo que ser conducida al altar en una silla de ruedas. Los cuatro años que siguieron fueron terribles para los dos: recorrieron Europa en busca de curación, y en los ratos libres en que Metchnikoff no se ocupaba de cuidar tierna y cariñosamente a su mujer, hacía experimentos sobre el desarrollo de las cantáridas, esponjas, gusanos y escorpiones, tratando de hacer algún descubrimiento sensacional que le proporcionara una cátedra bien remunerada.
Fue en 1883 cuando Metchnikoff se transformó de naturalista en cazador de microbios. Después de pelearse con las autoridades académicas de Odesa, marchó con Olga y un enjambre de hermanitos y hermanitas de ésta, a Sicilia, en donde instaló un laboratorio de aficionado, en la sala del hotel que había alquilado, desde el cual sedivisaba la azul orilla calabresa a través del mágico espejo de las aguas. Su intuición le hizo comprender que los microbios eran ya un asunto científico importante, y soñó con hacer grandes descubrimientos de nuevos microbios. Haciendo equilibrios para ir viviendo, se apresuró Metchnikoff á trasladarse a Viena para dar a conocer su teoría de la inmunidad, fundada en que nuestros cuerpos poseen células errantes que destruyen los microbios.
Fue directamente al laboratorio de su amigo el profesor Claus, zoólogo, por cierto, y que tampoco sabía una palabra de microbios, razón por la cual quedó estupefacto. Pero Metchnikoff se dio cuenta de que necesitaba una prueba evidente de su teoría, y la encontró muy clara, por cierto, en las pulgas de agua. Durante algún tiempo olvidó los discursos y se dedicó a recoger pulgas de agua en acuarios y charcos; en este punto demostró gran ingenio, porque estos bichos, como las larvas de las estrellas de mar, son transparentes, y podía, por tanto, ver perfectamente lo que ocurría en su interior. Por una vez en su vida fue paciente y buscó, con la penetración que desplegaba en las pocas ocasiones en que se sentía realmente investigador, si existía por azar alguna enfermedad que atacase a las pulgas de agua.
CAPITULO VIII: THEOBALD SMITH
Hacia 1890, hizo su aparición un joven, Theobald Smith, que dio la explicación de por qué el ganado vacuno del Norte, cuando es trasladado al Sur, enferma y muere a consecuencia de la fiebre de Tejas, y de por qué el ganadovacuno del Sur, aun estando sano, acarrea al ¡ral Norte una muerte misteriosa para el que está en la región. Theobald Smith redactó en 1893 un informe claro y preciso resolviendo el enigma, informe que no llegó a conocimiento del gran público y que se encuentra agotado, pero que sugirió una idea al fanfarrón David Bruce, insinuó cosas a Patrick Masón, hizo pensar a Grassi, el brillante e indignado italiano, inspiró confianza al norteamericano Walter Reed y a los oficiales y soldados que rehusaron pagas extraordinarias por haberse prestado a ser mártires de la investigación. En todo el país reinaba gran excitación: entre los ganaderos del Norte y los del Sur había malas relaciones; en los centros de contratación de Nueva York se desencadenó el pánico cuando empezaron a morir por centenares las cabezas de ganado embarcado en los trenes con destino a los mataderos del Este. Había que hacer algo, los distinguidos doctores del Consejo Metropolitano de Sanidad se pusieron a trabajar para buscar el microbio causante de la epidemia, y, entre tanto, unos cuantos viejos ganaderos del Oeste, gente avezada, tenían su teoría. En 1888, el doctor Salmón dedicó a Smith, con Kilborne como ayudante y Alexander. El microbio desconocido de la fiebre de Tejas ataca a la sangre, parece como si algo se introdujera en los glóbulos rojos, haciéndolos reventar. Dentro de los glóbulos rojos es donde tengo que buscar el microbio. Aunque Smith desconfiaba de los informes de los pretendidos expertos del microscopio, coneste aparato en la mano era un excelente observador, y dirigiendo las lentes más potentes a la sangre de la primera vaca fallecida, vio en la primera preparación, que examinó unos curiosos espacios piriformes, recortados con los discos macizos de los glóbulos rojos, que de momento parecían simples agujeros, pero enfocando una y otra vez y examinando una docena de preparaciones, observó que los agujeros se convertían en seres vivientes, piriformes, que asimismo encontró en la sangre de todas las vacas muertas de fiebre de Tejas, y siempre dentro de los glóbulos, convirtiendo la sangre en agua; pero nunca en la sangre de las vacas sanas del Norte. Finalmente, después de cuatro veranos sofocantes, pero llenos de éxito, Theobald Smith se dispuso, en 1893, a contestar a todas las intrincadas cuestiones que puede transmitir una enfermedad. Exterminando ese insecto, bañando el ganado en soluciones antisépticas, para matar las garrapatas y manteniéndolo en campos limpios de estos bichos, desaparecerá de la tierra la fiebre de Tejas. Actualmente el ganado es bañado en soluciones antisépticas, y la fiebre de Tejas, que era una amenaza para los millones de cabezas de ganado vacuno de Norteamérica, no es ya una cuestión que preocupe.
CAPITULO IX: DAVID BRUCE
El destino de David Bruce era llevar a cabo cosas que ni sus superiores ni su familia querían que hiciese; al salir de la Escuela de Medicina de Edimburgo, entró en el Servicio Médico del ejército inglés, no para luchar ni para salvar vidasde soldados, ni tampoco para tener ocasión de cazar microbios, ocupación desconocida en aquellos tiempos, ni con fin alguno tan desinteresado: lo hizo porque quería casarse, y tanto él como su novia carecían de dinero. El resultado fue que, por la razón que queda expuesta, Bruce se hizo médico militar con un sueldo de mil dólares anuales. Fue destinado a la guarnición inglesa de la isla de Malta, y con él, en viaje de novios, iba mistress Bruce. Mistress Bruce se convirtió de esta manera en ayudante de su marido y, fue su mano derecha durante treinta años, acompañándole a los rincones más pestilentes donde haya podido ir un cazador de microbios, compartiendo su pobreza e Iluminando sus oscuras glorias. En los comienzos de sus trabajos de Investigación cometieron muchas pifias, aunque sea duro el decirlo; pero, juntos, estos bacteriólogos recién casados descubrieron el microbio de la fiebre de Malta, y en recompensa de sus desvelos fueron... trasladados a otro país. El matrimonio Bruce llegó a Ubombo, colonia encaramada en una elevada colina, desde la cual se divisaba el Océano Indico hacia el Este, a través de noventa y seis kilómetros de planicie en donde el verde oscuro de los bosques de mimosas estaba cortado por el verde brillante del agua de las ciénagas. Instalaron su laboratorio en la colina, dotado de un par de microscopios, unos cuantos portaobjetos, bisturíes, jeringuillas y hasta unas docenas de tubos de ensayo; cualquier estudiante de Medicina de la época actual se burlaríaseguramente de una instalación tan infantil. Pasó el tiempo, y dos años después del episodio de Lady Smith, vinieron a rogarle que continuase la caza de microbios, porque en el África ecuatorial, en las orillas del lago Victoria Nyanja, andaba suelta la Muerte. Era una muerte que se arrastraba arteramente para aparecer cada día, de improviso, en nuevos poblados, muerte lenta y en cierto modo compasiva, porque no producía dolores; sus víctimas pasaban de una fiebre caprichosa a una pereza invencible, insólita en los activos indígenas que habitaban en las orillas del lago. El letargo se convertía en un sueño ridículo que dejaba a los negros con la boca abierta en el acto de comer, y de esta soñolencia caían en un estado comatoso, del que nadie despertaba, y cuyos horribles escalofríos se confundían, finalmente, con el frío de la tumba. Tal era la africana enfermedad del sueño, que en pocos años había matado en Uganda cientos de miles de indígenas y estaba transformado el suelo más fértil de la tierra en un parque improductivo reservado a las jirafas y a las hienas. Este fue el principio de la cuestión, porque si Castellani no los hubiera visto y referido el hecho a Bruce, es probable que los tripanosomas no hubieran sido jamás identificados como productores de la enfermedad del sueño. Entretanto, la enfermedad adquirió tal incremento, que amenazó con dar fin a la dominación inglesa en África, y la Real Sociedad envió entonces al veterano David Bruce, con Nabarro, un investigador muy entrenado, y conel sargento Gíbbons, capaz de cualquier cosa, desde construir un camino hasta montar un microscopio
CAPITULO X: EL PALUDISMO
Los últimos años del siglo XIX fueron tan aciagos para las garrapatas, sabandijas y mosquitos, como gloriosos para los cazadores de microbios, El paludismo puede ser extirpado! Y todo ello debido a que a mediados del año 1899 dos cazadores de microbios, pendencieros y poco serios, habían demostrado que una especie determinada de mosquito era el criminal responsable del misterio del paludismo.
Ronald Ross, durante los primeros treinta y cinco años de su vida hizo todo lo posible por no ser un cazador de microbios. Nacido en la India, al pie del Himalaya, y conociendo a sus padres, podíamos ya figurarnos, si es que creemos en la eugenesia, que Ronald Ross había de llevar una vida desordenada. Ross padre era un general inglés de aspecto feroz, y que, aunque aficionado a combatir, prefería pintar paisajes. Ronald. antes de cumplir los diez años, fue enviado a Inglaterra, y al llegar a los veinte no se distinguía especialmente por su amor al estudio de la Medicina. Ross padre, indignado amenazó a su hijo con suprimirle la pensión, y Ronald, que tenía mucho orgullo, se buscó una plaza de médico en un barco de la Anchor Line, que hacía el servicio entre Londres y Nueva York. Posteriormente logró ingresar en el Servicio Médico de la India. En 1888, cuando obtuvo la primera licencia, volvió a Inglaterra, en donde encontró a miss Rosa Bloxam, quedó prendado y se casó conella. De regreso a la India, fue cuando empezó a ocuparse seriamente de su profesión. Se dedicó a examinar al microscopio, instrumento que no dominaba, la sangre de los indios atacados de paludismo. El microbio de esta enfermedad, curioso y multiforme. Ross regresó a Londres en 1894, con la idea de abandonar la Medicina y la ciencia. Pero se encontró con Patrick Manson, un médico inglés eminente que se había destacado en la esfera de la Medicina por haber descubierto que los mosquitos chupan gusanos de la sangre de los chinos, comprobando además, y esto era lo más notable, que esos mismos gusanos se desarrollan en el estómago de los mosquitos. Manson llevó a Ross a su gabinete de consulta y allá disipó todas las dudas que éste tenía acerca del microbio del paludismo descubierto por Laveran, en el que Ross no creía; le mostró los parásitos pálidos del paludismo, moteados de un pigmento negro, y juntos vieron cómo esos parásitos, extraídos de la sangre de marineros que acababan de regresar de los mares ecuatoriales, se convertían en escuadrones de esferas diminutas dentro de los mismos glóbulos rojos, saliendo después de éstos.
Tal fue la lucha sostenida por Ronald Ross y Battista Grassi contra los asesinos de los glóbulos rojos de la sangre, zapadores de la vida vigorosa, destructores de hombres, principal azote de los países meridionales: contra el microbio del paludismo. En esta lucha hubo incidentes secundarios, algunos largos de contar, otros muy dolorosos; buenos unos, malos otros.En Italia, la India y América hay ahora campos fértiles y niños robustos, donde antes el zumbido del Anopheles significaba sangre anémica y dientes castañete antes, tierras desoladas y la muerte.
CAPITULO XI: EN INTERÉS DE LA CIENCIA Y POR LA HUMANIDAD
Todo el mundo está de acuerdo en que Walter Reed, jefe de la Comisión para el estudio de la fiebre amarilla, era un hombre cortés e intachable, indulgente y lógico; no cabe la menor duda de que tuvo que arriesgar vidas humanas, sencillamente porque los animales no contraen esta enfermedad.
También es cierto que el ex leñador James Carroll estuvo dispuesto a arriesgar su vida para comprobar la teoría de Reed, que tampoco se perdía en sentimentalismos cuando se trataba de arriesgar la vida de otros para comprobar una afirmación suya que podía ser no trascendental. Todos los cubanos que fueron testigos oculares de los hechos, están de acuerdo en afirmar que los soldados norteamericanos que se ofrecieron voluntariamente como conejillos de Indias para los experimentos, demostraron un valor poco común. Todos los norteamericanos que también se encontraban en Cuba en aquella época, están seguros que los inmigrantes españoles que se prestaron como conejillos de Indias para las pruebas, no fueron valientes, sino ambiciosos.
Después de que todo el mundo, incluso los mejores médicos habían luchado contra este asesino, con los métodos más contradictorios imaginables, la fiebre amarilla seguía matando, hasta que de pronto se hastiaba de matar. EnAmérica del Norte esto siempre ocurría con las primeras heladas de otoño. La Habana cablegrafió a Washington, y el 25 de junio de 1900 llegaba a Cuba, a Quemados, el comandante Walter Reed, con órdenes de «prestar especial atención a los asuntos relacionados con la causa y prevención de la fiebre amarilla.
Era una orden abrumadora, y si consideramos quién era Walter Reed, diremos que era una orden extralimitada. ¡El mismo Pasteur se había ocupado ya de esta cuestión! Es verdad que Walter Reed tenía cierta capacidad, pero no era lo que se llama un cazador de microbios. Lo primero que hizo la Comisión fue fracasar en su búsqueda de algún microbio en los dieciocho casos de fiebre amarilla que investigaron y entre los cuales hubo casos graves y cuatro defunciones. También hay que mencionar a aquel soldado norteamericano llamado por aquellos investigadores desalmados XY, y cuyo verdadero nombre era William Dean, de Gran Rapids, Michigan. Mientras James Carroll sentía los primeros dolores de cabeza, hicieron que cuatro mosquitos picaran a XY; uno, el que casi había matado a Carroll, y los otros tres, bellezas plateadas que previamente picaron a seis enfermos graves de fiebre amarilla, cuatro gravísimos y dos que murieron. Afluyeron a La Habana técnicos de todos los países, Walter Reed fue aclamado, y entre los sabios que acudieron hubo las acostumbradas discusiones solemnes, dudas y controversias. William Crawford Gorgas, otro hombre sin tacha, preparándose para alcanzar la inmortalidad en Panamá,recorrió las alcantarillas, pozos negros y letrinas de La Habana, haciendo guerra sin cuartel a los mosquitos Stegomyma.
CAPITULO XII: LA BALA MÁGICA
Nuestra historia comenzó con Antonio Leeuwenhoek, hombre positivo que mirando por un ojo mágico, hace doscientos cincuenta años, descubrió los microbios, y que ciertamente habría soltado un típico bufido holandés de menosprecio a cualquiera que se hubiera atrevido a calificar de ojo mágico a su microscopio. Pablo Ehrlich, que era un hombre jovial, será el broche final y necesario de este importante relato. Ehrlich se fumaba veinticinco cigarros al día; gustaba de beber en público un tarro de cerveza en compañía de su mozo de laboratorio, y otros muchos tarros con sus colegas alemanes, ingleses o norteamericanos. Aunque hombre moderno, llevaba en sí algo del espíritu medieval. Nació en Silesia, Alemania, en marzo de 1854. Estando en el colegio nacional de Breslau.
Pablo Ehrlich era diez años menor que Roberto Koch; se encontraba en el laboratorio de Cohnheim el día que Koch hizo su primera demostración con el microbio del carbunco; era ateo, de ahí que necesitara un dios humano, y ese dios fue Roberto Koch. Tiñendo un hígado enfermo, Ehrlich, antes que Koch, había visto un microbio de la tuberculosis; más en su ignorancia, y sin la clara inteligencia de Koch, supuso que los bastoncitos coloreados eran cristales. Pero todo se le iluminó aquella tarde de marzo de 1882 cuando escuchó las pruebas dadas por Koch de haber descubierto lacausa de la tuberculosis. En 1890, Ehrlich regresó de Egipto: no había muerto de tuberculosis. Robert Koch le aplicó su terrible remedio, que tampoco lo mató, y poco después entró a trabajar en el Instituto Robert Koch, en Berlín, en aquellos días trascendentales en que Bering sacrificaba conejillos de Indias para arrancar a los niños de las garras de la difteria, y cuando el japonés Kitasato obraba maravillas con los ratones atacados de tétanos. Ehrlich era el animador de aquel lugar tan serio. Era tan grande su jovialidad y su modestia que siempre estaba riéndose de sus propias ridiculeces; ganaba amigos con facilidad, y como era hombre astuto procuraba que alguno de ellos fueran personas influyentes.
El 31 de agosto de 1909 Paul Ehrlich y Hasta contemplaban un hermoso conejo macho encerrado en un jaula y que disfrutaba de excelente salud, excepto que en la delicada piel del escroto tenía dos úlceras terribles, úlceras causadas por la roedura de los espiroquetos pálidos, que son para los hombres la recompensa del pecado, inyectados por S. Hata un mes antes en el nada pecador conejillo. Bajo el lente de un microscopio construido especialmente para poder observar un ser tan sutil como el microbio pálido, puso Hata una gota del líquido procedente de las úlceras malignas, y en la oscuridad del campo visual, destacándose merced a un potente haz de rayos luminosos que lo iluminaba lateralmente, aparecieron miríadas de espiroquetas pálidas, juguetonas, moviéndose animadamente con diez mil barrenas
Índice
* Portada………………………………………………………………………1
* Índice……………………………………………………………………...…2
* CAPITULO I primer cazador de microbio………………….…..………3
* CAPITULO II Los Microbios Nacen De Microbios……………..………4
* CAPITULO III Los Microbios Son Una Amenaza……………..….…5-6
* CAPITULO IV El Paladín Contra La Muerte…………………..……….7
* CAPITULO V PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO……………..……8-9
* CAPITULO VI Masacre De Conejillos De Indias………………………10
* CAPITULO Vil Los Solícitos Fagocitos………………………….………11
* CAPITULO VIII THEOBALD SMITH………………………...…………..12
* CAPITULO IX DAVID BRUCE………………………………….…………13
* CAPITULO X El Paludismo……………………………………….…….…14
* CAPITULO XI En Interés De La Ciencia Y Por La Humanidad…..…15
* CAPITULO XII La Bala Mágica…………………………………………..16
Capítulo I: EL PRIMER CAZADOR DE MICROBIOS
Hace doscientos cincuenta años que un hombre llamado Leeuwenhoek conoció un mundo nuevo y misterioso poblado por millares de especies diferentes muy pequeñas la vida de Leeuwenhoek es casi tan desconocido como lo eran en su tiempo los fantásticamente diminutos animales y plantas que él descubrió. Es la historia de la audacia y la tenacidad que le caracterizaron a él, y que son atributos de aquellos que movidos por una infatigable Curiosidad explora y penetran un mundo nuevo y maravilloso.
Un estudiante medianamente capacitado tiene las puertas abiertas para especializarse en Cualquiera de las ramas dela ciencia y para ocupar con el tiempo una cátedra bien Remunerada en una acogedora y bien equipada universidad. Pero remontémonos a la Época de Leeuwenhoek, hace doscientos cincuenta años, e imaginémonos al joven Leeuwenhoek, ávido de conocimientos, recién egresado del colegio y ante el dilema de Elegir carrera. En aquellos tiempos, si un muchacho convaleciente de paperas Preguntaba a su padre cuál era la causa de este mal, no cabe duda que el padre le Contestaba: «El enfermo está poseído por el espíritu maligno de las paperas». Esta explicación distaba de ser convincente, pero debía aceptarse sin mayores indagaciones, por temor a recibir una paliza o a ser arrojado de casa por el atrevimiento de poner en tela de juicio la ciencia paterna.
El padre era la autoridad. Así era el mundo hace doscientos cincuenta años, cuando nació Leeuwenhoek. El hombre apenas había empezado a sacudirse las supersticiones más obscuras, avergonzándose de su ignorancia. Era aquel un mundo en el que la ciencia ensayaba sus primeros pasos; la ciencia, que no es otra cosa sino el intento de encontrar la verdad mediante la observación cuidadosa y el razonamiento claro. Aquel mundo mandó a la hoguera a Servet por el abominable pecado de disecar un cuerpo humano, y condenó a Galileo a cadena perpetua por haber osado demostrar que la Tierra giraba alrededor del Sol.
Antonio van Leeuwenhoek nació en 1632 descendía de una familia de fabricantes de cestos y de cerveza, ocupaciones muy respetadas aún en la Holandade hoy. El padre de Antonio murió joven; la madre envió al niño a la escuela para que estudiara la carrera de funcionario público; pero a los 16 años entró de aprendiz en una tienda de Ámsterdam Esta fue su universidad. Imaginemos a un estudiante de ciencias moderno adquiriendo conocimientos científicos entre piezas de tela, escuchando durante seis años el tintineo de la campanilla del cajón del dinero.
Examinó cortes transversales de madera de doce especies diferentes de árboles, y observó el interior de semillas de plantas. Cuando, por vez primera, contempló la increíble perfección de la boca chupadora de una pulga y las patas de un piojo le parecía imposible .olfatea todo lo que hay a su alrededor, indiscriminadamente, sin existir miramiento alguno.
Capitulo ll LOS MICROBIOS NACEN DE MICROBIOS
Leeuwenhoek ha muerto. ¡Qué dolor! ¡Es una pérdida irreparable! ¿Quién va a continuar ahora el estudio de los animales microscópicos? Tal era la pregunta que se hacían en Inglaterra los doctos miembros de la Real Sociedad, y en París, Reamur y la brillante academia Francesa. La contestación no se hizo esperar, pues apenas, puede decirse, había cerrado los ojos el tendero de Delft, en 1723, logrando el eterno descanso que tan merecido se tenía, cuando, a mil quinientos kilómetros, en Scandiano, pueblo del norte de Italia, nació en 1729 otro cazador de microbios. Este continuador de la obra de Leeuwenhoek, era Lázaro Spallanzani, un niño extraño que, aún balbuciente, recitaba versos al mismotiempo que hacía tortas de barro, que olvidó estos pasatiempos para realizar experimentos crueles e infantiles
con escarabajos, sabandijas, moscas y gusanos, y que, en lugar de acosar a preguntas a sus padres, examinaba atentamente los seres vivos de la Naturaleza, les arrancaba patas y alas y trataba después de volverlas a colocar en su primitivo sitio. Quería saber cómo funcionaban las cosas, sin que le importase tanto como eran éstas en sí.
El joven Spallanzani estaba tan decidido a arrancar sus secretos a la Naturaleza, como lo estuvo Leeuwenhoek, si bien eligió un camino totalmente diferente para llegar a ser hombre de ciencia. «Mi padre insiste en que estudie leyes, ¿no es eso?», reflexionó e hizo como que le interesaban los documentos legales, pero en los momentos que tenía libre se dedicó a estudiar matemáticas, griego, francés y lógica, y durante las vacaciones observaba las fuentes, el deslizarse de las piedras sobre el agua y soñaba con llegar a comprender algún día los fuegos artificiales de los volcanes.
El ser hombre ciencia en aquella época era profesión mucho más respetable y segura que cuando Leeuwenhoek empezó a fabricar lentes. Las Sociedades científicas obtenían en todas partes el apoyo generoso de los parlamentos y de los reyes: no sólo empezaba a ser tolerado el poner en duda las supersticiones, sino que llegó a ser moda el hacerlo así. La emoción y la dignidad de profundizar en el estudio de la Naturaleza empezaron a abrirse paso en los laboratorios retirados delos filósofos; Voltaire se refugió en las delicias campestres de la Francia rural para dominar los grandes descubrimientos de Newton y poderlos vulgarizar en su patria; la ciencia llegó a penetrar hasta en los brillantes salones, satíricos e inmorales, y grandes damas, como Madame de Pompadour, leía la prohibida Enciclopedia. A los veinticinco años de edad hizo Spallanzani una traducción de los poetas clásicos y criticó la versión italiana de Hornero, considerada hasta entonces como una obra maestra; y bajo la dirección de su prima Laura Bassi, la célebre profesora de Reggio, estudió matemáticas con gran aprovechamiento. Por esta época se dedicaba ya en serio a tirar piedras sobre el agua, y escribió un trabajo científico tratando de explicar la mecánica de estas piedras saltarinas. Se ordenó sacerdote católico y se ayudaba a vivir diciendo misa.
Capitulo III LOS MICROBIOS SON UNA AMENAZA
Treinta y dos años después de la muerte del gran Spallanzani, en 1831, la caza de microbios se encontraba estacionada. Los animales microscópicos se hallaban sumidos en el desprecio y el olvido, mientras que otras ciencias lograban rápidos progresos.
Antiestéticas y jadeantes locomotoras sembraban el pánico entre los caballos de Europa y de América. Poco después sería inventado el telégrafo. Se diseñaban nuevos microscopios, pero a nadie se le ocurría usarlos ni se preocupaba por demostrar que ciertos animalillos poseían la capacidad e cumplir una labor de utilidad tal como jamás la realizaría unamáquina de vapor. Ni siquiera se insinuaba la terrible posibilidad de que esos despreciables microbios fueran capaces de matar misteriosa y sigilosamente a millones de seres humanos. Nadie sospechaba que eran unos asesinos más efectivos que la guillotina y los cañones de Waterloo.
Cierto día de octubre de 1831, un niño de nueve años se apartaba, horrorizado, del gentío aglomerado a la puerta de la herrería de un pequeño pueblo situado entre las montañas del este de Francia. En medio de las exclamaciones de pavor de la muchedumbre, el niño percibía el chirrido que brotaba de la carne humana al ser quemada por el hierro calentado al rojo blanco, y los gemidos de la víctima. Era el labrador Nicole, a quien un lobo rabioso, con fauces escurriendo venenosa espuma, acababa de desgarrar una pierna en una de las calles del pueblo. El niño que corría era Louis Pasteur, hijo de un curtidor de Arbois y bisnieto de un siervo del conde de Udresser.
No pretendo hacerles creer que este terrible suceso hiciera que Louis Pasteur, de nueve años, se decidiese a buscar, más tarde, el origen y modo de curar la hidrofobia; sonaría muy romántico, pero no sería verdad. Lo que sí es cierto, es que el recuerdo lo acosó y asustó durante mucho tiempo; que anduvo cavilando largamente sobre este suceso y que recordó, con más intensidad que cualquier otro niño, el olor de la carne achicharrada y el horror de los alaridos escuchados; es decir, que tenía pasta de artista, y este temperamento, unido a su ciencia, fuedecisivo en su trabajo de sacar los microbios del olvido en que cayeron luego de la muerte del brillante Spallanzani. Por cierto que los primeros años de su vida en nada dejaron adivinar su futuro de investigador. En aquella época, Pasteur era un muchacho atareado y meticuloso, que en absoluto llamaba la atención. Su tiempo libre lo ocupaba en pintar paisajes del río que corría próximo a la curtiduría. Sus modelos eran sus hermanas, que terminaban aquellas sesiones con el cuello tieso y las espaldas adoloridas. Pintó retratos de su madre, toscos y poco halagadores, que si bien no la favorecían eran fieles al original.
medallas, sostenía largas y fútiles controversias sobre si tenían o no estómago; sobre si eran o no animales completos, pero diminutos, o sólo fragmentos de otros más grandes; o si por ventura se traba de que fueran, tal vez, vegetales.
Pasteur, mientras tanto, seguía dedicado a sus libros: durante su estancia en el modesto colegio de Arbois empezaron a dibujarse los rasgos buenos y malos de su carácter, que hicieron más tarde de él una mezcla de contradicciones de lo más extraño que jamás ha existido. Era el alumno más joven del colegio, pero quería ser monitor; tenía una ambición decidida por enseñar a los demás chicos y en especial a tener autoridad sobre ellos. Llegó a ser monitor, y antes de cumplir los veinte años fue una especie de profesor ayudante en el colegio de Besancon, donde trabajó con todo ahínco e insistió en que todo el mundo trabajase con la mismaintensidad que él.
Fue entonces cuando tuvo la intuición de que él llegaría a ser un gran químico; las calles neblinosas y grises del barrio Latino se fundieron en un mundo frívolo y confuso cuya única salvación estaba en la Química. Había abandonado la pintura, pero seguía siendo un artista.
De aquí a poco empezó a realizar investigaciones por cuenta propia con frascos conteniendo líquidos mal oliente y tubos de ensayo llenos de substancias de vistosos colores. Su buen amigo Chappuis, un simple estudiante de Filosofía, tenía que soportar durante horas enteras las conferencias que Pasteur le daba acerca de los cristales del ácido tartárico.
Hubiera querido que todos los estudiantes fuesen químicos, del mismo modo cuarenta años más tarde quiso transformar todos los médicos en bacteriólogos.
En la misma época que Pasteur inclinaba su nariz roma y su frente despejada sobre confusos montones de cristales, dos investigadores aislados, uno en Francia y otro en Alemania, empezaban a tomar en serio los microbios, comenzaban a ocuparse de ellos, como seres de cierta importancia, tan útiles como los caballos o los elefantes. Un francés, Cagniard de la Tour, andaba manipulando en 1837 con las cubas de fermentación de las fábricas de cerveza; recogió unas cuantas gotas espumosas de una de esas cubas y al observarlas al microscopio notó que de las paredes de los diminutos glóbulos de levadura allí presentes brotaban yemas como las que salen de las semillas al germinar. Investigaciones ulteriores ledejaron convencido de que ningún cocimiento de cebada y lúpulo se convertía en cerveza de no estar presentes las levaduras, levaduras vivas y en pleno desarrollo.
Capitulo IV EL PALADÍN CONTRA LA MUERTE
En los asombrosos y sensacionales años que transcurrieron entre 1860 y 1870, en tanto Pasteur se dedicaba a salvar la industria del vinagre, maravillando a reyes y pueblos, mientras diagnosticaba las enfermedades de los gusanos de la seda, un alemán miope, serio y de baja estatura, estudiaba medicina en la Universidad de Gotinga. Se llamaba Roberto Koch. Era buen estudiante, pero soñaba con cacerías de tigres mientras atasajaba cadáveres. Memorizaba a conciencia los nombres de cientos de huesos y músculos, pero el lamento imaginario de las sirenas de los barcos que partían rumbo a Oriente le hacían olvidar aquella jerga de latín y griego.El sueño de Koch era ser explorador, o médico militar para ganar Cruces de Hierro, o por lo menos médico naval para tener la oportunidad de visitar países remotos; pero, después de recibirse, tuvo que hacer su internado en el poco interesante manicomio de Hamburgo. Ocupado en atender a los locos furiosos y a los idiotas incurables, difícilmente podrían llegar a sus oídos los ecos de las profecías de Pasteur sobre la existencia de seres tan terribles como los microbios asesinos. Aún seguía escuchando las sirenas de los vapores cuando al atardecer se paseaba por los muelles con Emma Franz, a quien le rogó se casara con él, hablándole de los románticosviajes que habrían de realizar alrededor del mundo. Emma respondió a Roberto que se casaría con él, a condición de que se olvidara de todas aquellas necesidades de una vida aventurera, y se estableciera en Alemania para ejercer su profesión como un buen y útil ciudadano.
Mientras Koch escribía recetas y atravesaba a caballo grandes lodazales, para pasar en vela las noches a la cabecera de las parturientas campesinas prusianas, Lester comenzaba en Escocia a salvarles la vida mediante la asepsia. Los profesores y estudiantes de las facultades de medicina de Europa empezaban a interesarse por las teorías de Pasteur y a discutirlas. Aquí y allá se hacían toscos experimentos, pero Koch se hallaba tan aislado del mundo científico como Leeuwenhoek, doscientos años antes, cuando empezó a tallar lentes en Delft, en Holanda. Parecía que su destino sería el de consolar enfermos y la también encomiable tentativa de salvar la vida de los moribundos, cosa que, naturalmente, no conseguía en la mayoría de los casos, Emma, su mujer, estaba muy satisfecha con su situación, y se sentía orgullosa cuando su marido ganaba veinte pesos en dos días de mucho trabajo.
Hay que repetir, no obstante, que en 1873 los médicos más eminentes no ofrecían mejor explicación del origen de las enfermedades que la que pudieran dar los ignorantes rusos que enganchaban a las viudas del pueblo en los arados. Cuando
Pasteur predicó en París que no pasaría mucho tiempo sin que se descubriera que los microbios eran los asesinos delos tuberculosos, todo el cuerpo médico de París, capitaneado por el distinguido doctor Pidoux, se levantó contra este profeta descabellado. Así, con palabrería insensata, y a menudo idiota, era como los médicos luchaban contra las profecías de Pasteur.
Capítulo V PASTEUR Y EL PERRO RABIOSO
No hay que pensar, ni por asomo, que Pasteur consintió que la conmoción creada por las pruebas sensacionales presentadas por Koch obscurecieran su fama y su nombre. Es seguro que cualquier otro, menos sabueso para olfatear microbios, menos poeta y menos diestro para mantener el asombro de las gentes, habría sido relegado al más completo olvido. Pero, Pasteur, no.
Fue en la década de 1870 cuando Koch arrobó a los médicos alemanes con su hermoso descubrimiento de las esporas de carbunco. Pasteur, siendo sólo un químico, se atrevió a echar a un lado con un gruñido y un encogimiento de hombros, la experiencia milenaria de los médicos en el estudio de las enfermedades.
Por esa época, las maternidades de París eran unos verdaderos focos de infección a pesar de que Semmelweis, el austriaco, había demostrado que la fiebre puerperal era contagiosa. De cada diecinueve mujeres que ingresaba a un hospital llenas de esperanza, irremediablemente moría una, dejando huérfano a su hijito. Uno de estos hospitales, en donde habían muerto diez madres, una tras otra, era llamada la Casa del Crimen. Las mujeres ya ni siquiera se aventuraban a ponerse en manos de los médicos más caros; empezaban a boicotear loshospitales, y muchas de ellas no se atrevían ya a correr el terrible riesgo que representaba la maternidad. Los mismos médicos, aunque acostumbrados a presenciar, compasivos pero impotentes, el fallecimiento de sus clientes, se escandalizaban ante la presencia de la muerte en cada alumbramiento.
Un día, un famoso médico pronunciaba ante la Academia de Medicina de París una extensa perorata, salpicada de largas palabras griegas y elegantes latinajos, sobre la causa de la fiebre puerperal, que desconocía por completo, cuando en una de sus doctas y majestuosas frases fue interrumpido por una voz, que desde el fondo de la sala rugió:
Pasteur tenía entonces cincuenta y tantos años, pero seguía siendo tan impetuoso y tan apasionado como a los veinticinco. Fue químico experto en la fermentación del azúcar de remolacha; había enseñado a los vinicultores cómo evitar que sus vinos se deterioraran, y de allí se había ocupado de la salvación de los gusanos de seda enfermos; había emprendido la cruzada de «Mejor Cerveza para Francia», consiguiendo, efectivamente, mejorarla. Pero, durante todos estos años de turbulenta actividad en que había realizado el trabajo de una docena de hombres, Pasteur soñaba con lograr descubrir los microbios que, estaba seguro, eran el azote del género humano, los causantes de las enfermedades. Y de pronto se encontró con que Koch le había tomado la delantera y tenía que alcanzarlo.
Para empezar, Pasteur jamás había tomado el pulso de nadie, ni ordenado a un enfermo quesacase le lengua. Dudo que fuera capaz de distinguir un pulmón y un hígado, y es casi seguro que no sabía ni cómo agarrar un escalpelo. Por lo que toca a los condenados hospitales, tan sólo el olor le producía náuseas; sentía ganas de taparse los oídos y salir corriendo para no escuchar los lamentos que llenaban aquellas sucias galerías. Pero ahora, como siempre lo hizo este hombre invencible, también se sobrepuso a su ignorancia en cuestiones médicas, nombrando, como ayudantes suyos, primero a Joubert y después a Roux y a Chamberland, tres médicos jóvenes y rebeldes frente a las anticuadas e imbéciles teorías médicas. Eran admiradores asiduos de las conferencias impopulares dictadas por Pasteur en la Academia de Medicina, creyendo a pie juntillas sus profecías acerca de los terribles males causados por los animalillos microscópicos, y que eran objetos de mofa.
Pasteur admitió a estos tres muchachos en su laboratorio, y ellos, a cambio, le explicaron el mecanismo interior de los animales, le enseñaron ¡a diferencia entre la aguja y el émbolo de una jeringa, y lo convencieron de que los conejillos de Indias, y los mismos conejos, apenas si sentían el pinchazo de una inyección, pues Pasteur era muy delicado respecto a este punto. Estos tres hombres juraron, en secreto, ser esclavos y a la vez sacerdotes de la nueva ciencia.
Nada más cierto que la ausencia de un método único para cazar microbios; la mayor prueba de la diferencia de procedimientos está en los métodos seguidos por Koch y porPasteur. Koch era lógico y frío, como un texto de geometría; buscó el bacilo de la tuberculosis con experimentos sistemáticos, anticipándose a todas las objeciones que pudieran hacerle los incrédulos, antes de que éstos pensaran que había algo que pudiera ser puesto en tela de juicio. Rendía cuenta de sus fracasos y de sus triunfos con la misma minuciosidad y falta de entusiasmo. Tenía algo de inhumano en su rectitud, y analizaba sus propios descubrimientos como si fueran debidos a otro hombre a quien estuviera obligado a criticar. ¡Qué contraste ofrecía Pasteur! Pasteur era un tanteador apasionado, que siempre estaba inventando teorías geniales y sacando conjeturas equivocadas, disparándolas como cohetes en una fiesta campestre de un solo golpe y como por accidente.
Pasteur se lanzó a la caza de microbios. Reventó el furúnculo que uno de sus ayudantes tenía en el cuello; cultivó el microbio, y sacó la conclusión de que tal germen era la causa de los furúnculos.
Es muy importante conocer los fracasos y los triunfos de Pasteur para poder comprenderlo. Carecía de métodos seguros para obtener cultivos puros, pues para esto se requería una paciencia como la de Koch. Cierto día, con gran contrariedad, se encontró con que un matraz de orina hervida, en el que había sembrado bacilos de carbunco, estaba infestado con huéspedes indeseables del aire, que lo habían invadido. A la mañana siguiente observó que no quedaba ni un solo bacilo ántrax: todos fueron exterminados por los microbiosprocedentes del aire.
Capítulo VI MASACRE DE CONEJILLOS DE INDIAS
En 1888, Emilio Roux, el fanático ayudante de Pasteur, continuó las investigaciones que el maestro había tenido que abandonar. En poco tiempo descubrió que el bacilo de la difteria destila un veneno extraño, y que un gramo de esta substancia pura basta para matar dos mil quinientos perros. Unos cuantos años después, en tanto que Roberto Koch se sentía humillado por las quejas y
maldiciones de los infelices desengañados de su pretendida cura de la tuberculosis, Emilio Bering, su romántico discípulo, descubrió en la sangre de los conejillos de Indias un poder extraño un algo desconocido que volvía completamente intensivo el poderoso veneno de la difteria. Estos dos Emilios, hicieron que la esperanza renaciera en los hombres, luego del desastre de Koch.. Era tanta su objetividad, que puso los contras al final de su escrito. Casi podemos oírlo murmurar mientras escribía: Este microbio puede ser el causante, aunque en algunos niños muertos de difteria no lo he hallado... ninguno de los animales a los que inyecté quedó paralizado como ocurre con los niños...; pero lo que más contradice mis suposiciones, es que he encontrado este mismo microbio, tan virulento para los conejos y conejillos de Indias, en la garganta de un niño que no presentaba ningún síntoma de difteria
Inoculaba conejillos de Indias a montones, con cultivos virulentos de bacilos diftéricos. Todos los animales enfermaron, y a medida que se agravaban los ibainyectando con diversos productos químicos; ensayó costosas sales de oro, probó con la naftalina, tanteó más de treinta substancias diferentes, suponiendo cándidamente que porque estos productos mataban los microbios en un tubo de cristal sin perjudicar al tubo, también destruirían los bacilos de la difteria bajo la piel de un conejillo de Indias, sin causar el menor daño al animal. Pero desgraciadamente, a juzgar por el aspecto de matadero que tenía su laboratorio, entre conejillos muertos y moribundos, es de suponer que debió comprender que había poco que elegir entre el efecto de los microbios mortíferos y el de sus remedios Igualmente asesinos; pero no fue así, como era un poeta, no concedía demasiada importancia a los hechos, y siguió adelante la matanza de conejillos, sin que se debilitara su fe en encontrar un remedio maravilloso y desconocido para la difteria, entre el sinnúmero de substancias químicas conocidas demasiado fatigado ya, con cartas rogándole salvase a sus hijos de una docena de horribles enfermedades. La difteria hacía estragos en Paris; Roux y Yersin fueron al hospital de niños y hallaron el mismo bacilo mencionado por Loeffler, lo cultivaron en matraces, y empezaron por hacer lo que era corriente; inyectar grandes cantidades de caldo de cultivo a innumerables pájaros y cuadrúpedos destinados a morir sin la satisfacción de saber que eran mártires. La investigación no les enseñó grandes cosas nuevas, pero casi desde el primer momento dieron con una de las comprobaciones queLoeffler no había sido capaz de hallar: el caldo de cultivo diftérico paralizaba a los conejos
CAPITULO VII: LOS SOLÍCITOS FAGOCITOS
La caza de microbios siempre ha sido un asunto irregular y extravagante. El primer hombre que vio los microbios fue un conserje sin instrucción adecuada. Un químico los puso en el mapa, y consiguió que la gente les tuviera miedo; un médico rural, transformó la cacería de microbios en algo que pretendía ya ser una ciencia. Un francés y un alemán sacrificaron montones de conejos y conejillos de Indias, para proteger la vida de los niños contra el veneno segregado por uno de los microbios más mortífero. A los veintitrés años se casó con Ludmilla Feodorovith, una muchacha tuberculosa que tuvo que ser conducida al altar en una silla de ruedas. Los cuatro años que siguieron fueron terribles para los dos: recorrieron Europa en busca de curación, y en los ratos libres en que Metchnikoff no se ocupaba de cuidar tierna y cariñosamente a su mujer, hacía experimentos sobre el desarrollo de las cantáridas, esponjas, gusanos y escorpiones, tratando de hacer algún descubrimiento sensacional que le proporcionara una cátedra bien remunerada.
Fue en 1883 cuando Metchnikoff se transformó de naturalista en cazador de microbios. Después de pelearse con las autoridades académicas de Odesa, marchó con Olga y un enjambre de hermanitos y hermanitas de ésta, a Sicilia, en donde instaló un laboratorio de aficionado, en la sala del hotel que había alquilado, desde el cual sedivisaba la azul orilla calabresa a través del mágico espejo de las aguas. Su intuición le hizo comprender que los microbios eran ya un asunto científico importante, y soñó con hacer grandes descubrimientos de nuevos microbios. Haciendo equilibrios para ir viviendo, se apresuró Metchnikoff á trasladarse a Viena para dar a conocer su teoría de la inmunidad, fundada en que nuestros cuerpos poseen células errantes que destruyen los microbios.
Fue directamente al laboratorio de su amigo el profesor Claus, zoólogo, por cierto, y que tampoco sabía una palabra de microbios, razón por la cual quedó estupefacto. Pero Metchnikoff se dio cuenta de que necesitaba una prueba evidente de su teoría, y la encontró muy clara, por cierto, en las pulgas de agua. Durante algún tiempo olvidó los discursos y se dedicó a recoger pulgas de agua en acuarios y charcos; en este punto demostró gran ingenio, porque estos bichos, como las larvas de las estrellas de mar, son transparentes, y podía, por tanto, ver perfectamente lo que ocurría en su interior. Por una vez en su vida fue paciente y buscó, con la penetración que desplegaba en las pocas ocasiones en que se sentía realmente investigador, si existía por azar alguna enfermedad que atacase a las pulgas de agua.
CAPITULO VIII: THEOBALD SMITH
Hacia 1890, hizo su aparición un joven, Theobald Smith, que dio la explicación de por qué el ganado vacuno del Norte, cuando es trasladado al Sur, enferma y muere a consecuencia de la fiebre de Tejas, y de por qué el ganadovacuno del Sur, aun estando sano, acarrea al ¡ral Norte una muerte misteriosa para el que está en la región. Theobald Smith redactó en 1893 un informe claro y preciso resolviendo el enigma, informe que no llegó a conocimiento del gran público y que se encuentra agotado, pero que sugirió una idea al fanfarrón David Bruce, insinuó cosas a Patrick Masón, hizo pensar a Grassi, el brillante e indignado italiano, inspiró confianza al norteamericano Walter Reed y a los oficiales y soldados que rehusaron pagas extraordinarias por haberse prestado a ser mártires de la investigación. En todo el país reinaba gran excitación: entre los ganaderos del Norte y los del Sur había malas relaciones; en los centros de contratación de Nueva York se desencadenó el pánico cuando empezaron a morir por centenares las cabezas de ganado embarcado en los trenes con destino a los mataderos del Este. Había que hacer algo, los distinguidos doctores del Consejo Metropolitano de Sanidad se pusieron a trabajar para buscar el microbio causante de la epidemia, y, entre tanto, unos cuantos viejos ganaderos del Oeste, gente avezada, tenían su teoría. En 1888, el doctor Salmón dedicó a Smith, con Kilborne como ayudante y Alexander. El microbio desconocido de la fiebre de Tejas ataca a la sangre, parece como si algo se introdujera en los glóbulos rojos, haciéndolos reventar. Dentro de los glóbulos rojos es donde tengo que buscar el microbio. Aunque Smith desconfiaba de los informes de los pretendidos expertos del microscopio, coneste aparato en la mano era un excelente observador, y dirigiendo las lentes más potentes a la sangre de la primera vaca fallecida, vio en la primera preparación, que examinó unos curiosos espacios piriformes, recortados con los discos macizos de los glóbulos rojos, que de momento parecían simples agujeros, pero enfocando una y otra vez y examinando una docena de preparaciones, observó que los agujeros se convertían en seres vivientes, piriformes, que asimismo encontró en la sangre de todas las vacas muertas de fiebre de Tejas, y siempre dentro de los glóbulos, convirtiendo la sangre en agua; pero nunca en la sangre de las vacas sanas del Norte. Finalmente, después de cuatro veranos sofocantes, pero llenos de éxito, Theobald Smith se dispuso, en 1893, a contestar a todas las intrincadas cuestiones que puede transmitir una enfermedad. Exterminando ese insecto, bañando el ganado en soluciones antisépticas, para matar las garrapatas y manteniéndolo en campos limpios de estos bichos, desaparecerá de la tierra la fiebre de Tejas. Actualmente el ganado es bañado en soluciones antisépticas, y la fiebre de Tejas, que era una amenaza para los millones de cabezas de ganado vacuno de Norteamérica, no es ya una cuestión que preocupe.
CAPITULO IX: DAVID BRUCE
El destino de David Bruce era llevar a cabo cosas que ni sus superiores ni su familia querían que hiciese; al salir de la Escuela de Medicina de Edimburgo, entró en el Servicio Médico del ejército inglés, no para luchar ni para salvar vidasde soldados, ni tampoco para tener ocasión de cazar microbios, ocupación desconocida en aquellos tiempos, ni con fin alguno tan desinteresado: lo hizo porque quería casarse, y tanto él como su novia carecían de dinero. El resultado fue que, por la razón que queda expuesta, Bruce se hizo médico militar con un sueldo de mil dólares anuales. Fue destinado a la guarnición inglesa de la isla de Malta, y con él, en viaje de novios, iba mistress Bruce. Mistress Bruce se convirtió de esta manera en ayudante de su marido y, fue su mano derecha durante treinta años, acompañándole a los rincones más pestilentes donde haya podido ir un cazador de microbios, compartiendo su pobreza e Iluminando sus oscuras glorias. En los comienzos de sus trabajos de Investigación cometieron muchas pifias, aunque sea duro el decirlo; pero, juntos, estos bacteriólogos recién casados descubrieron el microbio de la fiebre de Malta, y en recompensa de sus desvelos fueron... trasladados a otro país. El matrimonio Bruce llegó a Ubombo, colonia encaramada en una elevada colina, desde la cual se divisaba el Océano Indico hacia el Este, a través de noventa y seis kilómetros de planicie en donde el verde oscuro de los bosques de mimosas estaba cortado por el verde brillante del agua de las ciénagas. Instalaron su laboratorio en la colina, dotado de un par de microscopios, unos cuantos portaobjetos, bisturíes, jeringuillas y hasta unas docenas de tubos de ensayo; cualquier estudiante de Medicina de la época actual se burlaríaseguramente de una instalación tan infantil. Pasó el tiempo, y dos años después del episodio de Lady Smith, vinieron a rogarle que continuase la caza de microbios, porque en el África ecuatorial, en las orillas del lago Victoria Nyanja, andaba suelta la Muerte. Era una muerte que se arrastraba arteramente para aparecer cada día, de improviso, en nuevos poblados, muerte lenta y en cierto modo compasiva, porque no producía dolores; sus víctimas pasaban de una fiebre caprichosa a una pereza invencible, insólita en los activos indígenas que habitaban en las orillas del lago. El letargo se convertía en un sueño ridículo que dejaba a los negros con la boca abierta en el acto de comer, y de esta soñolencia caían en un estado comatoso, del que nadie despertaba, y cuyos horribles escalofríos se confundían, finalmente, con el frío de la tumba. Tal era la africana enfermedad del sueño, que en pocos años había matado en Uganda cientos de miles de indígenas y estaba transformado el suelo más fértil de la tierra en un parque improductivo reservado a las jirafas y a las hienas. Este fue el principio de la cuestión, porque si Castellani no los hubiera visto y referido el hecho a Bruce, es probable que los tripanosomas no hubieran sido jamás identificados como productores de la enfermedad del sueño. Entretanto, la enfermedad adquirió tal incremento, que amenazó con dar fin a la dominación inglesa en África, y la Real Sociedad envió entonces al veterano David Bruce, con Nabarro, un investigador muy entrenado, y conel sargento Gíbbons, capaz de cualquier cosa, desde construir un camino hasta montar un microscopio
CAPITULO X: EL PALUDISMO
Los últimos años del siglo XIX fueron tan aciagos para las garrapatas, sabandijas y mosquitos, como gloriosos para los cazadores de microbios, El paludismo puede ser extirpado! Y todo ello debido a que a mediados del año 1899 dos cazadores de microbios, pendencieros y poco serios, habían demostrado que una especie determinada de mosquito era el criminal responsable del misterio del paludismo.
Ronald Ross, durante los primeros treinta y cinco años de su vida hizo todo lo posible por no ser un cazador de microbios. Nacido en la India, al pie del Himalaya, y conociendo a sus padres, podíamos ya figurarnos, si es que creemos en la eugenesia, que Ronald Ross había de llevar una vida desordenada. Ross padre era un general inglés de aspecto feroz, y que, aunque aficionado a combatir, prefería pintar paisajes. Ronald. antes de cumplir los diez años, fue enviado a Inglaterra, y al llegar a los veinte no se distinguía especialmente por su amor al estudio de la Medicina. Ross padre, indignado amenazó a su hijo con suprimirle la pensión, y Ronald, que tenía mucho orgullo, se buscó una plaza de médico en un barco de la Anchor Line, que hacía el servicio entre Londres y Nueva York. Posteriormente logró ingresar en el Servicio Médico de la India. En 1888, cuando obtuvo la primera licencia, volvió a Inglaterra, en donde encontró a miss Rosa Bloxam, quedó prendado y se casó conella. De regreso a la India, fue cuando empezó a ocuparse seriamente de su profesión. Se dedicó a examinar al microscopio, instrumento que no dominaba, la sangre de los indios atacados de paludismo. El microbio de esta enfermedad, curioso y multiforme. Ross regresó a Londres en 1894, con la idea de abandonar la Medicina y la ciencia. Pero se encontró con Patrick Manson, un médico inglés eminente que se había destacado en la esfera de la Medicina por haber descubierto que los mosquitos chupan gusanos de la sangre de los chinos, comprobando además, y esto era lo más notable, que esos mismos gusanos se desarrollan en el estómago de los mosquitos. Manson llevó a Ross a su gabinete de consulta y allá disipó todas las dudas que éste tenía acerca del microbio del paludismo descubierto por Laveran, en el que Ross no creía; le mostró los parásitos pálidos del paludismo, moteados de un pigmento negro, y juntos vieron cómo esos parásitos, extraídos de la sangre de marineros que acababan de regresar de los mares ecuatoriales, se convertían en escuadrones de esferas diminutas dentro de los mismos glóbulos rojos, saliendo después de éstos.
Tal fue la lucha sostenida por Ronald Ross y Battista Grassi contra los asesinos de los glóbulos rojos de la sangre, zapadores de la vida vigorosa, destructores de hombres, principal azote de los países meridionales: contra el microbio del paludismo. En esta lucha hubo incidentes secundarios, algunos largos de contar, otros muy dolorosos; buenos unos, malos otros.En Italia, la India y América hay ahora campos fértiles y niños robustos, donde antes el zumbido del Anopheles significaba sangre anémica y dientes castañete antes, tierras desoladas y la muerte.
CAPITULO XI: EN INTERÉS DE LA CIENCIA Y POR LA HUMANIDAD
Todo el mundo está de acuerdo en que Walter Reed, jefe de la Comisión para el estudio de la fiebre amarilla, era un hombre cortés e intachable, indulgente y lógico; no cabe la menor duda de que tuvo que arriesgar vidas humanas, sencillamente porque los animales no contraen esta enfermedad.
También es cierto que el ex leñador James Carroll estuvo dispuesto a arriesgar su vida para comprobar la teoría de Reed, que tampoco se perdía en sentimentalismos cuando se trataba de arriesgar la vida de otros para comprobar una afirmación suya que podía ser no trascendental. Todos los cubanos que fueron testigos oculares de los hechos, están de acuerdo en afirmar que los soldados norteamericanos que se ofrecieron voluntariamente como conejillos de Indias para los experimentos, demostraron un valor poco común. Todos los norteamericanos que también se encontraban en Cuba en aquella época, están seguros que los inmigrantes españoles que se prestaron como conejillos de Indias para las pruebas, no fueron valientes, sino ambiciosos.
Después de que todo el mundo, incluso los mejores médicos habían luchado contra este asesino, con los métodos más contradictorios imaginables, la fiebre amarilla seguía matando, hasta que de pronto se hastiaba de matar. EnAmérica del Norte esto siempre ocurría con las primeras heladas de otoño. La Habana cablegrafió a Washington, y el 25 de junio de 1900 llegaba a Cuba, a Quemados, el comandante Walter Reed, con órdenes de «prestar especial atención a los asuntos relacionados con la causa y prevención de la fiebre amarilla.
Era una orden abrumadora, y si consideramos quién era Walter Reed, diremos que era una orden extralimitada. ¡El mismo Pasteur se había ocupado ya de esta cuestión! Es verdad que Walter Reed tenía cierta capacidad, pero no era lo que se llama un cazador de microbios. Lo primero que hizo la Comisión fue fracasar en su búsqueda de algún microbio en los dieciocho casos de fiebre amarilla que investigaron y entre los cuales hubo casos graves y cuatro defunciones. También hay que mencionar a aquel soldado norteamericano llamado por aquellos investigadores desalmados XY, y cuyo verdadero nombre era William Dean, de Gran Rapids, Michigan. Mientras James Carroll sentía los primeros dolores de cabeza, hicieron que cuatro mosquitos picaran a XY; uno, el que casi había matado a Carroll, y los otros tres, bellezas plateadas que previamente picaron a seis enfermos graves de fiebre amarilla, cuatro gravísimos y dos que murieron. Afluyeron a La Habana técnicos de todos los países, Walter Reed fue aclamado, y entre los sabios que acudieron hubo las acostumbradas discusiones solemnes, dudas y controversias. William Crawford Gorgas, otro hombre sin tacha, preparándose para alcanzar la inmortalidad en Panamá,recorrió las alcantarillas, pozos negros y letrinas de La Habana, haciendo guerra sin cuartel a los mosquitos Stegomyma.
CAPITULO XII: LA BALA MÁGICA
Nuestra historia comenzó con Antonio Leeuwenhoek, hombre positivo que mirando por un ojo mágico, hace doscientos cincuenta años, descubrió los microbios, y que ciertamente habría soltado un típico bufido holandés de menosprecio a cualquiera que se hubiera atrevido a calificar de ojo mágico a su microscopio. Pablo Ehrlich, que era un hombre jovial, será el broche final y necesario de este importante relato. Ehrlich se fumaba veinticinco cigarros al día; gustaba de beber en público un tarro de cerveza en compañía de su mozo de laboratorio, y otros muchos tarros con sus colegas alemanes, ingleses o norteamericanos. Aunque hombre moderno, llevaba en sí algo del espíritu medieval. Nació en Silesia, Alemania, en marzo de 1854. Estando en el colegio nacional de Breslau.
Pablo Ehrlich era diez años menor que Roberto Koch; se encontraba en el laboratorio de Cohnheim el día que Koch hizo su primera demostración con el microbio del carbunco; era ateo, de ahí que necesitara un dios humano, y ese dios fue Roberto Koch. Tiñendo un hígado enfermo, Ehrlich, antes que Koch, había visto un microbio de la tuberculosis; más en su ignorancia, y sin la clara inteligencia de Koch, supuso que los bastoncitos coloreados eran cristales. Pero todo se le iluminó aquella tarde de marzo de 1882 cuando escuchó las pruebas dadas por Koch de haber descubierto lacausa de la tuberculosis. En 1890, Ehrlich regresó de Egipto: no había muerto de tuberculosis. Robert Koch le aplicó su terrible remedio, que tampoco lo mató, y poco después entró a trabajar en el Instituto Robert Koch, en Berlín, en aquellos días trascendentales en que Bering sacrificaba conejillos de Indias para arrancar a los niños de las garras de la difteria, y cuando el japonés Kitasato obraba maravillas con los ratones atacados de tétanos. Ehrlich era el animador de aquel lugar tan serio. Era tan grande su jovialidad y su modestia que siempre estaba riéndose de sus propias ridiculeces; ganaba amigos con facilidad, y como era hombre astuto procuraba que alguno de ellos fueran personas influyentes.
El 31 de agosto de 1909 Paul Ehrlich y Hasta contemplaban un hermoso conejo macho encerrado en un jaula y que disfrutaba de excelente salud, excepto que en la delicada piel del escroto tenía dos úlceras terribles, úlceras causadas por la roedura de los espiroquetos pálidos, que son para los hombres la recompensa del pecado, inyectados por S. Hata un mes antes en el nada pecador conejillo. Bajo el lente de un microscopio construido especialmente para poder observar un ser tan sutil como el microbio pálido, puso Hata una gota del líquido procedente de las úlceras malignas, y en la oscuridad del campo visual, destacándose merced a un potente haz de rayos luminosos que lo iluminaba lateralmente, aparecieron miríadas de espiroquetas pálidas, juguetonas, moviéndose animadamente con diez mil barrenas
Otro trabajo:
Introducción
El libro “Cazadores de microbios” nos habla sobre la historia de distintas personas que en la historia son grandes personajes los cuales todos tienen algo en común, cada uno de ellos por medio de la duda y la observación de ciertos fenómenos se dedicaron a buscar la respuesta a estos fenómenos y por medio muchas y diferentes pruebas y experimentos se encontraron con pequeños microorganismos los cuales eran los causantes de distintas enfermedades en donde antes no se encontraba una explicación.
Antonio van Leeuwenhoek
El primer cazador de microbios
El libro comienza con la historia de Antonio van Leeuwenhoek en donde nos cuenta su vida en una época en donde la ciencia no era tan avanzada y se tenía ignorancia de muchas cosas que en la actualidad muchos conocemos. Era una época en donde se le consideraba un ignorante y no era valorado por las demás personas. Nos cuenta que él tenía un cierto interés por los lentes ya que había escuchado que con ellos se podían ver las cosas un poco más cerca de lo normal. Empieza a fabricar sus propios lentes y a irse superando en la fabricación de los mismos, hasta que consiguió unos lentes tan buenos que podía observar la estructura de muchos objetos y empezaba a conocer a un mundo distinto al cual los ojos están acostumbrados de ver. Después de observar todo lo que estaba en su camino y dar a conocer sus hallazgos, un día se le ocurre
Leeuwenhoek tenia los mejores microscopios de todos ya que el hacía unos lentes de muy buena calidad pero este no quería compartirlos ni decir la forma en que los fabricaba.
Spallanzani
Los microbios nacen de microbios
Otro cazador de microbios fue Spallanzani y el continuo con la investigación de los pequeños organismos que descubrió Leeuwenhoek y se preguntaba si estos pequeños seres aparecían de la nada por medio de la generación espontánea o provenían de otros microorganismos. Él pudo darse cuenta poco a poco de que la generación espontánea era falsa y que había hasta ciertos microorganismos que podían hasta sobrevivir sobrevivir sin oxigeno
Él había descubierto que los pequeños
Luis Pasteur
¡Los microbios son un peligro!
Descubrió que existían 4 tipos de ácido tartárico y no solo dos, y además que en la naturaleza hay variedad de compuestos extraños exactamente iguales.
Un día Monsieur Bigo fue a visitarlo para pedirle ayuda con respecto a problemas de fermentación que había en unas cubas que no daban alcohol. Pasteur examino tanto las cubas en buen estado como las que no funcionaban correctamente y observo algunos bastoncillo que creía eran fermentos del ácido láctico, el creía que estos bastoncillos estaban vivos y transformaban el azúcar en ácido láctico. Empezó a hacer experimentos durante tres años en donde estuvo hirviendo leche y orina, y con estos se dio cuenta que cuando se ponían a hervir estas dos sustancias, quedaban libres de microorganismos y que los matraces en donde se contenían conservaban casi todo su oxígeno, ayudando a la buena conservación de ambos y es lo que nosotros en la actualidad conocemos como la pasteurización.
Robert Koch
La lucha contra la muerte
Koch se puso a investigar sobre una enfermedad misteriosa que mataba vacas y
Analizo también a personas muertas dándose cuenta que entre ellos había un microorganismo en común y concluyo que las personas se contagiaban de tuberculosis inhalando el polvo del aire con gotitas de esputo de los enfermos de tuberculosis.
Más adelante descubrió un bacilo en forma de coma en hindús muertos y que no se encontraba en hindús sanos y se dio cuenta observando el agua pútrida que ahí también se encontraban, sacando como conclusión que el cólera solo podía ser contraído por el hombre al beber aguas muy contaminadas. Koch fue quien demostró que los distintos microbios son causantes de determinantes enfermedades.
Pasteur
Y el perro rabioso
Pasteur le propuso un experimento a Louvrier en donde infectarían a cuatro
Con esta misma técnica se trataron a perros con rabia, en donde se les inyectaba masa del cerebro de un perro con rabia a otro perro sano, y por medio de distintas pruebas se dio cuenta que se podía inmunizar a alguien con la enfermedad una vez que fue mordido. Entonces esta técnica se utilizó para personas que fueron mordidas por un perro con rabia, en donde fue probada por primera vez en un niño y este sobrevivió.
Roux y Behring
Contra la difteria
Emilio Roux, ayudante de Luis Pasteur, descubrió que el bacilo de la difteria destila un veneno extraño y que un gramo de esa sustancia bastaba para producir la muerte de 2,500 perros. Lo que él hizo fue sembrar cultivos puros de bacilos de difteria y los filtro, obteniendo un líquido y reteniendo los bacilos. Esta sustancia la inoculo en conejos y vio que todos ellos sobrevivieron al virus. Emilio Roux creía firmemente que la antitoxina salvaría a los niños de
Emilio Behring trataba de observar los microbios de la difteria. Lo que buscaba era encontrar una sustancia química que cure la difteria. Por medio de varias pruebas descubrió que la respuesta a la enfermedad estaba en la sangre de los animales. Por ultimo obtuvo como conclusión que lo único que destruía el veneno de la difteria es el suero de los animales inmunizados o de los que han tenido difteria.
Elias Metchnikoff
Los diligentes fagocitos
Se ocupó del estudio de la evolución de los gusanos. Tenía una manía de demostrar la supervivencia de los más aptos, de cómo la Humanidad resiste a los asaltos de gérmenes dañinos, aseverando que, los supervivientes no son los mejores, sino los más hábiles.
Por medio de la observación de las estrellas de mar descubrió que si les enterraba espinas de una rosa al siguiente día la espina estaba rodeada por mazas de células errantes, lo cual denomino como “fagocitos” que significa célula que come. Después observo como las células errantes de la pulga de agua, sus fagocitos, se abalanzaban sobre las agujas rodeándolas, comiéndolas, haciéndolas desaparecer.
Metchnikoff decidió estudiar el endurecimiento de las arterias por medio de la sífilis, y junto con Roux se aventuró a estudiar la enfermedad.
Teobaldo Smith
Las garrapatas y la fiebre de Texas
Fue quien dio la explicación de por qué el ganado vacuno cuando era trasladado se enfermaba y moría
Decían que la fiebre de Texas era producida por un insecto que vivía sobre las vacas, chupándoles la sangre, insecto que denominaba garrapata. Se decía que sino había garrapatas, no había fiebre de Texas.
Smith reflexionaba sobre el notorio cambio de la sangre en las vacas que puso a prueba. El microbio desconocido de la fiebre de Texas ataca a la sangre, parece que algo se introduce en los globulos rojos, haciéndolas reventar. Al observar la sangre de una vaca muerta pudo ver curiosos espacios periformes, y noto que los agujeros se convertían en seres vivientes piriformes. La conclusión de Smith fue que la enfermedad era transmitida por la garrapata joven ya que atacaba los globulos rojos dejándolos picoteados y destruidos.
Bruce
La pista de la mosca Tse-Tsé
David Brace tenía interés en estudiar los virus misteriosos que estaban en África, donde además había centenares de moscas, garrapatas y mosquitos. Se dedicó específicamente en todo aquello relacionado con la nagana. Esta enfermedad se caracterizaba por infiltrarse en los mejores caballos, enfermarlos, mostrando destrucción de la grasa y sustituyéndola por bolsas acuosas en el vientre y causándoles una abundante secreción nasal, los ojos se cubrían de una película lechosa y quedaban ciegos. Las moscas
La teoría de Bruce acerca de esto era que las moscas tse-tsé deberían de infectarse de tripanosomas en alguna otra fuente que no era el hombre, tal vez esta fuera la sangre de ciertas bestias.
Ross contra Grassi
El paludismo
Ronald Ross y Battista Grassi habían demostrado que solamente una especie de mosquito causaba el paludismo.
Ross decía que los mosquitos chupaban la sangre a los palúdicos; la sangre contienen a los parásitos y estos penetran en el estómago de los mosquitos y emiten flagelos, los flagelos se desprenden y penetran en el cuerpo de los mosquitos convirtiéndolos en una forma resistente parecida a las esporas del carbunco. Los mosquitos mueren, caen al agua y las personas beben el caldo de los mosquitos muertos. Se dedicó a cazar variedades de mosquitos y a examinarlos, hubo una ocasión en donde abrió uno y encontró células irregulares formando una cosa redonda. Esos círculos deberían ser el parasito del paludismo en vías de reproducción. Después se pudo dar cuenta que tenía la certeza de que los mosquitos esparcían la enfermedad del paludismo a sitios ectópicos y a personas que
Walter Reed
En interés por la ciencia y la humanidad
La fiebre amarilla había cobrado muchas víctimas en San Cristóbal de la Habana y Walter Reedfue designado a la investigación de cómo combatirla. Era necesario hacer experimentos encaminados a demostrar que la fiebre amarilla es transmitida por los mosquitos, pero era necesario experimentar en seres humanos. Reed instalo un campamento donde se dedicó a buscar voluntarios que se dejaran ser picados por los mosquitos.
Se experimentó con muchas personas y se pudo notar que algunas cuando eran picadas por los mosquitos adquirían la enfermedad. Logro obtener sangre infectada de fiebre amarilla e inyecto el líquido filtrado 3 personas no inmunes y 2 de ellas contrajeron la enfermedad. La fiebre amarilla era causada por un microbio pequeño.
Pablo Ehrlinch
La bala mágica
La idea de Ehrlich era matar los microbios y habría que matarlos con una bala mágica, por ello logro transformar una droga en un producto que logro salvar la vida de los hombres. Decía que tenía que existir una sustancia que no se fijara en ninguno de los tejidos del cuerpo humano, pero que tiña y mate todos los microbios que atacan al hombre. Experimento con ratones inyectándoles diferentes sustancias para ver cómo funcionaban y como mataban los microorganismos, hasta que inyecto una sustancia llamada 606 que hacia desaparecer todos los tripanosomas.
Cazadores
de Microbios
I: El Primer cazador de microbios:
Hace 250 años, Leeuwenhock fue el primero en asomarse a un mundo nuevo. Llevando por el afán de revelar el misterio de ciertos milagros, se atrevió a penetrar en las regiones habitadas por enemigos alevosísimos. Éstos cazadores no vacilan en conocer a aquellos seres mortíferos, los persiguen hasta sus guaridas más recónditas y nos dibujan un mapa a simple viste, esos hombres atrevidos desafían a la muerte, muchas veces triunfadora de ella durante décadas sufriendo infinidad de decepciones.
Cuando en Leeuwenhock nació el deseo de hacer investigaciones, la investigación científica aún no había llegado a ser una “profesión”. El hombre europeo apenas había empezado a sacudirse de supersticiones más obscuras: ni siquiera se había percatado de su ignorancia. Leeuwenhock había oído decir que fabricando lentes de un trozo de cristal transparente se podían ver las cosas, a través de tales lupas, mucho mayores de lo que parecen a simple vista. Visitó las tiendas de óptica y aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes y se inició en el arte de los orfebres, montó sus lentes en cuadriláteros de oro, plata y cobre.
Encontraba la manera de fabricar una lente minúscula de un diámetro inferior a 3 mm, tan simétrica, tan perfecta que le permitiría ver las cosas más pequeñas enormemente agrandadas y con una nitidez fantástica, con el fin de observar otras cosas, se fabricó cientos de microscopios; luego, volvía a examinaraquellas preparaciones con el de las anteriores. En este aislamiento trabajó durante 20 años.
En Inglaterra, Francia y en Italia los hombre extraordinarios miraban con recelo todo lo que tenía visos de ciencia nueva, en Inglaterra fundaron una sociedad llamada “The invisible College” , que tuvo que ser invisible porque Cromwell los habría ahorcado por conspiradores y herejes si hubiera llegado a enterarse de los extraños asuntos que intentaban dilucidar. Leeuwenhoek por aquellos años ya era muy arisco y desconfiaba de todo el mundo, al fin permitió a Graaf que mirase por aquellos ojos mágicos suyos, aquellas diminutas lentes sin igual en Europa. Su extravagancia aparente, se reveló más tarde como preparación para aquel día imprevisto en que observó una pequeña gota límpida agua de lluvia, en los cuales había bichitos, son mil veces más pequeños que cualquier de los bichos que podemos ver a simple vista. Un mundo fantástico de seres su visibles, criaturas que habían vivido, seres de una casta que destruye y aniquila razas enteras de hombres diez millones de veces más grandes que ellos mismo, asesinos silenciosos que matan a los niños en sus cunas tibias y a los reyes en sus seguros palacios. De nuevo vio aquellos seres, no una sola especie sino otra más grande que la primera “moviéndose con gran agilidad, porque tenían varios pies increíblemente sutiles” . Unos cuentos miembro de la Academia lo tomaron en serio, todo lo que hasta ahora les había comunicado había resultado cierto.La Real Academia encargó a Robert Hooke y a Nehemiah Grez que construyesen los mejores microscopios de que fueran capaces. Antonio Leeuwenhoek no había mentido, poco más tarde, la Real Academia lo nombró de número y le envió un vistoso diploma de socio en una caja de plata cuya iba grabadas los emblemas de la sociedad. La contestación de Leeuwenhoek fue “les serviré fielmente durante el resto de mi vida”.
Cansado de observar aquellos animalitos, salió a dar un paseo bajo los altos árboles que dejaban caer sus hojas amarillentas en los espejos obscuros de los canales. Se encontró con un viejo, que no se había limpiado los dientes en su vida, lo llevó a laboratorio y encontró que en la boca del anciano, había dado albergue a una especie nueva de criaturas, pero no se le ocurrió pensar que aquellos animalitos pudieran ser la causa de una enfermedad. Examinó su boca después de haber bebido café y se dio cuenta de que había matado a todos esos bichitos maléficos, y al beber agua fría, éstos no recobraron su vitalidad. En 1723, a la edad de 91 años, en su lecho de muerte, da a su amigo Hoogvliet unos escritos para que los tradujera en latín y los enviara a Londres a la Real Academia y cumple, su palabra de se fiel hasta su lecho de muerte.
II: Los microbios nacen de microbios:
Leeuwenhoek ha muerto, en Scandiano nacía en 1729 otro cazador de Microbios, este era Lázaro Spallanzani, examinaba atentamente a losserenes vivos de la naturaleza, quería saber como funcionaban las cosas sin que le importaran tanto los destinos ulteriores de los animales “operados”. El joven Italiano, tuvo que sostener grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios, a hurtadillas visitó a Vallisnieri, el célebre hombre de ciencia, a quien dio cuenta de todos sus conocimientos. Spallanzani fue enviado a la Universidad de Regio para emprender la carrera de la ciencia. En aquella época el ser hombre de ciencia era profesión mucho más respetable y segura que cuando Leeuwenhoek empezó a fabricar lentes. El Invisible College, ya no tenía que esconderse y obtenían en todas partes el apoyo generoso de los parlamentos y de los reyes. A los 25 años de edad, hizo una traducción de los poetas clásicos. Se ordenó sacerdote católico y se ganaba la vida diciendo misa. Antes de cumplir los 30 años, fue nombrado profesor en la Universidad de Regio, donde explicaba sus lecciones ante un auditorio entusiasta que le escuchaba pasmado, ahí fue donde dio comienzo a sus estudios sobre los animalillos. Empezó torpemente a aprender a cultivar bichejos microscópicos y a manejar el microscopio.
Needham, al mismo tiempo, iba recobrando fama en Inglaterra, con la pretensión de que el caldo de carnero engendraba animales microscópicos. Éste descubrimiento, produjo enorme sensación entre los miembros de la Real Sociedad, se reunieron y pensaron en nombrarlo miembro de aquella restringida aristocracia del saber.Spallanzani, leía las sensacionales noticias referentes a los animalillo creadores por Needham y acabó por bufar. Spallanzani, empezó a afilar sus armas para emplearlas contra su colega de sacerdocio, se esforzaba por descubrir el punto vulnerable del experimento de Needham. Tenía que fundar su objeción en un experimento contundente y debería desechar sus propias explicaciones, si fuera necesario. Dedicó los días que siguieron a múltiples cosas que no eran suficientes para consumir su infatigable actividad. En aquel momento ya no era el Spallanzani animado y brillante, era un hombre lento, calmoso como autómata, fue poniendo gota tras gota del caldo bajo la lente del microscopio y demostró que no había ningún ser vivo. Los animalitos que hay en el aire lograron colarse después de las redomas mal tapadas, los seres vivientes pueden soportar la temperatura del agua hirviendo y seguir vivos para matarlos hay que mantenerlos a esta temperatura durante una hora. Enseñó a sus discípulos que la vida sólo procede de la vida, que todos los seres vivos, aun esos mismos bichitos tienen progenitores.
Needham fue a Paris a dar conferencias acerca de su caldo y se hizo amigo del Conde de Bufón, éstos 2 hombres se pusieron a inventar el origen de la vida y dijeron que todo era una fuerza a la que llamaron “fuerza vegetativa”. La Real Academia de París, nombró al padre Needham socio correspondiente. A Spallanzani no le pareció mucha la idea y aunque él fuera católico, no alardeaba con Dios y dijo que laciencia estaba en peligro si se llamada y tomaba ese concepto, Needham no había realizado el proceso adecuadamente, y Spallanzani trató de oponerse a sus propias ideas y descubrió que la fuerza vegetativa era un mito, comprendió que la idea de elasticidad menguaba a consecuencia de la ebullición era una pura tontería y nada más. La cocción a la que había estado sometida, no estaba perjudicada a lo más mínimo y volvió a ensayar un gran número de pruebas, pero el resultado siempre fue el mismo. Así concluyó la fuerza vegetativa. Spallanzani era aclamado en todas las universidades de Europa. Spallanzani, creó fama y Volta, Scarpa y Scropoli, le tendieron una trampa, destrozaron el museo de historia natural y no dejaron nada, poco tiempo después se conoció que Spallanzani era inocente y lo dejaron libre. Volta y sus colegas fueron expulsados de la Universidad, y él se dio cuenta de que los animales, bichos y microorganismos, se multiplicaban conforme pasaba el tiempo y se debía al aire que estaba contaminando. En 1799 sufrió un ataque de apoplejía y murió pocos días después.
III: Luis Pasteur:
En 1831, 32 años después de la muerte de Spallanzani, la casa de microbios se encontraba estacionada, otras ciencias progresaban rápidamente. En Octubre de 1831 un niño de 9 años, muy curioso se apartaba de toda la gente, poco a poco se fue aislando. Durante los 20 primeros años de su vida, reveló sus dotes como científicoinvestigador, y fue enviado a la Escuela Normal de París, en donde pro primera vez, entró a su clase de a química, impartida por Dumas, y tuvo la intuición de que él también sería un gran químico y empezó a realizar investigaciones pro su propia cuenta, con frasco y tubitos que contenían líquidos malolientes y sustancias de vistosos colores. Pasteur estaba emprendiendo su descubrimiento en la química y lo hizo, cuando tenía 26 años, descubrió que había 4 clases de ácidos y no solamente 2. Recibió felicitaciones de químicos 3 veces más sabios que él. Y fue nombrado profesor de la Universidad de Estrasburgo, se casó con la hija del decano de la Facultad. Fue nombrado profesor y decano de la facultad de Ciencias de Lila y tropezó por primera vez con los microbios. Demostró al mundo la enorme importancia de los microbios y con esa actividad se creó partidarios fanáticos. Encontró grandes grasas móviles y enredadas de seres como bastoncitos agitados por todos lados y resultó que eran los fermentados del ácido láctico, del mismo modo que la levadura fermenta alcohol. No logró entrar a la Academia de Ciencias en París. En medio de toda esta actividad, se le ocurrió un método con el cuál sería posible probar que los bastoncitos estaban vivos y que obstante su miserable pequeñez, realizaban una labor titánica sería capaz de llevar a cabo transformar el azúcar en ácido láctico. Ideó un medio de cultivo y vio que su método era efectivo y que efectivamente su teoría estaba comprobada. “laverdadera causa de las fermentaciones son unos seres vivientes, unos sub. Visibles”. Siempre trabajó sólo, pero acompañado de Madame Pasteur, quien traducía los escritos y las faltas de ortografía de Luis Pasteur. Pasteur destruye la carrera de Liebig, que los fermentos no intervienen para nada en la transformación del azúcar en alcohol y si, fabricaban alcohol. Hizo ensayos fantásticos que duraban de junio a septiembre y en este tiempo, se transformó en conferenciante. La Academia de Ciencias le concedió ahora el premio de Fisiología. Era muy insolente y tenía aires despreciativos pero sus experimentos eran brillantes. Pasteur, puso en duda los conocimientos de los naturistas y a ellos, no les sentaron nada bien sus palabras en especial a 3 personajes: Monsieur Pouchet, Joly y Monsieur Musset, quienes decidieron combatir a Pasteur con sus mismas armas y en su terreno, así que lo desafiaron, y ninguno de los 2 ganó, fue Tyndall quien descubrió años después que ambas respuestas juntas eran buenas. Puso un proyecto, apagó las luces y mostró que en el aire había partículas que brillaban, que esas esas eran todas las partículas que son portadoras de enfermedades y muertes. Y todos los franceses sintieron morbo y curiosidad por los nuevos descubrimientos de pasteur, consiguió nuevos laboratorios.
En 1861, su antiguo profesor Dumas, pidió su ayuda, porque los gusanos de seda ya no producían seda y se morían, se dio cuenta de que el alimento que comían estaba contaminado, y ellas se contaminabantambién, mandó a sus asistente Gernez a investigar acerca de los gusanos de sena y él le dijo que los glóbulos que el decía enfermos, estaban vivos, tuvieron que pasar 6 meses para que Pasteur creyera lo que Gernez le decía, al año siguiente, vieron hermosos gusanos y una increíble producción de seda. Pasteur, tuvo un ataque de hemorragia cerebral que lo dejó de un lado paralizado. Luis Pasteur, fue muy amigo de Claude Bernard que muere y sus amigos publican unos relatos donde decía que las teorías de Luis Pasteur eran falsas completamente y que era una farsa, a lo que Luis contestó con unos escritos diciendo que eso eran blasfemias. Pronto aparece un joven prusiano, que emprendía la ruta hacia aquellos milagros científicos, fue Robert Koch.
IV: ROBERTO KOCH: Lucha contra la Muerte:
Entre 1860 y 1870 aparece Robert Koch, se casa con Emma Frantz, era doctor y escribía recetas, checaba pacientes, niños y sacaba la lengua y medicaba, pero no siempre funcionaba. Su esposa le regala un microscopio el día de su cumpleaños, y no lo sacó de ahí después, en el microscopio, le gusta poner gotas de carbunco, que era en ese entonces una enfermedad misteriosa, hasta que se le ocurrió probar con sangre de ovejas y vacas muertas por la enfermedad, entre los glóbulos, vio unas cosas extrañas en forma de bastones, que eran bacilos, gérmenes vivos, causas reales del carbunco, y nadie excepto Pasteur lo creyó.Koch estudió animales sanos en vez de enferma, y vio que tenían manchitas negras y salpullidos. Decidido probar con la enfermedad, y como era pobre y no podía comprar una vaca, compró ratones y sólo tenía un microscopio que su esposa le había regalado, así que poco a poco, empezó a construir su propio laboratorio, y encontró un procedimiento en el que podría contagia a una rata con al enfermedad, constaba de abrirle la cola, y picarlo con una astillita de madera empapada de la enfermedad mortal y esperar su reacción. A la mañana siguiente, Koch encontró a los ratones muertos y descubrió como contagiar la enfermedad. Después de analizarla, se dio cuenta que los bastoncitos que aparecían, se iban duplicando poco a poco, hasta que se reproducían en millones. Koch no hizo público su experimento. Tenía 34 años cuando mostró su descubrimiento de que los microbios eran las causas de las enfermedades. Compró una cámara fotográfica y la adaptó a si microscopio, así consiguió las primeras fotos de las bacterias. En 1880, el Departamento de Sanidad le da un laboratorio increíblemente equipado, en el que pudiera hacer los cultivos necesarios para su investigación. En los animalitos, descubrió tubérculos de color gris amarillento, y estos a su vez, pasan por todo el cuerpo llevándose todo a su paso y matando mucha gente. Fracaso muchas veces con sus intentos, hasta que aplicó un método donde encontró 43 familias de bastoncitos, Koch, había descubierto el microbio de la tuberculosis y lo habíalogrado combatir.
V: Pasteur: El carbunco y la rabia:
Koch acababa de dejar estupefactota a los médicos alemanes con sus esporas de carbunco. Pasteur decía que lo que mataba a las mujeres eran los microbios de las enfermas.
Koch poseía una lógica fría de un texto de geometría previniéndose de todas las objeciones que pudieran serle hechas por los incrédulos antes de que éstos se percataran de la existencia de algo que pudiera ser puesto en duda.
Pasteur era tentador apasionado, que siempre estaba lanzando teorías generales y conjeturas fantásticas, las cuales salían disparadas a semejanza de los cohetes en una fiesta campestre. Patear, puso a trabajar a Roux y Chamberlant en el fantástico experimento de inyectar bacilos de carbuco a unos conejillos de indias.
Louvrier retó a Pasteur experimentando su según fórmula curativa, con 4 vacas, siento la conclusión que una vaca con curaciones y una sin curaciones, sobrevivieron. Y Pasteur pensó “si una vaca ha tenido carbunco y sale adelante, no hay en el mundo del microbio capaz de producirle otro ataque, está inmunizada”. Por los años de 1878 y 1882 Pasteur logra la inmunización. Pasteur tenía ya 58 años cuando descubre la vacuna que libraba el cólera. Los enemigos de Pasteur ya estaba en acecho otra vez, había ofendido a los veterinarios y a los médicos y tramó una intriga para aniquilar a Pasteur obligándole a realizar en público un experimento comprometedor. Utilizar su vacuna contra encólera en 42 vacas 8 borregos y conejillos de la India. Transcurridos 12 días, repitió la función de la inyección y fue inyectada la segunda vacuna y a los 14 días igualmente, así, se esperaron hasta el 2 de junio de 1881 para juzgar a Luis Pasteur y todo el público se quedó escéptico. El experimento de Pasteur Funcionó.
Comenzó la mejor de sus investigaciones tiempo después, descubrió que el microbio en forma de 8 existía en la boca de muchas personas que jamás habían estado cerca de un perro rabioso. A finales de 1882, tropieza con los indicios de rabia. Hizo pruebas con perros, su aprendiz Roux, encontró la manera de perforarles el cráneo quirúrgicamente, sin lastimar al animal y detectaron que la bacteria llegaba hasta el cerebro. Después de muchos intentos, los perros inoculados con la sustancia procedente se puso bien y se reestableció por completo. Las 14 vacunas antirrábicas habían funcionado. El 6 de julio de 1885, fue hecha la primera inyección de microbios atenuados en rabia. Pasteur muere en 1895 acompañado de sus colegas y su esposa.
VI: Roux y Behring: contra la difteria:
Roux sigue con el laboratorio de Pasteur, pero no tiene el mismo talento nato que él tenía y no consigue llegar a lo que se había propuesto, Descubre el bacilo de la peste bubónica y se dispone a desaparecer la difteria. Cultivaron el bacilo utilizando aves y pájaros para sus experimentos. Intentaron separar los microbios del caldo donde se han desarrollado y empelan aire apresión. Roux inyectó dosis elevadas de caldo filtrado al mismo animal, aquel líquido no contenía veneno. Al ver que no funcionaba, Roux, inyectó más dosis que para un axial tan pequeño, era una muerte segura, sorpresivamente los soportaron y a las 8 horas tuvieron síntomas malignos y a los 5 días murieron.
2 meses después, dio con la razón de la escasa toxicidad del caldo, no había dejado el tiempo suficiente el cultivo en la estufa y por eso no produjo el veneno. No logró curar la enfermedad.
CAPÍTULO VII: Los Diligentes Fagocitos
Elías Metchnikoff, judío nacido en el sur de Rusia en 1845. Su ambición era llegar a investigador notable. A diferencia de Koch y de Leewenhoek, Metchnikoff leí acerca de la Evolución, pero no sabía ni una sola palabra de microbios.
A los 23 años, se había casado con Ludmilla Feodorovitch, una muchacha tuberculosa. Ludmilla murió al fin, aliviada en sus últimos días por la Morfina. Metchnikoff que tomó los mismos hábitos de su esposa, se dispuso a vagar por España, llegó a Ginebra y cada vez consumía más cantidades de droga.
2 años después de la muerte de Ludmilla, encontró a Olga y poco tiempo después se casaron. Metchnikoff transformó repentinamente de naturista a cazador de microbios, marchó con Olga a Sicilia en donde instaló un laboratorio de aficionado en la sala de la casa que había alquilado. Su intuición le hizo comprender que los microbios eran ya un asuntocientífico importante.
Poco tiempo después, empezó a estudiar la digestión de los alimentos, había descubierto células errantes que formaban parte de sus cuerpos, pero eran independientes. Metchnikoff cambió de rumbo completamente. Los glóbulos blancos de nuestra sangre, deben ser las que nos protegen contra los microbios invasores, seguramente la causa de nuestra inmunidad contra las enfermedades, son las que impiden que la raza humana sucumba ante los bacilos maléficos, desde este momento Metchnikoff es ya un cazador de microbios.
En compañía de Olga y de los niños se apresuró a trasladarse a Viena para dar a conocer su teoría de inmunidad, en que en nuestros cuerpos poseen células errantes que destruyen a los microbios. Metchnikoff adoptó la palabra fagocito, que esa palabra más tarde, fue la explicación de la inmunidad.
El mas grande cazador de microbios (Pasteur) creía en el, y le dio además de trabajo, un laboratorio completo para él solo. Inició la batalla pro de su teoría. Durante 20 años, la sangre y los fagocitos pudieron cooperar para preservarnos de los microbios.
Sus ideas sobre los instintos y las necesidades eran distintas de todas las de los demás investigadores. En el siglo XX, Metchnikoff se dispuso a escribir un libre donde narraba todo lo que había descubierto acerca de la inmunidad. Como la muerta aterraba a Metchnikoff, se dispuso a crear algo que le diera la esperanza a la Humanidad de una muerte fácil y decidieron empezar a probar con monos.
Roux, sualiado, inventó un ungüento gris a base de calomelanos, que en la actualidad está extinguiendo la sífilis de los ejércitos y marinas de guerra del mundo entero. El resultado fue soberbios, pues no presentaron el menos signos de úlcera maligna. Metchnikoff inventó otra causa del endurecimiento de las arterias, lo que nos hace envejecer prematuramente, ideo pruebas para comprobar que el cuerpo humano era envenenado por vía intestinal.
Había pueblos en Bulgaria en donde alcanzaban una edad de más de cien años, Metchnikoff no fue a convencerse de ello, lo creyó y se dieron cuenta que el alimento principal era la leche agria. El bacilo búlgaro, hizo furor; se fundaron compañías para prepararlo, enriquecieron vendiendo el producto agrio y los productos tenían en nombre de Metchnikoff en las etiquetas.
Metchnikoff vivió austeramente durante casi 20 años sin probar bebidas alcohólicas, sin fumar y permitirse otras extralimitaciones. Murió a los 71 años.
CAPÍTULO VIII: Las Garrapatas y la Fiebre de Texas
Teobaldo Smith fue el primer capitán de bacteriólogos norteamericanos y continúa siéndolo. Dio la explicación de porque el ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur enferma y muerte de la fiebre de Texas y porque el ganado vacuno del sur acarrea al ir al norte de una muerte misteriosa para sus congéneres de esta región. Iba embebiéndose de las proezas de Roberto Koch y empezó a imitar los sutilesprocedimientos empleados por Koch para nutrir y acechar a los horribles bacilos. Inventó una vacuna de una especie nueva y curiosa que no contenía bacilos, sino sus componentes proteínicos filtrados.
En 1888, el Doctor Salmon (pagado para que Smith resolviera en caso) puso a Smith y a Alejandro a trabajar sobre la fiebre de Texas, se presentaba la nueva clase de caza de microbios. Smith, había descubierto algo: El microbio ataca a ala sangre; parece que algo se introduce en los glóbulos rojos, haciéndoles reventar. Dentro de los glóbulos rojos es donde tengo que buscar el microbio. Smith, había mostrado ya, que sus experimentos eran convincentes.
En 1890, Smith había comprobado que su teoría era verídica. Con su informe, Smith dio un gran impulso al progreso de la Humanidad, mostrando de qué manera, completamente nueva y fantástica, un insecto determinado y sólo este insecto, puede transmitir una enfermedad.
CAPÍTULO IX: La pista de la mosca TséTsé
Joven, comandante en jefe del Servicio Médico del ejército inglés. David Bruce, se hizo militar con un sueldo de mil dólares anuales. Fue destinado a la Isla de Malta y con él, en viaje de novios iba Mistress Bruce. Reinaba en una isla, una enfermedad misteriosa, llamada fiebre de Malta, padecimiento que producía los soldados fuertes dolores en las tibias y les hacía maldecir la hora en la que se les había ocurrido entrar al servicio del Imperio. Bruce siendo médico,comprendió que había que buscar la causa de la fiebre de Malta. Mistress Bruce, de ésta manera, se convirtió en la ayudante y mano derecha de su esposo en sus locos experimentos. Juntos, estos bacteriólogos recién casados descubrieron el microbio de la fiebre de Malta, pero fueron trasladados a otro país.
La orden de traslado fue rectificada y Bruces tuvo que regresar a Inglaterra para enseñar bacteriología. Ahí tuvo suerte de encontrar a Sir Walter Kely- Hutchinson, gobernador de Natal y de Zululandia, los 2 aventureros visionarios forjaron grande planes. Los 2 solos constituían la primera Comisión Británica para el estudio de la Nagana y Zululandia. En la sangre de uno de los caballos enfermos de muerte, observó Bruce entre los glóbulos rojos, ligeramente amarillos y apelotonados, una danza violenta y desusada y haciendo deslizar la preparación por el campo visual de microscopio llegó a un espacio libre en aquel hervidero de células sanguíneas. El cuerpo flexible, presentaba de trecho en trecho especies de nudos. Son tripanosomas.
Bruce, debió trasladarse a Pietermaritzburg, donde había estallado una terrible epidemia de fiebre tifoidea. Hely- Hutchinson volvió a interesarse por Bruce y en Septiembre de 1895 éste y su mujer volvieron a tomar el camino de Ubombo para despejar la incógnita de cómo la Nagana pasa de una animal enfermo a otro sano. Fue a preguntar a los habitantes del pueblo y procedió a poner en prueba ambas opiniones.
Los microbios de la nagana pueden estar latentesen la caza mayor, esperando la oportunidad de ser transmitidos por las moscas tsétsé a animales domésticos. La real sociedad envió entonces al veterano David Bruce, con Nabarro y con el sargento Gibbons. Mistress Bruce, formaba también parte de la expedición como ayudante.
Después de pruebas y observaciones, concluyeron que esto significaba que algún insecto chupador de sangre y que vivía únicamente cerca del agua, era portador de ésta enfermedad. Si hay una mosca chupadora se sangre llamada Kivi; pero no hay moscas tsétsé en Uganda, sin embargo, debería de haberlas, en efecto las habías, un buen día paseando por el jardín botánico, de su mujer oyó un grito “espera David, llevas dos moscas tsétsé en la espalda”.
Kivi, era el nombre que daban en Uganda a la mosca tsétsé. Bruce solicitó una audiencia a Apolo Kagwa, el primer ministro de Uganda. Donde haya enfermedad del dueño, tiene que haber moscas tsétsé y donde no se encuentren tsétsé no habrá enfermedad del sueño. Apolo, se dispuso a recorren los lagos, lagunas de Uganda, en busca de tsétsé. Así empezó Bruce a librar a África de la enfermedad del sueño. David Bruce, fue ascendido a coronel y nombrado caballero de la orden del baño, Lady Bruce continuaba siendo su ayudante.
La real sociedad, envió a Bruce a otra comisión, productora de la fiebre de Malta. Entre los nuevos comisionados iba un inteligente bacteriólogo llamado Tulloch. El cual salió un día de excursión a un lugar a la orilla del lago y en menos de un añodormía el sueño de la muerte. Bruce hizo las maletas y embarcó para Uganda, en donde encontraron nuevas epidemias de enfermedad del sueño. Un día encontró Bruce los microbios de la enfermedad del suelo en la sangre de una vaca de a isla de Kome. Hubo que limpiar a los antílopes, lo mismo que de hombres la zona donde había moscas, para que las Kivi se vuelvan inofensivas, y efectivamente, la enfermedad del sueño desapareció de los márgenes del Lago Victoria Nyanza.
Su última expedición a África tuvo lugar en 1911, en donde permaneció hasta 1914 próximo a los 70 años, su naturaleza robusta empezó a resentirse a consecuencia de una afección bronquial. Nyassalandia fue el último campo donde Bruce dio la batalla de la enfermedad del sueño, y encontró Glossina Morsitans (enfermedad del sueño) , no sólo vive en las orillas de los lagos y de los ríos, sino que zumba y pica de une extremos a otro de Nyassalandia y no hay manera de escapar de ella.
I: El Primer cazador de microbios:
Hace 250 años, Leeuwenhock fue el primero en asomarse a un mundo nuevo. Llevando por el afán de revelar el misterio de ciertos milagros, se atrevió a penetrar en las regiones habitadas por enemigos alevosísimos. Éstos cazadores no vacilan en conocer a aquellos seres mortíferos, los persiguen hasta sus guaridas más recónditas y nos dibujan un mapa a simple viste, esos hombres atrevidos desafían a la muerte, muchas veces triunfadora de ella durante décadas sufriendo infinidad de decepciones.
Cuando en Leeuwenhock nació el deseo de hacer investigaciones, la investigación científica aún no había llegado a ser una “profesión”. El hombre europeo apenas había empezado a sacudirse de supersticiones más obscuras: ni siquiera se había percatado de su ignorancia. Leeuwenhock había oído decir que fabricando lentes de un trozo de cristal transparente se podían ver las cosas, a través de tales lupas, mucho mayores de lo que parecen a simple vista. Visitó las tiendas de óptica y aprendió los rudimentos necesarios para tallar lentes y se inició en el arte de los orfebres, montó sus lentes en cuadriláteros de oro, plata y cobre.
Encontraba la manera de fabricar una lente minúscula de un diámetro inferior a 3 mm, tan simétrica, tan perfecta que le permitiría ver las cosas más pequeñas enormemente agrandadas y con una nitidez fantástica, con el fin de observar otras cosas, se fabricó cientos de microscopios; luego, volvía a examinaraquellas preparaciones con el de las anteriores. En este aislamiento trabajó durante 20 años.
En Inglaterra, Francia y en Italia los hombre extraordinarios miraban con recelo todo lo que tenía visos de ciencia nueva, en Inglaterra fundaron una sociedad llamada “The invisible College” , que tuvo que ser invisible porque Cromwell los habría ahorcado por conspiradores y herejes si hubiera llegado a enterarse de los extraños asuntos que intentaban dilucidar. Leeuwenhoek por aquellos años ya era muy arisco y desconfiaba de todo el mundo, al fin permitió a Graaf que mirase por aquellos ojos mágicos suyos, aquellas diminutas lentes sin igual en Europa. Su extravagancia aparente, se reveló más tarde como preparación para aquel día imprevisto en que observó una pequeña gota límpida agua de lluvia, en los cuales había bichitos, son mil veces más pequeños que cualquier de los bichos que podemos ver a simple vista. Un mundo fantástico de seres su visibles, criaturas que habían vivido, seres de una casta que destruye y aniquila razas enteras de hombres diez millones de veces más grandes que ellos mismo, asesinos silenciosos que matan a los niños en sus cunas tibias y a los reyes en sus seguros palacios. De nuevo vio aquellos seres, no una sola especie sino otra más grande que la primera “moviéndose con gran agilidad, porque tenían varios pies increíblemente sutiles” . Unos cuentos miembro de la Academia lo tomaron en serio, todo lo que hasta ahora les había comunicado había resultado cierto.La Real Academia encargó a Robert Hooke y a Nehemiah Grez que construyesen los mejores microscopios de que fueran capaces. Antonio Leeuwenhoek no había mentido, poco más tarde, la Real Academia lo nombró de número y le envió un vistoso diploma de socio en una caja de plata cuya iba grabadas los emblemas de la sociedad. La contestación de Leeuwenhoek fue “les serviré fielmente durante el resto de mi vida”.
Cansado de observar aquellos animalitos, salió a dar un paseo bajo los altos árboles que dejaban caer sus hojas amarillentas en los espejos obscuros de los canales. Se encontró con un viejo, que no se había limpiado los dientes en su vida, lo llevó a laboratorio y encontró que en la boca del anciano, había dado albergue a una especie nueva de criaturas, pero no se le ocurrió pensar que aquellos animalitos pudieran ser la causa de una enfermedad. Examinó su boca después de haber bebido café y se dio cuenta de que había matado a todos esos bichitos maléficos, y al beber agua fría, éstos no recobraron su vitalidad. En 1723, a la edad de 91 años, en su lecho de muerte, da a su amigo Hoogvliet unos escritos para que los tradujera en latín y los enviara a Londres a la Real Academia y cumple, su palabra de se fiel hasta su lecho de muerte.
II: Los microbios nacen de microbios:
Leeuwenhoek ha muerto, en Scandiano nacía en 1729 otro cazador de Microbios, este era Lázaro Spallanzani, examinaba atentamente a losserenes vivos de la naturaleza, quería saber como funcionaban las cosas sin que le importaran tanto los destinos ulteriores de los animales “operados”. El joven Italiano, tuvo que sostener grandes luchas con su familia para llegar a ser un cazador de microbios, a hurtadillas visitó a Vallisnieri, el célebre hombre de ciencia, a quien dio cuenta de todos sus conocimientos. Spallanzani fue enviado a la Universidad de Regio para emprender la carrera de la ciencia. En aquella época el ser hombre de ciencia era profesión mucho más respetable y segura que cuando Leeuwenhoek empezó a fabricar lentes. El Invisible College, ya no tenía que esconderse y obtenían en todas partes el apoyo generoso de los parlamentos y de los reyes. A los 25 años de edad, hizo una traducción de los poetas clásicos. Se ordenó sacerdote católico y se ganaba la vida diciendo misa. Antes de cumplir los 30 años, fue nombrado profesor en la Universidad de Regio, donde explicaba sus lecciones ante un auditorio entusiasta que le escuchaba pasmado, ahí fue donde dio comienzo a sus estudios sobre los animalillos. Empezó torpemente a aprender a cultivar bichejos microscópicos y a manejar el microscopio.
Needham, al mismo tiempo, iba recobrando fama en Inglaterra, con la pretensión de que el caldo de carnero engendraba animales microscópicos. Éste descubrimiento, produjo enorme sensación entre los miembros de la Real Sociedad, se reunieron y pensaron en nombrarlo miembro de aquella restringida aristocracia del saber.Spallanzani, leía las sensacionales noticias referentes a los animalillo creadores por Needham y acabó por bufar. Spallanzani, empezó a afilar sus armas para emplearlas contra su colega de sacerdocio, se esforzaba por descubrir el punto vulnerable del experimento de Needham. Tenía que fundar su objeción en un experimento contundente y debería desechar sus propias explicaciones, si fuera necesario. Dedicó los días que siguieron a múltiples cosas que no eran suficientes para consumir su infatigable actividad. En aquel momento ya no era el Spallanzani animado y brillante, era un hombre lento, calmoso como autómata, fue poniendo gota tras gota del caldo bajo la lente del microscopio y demostró que no había ningún ser vivo. Los animalitos que hay en el aire lograron colarse después de las redomas mal tapadas, los seres vivientes pueden soportar la temperatura del agua hirviendo y seguir vivos para matarlos hay que mantenerlos a esta temperatura durante una hora. Enseñó a sus discípulos que la vida sólo procede de la vida, que todos los seres vivos, aun esos mismos bichitos tienen progenitores.
Needham fue a Paris a dar conferencias acerca de su caldo y se hizo amigo del Conde de Bufón, éstos 2 hombres se pusieron a inventar el origen de la vida y dijeron que todo era una fuerza a la que llamaron “fuerza vegetativa”. La Real Academia de París, nombró al padre Needham socio correspondiente. A Spallanzani no le pareció mucha la idea y aunque él fuera católico, no alardeaba con Dios y dijo que laciencia estaba en peligro si se llamada y tomaba ese concepto, Needham no había realizado el proceso adecuadamente, y Spallanzani trató de oponerse a sus propias ideas y descubrió que la fuerza vegetativa era un mito, comprendió que la idea de elasticidad menguaba a consecuencia de la ebullición era una pura tontería y nada más. La cocción a la que había estado sometida, no estaba perjudicada a lo más mínimo y volvió a ensayar un gran número de pruebas, pero el resultado siempre fue el mismo. Así concluyó la fuerza vegetativa. Spallanzani era aclamado en todas las universidades de Europa. Spallanzani, creó fama y Volta, Scarpa y Scropoli, le tendieron una trampa, destrozaron el museo de historia natural y no dejaron nada, poco tiempo después se conoció que Spallanzani era inocente y lo dejaron libre. Volta y sus colegas fueron expulsados de la Universidad, y él se dio cuenta de que los animales, bichos y microorganismos, se multiplicaban conforme pasaba el tiempo y se debía al aire que estaba contaminando. En 1799 sufrió un ataque de apoplejía y murió pocos días después.
III: Luis Pasteur:
En 1831, 32 años después de la muerte de Spallanzani, la casa de microbios se encontraba estacionada, otras ciencias progresaban rápidamente. En Octubre de 1831 un niño de 9 años, muy curioso se apartaba de toda la gente, poco a poco se fue aislando. Durante los 20 primeros años de su vida, reveló sus dotes como científicoinvestigador, y fue enviado a la Escuela Normal de París, en donde pro primera vez, entró a su clase de a química, impartida por Dumas, y tuvo la intuición de que él también sería un gran químico y empezó a realizar investigaciones pro su propia cuenta, con frasco y tubitos que contenían líquidos malolientes y sustancias de vistosos colores. Pasteur estaba emprendiendo su descubrimiento en la química y lo hizo, cuando tenía 26 años, descubrió que había 4 clases de ácidos y no solamente 2. Recibió felicitaciones de químicos 3 veces más sabios que él. Y fue nombrado profesor de la Universidad de Estrasburgo, se casó con la hija del decano de la Facultad. Fue nombrado profesor y decano de la facultad de Ciencias de Lila y tropezó por primera vez con los microbios. Demostró al mundo la enorme importancia de los microbios y con esa actividad se creó partidarios fanáticos. Encontró grandes grasas móviles y enredadas de seres como bastoncitos agitados por todos lados y resultó que eran los fermentados del ácido láctico, del mismo modo que la levadura fermenta alcohol. No logró entrar a la Academia de Ciencias en París. En medio de toda esta actividad, se le ocurrió un método con el cuál sería posible probar que los bastoncitos estaban vivos y que obstante su miserable pequeñez, realizaban una labor titánica sería capaz de llevar a cabo transformar el azúcar en ácido láctico. Ideó un medio de cultivo y vio que su método era efectivo y que efectivamente su teoría estaba comprobada. “laverdadera causa de las fermentaciones son unos seres vivientes, unos sub. Visibles”. Siempre trabajó sólo, pero acompañado de Madame Pasteur, quien traducía los escritos y las faltas de ortografía de Luis Pasteur. Pasteur destruye la carrera de Liebig, que los fermentos no intervienen para nada en la transformación del azúcar en alcohol y si, fabricaban alcohol. Hizo ensayos fantásticos que duraban de junio a septiembre y en este tiempo, se transformó en conferenciante. La Academia de Ciencias le concedió ahora el premio de Fisiología. Era muy insolente y tenía aires despreciativos pero sus experimentos eran brillantes. Pasteur, puso en duda los conocimientos de los naturistas y a ellos, no les sentaron nada bien sus palabras en especial a 3 personajes: Monsieur Pouchet, Joly y Monsieur Musset, quienes decidieron combatir a Pasteur con sus mismas armas y en su terreno, así que lo desafiaron, y ninguno de los 2 ganó, fue Tyndall quien descubrió años después que ambas respuestas juntas eran buenas. Puso un proyecto, apagó las luces y mostró que en el aire había partículas que brillaban, que esas esas eran todas las partículas que son portadoras de enfermedades y muertes. Y todos los franceses sintieron morbo y curiosidad por los nuevos descubrimientos de pasteur, consiguió nuevos laboratorios.
En 1861, su antiguo profesor Dumas, pidió su ayuda, porque los gusanos de seda ya no producían seda y se morían, se dio cuenta de que el alimento que comían estaba contaminado, y ellas se contaminabantambién, mandó a sus asistente Gernez a investigar acerca de los gusanos de sena y él le dijo que los glóbulos que el decía enfermos, estaban vivos, tuvieron que pasar 6 meses para que Pasteur creyera lo que Gernez le decía, al año siguiente, vieron hermosos gusanos y una increíble producción de seda. Pasteur, tuvo un ataque de hemorragia cerebral que lo dejó de un lado paralizado. Luis Pasteur, fue muy amigo de Claude Bernard que muere y sus amigos publican unos relatos donde decía que las teorías de Luis Pasteur eran falsas completamente y que era una farsa, a lo que Luis contestó con unos escritos diciendo que eso eran blasfemias. Pronto aparece un joven prusiano, que emprendía la ruta hacia aquellos milagros científicos, fue Robert Koch.
IV: ROBERTO KOCH: Lucha contra la Muerte:
Entre 1860 y 1870 aparece Robert Koch, se casa con Emma Frantz, era doctor y escribía recetas, checaba pacientes, niños y sacaba la lengua y medicaba, pero no siempre funcionaba. Su esposa le regala un microscopio el día de su cumpleaños, y no lo sacó de ahí después, en el microscopio, le gusta poner gotas de carbunco, que era en ese entonces una enfermedad misteriosa, hasta que se le ocurrió probar con sangre de ovejas y vacas muertas por la enfermedad, entre los glóbulos, vio unas cosas extrañas en forma de bastones, que eran bacilos, gérmenes vivos, causas reales del carbunco, y nadie excepto Pasteur lo creyó.Koch estudió animales sanos en vez de enferma, y vio que tenían manchitas negras y salpullidos. Decidido probar con la enfermedad, y como era pobre y no podía comprar una vaca, compró ratones y sólo tenía un microscopio que su esposa le había regalado, así que poco a poco, empezó a construir su propio laboratorio, y encontró un procedimiento en el que podría contagia a una rata con al enfermedad, constaba de abrirle la cola, y picarlo con una astillita de madera empapada de la enfermedad mortal y esperar su reacción. A la mañana siguiente, Koch encontró a los ratones muertos y descubrió como contagiar la enfermedad. Después de analizarla, se dio cuenta que los bastoncitos que aparecían, se iban duplicando poco a poco, hasta que se reproducían en millones. Koch no hizo público su experimento. Tenía 34 años cuando mostró su descubrimiento de que los microbios eran las causas de las enfermedades. Compró una cámara fotográfica y la adaptó a si microscopio, así consiguió las primeras fotos de las bacterias. En 1880, el Departamento de Sanidad le da un laboratorio increíblemente equipado, en el que pudiera hacer los cultivos necesarios para su investigación. En los animalitos, descubrió tubérculos de color gris amarillento, y estos a su vez, pasan por todo el cuerpo llevándose todo a su paso y matando mucha gente. Fracaso muchas veces con sus intentos, hasta que aplicó un método donde encontró 43 familias de bastoncitos, Koch, había descubierto el microbio de la tuberculosis y lo habíalogrado combatir.
V: Pasteur: El carbunco y la rabia:
Koch acababa de dejar estupefactota a los médicos alemanes con sus esporas de carbunco. Pasteur decía que lo que mataba a las mujeres eran los microbios de las enfermas.
Koch poseía una lógica fría de un texto de geometría previniéndose de todas las objeciones que pudieran serle hechas por los incrédulos antes de que éstos se percataran de la existencia de algo que pudiera ser puesto en duda.
Pasteur era tentador apasionado, que siempre estaba lanzando teorías generales y conjeturas fantásticas, las cuales salían disparadas a semejanza de los cohetes en una fiesta campestre. Patear, puso a trabajar a Roux y Chamberlant en el fantástico experimento de inyectar bacilos de carbuco a unos conejillos de indias.
Louvrier retó a Pasteur experimentando su según fórmula curativa, con 4 vacas, siento la conclusión que una vaca con curaciones y una sin curaciones, sobrevivieron. Y Pasteur pensó “si una vaca ha tenido carbunco y sale adelante, no hay en el mundo del microbio capaz de producirle otro ataque, está inmunizada”. Por los años de 1878 y 1882 Pasteur logra la inmunización. Pasteur tenía ya 58 años cuando descubre la vacuna que libraba el cólera. Los enemigos de Pasteur ya estaba en acecho otra vez, había ofendido a los veterinarios y a los médicos y tramó una intriga para aniquilar a Pasteur obligándole a realizar en público un experimento comprometedor. Utilizar su vacuna contra encólera en 42 vacas 8 borregos y conejillos de la India. Transcurridos 12 días, repitió la función de la inyección y fue inyectada la segunda vacuna y a los 14 días igualmente, así, se esperaron hasta el 2 de junio de 1881 para juzgar a Luis Pasteur y todo el público se quedó escéptico. El experimento de Pasteur Funcionó.
Comenzó la mejor de sus investigaciones tiempo después, descubrió que el microbio en forma de 8 existía en la boca de muchas personas que jamás habían estado cerca de un perro rabioso. A finales de 1882, tropieza con los indicios de rabia. Hizo pruebas con perros, su aprendiz Roux, encontró la manera de perforarles el cráneo quirúrgicamente, sin lastimar al animal y detectaron que la bacteria llegaba hasta el cerebro. Después de muchos intentos, los perros inoculados con la sustancia procedente se puso bien y se reestableció por completo. Las 14 vacunas antirrábicas habían funcionado. El 6 de julio de 1885, fue hecha la primera inyección de microbios atenuados en rabia. Pasteur muere en 1895 acompañado de sus colegas y su esposa.
VI: Roux y Behring: contra la difteria:
Roux sigue con el laboratorio de Pasteur, pero no tiene el mismo talento nato que él tenía y no consigue llegar a lo que se había propuesto, Descubre el bacilo de la peste bubónica y se dispone a desaparecer la difteria. Cultivaron el bacilo utilizando aves y pájaros para sus experimentos. Intentaron separar los microbios del caldo donde se han desarrollado y empelan aire apresión. Roux inyectó dosis elevadas de caldo filtrado al mismo animal, aquel líquido no contenía veneno. Al ver que no funcionaba, Roux, inyectó más dosis que para un axial tan pequeño, era una muerte segura, sorpresivamente los soportaron y a las 8 horas tuvieron síntomas malignos y a los 5 días murieron.
2 meses después, dio con la razón de la escasa toxicidad del caldo, no había dejado el tiempo suficiente el cultivo en la estufa y por eso no produjo el veneno. No logró curar la enfermedad.
CAPÍTULO VII: Los Diligentes Fagocitos
Elías Metchnikoff, judío nacido en el sur de Rusia en 1845. Su ambición era llegar a investigador notable. A diferencia de Koch y de Leewenhoek, Metchnikoff leí acerca de la Evolución, pero no sabía ni una sola palabra de microbios.
A los 23 años, se había casado con Ludmilla Feodorovitch, una muchacha tuberculosa. Ludmilla murió al fin, aliviada en sus últimos días por la Morfina. Metchnikoff que tomó los mismos hábitos de su esposa, se dispuso a vagar por España, llegó a Ginebra y cada vez consumía más cantidades de droga.
2 años después de la muerte de Ludmilla, encontró a Olga y poco tiempo después se casaron. Metchnikoff transformó repentinamente de naturista a cazador de microbios, marchó con Olga a Sicilia en donde instaló un laboratorio de aficionado en la sala de la casa que había alquilado. Su intuición le hizo comprender que los microbios eran ya un asuntocientífico importante.
Poco tiempo después, empezó a estudiar la digestión de los alimentos, había descubierto células errantes que formaban parte de sus cuerpos, pero eran independientes. Metchnikoff cambió de rumbo completamente. Los glóbulos blancos de nuestra sangre, deben ser las que nos protegen contra los microbios invasores, seguramente la causa de nuestra inmunidad contra las enfermedades, son las que impiden que la raza humana sucumba ante los bacilos maléficos, desde este momento Metchnikoff es ya un cazador de microbios.
En compañía de Olga y de los niños se apresuró a trasladarse a Viena para dar a conocer su teoría de inmunidad, en que en nuestros cuerpos poseen células errantes que destruyen a los microbios. Metchnikoff adoptó la palabra fagocito, que esa palabra más tarde, fue la explicación de la inmunidad.
El mas grande cazador de microbios (Pasteur) creía en el, y le dio además de trabajo, un laboratorio completo para él solo. Inició la batalla pro de su teoría. Durante 20 años, la sangre y los fagocitos pudieron cooperar para preservarnos de los microbios.
Sus ideas sobre los instintos y las necesidades eran distintas de todas las de los demás investigadores. En el siglo XX, Metchnikoff se dispuso a escribir un libre donde narraba todo lo que había descubierto acerca de la inmunidad. Como la muerta aterraba a Metchnikoff, se dispuso a crear algo que le diera la esperanza a la Humanidad de una muerte fácil y decidieron empezar a probar con monos.
Roux, sualiado, inventó un ungüento gris a base de calomelanos, que en la actualidad está extinguiendo la sífilis de los ejércitos y marinas de guerra del mundo entero. El resultado fue soberbios, pues no presentaron el menos signos de úlcera maligna. Metchnikoff inventó otra causa del endurecimiento de las arterias, lo que nos hace envejecer prematuramente, ideo pruebas para comprobar que el cuerpo humano era envenenado por vía intestinal.
Había pueblos en Bulgaria en donde alcanzaban una edad de más de cien años, Metchnikoff no fue a convencerse de ello, lo creyó y se dieron cuenta que el alimento principal era la leche agria. El bacilo búlgaro, hizo furor; se fundaron compañías para prepararlo, enriquecieron vendiendo el producto agrio y los productos tenían en nombre de Metchnikoff en las etiquetas.
Metchnikoff vivió austeramente durante casi 20 años sin probar bebidas alcohólicas, sin fumar y permitirse otras extralimitaciones. Murió a los 71 años.
CAPÍTULO VIII: Las Garrapatas y la Fiebre de Texas
Teobaldo Smith fue el primer capitán de bacteriólogos norteamericanos y continúa siéndolo. Dio la explicación de porque el ganado vacuno del norte, cuando es trasladado al sur enferma y muerte de la fiebre de Texas y porque el ganado vacuno del sur acarrea al ir al norte de una muerte misteriosa para sus congéneres de esta región. Iba embebiéndose de las proezas de Roberto Koch y empezó a imitar los sutilesprocedimientos empleados por Koch para nutrir y acechar a los horribles bacilos. Inventó una vacuna de una especie nueva y curiosa que no contenía bacilos, sino sus componentes proteínicos filtrados.
En 1888, el Doctor Salmon (pagado para que Smith resolviera en caso) puso a Smith y a Alejandro a trabajar sobre la fiebre de Texas, se presentaba la nueva clase de caza de microbios. Smith, había descubierto algo: El microbio ataca a ala sangre; parece que algo se introduce en los glóbulos rojos, haciéndoles reventar. Dentro de los glóbulos rojos es donde tengo que buscar el microbio. Smith, había mostrado ya, que sus experimentos eran convincentes.
En 1890, Smith había comprobado que su teoría era verídica. Con su informe, Smith dio un gran impulso al progreso de la Humanidad, mostrando de qué manera, completamente nueva y fantástica, un insecto determinado y sólo este insecto, puede transmitir una enfermedad.
CAPÍTULO IX: La pista de la mosca TséTsé
Joven, comandante en jefe del Servicio Médico del ejército inglés. David Bruce, se hizo militar con un sueldo de mil dólares anuales. Fue destinado a la Isla de Malta y con él, en viaje de novios iba Mistress Bruce. Reinaba en una isla, una enfermedad misteriosa, llamada fiebre de Malta, padecimiento que producía los soldados fuertes dolores en las tibias y les hacía maldecir la hora en la que se les había ocurrido entrar al servicio del Imperio. Bruce siendo médico,comprendió que había que buscar la causa de la fiebre de Malta. Mistress Bruce, de ésta manera, se convirtió en la ayudante y mano derecha de su esposo en sus locos experimentos. Juntos, estos bacteriólogos recién casados descubrieron el microbio de la fiebre de Malta, pero fueron trasladados a otro país.
La orden de traslado fue rectificada y Bruces tuvo que regresar a Inglaterra para enseñar bacteriología. Ahí tuvo suerte de encontrar a Sir Walter Kely- Hutchinson, gobernador de Natal y de Zululandia, los 2 aventureros visionarios forjaron grande planes. Los 2 solos constituían la primera Comisión Británica para el estudio de la Nagana y Zululandia. En la sangre de uno de los caballos enfermos de muerte, observó Bruce entre los glóbulos rojos, ligeramente amarillos y apelotonados, una danza violenta y desusada y haciendo deslizar la preparación por el campo visual de microscopio llegó a un espacio libre en aquel hervidero de células sanguíneas. El cuerpo flexible, presentaba de trecho en trecho especies de nudos. Son tripanosomas.
Bruce, debió trasladarse a Pietermaritzburg, donde había estallado una terrible epidemia de fiebre tifoidea. Hely- Hutchinson volvió a interesarse por Bruce y en Septiembre de 1895 éste y su mujer volvieron a tomar el camino de Ubombo para despejar la incógnita de cómo la Nagana pasa de una animal enfermo a otro sano. Fue a preguntar a los habitantes del pueblo y procedió a poner en prueba ambas opiniones.
Los microbios de la nagana pueden estar latentesen la caza mayor, esperando la oportunidad de ser transmitidos por las moscas tsétsé a animales domésticos. La real sociedad envió entonces al veterano David Bruce, con Nabarro y con el sargento Gibbons. Mistress Bruce, formaba también parte de la expedición como ayudante.
Después de pruebas y observaciones, concluyeron que esto significaba que algún insecto chupador de sangre y que vivía únicamente cerca del agua, era portador de ésta enfermedad. Si hay una mosca chupadora se sangre llamada Kivi; pero no hay moscas tsétsé en Uganda, sin embargo, debería de haberlas, en efecto las habías, un buen día paseando por el jardín botánico, de su mujer oyó un grito “espera David, llevas dos moscas tsétsé en la espalda”.
Kivi, era el nombre que daban en Uganda a la mosca tsétsé. Bruce solicitó una audiencia a Apolo Kagwa, el primer ministro de Uganda. Donde haya enfermedad del dueño, tiene que haber moscas tsétsé y donde no se encuentren tsétsé no habrá enfermedad del sueño. Apolo, se dispuso a recorren los lagos, lagunas de Uganda, en busca de tsétsé. Así empezó Bruce a librar a África de la enfermedad del sueño. David Bruce, fue ascendido a coronel y nombrado caballero de la orden del baño, Lady Bruce continuaba siendo su ayudante.
La real sociedad, envió a Bruce a otra comisión, productora de la fiebre de Malta. Entre los nuevos comisionados iba un inteligente bacteriólogo llamado Tulloch. El cual salió un día de excursión a un lugar a la orilla del lago y en menos de un añodormía el sueño de la muerte. Bruce hizo las maletas y embarcó para Uganda, en donde encontraron nuevas epidemias de enfermedad del sueño. Un día encontró Bruce los microbios de la enfermedad del suelo en la sangre de una vaca de a isla de Kome. Hubo que limpiar a los antílopes, lo mismo que de hombres la zona donde había moscas, para que las Kivi se vuelvan inofensivas, y efectivamente, la enfermedad del sueño desapareció de los márgenes del Lago Victoria Nyanza.
Su última expedición a África tuvo lugar en 1911, en donde permaneció hasta 1914 próximo a los 70 años, su naturaleza robusta empezó a resentirse a consecuencia de una afección bronquial. Nyassalandia fue el último campo donde Bruce dio la batalla de la enfermedad del sueño, y encontró Glossina Morsitans (enfermedad del sueño) , no sólo vive en las orillas de los lagos y de los ríos, sino que zumba y pica de une extremos a otro de Nyassalandia y no hay manera de escapar de ella.
CAPÍTULO
X: El Paludismo
A mediados del año 1899, dos cazadores de microbios había demostrado que el mosquito era criminal responsable del misterio del paludismo uno era Ronald Ross y el otro era Battista Grassi. Ross no habría resuelto en enigma sin Grassi y éste, hubiera estado años enteros dando vueltas al asunto, a no ser por la pista que le proporcionaron las investigaciones de Ross. Estos dos hombres, se habían tirado los trastos a la cabeza, discutiendo cuál de los dos teníamás mérito por sus trabajos.
Ronald Ross, durante los primeros 30 años de su vida, hizo todo lo posible por no ser un cazador de microbios. Fue trasladado a Burma donde realizó notables intervenciones quirúrgicas que curaron a la mayoría de los pacientes. En 1888 cuando obtuvo la primera licencia, volvió a Inglaterra en donde le ocurrió algo que frecuentemente es el antídoto del cinismo. Encontró a Miss Rosa Bloxam, quedó prendado y se casó con ella. Inventó sistemas taquigráficos.
Ross regresó a Londres en 1894 con la intención de abandonar la Medicina y las investigaciones científicas. En Londres trabajó amistad con Patrick Manson, quien tenía idea acerca del paludismo y sus parásitos y dijo a Ross que él creía que los mosquitos eran los portadores del paludismo. Los mosquitos chupan la sangre a los palúdicos; la sangre contienen esas semilunar que ha visto, los flagelos se desprenden y penetran en el cuerpo de los mosquitos convirtiéndolos en una forma resistente parecida a las esporas del bacilo del carbunco. Los mosquitos mueren, caen en el agua y la gente bebe caldo de mosquitos muertos.
Ross dejó a su mujer ye hijos en Inglaterra y el 28 de Mayo de 1895 se embarcó para la India con la bendición de Manson. Al llegar allá, se dio cuenta de los puntos negros que le había mencionado Manson, y aceptó que no podrían ser parásitos del paludismo y si pigmentos procedentes de la sangre acumulada en las glándulas salivales del mosquito y después afirmó que los mosquitos transmitíanel paludismo al picar.
Ross dejó de investigar, lamentablemente, no pudo adueñarse del descubrimiento del paludismo en los hombre ni para la ciencia, ni para la humanidad ni para Inglaterra, lo había abandonado sus fuerzas. Sus trabajos fueron los que le permitieron al docto experto e indignado Battista Grassi realizar los experimentos precisos y soberbios que terminarían por eliminar el paludismo de la tierra.
Así fue como Battista Grassi recorrió más de las dos terceras partes del camino, que había de llevarle a la resolución del misterio de la transmisión del paludismo. En donde zumbaba en zanzarone siempre encontraba Grassi caras hinchadas de color rojo subido, en camas deshechas o gente con los dientes casteñeteantes, camino de las camas. Era imposible confundir a ese mosquito una vez identificado, era un animoso chupador de sangre, mientras más grande, más chupaba. Grassi volvió a Roma para reanudar sus clases y el 18 de septiembre de 1898 antes de haber realizado un solo experimentos, leyó un trabajo ante la antigua y célebre academia de los Lincel.
Grassi, Bignami y Bastianelli comenzaron con aquellos mosquitos menos sospechosos. Grassi salió de Roma con dos frasquitos en los que había encerrado diez mosquitos Anopheles hembras. Aquella noche, el señor Sola, tuvo que rascarse de firme y diez días más tarde el estoico caballero temblaba terriblemente de frío, tenía fiebre alta y en su sangre había plétora de parásitos del paludismo. Los mosquitos llevaban el paludismoa lugares donde no hay mosquitos y transmiten la enfermedad a un hombre que jamás ha tenido paludismo. Por aquella época, Grassi había leído los experimentos de Ross y comprendió que tenía toda la razón. El paludismo humano es transmitido por un mosquito específico. No son los hijos de los mosquitos, sino los mosquitos que han picado a un palúdico, los que transmiten la enfermedad a las personas sanas.
Esa fue la lucha sostenida por Ronald Ross y Battista Grassi contra asesinos de los glóbulos rojos de la sangre. En esta lucha hubo incidentes secundarios algunos muy largos de contar, otros muy dolorosos; buenos unos, malos otros.
Ross insinuando que Grassi eran un ladrón, dando a entender que Grassi era un charlatán, diciendo que Grassi casi no había añadido nada a su demostración de que eran los mosquitos los que transmiten el paludismo a los hombres. Y he aquí Grassi escribiendo como respuesta violentos artículos, sin que sea posible criticarle por haber obrado así.
CAPÍTULO XI: ¡El Interés de la ciencia por la Humanidad!
Acerca de la fiebre amarilla no hubo disputas. Todo el mundo está de acuerdo con Walter Reed era un hombre cortés, y sin tacha, indulgente y lógico, que tuvo que arriesgar vidas humanas, pero fue porque los animales no contraen esta enfermedad.
L extinción de la fiebre amarilla fue una gran lucha en colaboración que había sido iniciada por un viejo raro, adornado con unas hermosas patillas, en doctorCarlos Finlay, todo el mundo sabía la manera de combatir la fiebre amarilla, la plaga, más terrorífica, pero todos tenían una opinión diferente acerca del modo de defenderse de ella. El asesino amarillo, tenía la costumbre de insinuarse a través de los muros, de deslizarse por el suelo, de aparecer de repente a la vuelta de las esquinas y hasta de atravesar el fuego. Tal era el estado del conocimiento científico de la fiebre amarilla en 1900 y Carlos Finlay, de la habana, seguía gritando a voz en cuellos, que la causa de la fiebre amarilla era un mosquito.
Las cosas estaban mal en 1900 en la Habana, donde la fiebre amarilla había causado más víctimas entre los soldados norteamericanos que las balas de los españoles. El 25 de junio de 1900 llegaba a Cuba, a Quemados, el comandante Walter Reed. Después de varios experimentos y observaciones, no había conseguido encontrar bacilos ni aún en los casos más graves, con los ojos inyectados en sangre el pecho amarillo como el oro, con hipo y vómitos precursores de la muerte. Walter tuvo que regresar a Washington, pero dio instrucciones secretas y crueles a Carroll, Lazaer y Agromonte.
Lazaer se paseó entre la filas de camas de hombre enfermos, encontró 7 voluntarios secretos y les aplicó los mosquitos que días antes habían chupado la sangre a atacados de fiebre amarilla, desgraciadamente, ninguno de ellos contrajo la enfermedad. Carroll pidió el mosquito más peligroso de la colección, uno que hubiese picado a mucho enfermos. El 27 deAgosto, eligió Lazaer al que consideró campeón de los mosquitos 2 de ellos se instalaron en el brazo de Carroll, días más tarde, sintió cansancio y pocas ganas de visitar a los enfermos, pasados otros 2 días, estaba enfermo. Fue el primer caso de una persona atacada de fiebre amarilla producida por la picadura experimental de un mosquito.
Lazear era escéptico, todas las tardes entre filas de camas del hospital de las ánimas, para poner boca abajo sobre los brazos de los enfermos, los tubos llenos de mosquitos hembras, con el fin de que hinchasen de sangre. Uno de los que había sueltos en la sala se le posó en el dorse de la mano. El 18 de septiembre Lazear se queja de no sentirse bien y tiene escalofríos a las 8 de la noche. Habiendo tenido lugar la muerte de nuestro lamentado colega en la tarde del 25 de septiembre.
Al volver Reed a Cuba fue recibido con entusiasmo por Carroll. Gracias al General, a once kms. De Quemados, levantó 7 casa de campaña y un mástil bautizando el sitio con el nombre de “Campamento Lazaer” . Cada uno de los hombres que fueron picados por los mosquitos debían permanecer encerrado días y semanas en el campamento, para evitar a todo peligro el contagio casual con la fiebre amarilla. Se dieron cuenta que la gravedad de un ataque depende más bien de la susceptibilidad del individuo que del número e picaduras. En 1907, seis años después, el corazón de Carroll, dejó de latir definitivamente. En 1902, cinco años antes de la muerte de Carroll, Walter Reed en laplenitud de su vida, pero cansado, muy cansado, murió de apendicitis en el mismo momento que en todas las partes del mundo arreciaban los aplausos.
CAPÍTULO XII: La Bala Mágica
Pablo Ehrlich Un hombre jovial, se fumaba 20 cigarros al día. Moderno pero sabio acerca de la Edad Media. Solía decir “tenemos que aprender a matar microbios con balas mágicas”, toda la gente se reía se esta frase suya, pero finalmente, consiguió fabricar una bala mágica. Transformó una droga, veneno favorito de los asesinos, en un producto para salvar la vida a los hombres.
Fracasó en su intento por descubrir un buen anestésico, pero de éste extraño comportamiento del azul metileno, le condujo a su bala mágica. Un colorante, que sólo tiñe un tejido de los varios que forman parte del cuerpo de una animal; tiene que existir una sustancia que no se fije en ninguno de los tejido que componen el cuerpo humano, pero que tiña y mate todos los microbios que atacan al hombre. Por todas partes donde pasaba iba dejando un rastro de dibujos fantásticos, representación de aquellas ideas suyas y era un hombre muy preciso en sus experimentos. Quería encontrar un colorante que salvara por completo aunque no fuera más que a un ratón.
Pablo Ehrlich, dio comienzo a la caza en 1902, ensayó más de 500 colorantes. En 1903, llegó el día en que vino en su auxilio una de la explicaciones equivocadas. Estaba Ehrlich ensayando el efectoque producían en los ratones los vistosos y complicados colorantes derivados de la venzo purpurina. Estos colorantes no se difunden lo bastante por el cuerpo de los ratones. Tal vez si los modificamos un poco introduciendo grupos sulfúricos se disolverán mejor en la sangre de los ratones, pero no lo consiguió. En 1906, la señora Franziska Speyer, le dio una crecida suma de dinero para edificar la Fundación Georg Speyer, para comprar aparatos de vidrio, ratones, traer químicos experimentados capaces de producir en un abrir y cerrar de ojos las materias colorantes más complicadas. Los colorantes fueron un gran fracaso, cuando de repente, tropezó con una droga llamada Atoxil, era un medicamento siniestro que a los ratones les convirtió la sangre en agua. Ehrlich manipuló el Atoxil y lo modificó transformándolo en compuestos arsenicales. Y lo lograron.
En 1909, Ehrlich por casualidad, tropieza con el famoso preparado 606, fue el resultado de la química más sutil y disfrutaba el nombre de propilopara- dihidroxi- diamioarsenobencemo. No dejaba ciegos a los ratones ni les convertía la sangre en agua, ni los hacía bailar, era inocuo.
Schaudinn descubrió este microbio pálido y con aspecto de sacacorchos sin mango y lo denominó Spirocheta Pallida, y piensa que siendo primas de las espiroquetas que producen el mal de cadera, 606 debería tener efecto sobre ellas también. Y con espíritu emprendió el gran día. Comenzó por realizar largos ensayos con el 606 sobre espiroquetas que no fueran tanpálidas ni tan peligrosas y los resultados fueron INCREÍBLES.
Se deduce de estos experimentos que si, se administra una dosis suficientemente elevada las espiroquetas son destruidas total e inmediatamente con una sola inyección. Ahí estaba la bala Mágica. Posteriormente, ensayaron con humanos, había que cerrar lo ojos y esperar, en 1910, se acertó, el 606 era inocuo. Se describió por fin la bala mágica, que descubrió los horrores de la enfermedad del hombre repugnante; hablo de los tristes casos de hombres desfigurados arrastrados a una muerte horrible. Relató casos de éstos como incurables; una inyección de 606 y arriba los enfermos, aumentaban 15 kilos volvían a estar limpios y ya no eran rehuidos por los amigos. Una inyección a las 2pm y por la noche aquel hombre podía comerse un gran sándwich de salchicha. Pablo Ehrlich había relevado al mundo una nueva investigación.
Ehrlich tenía diabetes, se le encontraba en los rincones de la Fundación Georg Speyer, dirigía la fabricación de compuestos que esperaba que fuesen maravillosos aún. A medida que la lista fue creciendo, iban figurando casos de curas extraordinarias. Aquel compuesto 606 empezó de la anda a hacer víctimas por docenas. Hoy en día no se sabe de los efectos recíprocos de la inyección. Su composición química es un secreto y se llama “Bayer 205”. Que cura la enfermedad del sueño de Rhodesia y de Nyassalandia. Ehrlich después de 7 años de desgracia, no ha tenido mas que un momento de felicidad.
A mediados del año 1899, dos cazadores de microbios había demostrado que el mosquito era criminal responsable del misterio del paludismo uno era Ronald Ross y el otro era Battista Grassi. Ross no habría resuelto en enigma sin Grassi y éste, hubiera estado años enteros dando vueltas al asunto, a no ser por la pista que le proporcionaron las investigaciones de Ross. Estos dos hombres, se habían tirado los trastos a la cabeza, discutiendo cuál de los dos teníamás mérito por sus trabajos.
Ronald Ross, durante los primeros 30 años de su vida, hizo todo lo posible por no ser un cazador de microbios. Fue trasladado a Burma donde realizó notables intervenciones quirúrgicas que curaron a la mayoría de los pacientes. En 1888 cuando obtuvo la primera licencia, volvió a Inglaterra en donde le ocurrió algo que frecuentemente es el antídoto del cinismo. Encontró a Miss Rosa Bloxam, quedó prendado y se casó con ella. Inventó sistemas taquigráficos.
Ross regresó a Londres en 1894 con la intención de abandonar la Medicina y las investigaciones científicas. En Londres trabajó amistad con Patrick Manson, quien tenía idea acerca del paludismo y sus parásitos y dijo a Ross que él creía que los mosquitos eran los portadores del paludismo. Los mosquitos chupan la sangre a los palúdicos; la sangre contienen esas semilunar que ha visto, los flagelos se desprenden y penetran en el cuerpo de los mosquitos convirtiéndolos en una forma resistente parecida a las esporas del bacilo del carbunco. Los mosquitos mueren, caen en el agua y la gente bebe caldo de mosquitos muertos.
Ross dejó a su mujer ye hijos en Inglaterra y el 28 de Mayo de 1895 se embarcó para la India con la bendición de Manson. Al llegar allá, se dio cuenta de los puntos negros que le había mencionado Manson, y aceptó que no podrían ser parásitos del paludismo y si pigmentos procedentes de la sangre acumulada en las glándulas salivales del mosquito y después afirmó que los mosquitos transmitíanel paludismo al picar.
Ross dejó de investigar, lamentablemente, no pudo adueñarse del descubrimiento del paludismo en los hombre ni para la ciencia, ni para la humanidad ni para Inglaterra, lo había abandonado sus fuerzas. Sus trabajos fueron los que le permitieron al docto experto e indignado Battista Grassi realizar los experimentos precisos y soberbios que terminarían por eliminar el paludismo de la tierra.
Así fue como Battista Grassi recorrió más de las dos terceras partes del camino, que había de llevarle a la resolución del misterio de la transmisión del paludismo. En donde zumbaba en zanzarone siempre encontraba Grassi caras hinchadas de color rojo subido, en camas deshechas o gente con los dientes casteñeteantes, camino de las camas. Era imposible confundir a ese mosquito una vez identificado, era un animoso chupador de sangre, mientras más grande, más chupaba. Grassi volvió a Roma para reanudar sus clases y el 18 de septiembre de 1898 antes de haber realizado un solo experimentos, leyó un trabajo ante la antigua y célebre academia de los Lincel.
Grassi, Bignami y Bastianelli comenzaron con aquellos mosquitos menos sospechosos. Grassi salió de Roma con dos frasquitos en los que había encerrado diez mosquitos Anopheles hembras. Aquella noche, el señor Sola, tuvo que rascarse de firme y diez días más tarde el estoico caballero temblaba terriblemente de frío, tenía fiebre alta y en su sangre había plétora de parásitos del paludismo. Los mosquitos llevaban el paludismoa lugares donde no hay mosquitos y transmiten la enfermedad a un hombre que jamás ha tenido paludismo. Por aquella época, Grassi había leído los experimentos de Ross y comprendió que tenía toda la razón. El paludismo humano es transmitido por un mosquito específico. No son los hijos de los mosquitos, sino los mosquitos que han picado a un palúdico, los que transmiten la enfermedad a las personas sanas.
Esa fue la lucha sostenida por Ronald Ross y Battista Grassi contra asesinos de los glóbulos rojos de la sangre. En esta lucha hubo incidentes secundarios algunos muy largos de contar, otros muy dolorosos; buenos unos, malos otros.
Ross insinuando que Grassi eran un ladrón, dando a entender que Grassi era un charlatán, diciendo que Grassi casi no había añadido nada a su demostración de que eran los mosquitos los que transmiten el paludismo a los hombres. Y he aquí Grassi escribiendo como respuesta violentos artículos, sin que sea posible criticarle por haber obrado así.
CAPÍTULO XI: ¡El Interés de la ciencia por la Humanidad!
Acerca de la fiebre amarilla no hubo disputas. Todo el mundo está de acuerdo con Walter Reed era un hombre cortés, y sin tacha, indulgente y lógico, que tuvo que arriesgar vidas humanas, pero fue porque los animales no contraen esta enfermedad.
L extinción de la fiebre amarilla fue una gran lucha en colaboración que había sido iniciada por un viejo raro, adornado con unas hermosas patillas, en doctorCarlos Finlay, todo el mundo sabía la manera de combatir la fiebre amarilla, la plaga, más terrorífica, pero todos tenían una opinión diferente acerca del modo de defenderse de ella. El asesino amarillo, tenía la costumbre de insinuarse a través de los muros, de deslizarse por el suelo, de aparecer de repente a la vuelta de las esquinas y hasta de atravesar el fuego. Tal era el estado del conocimiento científico de la fiebre amarilla en 1900 y Carlos Finlay, de la habana, seguía gritando a voz en cuellos, que la causa de la fiebre amarilla era un mosquito.
Las cosas estaban mal en 1900 en la Habana, donde la fiebre amarilla había causado más víctimas entre los soldados norteamericanos que las balas de los españoles. El 25 de junio de 1900 llegaba a Cuba, a Quemados, el comandante Walter Reed. Después de varios experimentos y observaciones, no había conseguido encontrar bacilos ni aún en los casos más graves, con los ojos inyectados en sangre el pecho amarillo como el oro, con hipo y vómitos precursores de la muerte. Walter tuvo que regresar a Washington, pero dio instrucciones secretas y crueles a Carroll, Lazaer y Agromonte.
Lazaer se paseó entre la filas de camas de hombre enfermos, encontró 7 voluntarios secretos y les aplicó los mosquitos que días antes habían chupado la sangre a atacados de fiebre amarilla, desgraciadamente, ninguno de ellos contrajo la enfermedad. Carroll pidió el mosquito más peligroso de la colección, uno que hubiese picado a mucho enfermos. El 27 deAgosto, eligió Lazaer al que consideró campeón de los mosquitos 2 de ellos se instalaron en el brazo de Carroll, días más tarde, sintió cansancio y pocas ganas de visitar a los enfermos, pasados otros 2 días, estaba enfermo. Fue el primer caso de una persona atacada de fiebre amarilla producida por la picadura experimental de un mosquito.
Lazear era escéptico, todas las tardes entre filas de camas del hospital de las ánimas, para poner boca abajo sobre los brazos de los enfermos, los tubos llenos de mosquitos hembras, con el fin de que hinchasen de sangre. Uno de los que había sueltos en la sala se le posó en el dorse de la mano. El 18 de septiembre Lazear se queja de no sentirse bien y tiene escalofríos a las 8 de la noche. Habiendo tenido lugar la muerte de nuestro lamentado colega en la tarde del 25 de septiembre.
Al volver Reed a Cuba fue recibido con entusiasmo por Carroll. Gracias al General, a once kms. De Quemados, levantó 7 casa de campaña y un mástil bautizando el sitio con el nombre de “Campamento Lazaer” . Cada uno de los hombres que fueron picados por los mosquitos debían permanecer encerrado días y semanas en el campamento, para evitar a todo peligro el contagio casual con la fiebre amarilla. Se dieron cuenta que la gravedad de un ataque depende más bien de la susceptibilidad del individuo que del número e picaduras. En 1907, seis años después, el corazón de Carroll, dejó de latir definitivamente. En 1902, cinco años antes de la muerte de Carroll, Walter Reed en laplenitud de su vida, pero cansado, muy cansado, murió de apendicitis en el mismo momento que en todas las partes del mundo arreciaban los aplausos.
CAPÍTULO XII: La Bala Mágica
Pablo Ehrlich Un hombre jovial, se fumaba 20 cigarros al día. Moderno pero sabio acerca de la Edad Media. Solía decir “tenemos que aprender a matar microbios con balas mágicas”, toda la gente se reía se esta frase suya, pero finalmente, consiguió fabricar una bala mágica. Transformó una droga, veneno favorito de los asesinos, en un producto para salvar la vida a los hombres.
Fracasó en su intento por descubrir un buen anestésico, pero de éste extraño comportamiento del azul metileno, le condujo a su bala mágica. Un colorante, que sólo tiñe un tejido de los varios que forman parte del cuerpo de una animal; tiene que existir una sustancia que no se fije en ninguno de los tejido que componen el cuerpo humano, pero que tiña y mate todos los microbios que atacan al hombre. Por todas partes donde pasaba iba dejando un rastro de dibujos fantásticos, representación de aquellas ideas suyas y era un hombre muy preciso en sus experimentos. Quería encontrar un colorante que salvara por completo aunque no fuera más que a un ratón.
Pablo Ehrlich, dio comienzo a la caza en 1902, ensayó más de 500 colorantes. En 1903, llegó el día en que vino en su auxilio una de la explicaciones equivocadas. Estaba Ehrlich ensayando el efectoque producían en los ratones los vistosos y complicados colorantes derivados de la venzo purpurina. Estos colorantes no se difunden lo bastante por el cuerpo de los ratones. Tal vez si los modificamos un poco introduciendo grupos sulfúricos se disolverán mejor en la sangre de los ratones, pero no lo consiguió. En 1906, la señora Franziska Speyer, le dio una crecida suma de dinero para edificar la Fundación Georg Speyer, para comprar aparatos de vidrio, ratones, traer químicos experimentados capaces de producir en un abrir y cerrar de ojos las materias colorantes más complicadas. Los colorantes fueron un gran fracaso, cuando de repente, tropezó con una droga llamada Atoxil, era un medicamento siniestro que a los ratones les convirtió la sangre en agua. Ehrlich manipuló el Atoxil y lo modificó transformándolo en compuestos arsenicales. Y lo lograron.
En 1909, Ehrlich por casualidad, tropieza con el famoso preparado 606, fue el resultado de la química más sutil y disfrutaba el nombre de propilopara- dihidroxi- diamioarsenobencemo. No dejaba ciegos a los ratones ni les convertía la sangre en agua, ni los hacía bailar, era inocuo.
Schaudinn descubrió este microbio pálido y con aspecto de sacacorchos sin mango y lo denominó Spirocheta Pallida, y piensa que siendo primas de las espiroquetas que producen el mal de cadera, 606 debería tener efecto sobre ellas también. Y con espíritu emprendió el gran día. Comenzó por realizar largos ensayos con el 606 sobre espiroquetas que no fueran tanpálidas ni tan peligrosas y los resultados fueron INCREÍBLES.
Se deduce de estos experimentos que si, se administra una dosis suficientemente elevada las espiroquetas son destruidas total e inmediatamente con una sola inyección. Ahí estaba la bala Mágica. Posteriormente, ensayaron con humanos, había que cerrar lo ojos y esperar, en 1910, se acertó, el 606 era inocuo. Se describió por fin la bala mágica, que descubrió los horrores de la enfermedad del hombre repugnante; hablo de los tristes casos de hombres desfigurados arrastrados a una muerte horrible. Relató casos de éstos como incurables; una inyección de 606 y arriba los enfermos, aumentaban 15 kilos volvían a estar limpios y ya no eran rehuidos por los amigos. Una inyección a las 2pm y por la noche aquel hombre podía comerse un gran sándwich de salchicha. Pablo Ehrlich había relevado al mundo una nueva investigación.
Ehrlich tenía diabetes, se le encontraba en los rincones de la Fundación Georg Speyer, dirigía la fabricación de compuestos que esperaba que fuesen maravillosos aún. A medida que la lista fue creciendo, iban figurando casos de curas extraordinarias. Aquel compuesto 606 empezó de la anda a hacer víctimas por docenas. Hoy en día no se sabe de los efectos recíprocos de la inyección. Su composición química es un secreto y se llama “Bayer 205”. Que cura la enfermedad del sueño de Rhodesia y de Nyassalandia. Ehrlich después de 7 años de desgracia, no ha tenido mas que un momento de felicidad.
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