domingo, 1 de diciembre de 2024

El lado oculto del agua potable: parásitos que escapan al cloro

 Autoras: Sheyla Zavala, Clared Crespo y Nathaly Jordán

El agua potable debería ser una fuente segura para las familias ecuatorianas, sin embargo, puede esconder amenazas invisibles como Cryptosporidium y Giardia Lamblia. Estos son parásitos que viven en el agua contaminada y pueden resistir a los métodos convencionales para purificar el agua, específicamente al cloro.

Pueden infectar a las personas por contacto directo o indirecto con heces infectadas, tanto a través de personas o alimentos contaminados como por contacto con aguas de piscinas o aguas de consumo que tengan presentes los quistes u ooquistes, que son la forma de resistencia e infección de Cryptosporidium y Giardia Lamblia, están cubiertos por una capa protectora que los hace resistentes al cloro que se usualmente se utiliza para purificar el agua. Al consumir agua contaminada con estos parásitos pueden producir una enfermedad intestinal que se presenta con diarrea acuosa, fiebre, pérdida del apetito, pérdida de peso y dolor abdominal. Esto es sobre todo peligroso para los niños, ancianos y personas con las defensas bajas con menos capacidad para combatir estás infecciones.

En varias comunidades rurales de Ecuador el único método de purificación del agua es el cloro, debido a esto las infecciones por parásitos son un gran problema de salud. Por esto, es de gran importancia conocer métodos alternos de purificación del agua para protegerse a uno mismo y a su familia.

Uso de cloro como purificador de agua en Ecuador

El agua necesita pasar por un proceso de potabilización antes de ser utilizada y/o consumida, para que de esta manera sea desinfectada correctamente y esté libre de microorganismos patógenos. El cloro cumple un papel fundamental en el proceso de desinfección en los sistemas de suministro de agua para así poder acceder a agua “segura”. En Ecuador alrededor del 33% de la población no tiene acceso a agua potable, especialmente en comunidades rurales, lo que está ocasionando múltiples enfermedades que afectan a la población.

El tratamiento del agua tiene el objetivo de eliminar aquellas características que limitan el consumo humano y darle calidad, este proceso consta de cinco fases importantes entre las que se encuentran coagulación, floculación, sedimentación, filtración y desinfección. El proceso de coagulación se basa en el uso de sustancias coagulantes de origen químico como sulfato de aluminio que buscan eliminar ese equilibrio eléctrico de las partículas en fracción de segundos. Cuando ya se ha dado ese desbalance a nivel de partículas, inicia el proceso de floculación, en la que las partículas empiezan a acumularse con el objetivo de estabilizar cargas y dan lugar a una mega partícula denominada floc, a la que se le atribuye mal olor acompañado de turbidez y microorganismos. Estas floc precipitan o sedimentan debido a la gravedad, quedando por encima el agua sobrenadante sin impurezas. Cuando ya se ha librado de la mayoría de impurezas inicia la fase de filtración por capas y posteriormente el proceso de desinfección.

El desinfectante principal es el cloro que se lo suele encontrar en varias formas como: hipoclorito de calcio o hipoclorito de sodio o también como cloro gas. Este se almacena en recipiente oscuro para garantizar su efectividad. El cloro por oxidación modifica tanto física como químicamente la membrana y/o pared de microorganismos así eliminándolos y evitando que cumplan sus funciones vitales. Sin embargo hay parásitos que han logrado resistir al cloro, por lo que no es un tratamiento que otorgue la eliminación total de microorganismos.

Alternativas para purificar el agua

El acceso a agua potable es un derecho fundamental, pero muchas comunidades en Ecuador enfrentan desafíos diarios para garantizarlo. El agua contaminada es una de las principales causas de enfermedades parasitarias, afectando especialmente a quienes viven en zonas rurales o con recursos limitados. Aunque el cloro es una solución común para purificar el agua, también existen otras opciones que pueden ser más accesibles o adaptarse mejor a las necesidades de cada comunidad. Aquí te compartimos algunas recomendaciones y alternativas que pueden marcar la diferencia en la salud de las personas.

¿Cómo podemos prevenir estas enfermedades?

Primero, es importante reforzar pequeños hábitos que tienen un gran impacto en la salud:

La higiene es clave: Lavarse las manos con agua y jabón antes de comer o después de usar el baño puede parecer un gesto sencillo, pero ayuda muchísimo a evitar enfermedades.

Cuidemos el agua que usamos: Si recolectamos agua de ríos o pozos, es vital almacenarla en recipientes limpios y bien tapados para evitar que se contamine.

Manejemos bien los desechos: Tener un baño o letrina en buenas condiciones reduce el riesgo de que los parásitos lleguen al agua que usamos para beber o cocinar.

Métodos Caseros para Purificar el Agua Sin Cloro

Cuando no tenemos acceso a sistemas complejos de purificación, hay varios métodos caseros que podemos usar para asegurarnos de que el agua que consumimos esté libre de contaminantes. Aquí te explico algunos de los más fáciles y efectivos, ¡sin necesidad de cloro!

1. Hervir el Agua

Uno de los métodos más tradicionales y efectivos es hervir el agua. Al calentar el agua a temperaturas superiores a los 100°C, se destruyen la mayoría de los microorganismos patógenos, como bacterias, virus y parásitos (como Giardia y Cryptosporidium). Si tienes acceso a fuego o electricidad, hierve el agua durante al menos 1-3 minutos. Este proceso es fácil de realizar y no requiere productos adicionales.

Es muy útil en situaciones de emergencia y si vives en zonas donde no se tiene acceso a productos de purificación comerciales. Sin embargo, este método no elimina los contaminantes químicos, pero sigue siendo una opción muy efectiva para eliminar patógenos biológicos.

2. Uso del Sol (SODIS - Solar Water Disinfection)

Si vives en una zona soleada, puedes aprovechar la energía solar para purificar el agua utilizando el método SODIS. Solo necesitas botellas plásticas transparentes, llenarlas de agua y dejarlas al sol por unas 6 horas. La luz ultravioleta (UV) proveniente del sol destruye muchos de los microorganismos patógenos, como bacterias y virus.

Este método no cuesta nada, es fácil de hacer y es ideal para comunidades sin acceso a sistemas de tratamiento de agua. La Organización Mundial de la Salud (OMS) respalda esta técnica, especialmente en áreas con alta radiación solar.

3. Filtrar el Agua

Si tienes acceso a filtros de cerámica o carbón activado, estos pueden ser excelentes herramientas para purificar el agua. Los filtros de cerámica eliminan partículas grandes y algunos microorganismos, mientras que los de carbón activado ayudan a absorber contaminantes químicos y mejorar el sabor del agua.

Estos filtros son una inversión duradera y fácil de usar. No solo ayudan a eliminar bacterias, sino también a mejorar la calidad del agua, haciéndola más segura y agradable para consumir. Es una de las formas más accesibles de mejorar la potabilidad del agua en casa.

4. Tabletas o Gotas Purificadoras

Si necesitas purificar pequeñas cantidades de agua de forma rápida, las tabletas o gotas purificadoras son una opción práctica. Estas soluciones químicas, basadas en compuestos como el peróxido de hidrógeno o el dióxido de cloro, son bastante efectivas para eliminar bacterias y virus.

Estos métodos son opciones simples y accesibles para purificar el agua sin recurrir al uso de cloro. Además de ser eficaces, no requieren grandes inversiones y pueden ayudar a mejorar la salud pública en áreas con dificultades de acceso a tecnologías de purificación.

En Ecuador, muchas de estas soluciones ya están al alcance de nuestras manos. El agua limpia no solo quita la sed, sino que también es una herramienta poderosa para construir un futuro más saludable. Cuidémosla, compartamos estas soluciones y trabajemos juntos para reducir las enfermedades parasitarias en nuestras comunidades. Porque todos merecemos un agua segura y una vida sin enfermedades.

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