sábado, 4 de febrero de 2023

1.000 millones de pobres en el mundo padecen una enfermedad olvidada

La OMS quiere que 100 países eliminen completamente, al menos una de las dolencias tropicales desatendidas. Son enfermedades desatendidas porque no reciben atención ni financiación suficiente para acabar con ellas. Pero eso no quiere decir que no las podamos erradicar. Es una cuestión de justicia social y una manera de ahorrar en costos de tratamiento y la manera de prevenir grandes o graves epidemias en el futuro.
Más de 1.000 millones de pobres en el mundo padecen una enfermedad olvidada, la mayoría son poblaciones vulnerables y empobrecidas. Son, por ello, poco atractivas para la industria farmacéutica, que prefiere invertir en fármacos con garantías de beneficio económico, y para los grandes donantes o el sector público, que priorizan atajar males más extendidos (y conocidos) como la malaria, la tuberculosis y el sida. Muchas no son extremadamente letales, pero causan una gran morbilidad, lo que afecta a la calidad de vida de las personas. Y se dan en lugares donde es muy complicado que los pacientes puedan acudir al sistema sanitario y no está interiorizado el concepto de detección y cribado, por lo que se diagnostican cuando los casos son graves o se han cronificado. Para las empresas que podrían investigarlas no son una prioridad. Afectan a un grupo de población grande, pero se destinan pocos recursos a diagnósticos y tratamientos

Enfermedad del sueño

Sin tratamiento, la enfermedad del sueño, causada por un parásito Trypanosoma brucei gambiense que representa más del 95% de los casos notificados. Este protozoo es transmitido por la mosca tsetsé y es una enfermedad letal. La cura, sin embargo, también lo era para uno de cada 20 pacientes. El único tratamiento que existía era terrible, a base de arsénico. Cuando se lo inyectaban a la gente, sufrían enormemente, como si tuvieran fuego en las venas.  Hace apenas dos meses, The Lancet Infectiuos Diseases publicaba la efectividad de una sola píldora de acoziborol para la erradicación de la enfermedad del sueño.

 

El objetivo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es eliminar la transmisión para 2030 y tachar su nombre oficial —tripanosomiasis africana— de la lista de las 21 enfermedades tropicales desatendidas (ETD).


Pian

 Esta y el pian —una enfermedad desfigurante y debilitante que afecta a los niños y que también está muy cerca de su desaparición— podrían ser las dos ETD que la nueva hoja de ruta de la OMS espera erradicar para esa fecha. Otros objetivos de este plan incluyen que 100 países eliminen completamente una de las dolencias y reducir en un 90% la población que requiere atención por una o varias. Para todo ello, la investigación es la herramienta fundamental.

Ecuador lucha para erradicar el pian.

Úlcera de Buruli

Es el caso de la úlcera de Buruli, de la que se desconoce el modo de transmisión y no hay forma de prevenirla. “Se piensa que puede ser el agua estancada, pero no se sabe con certeza”, Se sabe que está causada por una micobacteria de la misma familia que la tuberculosis y la lepra. Se detecta cuando aparecen los síntomas: al principio una hinchazón indolora, a veces en forma de nódulo, placa o inflamación en piernas, brazos o la cara, que en cuatro semanas, se transforma en úlceras que pueden afectar al hueso y provocar deformidades. El Buruli es una de las enfermedades consideradas olvidadas entre las desatendidas, que afecta a la piel y que requiere de un tratamiento intensivo, así como rehabilitación física y personal de las secuelas que dejan, que pueden ser incluso amputaciones.

El Buruli tiene tratamiento: un combinado de antibióticos (rifampicina y claritromicina) durante ocho semanas, cuya administración requiere hospitalización. Aunque en muchos de los 33 países endémicos es gratuito, la habitual situación de pobreza de los afectados les impide pagar el transporte, el alojamiento y la alimentación para acudir y quedarse en el hospital, lo que supone, además de un gasto inasumible, la pérdida de ingresos al dejar de trabajar. La alternativa es la discapacidad.

Úlcera de Buruli en Tumbes

 Mordedura de las serpientes 

 Un ejemplo esclarecedor sobre el alto coste que requiere una investigación para una de estas dolencias lo ofrece la mordedura de serpiente venenosa, la última incluida por la OMS en la lista de las enfermedades desatendidas, en 2017. La escasa demanda de los antídotos existentes para la ponzoña de determinadas especies ha llevado a varios fabricantes a detener la producción, y el precio de algunos de ellos ha aumentado de forma espectacular en los últimos 20 años, “haciendo que el tratamiento sea inasequible para la mayoría de las personas que lo necesitan”, señala el organismo.

Una solución sería obtener un antídoto para muchos o todos los venenos, de tal modo que su producción sería rentable. “Para obtener un contraveneno universal se requiere de un estudio de al menos 10 millones de euros para hacer seguimiento a las personas afectadas. Y las probabilidades de éxito futuro son de entre un 10% y un 20%.  Por eso, aunque es una de las ETD que más mata y más discapacidad causa ―2,7 millones de personas sufren cada año un ataque, de las cuales mueren más de 100.000 y unas 400.000 quedan con graves secuelas—. En resumen, los equipos de investigación no se interesan por esta dolencia por falta de perspectiva de éxito y optan por otras con mayor garantía de triunfo.

La famosa serpiente X ecuatoriana

Ecuador vuelve a producir suero antiofídico

Chagas

El chagas es una enfermedad parasitaria que se transmite por la picadura de un chinche, pero también se da la transmisión por transfusión de sangre y de madre a hijo durante el embarazo. Esta última se puede controlar fácilmente si se diagnostica a mujeres en edad fértil, pues es casi 100% curable si se trata en sus etapas iniciales. Pero todavía, en 21 países de América, se registran 30.000 nuevos casos cada año, 12.000 muertes en promedio y 8.600 recién nacidos se infectan durante la gestación. Se tienen que desarrollar, y se está haciendo, pruebas rápidas como las de la covid o un test de embarazo para poder diagnosticar la enfermedad y, consecuentemente, tener acceso al tratamiento. Una tecnología así, transportable en un maletín, facilitaría la detección de la dolencia en zonas remotas en las que llevar, instalar y mantener un sofisticado y aparatoso equipo es imposible.

El chagas no provoca síntomas durante años, pero cuando aparecen, hemos llegado tarde. Los pacientes no necesitan ya solo matar al parásito, sino que quizá requieren de un trasplante de corazón u operarse el intestino”, recalca la importancia del diagnóstico temprano la especialista.

¿Es importante seguir investigando en la enfermedad de Chagas?

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