Las amebas están entre nosotros. ¿Són solo una preocupación para los países sin acceso al agua potable?
1 La amebiasis se encuentra entre las 15 principales causas de diarrea en los primeros dos años de vida en niños que viven en países en desarrollo
En México, por ejemplo, se notificaron más de 8,8 millones de casos de amebiasis a su Sistema Nacional de Vigilancia Epidemiológica entre 2000 y 2010 [1]. La seroprevalencia de amebiasis en algunas zonas rurales de México alcanza hasta el 42 % [2, 3].
2 Los viajes a áreas endémicas, la inmigración y la transmisión sexual ha hecho que aumente en los países industrializados
La incidencia de amebiasis ha sido baja en los países industrializados y desarrollados, pero las tendencias recientes han mostrado un resurgimiento asociado con los viajes a áreas endémicas, la inmigración y la transmisión sexual
3 Es una ETS
En las provincias chinas de Beijing y Tianjin, la seroprevalencia de amebiasis alcanzó el 41 % entre los HSH [4]. Un informe de Canadá mostró recientemente que la transmisión también está asociada con la actividad heterosexual y homosexual femenina [5].
4 Se puede transmitir fácilmente en la naturaleza
E. histolytica está clasificada como un patógeno de biodefensa prioritario de categoría B por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas.
5 Se estima que la colitis amebiana mata a más de 55 000 personas cada año
Matar a 55000 personas al año [6] convierte a E. hystolitica en un patógeno cabal.
La enfermedad fulminante es rara, ocurre en el 1-2% de las infecciones, pero conlleva una alta mortalidad, superior al 50% en aquellos con colitis grave [7].
6 La colitis amebiana se puede diagnosticar erróneamente como enfermedad inflamatoria intestinal
Los pacientes con colitis amebiana pueden presentarse de forma aguda o crónica con dolor abdominal, diarrea, heces sanguinolentas y pérdida de peso. Muchos de estos síntomas se confunden con los de la enfermedad inflamatoria intestinal, y las dos condiciones pueden ser indistinguibles incluso por los marcadores inflamatorios de las heces, las imágenes, los hallazgos endoscópicos y la distribución de las lesiones [7].
7 Aparición de cepas hipervirulentas
En Canadá se ha informado de cepas de E. histolytica hipervirulentas si se comparan con otros aislamientos [8]
8 Necesidad de pruebas accesibles
Si bien la microscopía de heces es fácil y barata de realizar, el examinador puede pasar por alto fácilmente la visualización de quistes y trofozoítos y, cuando se ven, no se pueden diferenciar de otras especies de Entamoeba [9]. La microscopía de heces tiene una sensibilidad de <60% y su uso debe evitarse cuando hay otras modalidades disponibles [9]. Esto destaca la necesidad de pruebas accesibles, serológicas, PCR... económicas y en el punto de atención que puedan diagnosticar formas intestinales y extraintestinales de amebiasis con alta sensibilidad y especificidad en áreas endémicas para identificar a quienes necesitan tratamiento y disminuir la propagación por portadores asintomáticos.
9 No se está investigando en nuevos antiparasitarios
Una sola clase de fármacos, los nitroimidazoles, sirven actualmente como el pilar del tratamiento eficaz para las formas sintomáticas de amebiasis [10]. La toxicidad puede estar asociada con esta clase, incluida la neuropatía periférica, la encefalopatía y la ataxia cerebelosa 10]. Los nitroimidazoles, a saber, metronidazol y tinidazol, también son el tratamiento de elección para otras infecciones por protistas anaerobios, como la giardiasis y la tricomoniasis. Dado que la resistencia a estos agentes ya se ha documentado entre Trichomonas vaginalis y Giardia lamblia y la facilidad para generar cepas de resistencia en el laboratorio.
10 No hay vacuna
Sin una vacuna eficaz, el control se basa en la prevención de la transmisión por propagación fecal-oral. Esta es una tarea bastante abrumadora si se considera que 2300 millones de personas en el mundo aún no cuentan con instalaciones sanitarias básicas, como baños o letrinas, y 1800 millones usan una fuente de agua potable contaminada con heces [11].
REFERENCIAS
1. Bottazzi M, Dumonteil E, Valenxuela J, Betancourt-Cravioto M, Tapia-Conyer R, et al. Bridging the innovation gap for neglected tropical diseases in mexico: Capacity building for the development of a new generation ofantipoverty vaccines. Bol Med Hosp Infant Mex; 2011. p. 139–46. [Google Scholar]
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3. Alvarado-Esquivel C, Hernández-Tinoco J, Francisco Sánchez-Anguiano L, Ramos-Nevárez A, Margarita Cerrillo-Soto S, Alberto Guido-Arreola C. Serosurvey of Entamoeba Histolytica Exposure among Tepehuanos Population in Durango, Mexico. Int J Biomed Sci. 2015;11(2):61–6. [PMC free article] [PubMed] [Google Scholar]
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8. Salit IE, Khairnar K, Gough K, Pillai DR. A possible cluster of sexually transmitted Entamoeba histolytica: genetic analysis of a highly virulent strain. Clin Infect Dis. 2009;49(3):346–53. 10.1086/600298 . [PubMed] [CrossRef] [Google Scholar]
9. Shirley DT, Farr L, Watanabe K, Moonah S. A Review of the Global Burden, New Diagnostics, and Current Therapeutics for Amebiasis. Open Forum Infect Dis. 2018;5(7):ofy161 Epub 2018/07/05. 10.1093/ofid/ofy161 [PMC free article] [PubMed] [CrossRef] [Google Scholar]
10. Gonzales MLM, Dans LF, Sio-Aguilar J. Antiamoebic drugs for treating amoebic colitis. Cochrane Database Syst Rev. 2019;1:Cd006085 Epub 2019/01/10. 10.1002/14651858.CD006085.pub3 [PMC free article] [PubMed] [CrossRef] [Google Scholar]
11. WHO/UNICEF. Progress on drinking water, sanitation, and hygiene. Update and SDG baselines 2017.
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