lunes, 16 de agosto de 2010

Jean Jaurès y la supresión de diferencias nacionales

Hoy os dejo este artículo aparecido en Público sobre la figura de Jean Jaurès, escrito por GUILLAUME FOURMONT el 13/08/2010.

Me interesa desde mucho los mecanismos sociales. Las ideas de Jaurès sobre suprimir lo nacional en el colectivo trabajador frente a conflictos como la Primera Guerra Mundial plantean un mecanismo social muy interesante: se acaba el conflicto si se eliminan las diferencias. Posiblemente las causas reales que provocan el conflicto no se hubiesen solucionado de haberse adoptado las medidas que Jaurès promueve, pero lo cierto y verdad es que los millones de víctimas en la gran carnicería se habrían evitado.

Jaurès, la voz de la lucha de clases. El francés fue tiroteado en 1914, en víspera de la I Guerra Mundial

Carmaux es una localidad del sur de Francia, de apenas 10.000 habitantes. Una ciudad bonita que, sin embargo, pertenece a la Historia política del país vecino: Carmaux es el lugar donde, en 1892, el pueblo se levantó contra el Estado y venció. Es el lugar donde Jean Jaurès se hizo portavoz de la lucha de clases. Figura internacional del socialismo y fundador del diario L'Humanité, Jaurès fue asesinado el 31 de julio de 1914 por un extremista. El día después, Francia declaraba la movilización general y entraba en guerra contra Alemania.

Jean Jaurès nació el 3 de septiembre de 1859 en Castres, en el seno de una familia burguesa, aunque no muy rica. Su padre, Jules, fracasó en los negocios y se hizo agricultor en un terreno de seis hectáreas, donde Jean creció hasta los 17 años. "Me levanto a las siete de la mañana, respiro el aire fresco y paseo por nuestras tierras. A las nueve, me instalo en la mesa de la terraza y hablo con papá y mamá", recordó Jaurès en verano de 1880, cuando ya era estudiante en París. Profesor de filosofía en un instituto cerca de Toulouse, era docente en la Universidad de esta ciudad en 1883. Pero Jaurès, que asistió a la caída del Imperio napoleónico en 1870, vio en la joven Tercera República la vía para cumplir el sueño de la Revolución: libertad, igualdad, fraternidad.

En la Francia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, había más de 1.000 huelgas al año

Tenía 26 años cuando fue elegido diputado en 1885. Era el más joven de toda la Asamblea Nacional. Sus colegas del Radicalismo (ancestros franceses de los socialistas) y los conservadores criticaron a este "hombre bajito, con el pelo y la barba amarillos, fumando, pensativo".

En la Francia de finales del siglo XIX y principios del siglo XX, el paro alcanzaba 10% y los obreros (cuatro millones de personas) empezaban a organizarse. Había una media de 1.000 huelgas al año entre 1899 y 1913. Pero todo arrancó en el 15 de mayo de 1892 cuando los dueños de la Compañía Minera de Carmaux despidieron a Jean-Baptiste Calvignac. Razón: ausencias repetitivas. Algo normal porque además de minero, Calvignac era el alcalde de Carmaux. Se convocó la huelga general y el Estado mandó el ejército. Jaurès se alzó en defensa de los mineros y acusó a la República de ser "el títere de los capitalistas".

Jean Jaurès se opuso al colonialismo y defendió la laicidad. León Trotsky era uno de sus seguidores

Fue una victoria: Calvignac ganó el juicio y Jaurès fue elegido diputado socialista en 1893; será uno de los fundadores, 12 años después, de la Sección Francesa de la Internacional Obrera, embrión del Partido Socialista. Su figura de líder de la izquierda se afirmó con el caso Dreyfus, nombre de un capitán del ejército destituido por ser judío. Los marxistas consideraban que era un asunto de la burguesía y que la izquierda no debía comprometerse. Pero Jaurès defendió la inocencia del militar, "víctima de la injusticia", lo que iba más allá de la lucha de clases. Jaurès se convirtió en un líder importante, cuyas palabras tenían ecos hasta en Rusia. Se opuso al servicio militar y al colonialismo, participó en la ley de separación entre el Estado y la Iglesia. León Trotsky era uno de sus seguidores.

Desde L'Humanité, el diario que fundó en 1904, Jaurès denunciaba el peligro de los nacionalismos y de las ambiciones de las grandes potencias. En caso de guerra, ordenó la huelga general, pero su compromiso no consiguió vencer el fanatismo. El 31 de julio de 1914, instalado en el Café du Croissant, Jaurès fue asesinado de un disparo por Raoul Villain, un estudiante víctima del discurso de los generales de la época. Villain fue absuelto en 1919.

1 comentario:

  1. Jean jaures, todo un ejemplo de honradez, de compromiso, de entrega, de solidaridad. Pasó de ser un republicano a ser socialista cuando vio a los fusiles de la República disparar a los trabajadores, luchó por darle a la República su sentido más profundo, más democrático, más solidario, por hacer realidad lo de Libertad, Igualdad y Fraternidad, la más olvidada, esa misma que olvida y desprecia la ralea liberal que lo emponzoña todo en estos tiempos. Jean Jaurés fundó la CGT y L´Humanité, su voz se alzaba con la autoridad del ejemplo vivido en su propia persona, supo estar siempre al lado de los luchaban y sufrían por sacar al mundo adelante. Patriota francés e internacionalista convencido a la par, supo también aprender a respetar la legua de su Occitania natal y conjugar como sólo un verdadero izquierdista puede hacerlo, el respeto a la cultura y la tierra natales con un sentido internacionalista genuino.

    Cuando llegó la hora de la verdad y Europa se precipitó a la guerra mundial, Jaures supo que debía hacer: oponerse y llamar a la Huelga General Revolucionaria en toda Europa para impedir las movilizaciones y la masacre absurda subsiguiente. Como socialista fue coherente y dio un ejemplo de lucidez y decencia pocas veces visto. En Alemania le siguió Ros Luxemburgo y un puñado más, en Francia también unos pocos, les persiguieron y encarcelaron, a él le asesinó un miserable. Semana después los muertos se contaban por cientos de miles en una guerra civil europea monstruosa.

    ResponderEliminar

Cada vez que lees un artículo y no dejas un comentario, alguien mata a un gatito en alguna parte del mundo...